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tenía que

  • 1 tenia

    Del verbo tener: ( conjugate tener) \ \
    tenía es: \ \
    1ª persona singular (yo) imperfecto indicativo
    3ª persona singular (él/ella/usted) imperfecto indicativo
    Del verbo teñir: ( conjugate teñir) \ \
    teñía es: \ \
    1ª persona singular (yo) imperfecto indicativo
    3ª persona singular (él/ella/usted) imperfecto indicativo
    Multiple Entries: tener     tenia     teñir
    tener ( conjugate tener) verbo transitivo El uso de `got' en frases como `I've got a new dress' está mucho más extendido en el inglés británico que en el americano. Este prefiere la forma `I have a new dress' 1
    a) (poseer, disponer de) ‹dineroabajo/tiempo to have;
    no tenemos pan we don't have any bread, we haven't got any bread; tiene el pelo largo she has o she's got long hair
    b) ( llevar encima) ‹lápiz/cambio to have;
    ¿tiene hora? have you got the time?
    c) (hablando de actividades, obligaciones) to have;
    tengo invitados a cenar I have o I've got some people coming to dinner;
    tengo cosas que hacer I have o I've got things to do
    d) ( dar a luz) ‹bebé/gemelos to have
    2
    a) (señalando características, tamaño) to be;
    tiene un metro de largo it is one meter long; le lleva 15 años — ¿y eso qué tiene? (AmL fam) she's 15 years older than he isso what does that matter?
    ¿cuántos años tienes? how old are you?;
    tengo veinte años I'm twenty (years old) 3
    a) (sujetar, sostener) to hold;
    b) ( tomar):
    ten la llave take o here's the key
    4
    a) ( sentir):
    tengo hambre/frío I'm hungry/cold;
    le tengo mucho cariño I'm very fond of him; tengo el placer de … it gives me great pleasure to …
    b) ( refiriéndose a enfermedades) ‹gripe/cáncer to have;
    tengo dolor de cabeza I have o I've got a headache
    c) ( refiriéndose a experiencias) ‹discusión/accidente to have;
    5 ( refiriéndose a actitudes): ten paciencia/cuidado be patient/careful; tiene mucho tacto he's very tactful 6 (indicando estado, situación): tengo las manos sucias my hands are dirty; tienes el cinturón desabrochado your belt's undone; me tiene muy preocupada I'm very worried about it tenia v aux 1 tenia que hacer algo
    a) (expresando obligación, necesidad) to have (got) to do sth;
    tengo que estudiar hoy I have to o I must study today;
    tienes que comer más you ought to eat more
    b) (expresando propósito, recomendación):
    tendrías que llamarlo you should ring him ¡tú tenías que ser! it had to be you! 2 ( con participio pasado):
    tengo entendido que sí viene I understand he is coming;
    te tengo dicho que … I've told you before (that) …; teníamos pensado irnos hoy we intended leaving today 3 (AmL) ( en expresiones de tiempo): tenía un año sin verlo she hadn't seen him for a year tenerse verbo pronominal ( sostenerse): no teniase de sueño to be dead on one's feet
    tenia sustantivo femenino (Med) tapeworm, taenia (tech)
    teñir ( conjugate teñir) verbo transitivo
    a)ropa/zapatos/pelo to dye
    teñirse verbo pronominal ( refl) ‹pelo/zapatos to dye
    tener
    I verbo transitivo
    1 (poseer, disfrutar) to have, have got: tengo muy buena memoria, I have a very good memory
    no tiene coche, he hasn't got a car
    tiene dos hermanas, he has two sisters
    tiene mucho talento, he's very talented
    no tenemos suficiente dinero, we don't have enough money (ser dueño de) to own: tiene una cadena de hoteles, he owns a chain of hotels ➣ Ver nota en have 2 (contener) to contain: esta bebida no tiene alcohol, this drink doesn't contain alcohol
    3 (asir, sujetar) to hold: la tenía en brazos, she was carrying her in her arms
    4 (hospedar) tiene a su suegra en casa, his mother-in-law is staying with them
    5 (juzgar, considerar) la tengo por imposible, I regard her as a hopeless case
    nos tienen por tontos, they think we are stupid
    tenlo por seguro, you can be sure
    6 (pasar el tiempo de cierta manera) to have: he tenido un día espantoso, I've had a dreadful day
    7 (padecer, sentir) tiene celos, he's jealous
    tengo hambre/sed, I'm hungry/thirsty
    ten paciencia conmigo, be patient with me
    tengo un dolor de cabeza terrible, I have a terrible headache
    8 (profesar) to have: me tiene cariño, he is very fond of me
    no le tengo ningún respeto, I have no respect for him
    9 (años, tiempo) to be: el bebé tiene ocho días, the baby is eight days old (medidas) la cama tiene metro y medio de ancho, the bed is one and a half metres wide
    10 (mantener) to keep: no sabe tener la boca cerrada, she can't keep her mouth shut
    nos tuvo dos horas esperando, he kept us waiting for two hours
    tiene su habitación muy ordenada, he keeps his room very tidy
    me tiene preocupada, I'm worried about him
    11 ( tener que + infinitivo) tengo que hacerlo, I must do it
    tienes que tomarte las pastillas, you have to take your pills
    tendrías que habérselo dicho, you ought to have told her ➣ Ver nota en must
    II verbo aux to have: mira que te lo tengo dicho veces, I've told you time and time again Tener tiene dos traducciones básicas: to have o to have got. Esta segunda se usa casi únicamente para expresar posesión y solo en el presente: Tengo un coche nuevo. I have got a new car.
    La primera se usa en sentido más general: Va a tener un problema. He's going to have a problem. Recuerda que la forma interrogativa de I have got es have I got?, mientras que la forma interrogativa de I have es do I have?
    Cuando tener significa sentir, se traduce por el verbo to be: Tengo hambre. I am hungry.
    tenia sustantivo femenino
    1 Zool tapeworm
    2 Arquit taenia
    teñir verbo transitivo
    1 (una prenda) to dye: teñiré la falda de azul, I'll dye my skirt blue (el pelo) to tint, dye
    2 fig (impregnar) to tinge with ' tenia' also found in these entries: Spanish: abotargada - abotargado - absolutamente - antediluviana - antediluviano - calcada - calcado - carne - carné - carraspera - cita - corpórea - corpóreo - cruzada - cruzado - desperdicio - despojar - empacho - enchufe - encima - exigua - exiguo - floripondio - frunce - golfa - golfo - grasienta - grasiento - greca - hogar - idea - inexpresiva - inexpresivo - jirón - logia - nudo - pedal - probabilidad - raja - relevancia - rematar - sabor - segundón - segundona - solitaria - sueño - tal - tela - tener - volar English: accent - accommodate - allergy - array - calculate - complexion - concede - conceited - consistency - courtyard - craggy - craving - curious - doleful - eat - fleck - flowerpot - following - foreboding - goodness - grave - hold - inkling - justifiably - like - lost - maybe - minor - misjudge - neck - overlay - overwhelming - part with - penny - pretence - pretense - remember - scary - spoilt - stare - swear by - tapeworm - tip - ulterior - vacantly - aged - blast - bound - brim - bristle

    English-spanish dictionary > tenia

  • 2 das musste ja so kommen

    tenía que pasar

    Deutsch-Spanisch Wörterbuch > das musste ja so kommen

  • 3 carraca

    Carraca, esta palabra significa comida, condimentos, conquivus, (cacharros, etc.). Cuando íbamos a llindiar el ganáu disdi ‘l albiar el díe fasta que tapecíe, (cuidar el ganado desde el amanecer hasta el oscurecer) llevábamos la carraca nun cabaxín, zurronacu ou cestacu cualquier, (cabás, zurrón o cualquier otro cesto). Les muyeres baxaben al merquéu ya traíen la carraca pa toa la xemana. (Las mujeres bajaban al mercado y compraban si tenían dinero lo que se necesitase en la casa para toda la semana). Carraca tamén lu ye lu que lus vaqueirus chebaban disdi la teixá pal sou cabanu ou corte de la braña, dunde a lu mexor taben un fatáu de díes xin baxar a l'aldina, per ístu llebaben un carracáu de couxes que ñecexitaben. (Carraca también es lo que los vaqueros llevaban desde casa para sus cabañas del puerto, las morteras o los prados, donde a lo mejor estaban unos días sin bajar a la aldea, por esto subían muchas cosas que necesitaban y no todas eran para comer sino que algunas eran simples cacharros, o humildes mantas. Y carraca hermanos míos, era la que hacía mi madre y todas las vindas de los rojos, cuando todas las semanas iban a visitar a sus maridos a la Cárcel Modelo de Oviedo, como por las demás no puedo hablar, porque yo no sé cómo se arreglaban las pobrecitas, aunque me supongo que muchas hasta pidiendo limosna, sí que lo puedo hacer de mi madre, que todos los martes era el día que tenía de comunicación, y ella nunca sabía si le iba encontrar vivo, porque por aquellos tiempos fechus de llágrimes ya xufriencies, tous lus díes na carxel d'Uviéu achuquinaben cambrionáus enteirus de xóvenes astures y'anxina d’ista maneira tan achuquina, encalducá per prexones xin concencia, nin dinidá nin «Xusticia Humana», fexérun bon amagüestu de toes les xuventúes roxes d'Asturies, ya les pouques que nun achuquinarun llantárunlas nus batallones de trabayadores, dunde munchus morrierun achindi fartus de fames, de llatigazus ya vexaciones, ya lus oitres que xuerti tubieren de golguer pa la sou teixá, fexérunlu mamplenáus d'amollexíes que per mor d'echus tamén fatáus morrieron. Falaba you que carraca yera lu que miou má le chevaba ‘l miou pá tous lus martes a la carxel, que you nun séi lu que yera, perque na nuexa teixá nun había esconxolancia de nagua, peru lu que fora écha llantábalu tou nuna fardelaca, ya colaba na xuntura d'oitres muyeres de l'allina camín d'Uviéu tres ou catru gores endenantes qu’almaneciera, pos teníen qu'espatuxar alrreór de cuarenta quilómetrus andandu ya oitres tantus pa la regolguía, pos entoncenes nun valía faer el auto-stop que güéi se fae, perque tous lus cambriones ya coches cuaxi yeren millitares, y'angunus oitres yeren de lus drechistes, ya lus roxus nun teníamus namái que goxetáus mexeries, ya manegáus de miéu ‘l nuexu hermenu ‘l venceor, perque lus nuexus homes morrieran lluchandu nel frinti, ya lus oitres taben arretrigáus per les cárxeles dunde poucu a poucu lus achuquinaben ou lus esclavizaben nus batallones de trabayaóres, anxina yera que tou Asturies taba xemada de viudes, de vieyus ya de guaxiquinus güerfaninus, que tous nuexóitres, viétchus, muyeres ya nenus de lus roxus, díbamus ser esclavizáus inhumanamente baxu 'n enfernal xugu que nun nus dexaba más llibertá que la que nel xuenu cheldábamus. —Ya n'agora vou xebrame del trabayu d'enfilerar pallabres p'encalducalus cuamigu dientru d’ista hestoria dou tán lus raigones ya l'escola de nuexes costumes ya llingua. TRADUCCIÓN.—Por aquellos tiempos hechos de lágrimas y de grandes sufrimientos, todos los días que el Hacedor alumbraba, en la cárcel de Oviedo asesinaban camiones enteros de jóvenes astures, y así de esta manera tan despiadada y asesina, llevada a cabo por personas sin conciencia, ni dignidad ni ninguna clase de «Justicia Humana», llevaron a término casi el total exterminio de las juventudes rojas de Asturias, y las pocas que no asesinaron, las esclavizaron en los famosos batallones de trabajadores, donde muchos allí murieron hartos de hambre, de vejaciones y latigazos, y los pocos que tuvieron la suerte de volver a sus hogares, lo hicieron llenos de enfermedades que por mor de ellas también murieron bastantes. —Decía yo que carraca también era lo que mi madre le llevaba todos los martes a mi padre a la cárcel, que yo no sé lo que pudiera ser, porque en nuestra casa no había ninguna cosa de nada, pero lo que fuese ella lo metía dentro de una saca y marchaba en unión de otras mujeres de la aldea camino de Oviedo tres o cuatro horas antes que amaneciese, pues tenían que caminar alrededor de cuarenta quilómetros y otros tantos de retorno y todos los hacían andando, pues no servía hacer el auto-stop que hoy se hace, porque todos los camiones y coches casi eran militares, y algunos otros que había eran de los derechistas, pues los izquierdistas no teníamos nada más que grandes cantidades de miseria, así como de miedo a nuestro hermano el vencedor que jamás se portó nada bien con nosotros, porque nuestros hombres habían muerto en el frente, y los otros estaban presos en las cárceles, donde poco a poco les iban asesinando, o los esclavizaban en los campos de concentración o batallones de trabajadores, así era que toda Asturias estaba sembrada de viudas, de viejos y de niños huérfanos, que todos nosotros, viejos, mujeres y niños de las izquierdas, íbamos a ser esclavizados inhumanamente bajo el infernal yugo que no nos dejaba más libertad que la que en el sueño hacíamos. Y ahora me voy alejar del trabajo de poner en orden las palabras en este diccionario, para llevarles conmigo a los lugares donde yo he aprendido la dulce lengua de Asturias, que no es otro lugar que la escuela donde vivían las raíces y costumbres de Nuestro Pueblo, pues no se pueden buscar nuestras falancias en ningún otro lugar ni parte. Por esto les digo ahora, que si yo no hubiese vivido tan simple, sencilla, pobre, miserable, esclavizadora y dentro de la más natural de la «RAIZ ANCESTRAL DE ASTURIAS», ni yo ni nadie podría legarle a mi «AMADA ASTURIAS» ni a sus «HIDALGAS GENTES», la documentación pura, natural y sencilla que pueda tener este diccionario, porque desde estas mis simples líneas y mirándome muy mucho de lo que digo, les afirmo que hay muy poco fiable por no decir nada, escrito de nuestras costumbres y lengua. «DIES D’ENFERNU» (DÍAS DE INFIERNO) —Yera you 'n zaragoletu, 'n guaxiquín, un nenacu, 'n rapacín (un niño de unos ocho años), cundu la ñecexidá más prieta me fexera depriender lu que yera ‘l dollor, la xufriencia, l’inxusticia, lu pior qu'el Home pudiés encaldar d'enría lus sous xemexantes, you yera ún de lus miles d'anxelinus de miou Tierra que diba faer arroxaúra nel vivir d’ enfernu que m’aguardaba. Xin, fatáus de güérfanus lu mesmu que you, que güéi nel díe xuntu con nuexes familias, ente fius, ñetus, ya tou ‘l andecháu de parantela xomus más de la metá de les xentes d'Asturias, peru naquechus tempus d'achuquinus ya inxusticies nun yéramus namái qu'unus guaxiquinus dexamparáus de la man del Faidor ya del Home, ya tous noxóitres tubiemus que catanus el xustentu de fatáus de maneires diferientes, la miou per exemplu fó'ísta. COLOCOUME MIOU Má de cabrieru na teixá d'un amu baldrayu y atuñáu, llabascu y'achuquín tan solu per que me diera de comer ya me vistiera dalgu, peru ‘l condenáu matábame de fame, ya la vestimenta que punxu d'enría ‘l miou llombu conxistía nun calzáu que la metá ‘l tempu espatuxaba con las patas arregañás, apaxiétchau con unus fatucus tous esgacicáus que per tous lus lláus diben les mious carnis al entestate, acaniláes per el callor ya ‘l fríu en tou ‘l tempu. —Tenía yo aproximadamente ocho años de edad cuando me asesinaron a mi padre, y me recuerdo con toda exactitud cómo la ley de aquel tiempo llevó a cabo tan imperdonable, deshumanizante y vandálica felonía. —Nuna nuétche (una noche) llegaron a la casa de unos tíos míos que en mi aldea vivían y donde mis padres y yo nos refugiamos al término de la guerra en Asturias cuatro desalmados, cuatro bandoleros, cuatro inmundicias humanas, que escudados tras de sus armas empuñadas, representaban l'enñordiada Lley (LA SUCIA LEY) que en aquellos tiempos a la Justicia traicionaba, cuento yo, que aquellos cuatro merucus (gusanos), atemorizando e insultando a toda mi familia, detuvieron a mi padre, le amarraron como a la bestia que se lleva al matadero y se lo intentaron llevar de la casa, sin que mis tíos, (y la cosa no era para menos), intentasen pronunciar asustados como se encontraban ni la más mínima palabra de súplica o protesta. Pero mi madre no les secundó, sino que bravamente intentó defender al sou home (a su marido) no sólo con la palabra, que mi madre la tenía d'aguxa lu mesmu qu’un bon obreiru (de afilada lo mismo que un buen aguijón), sino que temerariamente se abalanzó sobre ellos y fuele preciso a uno de aquellos cobardes y desalmados representantes de la deshumanizada ley que corría en aquellos tiempos, de propinarle varios golpes con la pistola, dejándola mal herida y ensangrentada, tirada en el suelo con el conocimiento perdido. Mientras que aquellos bandidos, se llevaban a mi padre sin permitirle que de mi se despidiera, y tan solamente le he podido ver por última vez, tres les rexes de la cárxel d'Uvieu 'n die 'ndenantes que l'achuquinaren. (Detrás de las rejas de la cárcel de Oviedo, un día antes de que le asesinasen). Pronto mi madre y yo, llenos de la más desolante de las tristezas, y vestidos con el traje de las más indigentes miserias y pobrezas, nos marchamos de la casa de mis tíos y nos asentamos en la abandonada, vieja y destartalada casa de mi abuela. Y sin muebles, ni nada, los dos juntos, como grandes e indomables luchadores que hemos sido siempre, dimos comienzo sin desfallecer ni un momento, a la dura lucha por la vida, sin que nadie jamás nos ayudara. Empecé a ganarme la vida como pastor, a la corta edad de que cualquier niño sólo pensaría en jugar, comer cuando tuviese hambre y recibir de continuo montones de caricias y de amor, yo sin embargo, a pesar de no poseer nada de todas estas maravillosas cosas, era en extremo a mi manera feliz. Marchaba todas las mañanas con mi ganado al monte, donde permanecía todo el día, tan sólo con la compañía que me brindaba mi fiel y siempre por mí con cariño recordado Pelayu, que era un perro, de una inteligencia y sentimientos, que más bien que un chuchu (perro), parecía aquel singular animal un ser humano. Luego por las tardes, cuando el sol se escondía por detrás de las altas cumbres, retornaba feliz a la aldea, siempre lleno de contentura, cantando las más de las veces, amenizado por el potente tañir del zumbiétchu (cencerro) que llevaba colgado al cuello el semental del rebaño. Una mañana como tantas otras me encaminé con mi rebaño al monte y seria como a la media tarde cuando a la entrada de una cueva que se asentaba en un lugar casi inaccesible me encontré medio enterrado con las piedras y la escasa tierra que hacían la reducida plataforma de la portada de la caverna, un pequeño aro de oro, yo he tenido por así decirlo desde mi infancia la inmensa suerte de poseer una imaginación tan inmensamente dislocada, que por tal solían decirme mis vecinos, que era yo el rey de las mentiras, así como el más hábil inventor de endemoniados cuentos. El caso era, que aquel misterioso anillo abandonado a tan larga distancia de mi aldea y en lugar tan argutosu (estrecho, alto, inaccesible), hiciéronme presto pensar, que aquella joya no había llegado a tal escondrijo por sí sola, sino que desde luego alguien la había traído. En el momento mi imaginación desbordante de una alegría que no encontraba un fin para frenarla, comenzó a fomentar sin el menor titubeo la fantástica idea de que en el interior de aquella caverna debía de encontrarse un tesoro de preciosas joyas y valorativas monedas, y quién le había ocultado sabe Dios cuando, seguramente habría perdido aquel anillo que por casualidad yo encontrara. Así pues, ya firmemente convencido, adentreme temerariamente sin el menor temor por la angosta cueva con las miras de apoderarme de aquella inmensa riqueza que según mi soñativa imaginación me había hecho comprender que en su interior me estaba aguardando. Pero aquel día no conseguí mi feliz propósito, porque era la caverna más larga de lo que había pensado y la oscuridad que en ella reinaba me hacía ciego de toda luz. Senteme en su entrada muy desilusionado al no poder lograr lo que había soñado, pero pronto mi mente empezó a dibujarme mil dispares tesoros, pues por el rastro que descubriera seguramente que dentro de la gruta se hallaría escondida alguna chalga (tesoro) guardado con toda seguridad por una Xana, Xumiciu, Trasgu o Culiebru (dioses de la Mitología asturiana), pues al decir de el abuelo Nicomedes cuando en las largas veladas de los inviernos y sin jamás interrumpirle con grande contentura le escuchábamos las leyendas, cuentos e historias que él lúcida y socarronamente nos contaba, afirmándonos siempre que eran tan ciertos sus relatos, como que todos habíamos nacido para morir. Y cuando hablaba de las chalgas aseguraba que tal o cual vecino, morador de esta o aquella aldea, se había hecho de la noche a la mañana rico al haber encontrado una chalga. También afirmaba poniéndose muy serio alegando unos razonamientos que convencían, que las montañas que rodeaban nuestra aldea había muchas chalgas escondidas, que fueron sepultadas hacía muchos siglos por los invasores moros, que al ser vencidos por los astures y al no poder huir con tan pesados tesoros, los ocultaban en las montañas con las miras de poder regresar algún día a desenterrarlos. Como cuento, yo en aquellos momentos vivía alborozado, sumergido en una disloca alegría al saberme ya dueño de aquella incontable riqueza, haciendo que mis inocentes ojos sonriesen felices inmersos en la imaginativa dicha de poder muy pronto liberar a mi madre de la pobreza y quitarla del agobiador trabajo que faenaba trabajando en los eros de los vecinos de estrella a estrella por un miserable sueldo andechandu (en cuadrilla) todos los días. Y así pensando todas las dichas que mi infantil mente podía imaginar, rodeado por el sepulcral silencio que envolvía la grandiosidad de las montañas, rasgado de vez en cuando por el potente y agudo graznido que desde los peñascos más inaccesibles, o desde los infinitos espacios donde con majestuosidad planeaban, lanzaban las útres (águilas), que con ojos inquisitivos oteaban con hambrientas intenciones los escabrosos riscos y las empinadas fistietchas (pequeños valles encajonados entre las peñas), con la esperanza achuquinante (asesina) de poder atrapar con la rapidez del rayo, algún recental que se hubiese xebrau (apartado) de su madre. También aquel silencio que invitaba a la meditación era con más continuidad cortado, por el dinámico tañir del zumbiétchu (pequeño cencerro) que colgaba del brioso cuello del macho cabrio, conductor y semental del rebaño. Como cuento, allí permanecía ensimismada mi mente en el soñar despierto, fabricando sin trabas de la misma nada, las más disparatadas y fabulosas dichas, que harían la felicidad de mi madre junto con la mía. Llegó casi sin enterarme el atapecer del día (al oscurecer) y fue entonces cuando desperté con prisa del maravilloso soñar donde vivía, y raudo, con agilidad y destreza que hoy al recordarla me causa dicha, reuní en pocos minutos mi rebaño, ayudado con eficacia por Pelayu, mi fiel, obediente, valiente y amaestrado perro, que no le tenía miedo a nada ni a nadie si exceptuamos al siempre mal intencionado y vigoroso macho semental de la reciétcha que yo allindiaba (ganado menudo que yo cuidaba). Y cuando ya el día agonizaba entre las negras vestimentas de la noche, entré en mi aldea conduciendo orgullosamente mi rebaño. A la entrada del pueblo sentado plácidamente fumándose un cigarro, estaba esperándome mi amo preocupado por mi tardanza y acercándose a mí, con palabras desaforadas e insultantes, a la par que me reprendía con dureza, me preguntaba el por qué me había demorado tanto. No recuerdo lo que le contesté, ni la historia que le largué, lo que si sé, que no se creyó de ella nada, pues todas las gentes que me conocían bien sabían, que yo confundía la verdad con la mentira haciendo con entrambas las más inverosímiles y dislocadas historias. Sin embargo, lo que yo sabía muy bien, era que aquel miserable labriego de mi aldea, que tenía la desgracia de cuidarle sus ganados, por la triste desgracia de una comida infame y peor vestimenta, no le incomodaba en absoluto que yo llegase tarde o que me despeñara desde un serapu (peña) y me escontonara la motchera (rompiera la cabeza), lo único que le preocupaba al condenado, era que llegasen a su teixada (casa) sanos y fartus (hartos) todos sus ganados. Al siguiente día bien de mañana como de continuo hacía, con un poco de sabadiegu (chorizo malo) un cantezu (pedazo) de pan moreno y cuatro manzanas dentro de mi zurrón, salí de mi aldea afaluchandu (arreando) el rebaño, y con aquellas miserables viandas que llevaba en mi morral, tenía que aguantar todo el día en el monte corriendo sin descanso tras aquella veceira (rebaño) de cabras. Lo que no sabía el condenado de mi amo, era que yo siempre que tenía hambre, le ordeñaba sus cabras dentro de una lata que tenía escondida en la montaña, hartándome tanto yo como mi fiel Pelayu de espumosa y fresca leche hasta el golifar (hastiar). Si el bastruya (zafio) de mi amo tan sólo hubiese sospechado que le mucía (ordeñaba) sus cabras todos los días, me hubiera eszarapau (despedazado) mi frágil cuerpo con un mamplén de cibiétchazus (con muchos palos). Espatuxaba (caminaba) yo muy contento aquella mañana, quizás lo hiciera mucho más feliz que nunca, arreaba mi rebaño con desacostumbrada prisa, porque ansias locas tenía de llegar a la montaña, para entrar de nuevo en la misteriosa cueva, pues ahora ya no tendría problemas con la obscuridad que en ella reinaba, ya que conmigo llevaba una caja de cerillas y un pequeño candil que le había arrapiegáu (hurtado, quitado) de la corte (cuadra, establo) a mi amo, y con aquella luz, sería capaz de bajar hasta las mismas entrañas de la tierra, si a tal lugar la caverna se extendiese. Aquella noche había dormido poco y soñado mucho, tanto despierto como dentro del desvelado sueño, y tanto de una manera como de la otra, siempre llegaba a la conclusión, de que dentro de aquella para mi misteriosa gruta se ocultaba una fabulosa chalga de la que iba ser yo su señor y dueño, y cuando tal me sucediese, ya no sería yo más criado de ningún rapiegu (zorro) amo, ni tampoco a mi querida madre se le encallecerían jamás las manos, efectuando esclavizantes trabajos, nunca para el prójimo bien servidos y siempre por él peor pagados, ni se partiría sus costillas refrescándose el cansancio en su propio sudor por las fincas de nuestros vecinos, por donde se arreventaba todos los días del año, por la mezquina soldada de una fuente no muy grande de harina, un cesto de patatas, o cualquier otra vianda que mitigase el enorme fantasma del hambre, que desde el fin de la guerra se había enseñoreado de nuestro indigente char (lar), que nos obligaba despiadadamente a unos ayunos tan sumamente raquíticos, que el día que comíamos algo en traza (algo mas), tal parecía que habíamos cometido un grave pecado. Cuando yo fuese dueño de aquel tesoro, (abanzaba seguido de Pelayu arreando con prisa los ganados camino de la argutosa «abrupta» montaña, a la par que imaginativamente iba pensando), compraremos una casa decente, buenas fincas y mejores ganados, y entonces nuestros vecinos nos mirarán con respeto, y no nos tratarán con el menosprecio y la esclavitud a que ahora nos someten. Llegué al fin hasta el lugar que por costumbre tenía de enveredar el ganado para que a su aire subiesen guareciendu (pastiando) como siempre hacían hasta llegar al final de la tarde que era cuando el rebaño solía alcanzar lo más alto de la montaña. Pero aquel día no seguí yo al redil como siempre hacía, sino que me adelante a él corriendo sin el menor cansancio laderas arriba, hasta que por fin sudoroso y galopante en la alegría llegué a la vecindad de la caverna. Pude comprobar sonriente a la par que cariñosamente acariciaba a Pelayu, cómo éste me miraba contrariado al ver que yo por primera vez había cambiado todos mis cotidianos hábitos. Ya que siempre nada más llegar al monte y dejar a las cabras a su albedrío pastiando, nos sentábamos en el lugar acostumbrado, y zampábamos sin pérdida de tiempo a partes iguales como buenos compañeros, la miserable comida que nos había servido nuestro amo. Después jugábamos incansablemente en mil dispares entretenimientos hasta quedarnos rendidos, y muchas veces tras de nuestros juegos, los dos juntos abrazados nos quedábamos profundamente dormidos y al despertarnos sino avistábamos el rebaño, corríamos alocados por la preocupación, por entre los abruptos riscos, y las espinosas malezas hasta lograr encontrarlo. Después otra vez gozosos retornábamos a nuestros juegos, o yo me quedaba mirando a las montañas ensimismado pensando, mientras que Pelayu se entretenía cazando grillos, u otros insectos, y otras veces con sus blancos y poderosos colmillos recorría con rabia su pelambrudo cuerpo, diezmando la cabanada (rebaño) de pulgas y otros parásitos que con su sangre se alimentaban. Como cuento, aquella mañana mi fiel Pelayu me miraba preocupado, pudiendo yo observar en sus vivarachos, picarescos e inteligentes ojos, una recriminación que me estaba haciendo, por su forma de ponerme sus fuertes patas en mi pecho, a la vez que me lamía entre pequeños y cariñosos ladridos mi rostro. Si con sus ladridos pudiese hablar mi lenguaje, seguramente que me diría. —No seas un iluso soñador, mi más querido y preciado compañero, no llegues con tu fantástico pensamiento hasta el extremo de acariciar ni tan siquiera cuanto te has imaginado. Comámonos con la alegría de que hacemos gala todos los días, esa mezquina comida que nos da nuestro despreciable amo, y juguemos con la inocente felicidad de siempre, ya que éste será el más grande tesoro que jamás podrás superar en tu vida. ¿Dónde podrás hallar una riqueza que se pueda comparar a la natural y sencilla felicidad que hoy gozas, aunque ésta se haga su camino dentro de la gran pobreza que te acompaña? Pero hoy yo sé fijamente, que aunque mi perro pudiese hablar, haciendo que en tal momento me asustase al presenciar tan grande milagro, y me dijese que no entrase en la cueva, porque lo que dentro de ella iba a encontrar sería mi propia muerte, la verdad es, que ni al mismo Faidor (Dios) en aquellos momentos yo no obedecería, y así de resuelto, encendí el candil, y sin el menor asomo de miedo, ya que la ilusión y la alegría que poblaban mi espíritu en aquel encaldar (hacer) eran tan inmensos, que empequeñecían hasta el ignoro cualquier otro sentimiento. Adentreme en la cueva que era iluminada tenuemente con la pobre luz que el candil despedía, siempre acompañado de Pelayu que tras de mí, el muy tuno de mi aventura se reía, no era larga la caverna, pues a treinta metros no alcanzaría, y cuando llegué al final, no encontré ni las Xanas, ni los Trasgus ni Xumicius, ni la chalga, preciado tesoro que yo perseguía, sólo había muchos cascos de avellanas y de nueces, algunas latas de conservas ya vacías, unos trapos manchados de sangre, unas mantas viejas y apoyadas en la rocosa y húmeda pared de la cueva, había varias armas de fuego que pronto me hicieron olvidar la riqueza que en un principio había imaginado que allí me aguardaría. Por primera vez en mi vida iba a tener juguetes, auténticos juguetes de verdad de los que usaban los hombres para asesinarse vilmente al igual que hacen los lobos cuando por su cuenta cogen un apacible rebano de ovejas. Dejé el candil en el suelo y elegí entre todas aquellas armas una brillante escopeta, lleno de contentura me senté encima de aquellas mantas y empecé a maniobrar con aquel peligroso juguete, yo sabía cómo se manejaba supuesto que mi amo tenía una escopeta muy parecida y le había visto limpiarla y cazar con ella algunas veces, durante algún tiempo estuve jugando con ella, de una canana que allí había saqué dos cartuchos que metía y sacaba dentro de su recámara, yo me creía en aquellos mis felices instantes el más grande cazador del universo. Pelayu que ya se había cansado de husmear por todas las partes y no habiendo encontrado nada donde llancái el diente (hincar) se tumbó en el suelo frente a mi mirándome sonriente y burlonamente, (porque aunque ustedes no lo crean, yo sé que los chuchos saben sonreir). Enojeme de Pelayu al ver como tan descaradamente se mofaba de mí, por eso encañonele con la escopeta con ánimo de amenazarle, pero cambió Pelayu de gesto rápidamente, levantose con rapidez del lugar donde estaba achucáu (costado), enseñome los clientes ladrándome muy enfadado y a la velocidad del rayo salió de la cueva, quizás porque el inteligente animal presentía, de que alguna desgracia iba a lleldar (hacer) yo con aquel mortífero artefacto, y no quería ser él quien primeramente la recibiese en su cuerpo. Aun permanecí algún tiempo en la gruta jugando a mi manera con las armas, y solamente cuando el candil por su guiños me hizo comprender que su luz ya se le estaba escosando (terminando), salí de la caverna con la escopeta en una mano, dos cartuchos en su recámara y el candil en la otra. En el exterior Pelayu correteaba detrás de los grillos y las camporinas (mariposas) al parecer ya libre de todo enfado. Ya cansado de jugar dejé la escopeta en el suelo y senteme tranquilamente al lado del zurrón, y en cuanto mi perro vio que ya había abandonado el arma, vino corriendo hacia mí, moviendo la cola y sonriéndome amigablemente. Allá abajo en la mitad del valle pude ver a mi rebaño cómo subía espenandu (comiendo) los pochitcus (enanas encinas), y yo de nuevo me volví a sentir feliz y contento a pesar de no encontrar la chalga que tanto con su riqueza había soñado e ideado. Comimos a hora desacostumbrada mi perro y yo aquella pobreza de comida, y tras de jugar un rato, él se quedó adormilado y yo comencé a pensar de quién serían aquellas armas. No me cabía la menor duda de que aquel arsenal de armas debía de ser de los fugáus (huidos), seguramente que eran de aquellos cuatro rapazones (mozos) que se entregaran a los soldados que estaban destacados en mi aldea. Yo los había visto en el cuartel que los militares tenían que era en la escuela de mi aldea, un amplio edificio que fuera regalado a la parroquia por unos indianos del chugar (lugar) que retornaran de las américas con la corexa betchá de cuartus (con la cartera llena de dineros). Recuerdo que aquel día que yo los vi, un soldado que de seguro sería el barbero, les estaba cortando el abundante pelo que lucían, y uno de los rapazus le dijo sonrientemente al militar. ¡No hace falta que te molestes mucho camarada, pues cuando un día de estos nos trasladeís a la cárcel de Oviedo, allí lo más seguro es que nos rebanen el pescuezo! EL MACHO CABRÍO Güelgu coyer el filu dóu d'endenantes m'enduébitchaba algamiandu na miou motchera alcuerdancies de cundu you yera guaxe, ya comu tóus non se puén cuntar per filera, per ísu xebreme d'aquín, pa dir p'acuchá, perque toes les couxes tienen la sou xaceda, ya non la quixéramus cataye nuexotrus. (Volviendo coger el hilo de los aconteceres que anteriormente en mi cerebro se barajaban dentro de las añoranzas de mi niñez, y como todos estos acaeceres no se pueden relatar en hilera, por eso me marché de éste, para ir al de más allá, que es de donde vengo ahora, porque todas las cosas tienen su propia postura, y no la que quisiéramos darle nosotros). Y aunque parecía que me había perdido por estar tan llargu lonxe (tan largo lejos) la verdad es que yo no pierdo el tiempo adornando los hechos que no deben de ser adornados, nin fiéndume en xebraures que van esfaese 'n probeces, perque 'l que non ye llicenciáu 'n filloxofía e lletres, non pué faer munches froritures con les pallabres nin les lletres, ya per ístu, tien que encaldase 'n aforrador d'istus dellicáus y'artifixusus monumentus, perque si lus mesmus que güéi día que lus manexan y'atreinan, la metá de les veces non xapien lu que falen, ya llanquen el focicu fasta les urées en telares de Pachu 'l Xabadiegu betcháus de poxa y'escosáus del granu que ye pelu que tóus muramus nista engochá vida, ¿qué fairé you que 'deprendí namái que tres meses nuna escola pública? (Ni me hondeo en deserciones que se deshagan en pobrezas, porque quienes no son licenciados en filosofía y letras, no pueden hacer muchas florituras con las palabras y las letras, y por esta razón, tienen que hacerse ahorrativos de estos delicados y artificiosos monumentos, porque si los mismos que hoy en día los manejan y cuidan, la mitad de las veces no saben muy bien ni la mitad de lo que escriben, ni otra pareja parte de lo que hablan, y meten por estos menesteres el hocico hasta las orejas, en cuestiones que los imposibilitan para después resolverlas, y si se aproximan a este nivelamiento, lo hacen sembrando una hierba productora de mermado grano, que es el punto primordial que todos intentamos recoger en esta cerda vida. Como cuento, si estos señores eruditos en estas materias se equivocan ¿qué puedo hacer yo, ¡pobre de mí!, que tan solamente he tenido la suerte de ir al colegio público tan sólo tres meses?). Cuento yo que me hallaba en aquellos mis infantiles pensares intentando saber a qué huidos pertenecían aquellas armas, y así dejé tal perder el mucho tiempo que me sobraba, cuando mis ojos retrataron el gran combate que a baja altura, muy por debajo de donde yo me encontraba, sostenían tres cuervos, que despiadada y valientemente le atacaban a un águila real, y ésta piando quizás por el dolor que le inferían los efectivos picotazos de los cuervos, o tal vez en su lenguaje maldiciéndoles llena de rabia por el no poder repeler el ataque de que era objeto. No podía defenderse de sus tenaces atacantes, porque todo su cuerpo en gran tensión estaba, ya que al volar tan bajo, todas sus enormes energías las precisaba para mover sin el menor descanso sus grandes alas, con el apremiante fin de salir de aquel espacio que al parecer pertenecía a los belicosos cuervos, que con ardorosa valentía y enquina ofensiva, disputaban tal natural privilegio, a las mismas soberanas de los cielos. Había yo presenciado muchas veces batallas entre las águilas y los cuervos, y siempre éstos las perseguían atacándoles por su parte posterior, hasta la altura donde el águila ya no necesitase mover sus alas para sostenerse, cuando esto sucedía, los cuervos precipitadamente abandonaban el combate, porque ellos sabían, que donde el águila pudiese planear, todo animal viviente que se acercara, encontraría entre sus poderosas garras una rápida muerte. Queriendo yo saber como es natural el por qué los cuervos atacaban a las águilas, un día que cuidando sus cabras junto a mí estaba un paisano llamado Máximo, que por apodo se le llamaba el «Puchegu», porque tenía tantas razones en sus hablares como palabras por su boca se alumbraran, a pesar de que el Puchegu no sabía leer ni escribir, sabía de cuentos más que el mismísimo Quevedo, e igual hacía cuando se le necesitaba de veterinario que de médico, atinaba casi siempre cuando iba a llover o hacer buen tiempo, en fin, que era Máximu el Puchegu en todas aquellas aldeas de mis amores, una Enciclopedia que aventajaría en mucho a todas las que en nuestros días nos sirven las grandes editoriales, industriadas por hombres estudiosos de las ciencias. Empezó mi amigo el Puchegu explicándome, que son los cuervos de las abruptosas montañas más bregáus (valientes) que los que moran en las valladas o pequeñas lomas, y todo porque la escasez de alimentos en las rocosas cumbres, es muy inferior a los que existen en los valles o montículos, y así como a los hombres la abundancia los hace temerosos y a veces hasta pusilánimes, y la necesidad o privaciones los vuelve por ley de vida temerarios y osados, en los animales ocurre en igual medida lo mismo, así pues, el cuervo defiende su pitanza no permitiendo que las águilas cacen a menor altura que la que les pertenece, y si desde tal situación descubren una pieza, y bajan con su endemoniado vuelo de alas plegadas la apresan y luego vuelven a elevarse al lugar que les corresponde, los cuervos no osarán ni tan siquiera molestarlas, pero si por el contrario descienden para dedicarse a cazar desde el lugar que no les pertenece, entonces los cuervos las atacan con verdadera saña y valentía y siempre logran hacerlas ascender hasta la posición que ellos consideran justa. Esto es así, porque desde tal altura las águilas sólo pueden divisar en tierra una pieza que ellos no cazan nunca, como puede ser un conejo, una pequeña res, un zorro, y hasta inclusive el mismo perro que con el pastor cuida el rebano, y también se han dado casos en que las águilas hasta han cazado un lobo, y con él entre sus garras han subido hasta sus utreras (nidos) donde le devoraban con la misma satisfacción que pudieran hacer cuando se afestinaban con las tiernas carnes de un inocente corderillo. Si las águilas pudiesen volar más bajo sin ser por los cuervos molestadas, también podrían cazar con gran facilidad, lagartos, culebras, etc., etc., y es ésta precisamente la comida que el cuervo defiende, por eso ataca al águila cuando ésta intenta apoderarse de la que él cree que es su exclusiva pertenencia. Terminó el águila al fin tras el ardoroso acoso a que la sometieron los cuervos de subir hasta la altura que ellos consideraron lícita, y rápidamente éstos plegando sus alas la abandonaron y en vertiginoso vuelo buscaron el abrigo de los arbustos de sus montañas. Terminó para mí aquel día el maravilloso espectáculo que la soberana del cielo y los bravos cuervos me habían ofrecido, y fue entonces cuando me incorporé del lugar donde me hallaba sentado, para mirar a mis cabras que guarecían (pastiaban) por encima de donde yo estaba a la corta distancia de unos cincuenta metros, lo primero que mis ojos retrataron fue el orgulloso y antipático macho cabrío, que empericotáu (subido) en un cuetaron (peñasco) a la par que espenucaba (arrancaba) las fuéas d'un pótchiscu (hojas de una enana encina), mientras que las enguyía, parecíame a mí que me estaba mirando desafiadora y despreciativamente, con sus grandes y retorcidos cuernos, su larga perilla y enorme cencerro, se me representaba como el diablo que sonriéndose ladinamente se guasaba de mi humilde persona, a la par que de mi buen Pelayu, pues a entrambos y dos el condenado nos había hecho correr infinidad de veces, por eso, tanto Pelayu como yo siempre que teníamos ocasión y traicioneramente, él le mordía sañudamente en sus cadríles (patas) y yo le atizaba barganazus (estacazos) y pedradas donde mejor encaldase (terciase). Ocurriósele a mi mente en aquellos momentos el darle un buen susto a aquel demonio con cuernos y cencerro, por eso así la escopeta con determinación, y cargada como se encontraba con dos cartuchos, apunté por debajo de donde él se hallaba con el firme propósito de tan sólo darle un susto que no olvidase en su vida, y ya sonriéndome adelantadamente por el resultado de la idea que sin más pérdida de tiempo iba llevar a la práctica, apreté los gatillos de la escopeta, y una doble y potente explosión originose que dio conmigo en el suelo por la fuerte sacudida que el arma emburrióu (empujó) con dolor en mi cuerpo. Pero escosóseme d'afechu (marchóseme del todo) tal dolor, cuando entre el repilar (ecos) de la montaña por la explosión, sentí al macho cabrío lanzar al viento grandes berridas, que hiciéronme con preocupada prontitud deducir, que aquel demonio odioso no se quejaba por el susto que pudiera recibir, sino por la perdigonada que sin yo proponérmelo le había albergado en su pelambroso y maloliente cuerpo, levanteme sin demora del pedregoso lecho donde la escopeta con su duro empujón me había acostado, y aún tuve tiempo de ver cómo el semental de mi rebano rodaba por entre los cuetus del xerrapeiru (peñas de la sierra) infiriéndose más heridas en su cuerpo que las que yo por equivocación con los dos disparos le había inferido, siendo quizás su muerte no la perdigonada que le había desequilibrado, sino los argutoxus cuetus (agudos peñascos) que cual cuchillos al rodar su pesado cuerpo por entre ellos le apuñalaban mortíferamente, por eso al detenerse en su poleamientu (rodar) detrás de un pótchiscu (encina) que encontró en su paso, dejó de berrar en el instante, que su vigoroso cuerpo perdiera la vida. Fuime yo corriendo acompañado de Pelayu que me ganó la palma en la carrera, hasta el lugar de aquel desgraciado suceso, y cuando llegué donde el chivo estingarráu (tirado, acostado) ya no contaba como enemigo vivo, vi cómo a torrentes se desangraba, a la par que Pelayu con su nutritiva sangre se fartaba (hartaba). Pensé yo con gran temor cómo decirle a mi amo lo que había pasado, él que sentía por su chivo un orgullo y continuo ponderado casi desmedido, pues siempre que la ocasión se le brindaba cuando con sus vecinos dialogaba, soliales afarrucado (faroleándose, chuleándose) decir, que no había en toda la comarca un macho cabrío que ni con mucho en raza y estatura, se le pudiese parecer al suyo. Era ya casi la hora de afalar (retornar arreando el ganado para casa) cuando se me ocurrió la idea de decirle a mi amo que el chivo por si sólo se había despeñado, así que guardé la escopeta en la cueva y apresuradamente yo temeroso y preocupado y Pelayu contento por hallarse harto, reunimos el rebaño y nos encaminamos hacia la aldea, parecía que hasta las mismas cabras que en otras ocasiones se mostraban rebeldes y saltarinas, aquel desdichado día caminaban cabizbajas y avizorantes, observando en todas las direcciones con pronunciosa alteración, buscando aquel macho cabrío que las dirigía y dominaba con su orgullosa presencia, haciéndose notar en todo momento, por el continuo tañir de su zumbiétchu (cencerro), que por primera vez en el rebaño no se sentía el caidonante ruxíu (dirigente sonido). Pienso yo que solo contento caminaba vigilante mi fiel Pelayu, porque ya nadie en el rebaño se atrevía a discutirle sus ladridos o frágiles mordiscos, cuando por orden mía a las cabras con eficiencia les infería. Más sin embargo yo, al igual que a mis cabras, algo me tenía también apresado, algo extraño para mí, por primera vez a mi espíritu esclavizaba, que ni era tristeza ni pena, pero sí era miedo y grande desesperanza. Siempre que retornaba con mi rebaño a la aldea, cuando en las atardecidas la montaña abandonaba, mi corazón ameruxáu d'allegría (rebosante de alegría) a mi garganta un torrente de cante le rogaba, y ésta inocente y falta de todo perjuicio, sintiéndose tan dichosa como los mismos celestiales ángeles, cantaba recias asturianadas, mientras que todo mi ente, afanosamente afalaba (arreaba) las cabras. Quizás cantara yo aquellas horas con más gracia que en todo el día por alegre que fuera y pudiera tener, porque por así decirlo me acercaba al sencillo y noble vivir de las gentes de mi aldea, pues diez o doce horas en la continua soledad que en las montañas me acompañaba, para un rapacín como yo era, eran muchas horas desamparado de la comunidad humana, y sobre manera yo, que con ser mi cuerpo ágil y fuerte hasta casi rayar en el desuso, empequeñecido se quedaba si le comparaba con mi espíritu tan ensoñador e imaginativo, que todas las cosas al engrandecerlas confundía, menos el miserable pan de la maxera (artesa) que mi amo me entregaba, que a pesar de ser tan escaso, jamás supe imaginar nada para engrandecerle. Estaba mi amo a la entrada de la aldea esperándome como siempre hacía para ayudarme a xebrar el rebaño, ya que como eran tantas cabras, no cogían todas en la misma corte (establo), y había que llevar parte de ellas a otra cortexa (cuadra pequeña) que estaba en la parte opuesta de la aldea. Entretenía siempre su espera el condenado de mi amo, hablando con un artesano del lugar, que se dedicaba a la fabricación de yugos y madreñas, que tenía su taller montado debajo de un hórreo, que estaba asentado a la salida de la aldea, mismamente en la desembocadura del pedregoso y empinado sendero que venía de la montaña. Desde tal lugar él sentía con antelación el potente tañir del zumbiérchu (cencerro) que ximielgaba (movía) con fuerza y hasta con orgullo el estupendo semental de su rebaño, entonces él liquidaba por el momento con el madreñeiru la conversación que estuviesen embargando, y dedicaba toda su atención a su rebano, observando con avarienta atención, en el propiar si sus ganados venían fartus óu famientus (hartos o hambrientos), o si alguna de sus cabras venía coxa (coja) por mor de haberle caído una piedra o cualquier otro accidente que hubiera acaecido, como solía ser normal algunas veces. Pero aquel inolvidable para mi atapecer (atardecer) vio antes sus cabras que escuchara el ya inexistente zumbiétchu, por eso con su vozarrón de trueno, y como una centella por mí temido, me preguntó a la distancia de una piedra lanzada cuesta abajo: —¿Qué fói lu que pasóu Xulín...? —¿El chivu perdiu 'l mayuelu...? —Quería decirme, que si el cencerro que llevaba su chivo, había perdido el majuelo, o pequeño péndulo que lleva dentro el cencerro. —Esto también era frecuente que sucediese. Contestele yo desde aquella altura con mucho menos miedo que si me encontrase ante su presencia, diciéndole que el chivo se había despeñado, y arriba en la montaña se encontraba muerto. Estas mis palabras que en el viento camino de la aldea mi voz empujó con fuerza, fueron escuchadas por mi amo que se encaricotóu (encendió) en una rabiosa tristeza, que si pudiese desahogarla, seguro que en mi persona haría él su complacencia. También la desgracia del chivo, que por mí a voces era anunciada, fue oída por algunos otros vecinos a parte del madreñeiru, y como aquel semental de macho cabrío había sido siempre tan aponderado e idolatrado por el babayu (bocazas, charlatán) de mi amo, que con su dichoso cabrón los vecinos de la aldea ya habían pescado la costumbre de decir siempre que alguien ponderaba una cosa, ¡non si paezme a mín, que moren más castrones que Manín na nuesa aldea! Bueno pues como estoy contando, todo el lugar en pocos minutos se había enterado y en parte congregado a la salida del camino que bajaba de la montaña, ya que la muerte de aquel chivo que había ya dejado entre ellos la ya dicha cantinela, les había algunos los más envidiosos y vengatibles alegrado, y a los otros los más sentimentales y nobles les entristecía la muerte de tan comentado castrón. (También se suele llamar castrones a los chivos muy grandes). Al fin entré yo en la aldea quizás con el mayor recibimiento que jamás a nadie le hicieran, y todos atropelladamente me preguntaban lo que con el dichoso castrón me había sucedido, y yo les repetía a la par que intentaba xebrar las cabras para llevarlas a sus respectivas cuadras, que se había despeñado y que todo descuatramindáu (deshecho, desarmado) se quedara en la montaña. Un ratiquín (un tiempo) más tarde, y ya siendo casi la oscurecida, tres vecinos del lugar haciendo cuadrilla con mi amo, caminaban en pos de Pelayu y mía, otra vez camino de la montaña, para enseñarles donde estaba estrapayáu (aplastado) el chivo, con el propósito de bajarle para casa, con el fin de aprovechar su piel y carnes, que serían curadas bajo las barras del xardu (secadero) una estupendísima cecina. Llegamos a la postre ya con la noche tan negra como la boca de el lobo, al xeitu (sitio) donde el chivo fechu 'n chaceiru (hecho un deshecho) ya en el frío de la muerte sin despertarse dormía, tanto Manín que yera mi amo, como los tres vecinos que le hacían compañía, sudorosos y respirando medio ahogados por el tremendo esfuerzo que suponía subir con tanta rapidez hasta tamaña altura, sin perder un momento amarraron el animal por las cuatro patas juntas haciendo cucara (en montón, juntándolas todas) con una cuerda que para tal menester ya traían, y colgándolas de un fuerte y largo palo del que también venían poseídos, echáronselo al hombro entre dos, y con menor rapidez y mayor precaución, relevándose entre ellos conseguimos llegar sin novedad a la aldea. A pesar de ser casi la media noche, aun había algunos vecinos en reunión dentro de al parecer amena charla que quizás tuviese mucho que ver con el castrón, Manín y con mi desventurada persona, esperándonos en el lugar donde el madreñeiru trabajaba. Entramos todos en procesión rumorosa en la corralada de la casa de Manín, detrás del cabrón que colgado del baral sofitado en los hombros de dos vecinos se xiringaba (balanceaba), vigilado siempre con sonrisa ladina por mi fiel Pelayu, que comprendía que al no tardar, iba a saciarse hasta el no poder manducar más, con los rojos hígados de quien en vida, le hubiera hecho correr con cierto temor con el rabo entre sus piernas. Mientras que mi amo y sus serviciales vecinos se disponían a desfoyar (desollar) colgado de unos garfios que había debajo del hórreo al desgraciado chivo, la muyer (mujer) de Manín sin parar de condolerse, y hasta inclusive queriendo a mi endilgarme parte de la culpa, me dio de cenar una escudilla de farines (harina de maíz cocida) con una taza de leche de cabra, porque la leche de las vacas la tomaban ellos y la que sobraba la hacían en manteca, que tampoco yo nunca la probaba. Por primera vez no se hallaba sentado a mi lado sacando la lengua y relamiéndose, mirándome con sus ojos inteligentes en espera que yo le tirase delante de sus narices una cucharada de mi comida a mi fiel Pelayu, pues él sabía que al lado del castrón, tenía una fiesta grande con sobrada pitanza. Comía yo vorazmente aquellas puliendras (farinas), a tan desusada hora de la noche, sin que mi mente de pensar cesara, y antes de terminar mi miserable cena, una luz que me llenó de cierto temor en mi cerebro escendiose, para decirme con su claridad, que no iba a transcurrir mucho tiempo antes de descubrirse mi mentira, porque al esmianaye 'l pelleyu (quitarle el pellejo) al castrón, le encontrarían incrustadas en su cuerpo las postas que le habían matado, y me interrogarían sobre tal suceso, siendo yo al momento un cómplice y encubridor de la muerte del condenado cabrón, que según parecía me iba a dar guerra hasta después de ser muerto. Seguramente querrían saber el por qué les había mentido, haciéndoles creer que se despeñara, cuando a la prueba estaba que fuera abatido por un tremendo pistoletazo. Bajé después de cenar a la corralada donde los hombres andaban a vueltas en la desfoyadura del castrón, a la luz de un par de candiles de carburo y no llevarían un cuarto de hora reparándoles en su circunstancial oficio de carniceros, cuando Antonón el de la Cuandia dijo sorprendido mirando para mi amo que le alumbraba con el candil en la mano para que los otros vieran mejor en la faena que encalducaban (hacían). ¡Ah Manín, isti castrón non morrióu comu diz el tou criadín despeñáu, pos tién ente 'l coración ya lus polmanes un manegáu de postes llancades, asina que si quiés saber quién l'achuquinóu, pregúntaye 'l tou rapazacu, lu que axucedióu! ¿Qué ye lu que me tas diciendu...? ¿Quién diañus diba pegái 'n tiru 'l miou cabrón ? Antonón arrabucandu d'ente les asaures del chivu cuatru ou cincu postes que yeren de grandies comu arbeyinus rancuayus, díxole 'l miou amu metiénduyes per dellantri 'l focicu: ¡Mira Manín, ístu fói lu qu'achuquinóu 'l tou chivu! (Ah Manín, este cabrón no murió despeñado como dice tu criado, pues tiene entre el corazón y los pulmones un cesto de postas plantadas, así que si quieres saber quién le asesinó, pregúntale a tu muchacho lo que sucedió). (¿Qué es lo que me estás diciendo? ¿Quién demonios le iba a pegar un tiro a mi cabrón?). (Antonón arrancando de entre las asaduras del chivo cuatro o cinco postas que eran de grandes como pequeños guisantes, le dijo al mi amo mostrándoselas por delante de su hocico: ¡Mira Manín, esto ha sido lo que asesinó a tu chivo!). Hallábame yo detrás de ellos a media penumbra, por eso no pudieron ver cómo todo mi cuerpo temblaba, y mis mexiétchas (mejillas) se encendían como las mismas brasas cuando el viento las apuxa (atiza). Quizás si fuese a pleno día, me hubiesen sacado la verdad al descubrir yo mismo por mis síntomas externos la mentira, pero la noche, encubridora de toda claridad que profané sus negras vestiduras, me ayudó a ser firme e inamovible de mi primera mentira. Convencido mi amo de que le había engañado, acercose a mí con el candil en una mano, y llena su despreciable alma de ira, y enloquecida venganza, con la otra su mano, atizome un fatáu de morráes (varias galletas, tortas, guantazos) que dieron con mi cuerpo en el suelo, y antes de que yo pudiese huir del peligro que me rodeaba, levantome del suelo con la misma mano que tan vilmente me castigara, y a la par que alumbraba mi rostro donde la abundante sangre que manaba de mi nariz lo embadurnaba, me dijo mirándome con sus ojillos de bracu (cerdo) donde la maligua ira en un brillo salvaje se enseñoreaba: ¡Ahora mismo me vas a decir hijo de perra y de republicano asesino, que el día que asesinaron a tu padre que era lo mismo que tu un embustero y un bandido, te tenían que haber envenenado a ti, para que no pudieses hacer el mismo mal que hizo tu condenado padre, vamos, dime quién fue el que disparó contra mi chivo, dímelo pronto o terminaré contigo! Y al tenor que esto me estaba diciendo, su dura mano caía una y otra vez sobre mi rostro, y fue entonces cuando aquellos hombres de entre sus manos me arrancaron, pues al no hacerlo, quizás aquella bestia humana, que había luchado en defensa de la (PAZ DE ESPAÑA) fácil me hubiera asesinado, como seguramente acostumbrado debía de estarlo, al haber practicado tal demoníaco proceder, con otros indefensos inocentes, de los miles que asesinados fueron en Nuestra Patria, por cobardes, dañinos y miserables hombres, como lo era mi despreciable amo. Fue curado con agua fresca mi amoratado y sangrante rostro por Antonón de la Cuandia, que me aconsejaba cariñosamente, les dijese lo que con el cabrón me había en la montaña sucedido, y que no tuviera ningún miedo de contar la verdad que se buscaba, pues ella misma me protegería de quien me hubiera amedrantado para que no le delatara. Cuéntanos hijo si fueron los huidos quienes al chivo le dispararon, ya que nadie más que ellos pudo hacer tal cosa, y ten presente que si no nos lo dices ahora, mañana vendrán los guardias y ya verás cómo con ellos no puedes seguir negando. Díjele a Antonón el de la Cuandia, que yo estaba dormido, y que me desperté cuando sentí al cabrón bramar desesperado al tenor que bajaba rodando por entre los peñascos, siendo aquello todo cuanto yo había visto y oído. Volvió otra vez ya más sosegado mi amo a insultarme y amenazarme, y a la postre me ordenó que abandonara su casa, pues él no fartaba bribones que lejos de cuidar su rebaño, permitían que personas tan canallas como yo lo era se lo asesinaran. Marcheme de aquella casa de noche, maltrecho mi cuerpo y deshecha de sufrimientos mi infantil alma, sin más pertrechos que los que llevaba a costillas, que eran los únicos que poseía, y que constaban de un mono de caqui hecho de la guerrera de un soldado, con más remiendinos que de plumas tiene una gallina y de todos los colores que imaginarse puede, calzado con unas alpargatas de esparto donde los calcaños se asentaban en el suelo y los dedos lo mismo hacían por no quedar de las alpargatas nada más que la parte del centro. Por primera vez desde hacía varios meses que Pelayu era o mejor dicho había sido compañero inseparable de hambres y fatigas, de juegos y caricias, de largas soledades entre ambos repartidas, por primera vez digo, mi fiel compañero ya no me seguía, me traicionaba el muy ladino por unas piltrafas que de vez en cuando aquellos hombres que carniceraban en el cabrón, le arrojaban en el empolvado suelo de la corralada, para él valía en aquellos momentos más la asquerosa pitanza, que todo el cariño que yo pudiera brindarle, ya no se recordaba el muy desagradecido de que yo repartía con él a partes iguales la escasa comida que para mi sólo me entregaba el llabascón (cerdo grande) de mi amo, en una palabra, Pelayu era un desagradecido y egoísta, propiedad que en mayor o menor cuantía, va fusionada en el instinto de todo ser mamífero de la Tierra. Llegué aquella primera noche de mi vida, que había sido maltratado, insultado, golpeado, pisoteado, arrastrado y ofendido a tan gran profundidad y altura, que dudo que a mis años en todo el mundo, a nadie le hubiera sucedido tan inhumana atrocidad, cuento yo, que hice mi entrada en la casa de mi madre, que en la sazón se encontraba trabajando en una alejada aldea, en el caserío de otra viuda que su marido había sido asesinado en el cementerio de San Salvador de Oviedo la misma noche y en el mismo paredón que fusilaran a mi padre, así pues, hallábame yo sólo en casa y eso enormemente en aquellos momentos me alegraba, pues si mi madre hubiera estado en la casa, le haría sufrir aviñonándome yo de pena, y quizás ocurriesen peores cosas, ya que mi madre era, y aun sigue siendo, y Dios me la conserve muchos años, pues fue lo mejor y lo único que he tenido en mi existencia, mujer de duro carácter, intrépida y valiente hasta no tener el más pequeño temor, de pelearse ella sólo contra todos los moradores de la aldea. ¡Cómo mi madre, nacen en un siglo pocas mujeres! Al día siguiente que era domingo, y por tener en la parroquia a que pertenecía mi aldea, un cura que para demonio había nacido, ya que el muy condenado había conseguido de las autoridades una ley, que no se quién se la había fabricado, pero el caso es que existía, y condenaba a todos los vecinos a oír la Santa Misa, y a no trabajar ni en las tierras, ni en los prados, ni en nada, bajo pena de una multa que la ley considerara justa por ser injusta. Como yo ya no tenía trabajo, pues cuidar los ganados estaba permitido, y aquel gochu de mi antiguo amo desde aquel día tendría que hacer el trabajo que como un miserable esclavo yo le hacía, me levanté tarde del único xergón de fuéa (jergón de hoja) que en la casa había, que lo había industriado de unos sacos, porque todo cuanto poseíamos que era bien poco, al terminar la guerra el honrado vencedor nos lo había robado, y no contentos con esto, todavía fusilaron a mi padre, acusándole de haber robado grandes cantidades de dinero, de haber hecho esto, lo otro, y lo demás allá, y todo porque se le querían cargar cuatro caciques, como se ha hecho en todos los lugares de mi Patria buena. Noté que me dolía el rostro y que le tenía ensangrentado, no pude mirármelo al espejo. porque éste era un lujo que en mi casa no existía, así pues, me fui hasta el río que por detrás de mi casa pasaba, y me lavé como mejor pude, secándome después a las sucias y ásperas mangas de mi mono, y sin desayunar nada, porque en la casa no habla ni la más mínima consolación de comida, me dirigí a oír la misa, ya que yo de pequeñín era muy creyente y religioso. Estando yo enredando (jugando) con algunos otros guaxinus (niños) de mi aldea, en espera que tocase la última campanada para entrar en la iglesia, vi llegar la pareja de la guardia civil y un vuelco de temor revolvió mi ánimo, que casi consiguió ordenarme que saliese corriendo, huyendo pronto de aquel nuevo peligro que me acechaba. Sin embargo no lo hice, porque o no era lo suficientemente valiente, o lo necesariamente cobarde para hacer tal cosa, lo cierto es que cesé de jugar y me quedé mirando para ellos, lleno de temor, de tristeza, de pena. Preguntaron a alguien quién era yo, uno de mis vecinos me señaló, entonces los guardias me llamaron, y yo hacia ellos avancé, cabizbajo, temeroso y desamparado, igual los niños que los vecinos me miraban sin urniar (decir) palabra, muy posible muchos de ellos, tanto fascistas como rojos, vencedores o vencidos, sintiesen una profunda pena al ver aquel niño, desventurado e inocente ruina que dejó la vil venganza de la posguerra, avanzar sin protección ni cariño de nadie hacia los guardias, al fin llegué junto a ellos y me los quedé mirando, no me gustaron sus rostros, que me parecieron dos demonios, entrambos se quedaron mirando unos momentos en silencio mi rostro, en el que se podía leer la despreciable cobardía y nefastosas intenciones, que se enraizaban en el podrido sentimiento de mi amo, pude comprobar que esbozaban una tenue sonrisa, y no pude descifrar, si era que les alegraba observar el sello del martirio anclado en mi cara, o si por todo lo contrario, me dedicaban un consuelo de lastimosa consideración. Qué enano era yo físicamente en aquella lejana y para mi inolvidable, desgraciada y maestrosa mala época, si desde mi distancia también en el momento mi señora prisionera, proyectó mi mente siempre libre, como el misterioso dios que en cada mente humana vive, cuento yo que si me observé ante toda aquella gente, asustados los unos, hartos de maltratos, satisfechos los otros, por formar parte del mando, e indiferentes los restantes por no contar nada en ningún bando, digo que si me vi tan insignificante en mayor cuantía todos cuantos me rodeaban eran, ya que ninguno de ellos optó, en defender a un niño inocente y lleno de temor, que no había cometido más delito que el matar sin querer a un chivo, que era menos cabrón que todos aquellos papalbus humanos. Uno de los guardias con el mosquetón en la mano, me acarició mi corta y jamás peinada cabellera, pues nada más que tenía dos dedos de larga, mi madre me la rapaba al cero para que los abundantes piojos en ella no sembraran la descendencia de sus miserias, y a la par que esto hacía tan despreciable celador de una ley muy poco justiciera, con palabras que pretendían ser cariñosas y amables me dijo: —Ya veo por las caricias que luces en tu rostro, que con todo merecimiento y sin ninguna duda el señor Manín te ha hecho, que eres un niño rebelde, desobediente y malo, que te niegas a decir la verdad, y por lo tanto por todos estos endemoniados pecados irás al infierno, así es, que si ahora mismo no me dices quién fue el que disparó contra el chivo de tu amo, yo también tendré que castigarte. En esto estábamos el guardia y yo rodeados por los vecinos que no decían ni pío, cuando hizo acto de presencia el señor cura, que relevando a la autoridad de su palabra no así de mi persona, me aconsejó apoyando sus frases en la Divinidad de Señor, para que les contase la verdad que me liberaría de todos mis sufrimientos. Díjele al cura lo mismo que al guardia que yo estaba dormido, y que sólo me había despertado al oír al chivo berrar a la par que bajaba por entre los peñascos rodando. La ruda mano de aquel guardia, que seguramente había sido toda su vida un rústico campesino y que la guerra le había liberado de tan honrado lugar para colocarle en el más delicado de los oficios, como es el de servir con dignidad a la Justicia, cuento yo que aquella pesada mano de aquel hombre que pensaba que las personas había que tratarlas como a las bestias con las que él hubiera vivido siempre, dejó de acariciar mi cabeza y sus dedos se aferraron como si fuesen fuertes murgazas (tenazas) a una de mis uréas (orejas), y sonriéndose como si me estuviese el muy hipócrita acariciándome, a la par que me rogaba que le contase la verdad, me apretujaba con tal fuerza, que el dolor que me inyectaba me hacía ver todas las estrellas. Creo que lo que más le molestaba aquel cobarde representante de la ley, no de la Justicia, era que yo, que la vida ya me había forjado en saber llevar el sufrimiento, ni llorara, ni gritara ni menos me quejara de nada, por eso el infame seguía despiadamente con todas sus fuerzas apretándome, aun es hoy el día, que cada vez que me recuerdo de aquel momento mi oreja se pone tan rápidamente colorada, que hasta me molesta el calor que alumbra. Así en este atroz sufrimiento yo me debatía, sin que nadie de los allí reunidos por mí intercediera, dentro del horripilante dolor que me producía aquel estrapayáu d'uréas (retorcimiento, aplastamiento de orejas), cuando llegó mi madre ante la concurrencia, pues como era domingo, bajaba la pobre de aquella aldea donde toda la semana había estado trabajando, trayendo encima de la cabeza una manieguina (cesta) llena de viandas que en el caserío le habían dado a cuenta de su esfuerzo. Cuando mi madre me vio a mí, en tal escarnecimiento, tiró la manieguca al suelo, y llena de una fuerza airada que la multiplicaba, se acercó tan randa como una centella hasta mi verdugo y arrancándole el mosquetón de un fuerte tirón de entre su mano, le pegó con él tamaño golpe encima de sus costillas, que dio con él como si se tratara de un muñeco de trapo en tierra. Antes de seguir con esta cierta historia, voy hacer un inciso, para describir muy someramente cómo era mi madre en aquella época. Era joven, aun no llegaría a los cuarenta años, y a pesar de su juventud, ya había perdido la pobrecita dentro de los mayores sufrimientos que se puedan imaginar, a dos hijos que luchaban en la guerra, a su marido que fuera fusilado y a todo cuanto poseía. Mi madre como perteneciente a la más ancestral raza astur, era rubia, con el pelo del color de la miel, o de la escanda sazonada, tan abundante lo tenía, que cuando lo llevaba suelto y se acuruxaba (agachaba) le tapaba todo su cuerpo como si lo cubriera con una preciosa manta. Sus ojos eran a veces tan azules como el transparente cielo de una mañana de primavera, y en ocasiones eran tan verdes como los mismos campos de nuestra aldea. Era tan pura y recia como la misma madre naturaleza, inamovible en sus decisiones, honrada y justiciera. Era una auténtica astur procedente de la primera raza que pobló las ubérrimas montañas de mi noble tierra, y no una mistificación como somos hoy en día más del noventa por ciento de las gentes asturianas, enraizados con todos los colonizadores de nuestra tierra. Mi madre enojada era una invencible fiera, y tranquila y serena, era tan hermosa y dulce como incomparablemente lo es mi asturiana tierra. Y ya dicho con suficiente claridad como era esta excepcional mujer, vuelvo a centrarme en el desaguisado que mi madre justicieramente preparara, con una valentía y decisión tal, que dejó a todos perplejos y anonadados, pues el guardia que en posición ridícula espanzarrado moraba en el suelo, desde tal lugar miraba con ojos desorbitados a mi madre que con el mosquetón en la mano y a la par que se lo arrojaba con fuerza y mala sangre contra su pecho le decía: ¡Yes un llimiagu, lu mesmu que toes istes xentes que conxentíen, qu'dellantri de la mesma ilexia del Faedor, y'en prexencia d'isti cura escosáu de coyones ya xusticieres razones, lú mesmu que tous vuexotrus que sois una cabaná de baldreyus, que tu que yes un cachiparru, martirizares a isti nenín pequenu, ya s'ístu faedis con miou fíu qu'entavía 'l probitín non sabe dúnde come, ¿qué faeredis con les prexones mayores? (Eres un rastrero baboso, lo mismo que todas estas gentes que te consienten, que delante de la iglesia de Dios y ante la presencia de este cura que no tiene ni cojones, ni justicieras razones, lo mismo que todos vosotros, que no sois nada más que un rebaño de cobardes, que tú que no eres nada más que un parásito martirizaras a este pequeño niño. Y si esto haceís con mi hijo, que todavía el pobrecito no sabe de dónde come, ¿qué hareis con las personas mayores...?). El otro guardia que sin lugar a dudas parecía un hombre con mejores sentimientos que el gusano que me había martirizado, intentaba sujetar a mi madre propinándole palabras que le aconsejaban que no complicara más las cosas, mientras que su repugnante compañero se levantaba del suelo, y ya con el arma entre sus manos, la enarboló por encima de su cabeza en amago de dejarla caer encima de mi madre a la sazón que con una inquina maligna y cobardosa le decía: ¡Si fuese usted un hombre, ahora mismo le partía la cabeza en dos para que al final de su existencia comprendiera usted, que el deber de todo ciudadano es respetar a la ley! A lo que mi madre le respondió de la siguiente manera: —Si you fora un home, a usté había qu'allevantalu dóu tá, p'ancuandiálu debaxu tierra, que ye 'l llugar quéi cuerresponde a la xentuza baldreyante comu ye usté. Ya tocante a la ley que reprexenta, que ye tan betchá de maldáes comu usté mesmu, pásula you ya toes les prexones decentes pente les piernes ya mexamus per echa. ¡Perque isa lley que tantu cacaréa achuquinóu ya t'achuquinandu a fatáus d'iñocentes, sin respetar nin al vietchu que t'encantu la xepoltura, nin al xoven qu'entavía non golióu 'l tafu de papalbus ya rapiegus que tienen tous los comedores que la endubiechan y'esmarachen! (Si yo fuese un hombre, a usted había que levantarle del lugar donde se encuentra para enterrarle bajo tierra, que es el sitio que le corresponde a la gentuza cobarde como lo es usted. Y tocante a la ley que tanto cacarea, que está tan rica de maldades como usted mismo, la paso yo y todas las personas decentes por entre las piernas y meamos por ella). (¡Porque esa ley que usted representa, ha asesinado y está asesinando a muchos inocentes, sin respetar ni al viejo que ya se encuentra al borde de su sepultura, ni tampoco al joven que todavía no se ha olido, el característico mal hedor que emana de los comedores, indeseables y ladrones que la han hecho, así como ustedes que atropelladamente obligan a punta de pistola y látigo a que se cumpla!). Aun puedo ver en los rostros de todas aquellas gentes que nos rodeaban, desde esta asquerosa celda donde viviendo el presente que me aprisiona en esclavo de unas injustas ordenanzas, mi mente desdoblándose en dimensiones pasadas, añora con tristezas y alegrías, las primeras alumbradoras fuentes de toda mi desgracia. Sí, veo los ojos asustados de algunos de mis convecinos, que al escuchar aquellas graves y acusadoras palabras que mi madre airada, enloquecida y por toparse en su justo desquiciada, le decía a aquel guardia que tan cobardemente la amenazaba. Sí, veo como todos ellos con tristeza pensaban, que mi madre no iba a salir de aquel asunto bien librada. Pues en aquellos tiempos por menor delito, al paredón de fusilamiento llevaban a personas más recomendadas. Vi los ojos de aquel guardia ruin y rastrero, vilos cómo se llenaban de una alegría satánica, quizás en otras ocasiones ya por él vivida, cuando a tantos inocentes martirizaba o asesinaba. Vi cómo dejó de amenazar a mi madre, cómo colgó el mosquetón de su hombro, y metiendo la mano sonriendo canallescamente en su macuto, sacó unas relucientes esposas con las que se disponía a encadenar a mi madre en el lleldar (acaecer) que le decía: —La voy a llevar a usted y a su hijo detenidos hasta el cuartelillo, y allí, le enseñaremos a usted a respetar la ley y el orden, ya verá usted cómo cuando nosotros la dejemos, no se le ocurrirá jamás ofender a la ley y al régimen, ni aun en su propio pensamiento. Y en cuanto a su cachorro, que parece ser tiene su misma casta, también le enseñaremos a decir la verdad aunque tengamos que arrancarle la lengua. Fue entonces cuando uno de los dos principales caciques de la aldea, que también ye menester que cuando encarte les diga cómo eran, le dijo al guardia con palabras amenazadoras: ¡Dexe tranquíl ista muyer ya 'l sou fíu, pos güéi mesmu vou cuntaye you 'l sou xefe la clás de guardia que ta fechu. (Deje tranquila a esta mujer y a su hijo, y hoy mismo le voy a contar a su jefe la clase de guardia que está hecho, que se ha dejado desarmar por una mujer cuando cobardemente usted martirizaba a su hijo, poco puedo poder yo si no le hago catar covixu noitre ufixu (oficio), perque nisti de guardia paeme amindi que nun ten llixa (arte, valer, etc.). La fuerza y poder que tenían aquellos desalmados caciques en aquellos tiempos de desalmados vivires, achindi mesmu xuntu lus mious güétchus (allí mismo frente a mis ojos) quedaba bien claro, porque aquel guardia aviñonáu de miéu (lleno de miedo), se justificaba rastrera y servilmente pidiéndole perdón aquel hombre que no había sido en toda su vida nada más que un verdadero canalla, per ístu miou má noxá fasta cuaxí la llocura dista maneira le falóu (por esto mi madre enojada hasta casi la locura de esta manera le habló). —Lu que me faltaba per uyír, que tena que debéi cumplíus a isti baldrayu d'achuquín, que dexóu la nuexa 'ldina xemá de güerfaninus dexamparáus de la mán del Faidor ya de lus homes. (Lo que me faltaba por escuchar, que tenga yo que deberle favores a este cobarde de asesino que dejó la aldea sembrada de huérfanos desamparados de la mano de Dios y de los hombres). ¿Nun foste tóu sou banduerru de lus enfermus el que denuncióu 'l miou home paque me l'achuquinaren na cárxel d'Uviéu? (¿No has sido tu comedor, canalla de los infiernos el que ha denunciado a mi marido para que me lo asesinasen en la cárcel de Oviedo?). ¿Ya con lus fíus de Manolón el Gocheiru...? ¿Qué foi lu que fixiste conechus baldrayán? Que yeren un par de rapazus más bonus qu'el pan d'escanda qu'enxamás fixerun mal a naide, ya cundu taben per aquíndi de millicianus, ya tóu t'encovaxabes fugáu per les branes, tóus xapiemus na cabana que t'empayaretabes, ya tantu nuexóitres perque yeras veicín comu aquechus ñocentinus rapazus qu’achuquinasti deximiémuste xempre pa que nun te prendieren. Que fatiquinus forun lus probetayus rapazus, y'anxín pagarun con las sous vides les sous fatezas, pos se te viexen deñunciáu, nistes gores tabes fechu 'n meruxéiru de merucus, xustamente lu que yes, y'echus taríen vivus al lláu de lus sous pás. (¿Y qué has hecho con los hijos del Cerdero?, que eran un par de mozos más buenos que el pan de escanda, que no han hecho más mal los pobrecitos, que cuando fueron al servicio militar por la quinta; y estuvieron por estos contornos de milicianos, mientras que tu andabas por la braña huido, y sabiendo nosotros en la cabaña donde te refugiabas, no te hemos denunciado porque eras nuestro vecino, aunque tuvieras la idea política que te diera la gana, que no debe de ser ninguna, porque te parió tu madre canalla desde la entraña, pues como te estoy diciendo, tanto aquellos grandes rapazos como nosotros, te olvidábamos siempre para que nunca te cazaran. ¡Qué tontos fueron aquellos pobres y desgraciadinos muchachos, y así pagaron con sus vidas sus tontezas, pues si te hubiesen denunciado, a estas horas, tu estarías hecho una verbena de gusanos, que ni más ni menos es lo que eres, y ellos estarían vivos al lado de sus desesperantes padres!). Todos escuchaban a mi madre silenciosos y asustados, considerando algunos con tristeza, que mi madre se había vuelto turulata (loca) para atraverse a manifestar acusadoramente ante los guardias, el cura y el pueblo, lo que todas las gentes de la aldea sabían que era cierto, pero no se detuvo mi madre en el acuse que le hacía aquel villano de todas sus bellaquerías, pues al no encontrar nadie que la importunara, siguió con su palabra y con igual fuerza mortificándole de esta manera: —E nus tiempus d'endenantes, cundu lus roxus mandaben lu mesmu que vuexotrus facedis nagora, non trañia l'esquilona de l'ilexa p'axuntanus en conceyu p'uyír la misa tres el cura, perque pieschada taba la casa del Faidor, ya con lus curas lus roxus nagua querían, peru a pesar de tar tan lexus del Faidor, a naide s'achuquinóu n'aldea, ya se morrierun un par de rapazus, fói nel frenti, peru nagora que tenemus l’ilexa 'l entestate, y'un cura que coyius de la man quiér chevanus a tóus pel atayu de non sei que Dios, ya non sei que cielu, pos con tou isti telar, entremedáu de cures, ya caciques comu lu yes tóu, de confexones, mises ya xermones, achuquinasteis n'aldea 'n poucus dies, más xentes que de mala manera, enxamás de lus xamases en Asturies murrierun. Se tóu xupiés so lladrón achuquinante, lu mesmu que toes istes xentes que m'acorrelan, lu que you tenu xufriu nes comunicaciones de la muerte que se encaldaben na cárxel d'Uvieu, dúnde 'l miéu ya 'l espavoríu facien fuercia, únde 'l fríu enxenebráu la entraña te queimaba, únde les chárimes esbocáes en el glayíu xapoixaben, atristeyáus ya dollores qu'eszarapicaben, tous lus xentíus de cuantus escuchaban. Non puéu apoixar de mious videtches, lus güeyus enfervecíus de aquechus homes, qu'agoxáes allumbraben engafuráes chárimes, con les manes tembluqueántes per el miéu, acoyendu con desesperación las rexes de fierru, que non lus dexaben en postreira vez, abrazar a la sou muyer ya lus sous fíus, qu'ameruxáus de cariñu, ya betcháus de dollor, choraben ya glayaben, xiringáus per el amore que profexaben naquel home, que yera 'l pá de lus fíus, el mantín desous quereres, y’l caidonal del sou llare. Naide algamía per mor de aqueches rexes de fierru entemedades, falagar cómu postreira despedida, a la muyer nin al home, nin lus pequeninus fíus, que güerfaninus naquecha nueche diben quedaré, perque banduerrus baldreyus lu mesmu que tóu, lus deñunciaben y'acusaben de faer fatáus de couxes, que ni nel xoñéu lus probetayus dacuandu lleldaren. Tóus nun mirabamus atristeyáus per debaxu la borrina qu'acobertoriaba lus güeyus encarnispáus pe les chárimes, ya lexus de falanus tantes couxes, nel tiempu tan escosu que nus daben, esfaíamonus en playíus choramiqueirus llastimeirus e nes fanes más mortales. Enclicáus tous per un dollor que nes entrañes esquiciáu t'esgarduñaba, tabamus fatáus de xocenes muyeres que güéi toes viudes y'esgraciaínes semos, enlloquecides y'engarrinchades a les rexes que a la llibertá ya la xusticia trincotiaben. Nagua podiamus decinus, perque la pallabra afogábase na conguetcha qu’el alma esfaída pe la tristieza sacupaba, sous penares nel gargüélu, a munchus el dollor añuedábayes el celebru con tal prietura, que esmurgazábanse col xentíu perdíu nel enllabanáu xuelu. Alcuérdume comu s’agora mesmu fora, ya xamás de lus xamases tal desxusticiáu, endiañáu, baldreyóuxu ya chuquinamientu de xentes abondes d'eches tan iñocentes comu isti rapacín, que la mesma lley qu'achuquinóu a suo padre, martirizóulu a él, ante 'l cura, que mangonéa la mitá la aldea, y'isti banduerru de cacique dumeña entrambas partes, ya tous voxoutrus qu'empaparáus per el miéu, olvidósebus defender tou lo güenu per lu que lus vuesus homes llucharun ya morrierun ¡Sin alcuerdume d'aqueches canallesques comunicaciones que se lleldaben na cárxel d'Uvieu, ya non esborraránseme de les mious vidatches metantu que la vida me acompañe! (En los tiempos ya pasados, cuando los rojos mandaban lo mismo que vosotros hacéis ahora, no tañía la campana de la iglesia, para llamarnos y rejuntarnos a todos en fraternal comunidad, para escuchar la misa detrás de un cura, porque cerrada estaba la Casa de Dios, y con los curas los rojos no querían saber nada. Pero a pesar según parecía de que se encontraban muy lejos del Hacedor, a nadie asesinaron en la aldea, y si han muerto un par de jóvenes, ha sido luchando en el frente. Sin embargo ahora, que tenemos la iglesia siempre abierta y un cura que asidos de la mano, quiere llevarnos a todos por el camino más corto para alcanzar, no sé a qué dios, ni tampoco a qué cielo, pues con todos estos sucederes que ahora están pasando, entretejidos por los curas, y por caciques como lo eres tú, de confesiones, misas y sermones, habéis asesinado en la aldea en pocos días, más gentes que de mala manera, jamás de los jamases no contando estos tiempos, en todo Asturias han muerto. Si tu supieras so ladrón y asesino, lo mismo que todas estas gentes que nos rodean, lo que yo he sufrido en las famosas comunicaciones de la muerte que se hacían en la cárcel de Oviedo, donde el miedo y el pavor, hacían fuerza, donde el helado frío que el temor producía, al mismo tiempo las entrañas te quemaba, donde las lágrimas deslocadas en gritos lastimeros se posaban, haciendo tristezas y dolores tan inmensos, que despedazaban todos los sentidos de cuantos escuchaban. No puedo apear de mi cerebro los ojos enardecidos de aquellos hombres, que a cestadas alumbraban envenenadoras lágrimas, y con sus manos temblorosas por el miedo, cogían con desesperación las rejas de hierro, que les prohibían por última vez, abrazar a sus mujeres e hijos, que llenos de cariño y ricos de dolor, lloraban y gritaban desesperadamente, movidos por el amor que profesaban a aquel hombre, que era el padre de los hijos que quedarían ya para siempre desamparados, el amante esposo de sus quereres, y el fuerte guía de sus lares. Nadie alcanzaba por la causa de aquellas rejas de hierro fuertemente entretejidas, halagar como última despedida, a la mujer ni al hombre, ni a los amados y pequeños hijos, que huerfanitos aquella noche si iban a quedar, porque indeseables cobardes lo mismo que tu eres, les habían denunciado y acusado, de haber hecho muchas y malas cosas, que ni en el sueño los pobrecitos, jamás ni habían pensado. Todos nos mirábamos entristecidos, por debajo de la niebla que nublaba los ojos enrojecidos por las lágrimas, y lejos de hablar de tantas cosas en el tiempo tan corto que nos daban, nos deshacíamos en lamentos lastimosos, que nos precipitaban en los abismos más mortales. Agachados todos por un dolor que en nuestras entrañas enloquecido sin piedad las arañaba, estábamos en aquella triste ocasión, muchas jóvenes mujeres que hoy todas viudas y desgraciadas somos, enloquecidas y agarradas con desespero a aquellas rejas, que a la Libertad y a la Justicia pisoteaban. Nada podíamos decirnos, porque las palabras ahogábanse en la garganta, que el alma deshecha por la tristeza, vertía en ella sus penares. A muchos el dolor les aprisionaba el cerebro con tal fuerza, que se desvanecían privados del sentido entre las losas que poblaban el suelo. Recuerdo como si ahora mismo estuviese sucediendo, y nunca jamás, tal injusticia, endiablada cobardía, y canallesco asesinamiento de gentes, muchas de ellas tan inocentes como este pequeño, que la misma ley que asesinó a su padre, le está martirizando ahora, precisamente ante la presencia del cura, que es el dueño de la mitad de la aldea, y de este indeseable de cacique, que domina entrambas partes, y de todos vosotros que llenos y dominados por el miedo, os olvidasteis de defender todo lo bueno y hermoso, por lo que vuestros hombres lucharon y murieron). (¡Sí recuerdo aquellas canallescas comunicaciones que se hacían en la cárcel de Oviedo, y que ya nunca podrán borrarse de mis sienes, mientras que la vida me acompañe!). Recuerdo perfectamente cómo todas aquellas gentes escuchaban a mi madre entre asombrados, y compasivos, entre temerosos avergonzados y ofendidos, y quizás hubiesen escuchado muchas más injusticias que habían hecho no los caballeros y valientes soldados, que denodadamente lucharon hasta conseguir la victoria, ni tampoco las juventudes que militaban en el partido triunfador, sino las gentes maduras, caciques que habían conservado la vida en entrambos bandos, que llenas de un odio vengativo y endiablado, habían hecho ellas más muertes criminales en la paz de la posguerra que todos los leales luchadores de enemigos bandos. Digo yo que mi madre con su cordura de mente les hubiese seguido acusando, si el cura, muy oportuno y diplomático, como son todos los religiosos de carrera larga, no se ausentara sin decir palabra, y ordenara al sacristán que tocase la última campanada, para entrar a la iglesia con el fin de escuchar la misa. Y ahora diré, que mal dicho está que yo diga que el sacristán tocase la campana, porque no había tal campana, ni en la iglesia de mi aldea ni en ninguna otra en todo el valle, ya que los rojos, se las habían llevado todas, no sé con qué fin ni propósito, como tampoco puedo comprender porque quemaban los santos que jamás les harían ningún daño, y dejaban con vida a indeseables como los caciques asesinos de mi aldea. Lo cierto es, que como campana de la vieja iglesia de mi aldea, había un trozo de raíl colgado del pórtico con una alambre, donde aporreaba el sacristán, con un martillo medio deshecho de los de cabruñar la guadaña. Nada más que el toque comenzó hacerse sentir, fueron las gentes desfilando tras la llamada de la postrera campanada, sin que nadie se osara replicarle a mi madre ni tan sola una palabra, bien fuese de desagrado o de conformidad con cuanto había enardecidamente manifestado. Todos se adentraron en la casa del Señor donde yo creo, que si el Nazareno pudiese apoixase (apearse) de la Cruz, no dudo que a todos ellos una tocata de barganazus les esfargayara. (Paliza de palos que en ellos prodigara). Dejó mi madre de reñir a voz en grito, pero siguió haciéndolo muy quedadamente, a la par que con gran remango recogía su cesta, que colocándola esta vez debajo el brazo, nos encaminamos para nuestro lar, mientras que aquellas gentes, culpables unas e inocentes las otras, le rogaban a Dios, los unos por sus pecados monstruosos ya cometidos, que en El no habían pensado cuando los ordenaban, los otros, quizás le pidieran paz y prosperidad para ellos, sus cosechas y ganados, pero Dios no escucharía ni menos ayudaría, ni al pecador tal vez arrepentido, ni al inocente libre de pecado, y lo sé por propia experiencia, porque yo, tantas veces le he llamado, suplicado y rogado, siempre a cuestas con el temor, la miseria y el desprecio que el mundo en mi había sembrado, y jamás El se dignó ni tan siquiera escucharme, porque si me hubiese escuchado, y no remediara con prontitud ni nefastoso sufrimiento, yo diría ya sin el menor equívoco, que el Dios que todos tememos y adoramos, no es nada más que un diablo. Y esto sin lugar a dudas es así, porque Nuestro Señor está harto de nosotros hasta la misma coronilla, y por eso pensó ya en inmemoriales tiempos, que o liquidarnos a todos, y olvidarse sin pena y con prontitud del mal invento que había industriado, o dejarnos vivir a nuestro aire, sin preocuparse ya para nada de nuestros haceres, hasta que la muerte nos lleve a su presencia. Caminaba yo detrás de mi madre, sujetándome con la mano mi dolorosa y sangrante oreja, que más doloroso sufrimiento me había reportado, cuando aquel imbécil y canalla de guardia me la había retorcido, que si me hubiesen molido todo mi cuerpo a palos. Llegamos a la postre a nuestra humilde casa, y siempre sin parar de reñir mi madre, de maldecir y de amenazar, estongóu 'l llar (limpió la cocina) de añejas cenizas, y con la rapidez con que ella solía hacer las cosas, tizóu ‘l fuéu (prendió el fuego) y después, puso un cazo lleno de agua con sal y unas hierbas (que ahora no sé cómo se llaman, pero que son muy buenas para las heridas) a hervir, y mientras que hervía, s'encaldóu nel trabayu de pulgar patacas (se hizo en el trabajo de mondar patatas), de las que había traído de la aldea de donde venía. Cuando el agua estuvo en su punto, que fue en el momento que ella terminara de aliñar las patatas ya listas para ser fritas, se dispuso mi madre a curarme, y al tenor que lo estaba haciendo, y viendo yo en su rostro retratado el cariñoso sufrimiento que por mí sentía, ella como siempre intentando disimular toda emoción, me preguntó dando muestras de un enfado cariñoso, ¿que qué era lo que había sucedido, o en qué líos me había yo alojado, para que los guardias me hubiesen puesto el rostro como un Ecce Homo? —Díjele a mi madre que el guardia no me había hecho nada más que estrapayáu l'uréa (deshecho la oreja), y que las otras heridas me las proporcionara el amo Manín, por las causas del condenado cabrón que ustedes ya saben. —Vi cómo las recias manos de mi madre temblaban al tenor que a mis heridas con aquella agua milagrosa me lavaba, sentí cómo su voz enardecida juraba y perjuraba contra aquel Manín de los infiernos, al cual ella decía, le iba a colgar la foiz (hoz) del pescuezo. Dio por terminada mi cura y en instantes me preparó la comida, que consistía en un buen cazo de patatas fritas con grasa de tocino, un gran cantezu (pedazo) de pan de escanda, y un escudiecháu de lleiche con borona (taza de leche con pan de maíz), y ya fartuquín fasta ‘l rutiar (harto hasta el eructo), preguntele que si podía ir a dar una vuelta por la aldea, a lo que ella me respondió afirmativamente, recordándome con amenazas, el que non m'engarricra con lus oitres rapacinus. (Que no me pelease con los otros niños). Cuando me dirigía al lugar donde todos los chicos por costumbre teníamos de reunirnos para enredar (jugar), en una de las callejas de mi aldea, me topé con Pelayu, que seguramente habría abandonado a su amo en el monte, por el extraño de no verme a mi como sucedía siempre. ¿Porque qué animal o persona con sentimientos nobles y cariñosos, podría vivir en la soledad del monte en la compañía de una repugnante bestia, como lo era Manín nuestro amo...? Viome primero Pelayu que yo a él le avistara, y casi estoy por asegurar, que me había olfateado antes de que yo desembocara en la calleja, donde él buscándose la vida por todos los rincones husmeaba. Porque yo jamás había visto a Manín, darle al pobre de Pelayu de comer nada, ya que Manín solía decir dándoselas siempre de razonero eficiente, que el perro no se le podía dar la esllaba óu llabaza de fregar lus cacíus (las aguas sucias residuos de lavar los cacharros de la cocina) porque estaban los bracus na cobil urniándu per llapalas (cerdos en el cubil gruñendo por tomarlas), que al perro lo único que se le podía dar, era aquello que no tuviese aprovechamiento para nada, como les llixes de les vaques cundu betchaban, de las uvées ya les cabras, óu cuallesquier oitra molicie que paque nún fediera menester yera encuandiála (como las libraduras de las vacas, de las ovejas y las cabras cuando parían, o cualquier otra porquería que para que no oliese mal, fuera necesario enterrarla). Vino Pelayu hacia mí envuelta su alma perruna por una gozasa alegría, pero me di cuenta con pena profunda, que no hacía tal acercamiento dentro del desenfado y gracial camaradería que en todas las ocasiones él conmigo usara, pues por primera vez mi buen Pelayu, para acercarse a mí, rastreramente se arrastraba, no era por el miedo de que yo le apaleara, ya que jamás ni de palabra le había ofendido, era sin duda porque se sentía muy avergonzado de haberme abandonado la pasada noche, cuando tan triste y solo me encontraba, y quizás más le necesitara. ¡Pobre Pelayu! ¡Qué alma más humana tenía, y a cuántos humanos, el alma de los rabiosos perros les dirigía! Me agabuxé (agaché) a su lado, envuelto yo por una sana, jovial, y angelical alegría, le besé su rostro varias veces entusiasmado, y acaricié con gozo su fino y sedoso cuerpo, y olvidándonos entrambos él de su cobardía y yo del rencor que pudiera por su gesto guardarle, nos fusionamos en un abrazo risueño y cariñoso, donde él dando pequeños ladridos por los que manifestaba su alegría y pena, me lamía una y mil veces las heridas que adornaban mis mexietchas (mejillas), y quizás se estuviese jurando, que aunque le costase la vida, nunca de mi lado se alejaría. Toda aquella tarde, estuve jugando al «llanque» y a la «palombietcha» con el único amigo de verdad que en la aldea tenía que se llamaba Muel. Pobre amigo mío, murió cuando apenas tenía veintiocho años, reventado por el más duro y esclavizante trabajo, que desde su niñez y en mi compañía, fustigados por el hambre y la necesidad, entrambos y dos a las severas órdenes de su padre, como serradores en casi todos los montes de mi Asturias, habíamos llevado a cabo, al final, su cuerpo ya deshecho, explotado y gastado, fue consumiéndose en la triste soledad del sanatorio del Naranco, donde murió devorado por una tisis galopante. Tenía Muel dos o tres años más que yo, y sin embargo éramos los dos de la misma estatura, y empezamos a serrar madera manualmente los dos en el mismo día, teniendo yo en la sazón, tan sólo trece años, fue nuestro maestro su propio padre, y nos trataba como nadie se puede imaginar, ya que no había día, que no nos untara ‘l focicu (nos azotaba) por lo menos un par de veces. No es que aquel hombre y excepcional trabajador fuese malo, no nada de eso, es que el pobre precisaba por fuerza mayor, para poder desarrollar el duro trabajo del serrador, que nosotros hiciésemos el trabajo de hombres y no éramos nada más que dos niños. Digo yo que aquella tarde, le conté a mi amigo Muel, como había encontrado en la montaña la cueva de las armas, y así hablando de nuestros proyectos, acordamos que al día siguiente subiríamos hasta ella, para jugar hasta cansarnos con aquellos juguetes de verdad. Así es que a la oscurecida retornamos cada uno para su casa, saboreando por adelantado lo felices que al día siguiente habíamos de ser. Caminaba en pos de mí, tan contento y satisfecho como siempre mi buen Pelayu, sin preocuparse para nada de que él, era un esclavo de Manín, y no un ser libre que pudiese hacer lo que más le conviniese, pero al llegar a la esplanada donde asentada estaba la bolera, lugar clave donde se reunían todos los vecinos de la aldea, después que concluían sus trabajos, bien fuese para charlas y cambiar impresiones, o para jugar unas partidas a los bolos, como cuento, allí estaba Manín, en diálogo con unos vecinos, ya de retirada para su casa después de haber encerrado las cabras, cuando vio a su desleal Pelayu, que muy contento y moviendo con gran felicidad su rabo, me acompañaba a mí, como si yo fuese en vez de él su amo, dejó a su contertulio con la palabra en la boca, y cambiando su pacífica charla por la riña loca, embistiome a mi con ofensiva y pecaminosa palabra, al mismo tiempo que con la vara que portaba en su mano, descargó sobre el confiado Pelayu tal varazo, que a quedarse el pobre tan sólo un segundo condoliéndose del acuciante dolor que en su cuerpo se anidaba, seguramente que hubiese llevado sobrada ración de varazos, que fácil la dejarían sin vida in situ. Pero no hizo tal cosa mi buen Pelayu, sino que salió huyendo como alma que se lleva el diablo, lanzando en el aire ladridos, que yo creo que no eran por el profundo sufrir que le proporcionara el castigo, sino que en su lenguaje, seguramente maldeciría aquella bestia con figura humana, que era capaz de azotar despiadadamente a un inocente niño, o de asesinarle a él mismo, que no se encontraba con más culpa, que de despreciar a su amo, por canalla y miserable. Y lo propio que Pelayu hizo, no lo dejé yo para más pensado, y a la vez que me perdía en la carrera, huyendo de aquel reptil repugnante y asqueroso, recuerdo que con rabia enloquecida yo le dije: ¡Fíu de put, baldreyu, llimiagu! (Hijo de puta, cobarde, rastrero, baboso..., etc., etc.). Pero miren ustedes por donde, estaba mi madre allí cerca en casa de una vecina hablando de sus cosas tranquilamente, cuando al sentir al Manín que me ofendía, al perro ladrar por la caricia que había recibido, y a mi insultándole poniéndole como un pingayu (de lo peor), salió mi madre de casa de su vecina, con todos sus muchos ánimos aviesporáus (envenenados, aguijoniantes), y cogiendo un palo que allí a mano había, bien seco y sudado, porque hiciera su servicio sirviéndole de mango a una fexoria (azada), se dirigió con extrema rapidez y silenciosamente al lugar donde Manín estaba, y sin decirle ni una sola palabra, empezó a darle palos con aquel formidable mango, que la suerte a Manín le cupió de que nuestros vecinos la detuvieran, porque sino, creo que le hubiese matado. «LA MULTA O EL REFORMATORIO» Al día siguiente, mi amigo Muel, yo y Pelayu, subíamos alegremente hacia la montaña, con locas ansias de llegar pronto a la cueva, con el infantil y firme deseo, de jugar hasta saciarnos con aquellas armas, recuerdo a mi querido amigo, futuro candidato al igual que yo, a la penosa esclavitud que como serradores nos aguardaba, la veo con su sana sonrisa, pintada en sus pequeños y vivarachos ojillos azules, acariciar una y otra vez, con una alegría inmensa aquellas armas, no existía para nosotros en el mundo, en aquellos felices momentos, nada que pudiésemos apreciar tanto, como aquellos mortíferos juguetes, de los que en la sazón, éramos los únicos señores y dueños, nos hallábamos fuera de la cueva, enredando cada uno con su escopeta, y una canana repleta de cartuchos colgada del hombro a la bandolera, Pelayu, desentendiéndose de nosotros mitigaba su hambre cazando grillos y mariposas, o cualquier otro insecto que plugiérale y fuérale rentable para entretener su enflaquecido estómago. Después de cansarnos de hacer la instrucción marcando el paso con la escopeta al hombro, emulando a los soldados cuando hacían prácticas en nuestra aldea, yo le dije a mi amigo señalándole el lugar, que desde aquel mismo sitio, yo había tumbado de dos certeros disparos al cabrón de mi amo. Muel, sacando dos cartuchos de la canana y metiéndolos dentro de la recámara de su escopeta, me dijo que él también pudiera haberlo hecho, y para asegurármelo de que no marraría el tiro, me señaló una piedra rojiza que había muy cerca de donde muriera el chivo, y a la par que se ponía la escopeta en el hombro para materializar lo que había asegurado, me decía ilusionado: —¡Fíxate Xulín!, ya veras cómu la desfaigu nun fatáu de cachiquinus—. (—¡Fíjate Julín!, ya verás como la deshago en mil pedazos—). El doble disparo retumbó dentro del natural silencio de la montaña, como si se tratase de un ruidoso trueno de las tormentas de los veranos, las águilas y los cuervos, así como todos los pájaros y animales que moraban por aquellos aledaños, moviéronse de sus lugares, graznando las aves al levantar el vuelo, y quizás las alimañas agudizasen al oído para saber el peligro que pudiese traerles aquel espanto. Hasta Pelayu dejó su caza insectívora para ladrar desaforado, como si presintiera que otro cabrón había sido abatido, que le haría de nuevo volver a hartarse, o tal vez nos estuviese reprimiendo, queriendo con su lenguaje decirnos, que aquella xuxeante folixa (crecido ruido, alegría, juerga, etc., etc.) que tan amanicomiadamente entamábamos (enloquecido ruido que hacíamos) no iba a reportarnos buenos resultados. Lo cierto fue que mi querido amigo Muel, no atinó a deshacer aquella rojiza piedra contra la que había disparado, y yo alegrándome por su fracaso, cargué con rapidez mi escopeta, me la puse en el hombro, y disparé contra aquel blanco otros dos disparos, tampoco pude yo hacer puntería, y él mofándose de mí, cargó de nuevo su escopeta con notoria alegría, a la vez que me aseguraba que de aquella no fallaría, volvía a disparar sin importarle para nada el tremendo culatazo que nos solían dar aquellos guerreros artefactos. Y así, una y otra vez, atenazados por un gozo y felicidad que nunca con tanta fuerza a nuestros juveniles espíritus había con entera libertad creado, disparábamos con alegría ilusionada contra aquel aproxetáu cuctu (enrojecida piedra), creyéndonos guerreros invencibles, o cazadores afamados. Muy posible yo me creyera un jefe poderoso, justiciero y honrado, que cada disparo que hacía, l'eszarapaba les vidatches d'uno de lus baldreyus homes, que habíen achuquináu ‘l miou padre. (Le deshacía las sienes de algunos de los cobardes hombres que habían asesinado a mi padre). Lo cierto fue, que tras de quemar veintitantos cartuchos cada uno, la piedra seguía en su sitio, y nosotros un poco desilusionados, hicimos un pequeño descanso, en el que acordamos cambiar de blanco. Disponíamos de nuevo hacer más atinadas prácticas sobre el rugoso y fuerte tronco de una encina, cuando Pelayu salió de junto nosotros y con apremiante prisa ladrando, contra un intruso que nos visitaba, guiado al parecer por el atronador ruido, que con nuestros alegrativos disparos formábamos. Era nuestro mal recibido visitador un rapazacu (mozalbete) que andaba por aquellos montes a la caza de la perdiz, que había endemasía nutridos bandos, que bajaban a veces hasta los sembrados d'arbeyinus y'oitres semáus (de guisante y otros sembrados) más alejados de la aldea, y ni el gran espantapáxaru tenía llixa de xebrayus (espantapájaros tenía fuerza para espantarlos). Jerónimo se llamaba aquel jovenzuelo indeseable, que había heredado de su padre toda la cobardía y males tales, que muchas gentes de mis lugares, le estarían rabiosa y odiativa, despreciable y asquerosamente maldiciendo, hasta que el Hacedor les llevara de este mundo tan poco lleno de humanidades. Era hijo de este sujeto tan maldecido, cacique de mi aldea con vuelos tales, que no del todo satisfecho con enviar para el otro barrio algunos de sus inocentes convecinos, en el acaecer se dedicaba, a que a sus vecinos la ley, que había, muy moldeable para dar por buenas todas las denuncias avaladas por caciques facciosos como él, se ensañara con crecidas multas, que al no tener dinero la gente aldeana para satisfacerlas, tenían que vender parte de sus ganados, y sabedores los tratantes por ser lobos de la misma camada aunque con diferente collor (color), que los campesinos tenían que vender sus reses con abonda priexa (mucha prisa) para satisfacer aquellas multas antes que se enrodietcharen (enredaran) peores males, pues como cuento, aquellas aves de rapiña de tratantes, se unían todos de tal manera, que lograban desbaratar los mercados hasta tal punto, que más que comprar, lo que hacían, era robar dentro de la ley a los aflijidos y siempre maltratados campesinos. Al quedarse los desdichados aldeanos sin sus ganados, por la causa de aquellas multas, que la verdad era nadie sabía que era lo que castigaban, aquellas asesinantes multas que la ley les inxertaba (injertaba), que les hacía dentro del acuciante temor que en aquel lleldar (ácaecer) era aterrante, deshacerse de sus ganados para pagar tan diabólicas y desnaturalizantes sanciones. Y como los campesinos, por lo menos en todas las embrujadoras aldeas de mi melgueira tierrina (dulce tierra), y me supongo que tal sucederá en todas las aldeyuelas del mundo, sin ganados de tiro no pueden trabajar sus erus (tierras), tenían que por fuerza mayor, agenciárselo aunque fuese dentro de las más viles condiciones, y así, el canalla de cacique de mi aldea, daba vacas, yegüas, cabras, y ovejas a la comuña (condición) que tan sólo el agobio de la desesperante necesidad hacíales aceptar, con lo que se condenaban a ser esclavos de un ganado que no era de ellos, siendo en la mayor parte de las ocasiones las ganancias completamente nulas, pues si una res se moría, se despeñaba, la mataban los lobos o la devoraba el oso, no la perdía el dueño, sino el comuñero, y así, de esta miserable forma, este canalla de cacique, explotaba vilmente a muchos campesinos que por imperativa necesidad, eran comuñeros de este indeseable asesino, que no había hecho la guerra en las trincheras, porque su cobardía era tan grande, que le había obligado a pasar toda la contienda escondido en los montes, y ahora que la guerra ya terminara, era cuando él verdaderamente la hacía, en la entristecida y enlutada paz que poseían las gentes de mis aldeas. ¿Cuántos despreciables seres como este nefasto individuo había en mi Patria... ? ¡¡Yo creo que honradamente debemos todos de reconocer, que había un par de ellos en cada aldea, y en las villas y ciudades me supongo que morarían muchos más!! Cuento que llegó el Jerónimo con su escopeta al hombro acompañado de su perro perdiguero ante la nuestra presencia, y ufanándose altaneramente quizás pensando que nos iba a hacer, lo que le diera la gana, nos dijo con apariencia muy enojada, al mismo tiempo que nos ofendía con sus palabras: ¡Haber decirme pronto, ¿dónde habéis robado estas escopetas?, si no queréis que vos falague ‘l llombu con ista bardiaca! (que nos moliera a palos todo el cuerpo con una vara que portába en sus manos). No despegó sus labios en el momento mi amigo Muel, porque el padre de aquel llabasquín (cerdo pequeño) era el dueño de los ganados de su casa, y por aquello de que el amo siempre, sin la razón con la ganancia anda, no le refutó pequeña palabra. Pero yo que ya me había creído que aquel babayu de guaxón (farolero, fantasma de mozalbete) se iba apoderar de mis armas, las que yo creía que eran de mi entera propiedad, le dije sin miedo y desafiantemente, que aquellas escopetas eran mías, y que ni él ni nadie sería capaz de quitármelas. Entonces Jerónimo mirándome acusadoramente me replicó seguidamente con estas palabras que me condenaban: ¡Entonces... tu fuiste el que mató antes de ayer al chivo de Manín? ¡Si yo fui!, le dije envalentonado y poseído de una airada rabia, a la vez que le encañonaba con la escopeta y amenazándole firmemente le aconsejaba: ¡Fáinus el favore de dexanus nel nuexu antroxu, ya colar pel mesmu xeitu per únde sen chamate 'llegasti, se nun quiés que faiga nel tou ventrón, el mesmu buracu quei fexe nus fégadus del cabrón de Manín! (¡Haznos el favor de dejarnos con nuestra alegría, y márchate por el mismo sitio, por donde sin llamarte has llegado, si no quieres que haga en tu barriga, un orificio parecido, al que le hice en los hígados del cabrón de Manín!). —Y fue entonces cuando Muel valientemente apoyándome con su amenazante escopeta y con sus advertientes palabras le dijo: ¡Mira Jerónimo, no tiene nada que ver que mi padre se arrastre frente a vosotros, por el miedo de que le quitéis el ganado, pero yo ahora no soy mi padre, y si no sales en el momento corriendo como una exhalación (centella, rápido), me parece a mí, que te vamos a coser a perdigonazos! Justificándose Jerónimo con el atropello que en el miedo se cosecha, dio media vuelta y casi a las carreras, tomó las de villadiego, a la par que se alejaba murmurando no se qué amenazas. Su perro, quedose unos instantes olisqueándose con Pelayu, al que yo achuché (azuzé), y Pelayu que para engarradiercharse (pelearse) era una ardorosa fiera, saltó como un león, atacando con un furor endemoniado al fino can perdigonero, y si no es por Muel, me parece que allí en el mismo lugar que había muerto el chivo, Pelayu hubiera despachado, aquel hermoso, cariñoso e inocente perro. Quedámonos muy satisfechos y gozosos, a la par que en nuestros espíritus, navegaba el orgullo perfumándose con la vanidad Humana, y todo, por haber acoyanáu ya féchule moscar ameruxáu de miéu (acojonado y haberle hecho huir, lleno de miedo) al hijo de uno de los amos de la aldea, que en un principio se había creído, que le sería sencillo hacer con nosotros cuanto le viniese en gana. Durante algún tiempo, estuvimos llindiándu (vigilando, cuidando) a Jerónimo por ver el camino que se tomaba, pues teníamos el temor que se ocultara para después sorprendernos, pero no fue así, y al final muy contentos ya le vimos corriendo que se las pelaba en compañía de su perro, desembocando en el pedregoso camino que le conducía a la aldea. Sabiéndonos libres del temor del adefesio de Jerónimo, y olvidándonos en el mismo instante de cuanto con él nos había acontecido, volvimos a nuestro peligroso juego, de disparar las escopetas contra diferentes blancos, y así, hablando de nuestras cosas con satisfacción que nos embargaba dentro de una felicidad pasajera, deslizábase el tiempo sin enterarnos, hasta que a la postre, dimos fin a todos los cartuchos que teníamos, y fue entonces, cuando decidimos esconder las armas en la cueva, y con los hombros doloridos por las sacudidas que nos propinaban las escopetas por los disparos, disponíamosnos muy contentos en el regreso para nuestras casas, y para simular que veníamos de la leña, agenciámosnos unos tochacus de pochiscus (leños de encina) y poniéndonoslos al hombro, bajamos corriendo por entre los vericuetos y las serpenteantes sendas, hasta llegar al camino real que nos conduciría a la aldea. El ubérrimo valle de alegría alborazada, que poblaba por entero nuestros espíritus, viose en unos segundos nublado y con rapidez cubierto, por un zozobrante y temeroso manto, nacido del retrato que nuestros ojos hicieran, cuando a la entrada de la aldea, justamente en el mismo lugar donde por costumbre, mi amo solía esperarme para xebrar (apartar) sus cabras, estaban aguardándonos los guardias, en la alegre compañía de Jerónimo, que poseyendo las mismas indeseables zunas (costumbres) que su padre, no había perdido ningún tiempo en ir hasta el cuartelillo para delatarnos. Yo tentado estuve cuando me percaté que eran los mismos guardias que el día anterior me habían cobardosamente martirizado, de tirar los garbetus (leños) que llevaba en el hombro, y salir corriendo para huir de aquel verdugo que sonriéndose ladinamente, quizás estuviese pensando su enrevesada y nefastosamente, el volver a esforgayame (arrancarme, estriparme, deshacerme) la única oreja que me quedaba sana. Sin embargo, logré dominar el miedo, y dejando a Muel que abriera la marcha, llegamos a la postre ante la presencia de ellos, y aquel canalla de guardia, no se dirigió a Muel a pesar que unos metros delante de mí iba, sino que vino sonriendo malignamente hacia mí, con las mismas asesinas intenciones que el hambriento lobo lleva, cuando para satisfacer sus ansias del espíritu y la carne, sin el menor miedo se lanza, sobre el inocente corderillo que no tiene a nadie que le defienda. Antes de dirigirme la palabra, aquel demonio con tricornio, que a fe mía desprestigiaban, porque hermosa para el pueblo es la esclava de la Justicia, cuando todas sus obligaciones y credos justamente da cumplidas. Digo yo, que lo primero que hizo fue cogerme mi oreja sana, apretarme un poco para ponerme en atención, y luego mirándome altanera y sonrientemente me dijo: ¡Ahora ya no me negarás de que no has sido tu quien disparó sobre el cabrón de tu amo, y me supongo que también me dirás, dónde has conseguido las armas, maldito pilluelo, hijo de una bruja y de un rojo republicano, o comunista sin entrañas! Tiré los tochucus (leños secos) al suelo apremiado por el dolor que de rabia me desencaldaba (deshacía), con tan mala fortuna que por mí no había sido pensada, que diéronle en las piernas de aquella fiera uniformada, y gran dolor en él tuvo que lleldarse (hacerse), porque dejó de esfarugarme (deshacerme la oreja), para acariciar con gestos de dolor la caña de una de sus piernas, al mismo tiempo que yo hacía lo propio con mi oreja, que ya colorada como una guinda, me resquemaba como si estuviese ardiendo. Mirome con ojos extraviados por la rabia que le enloquecía, y siendo mayor la fuerza de su cobardosa entraña ya en poder de las iras que lo movilizaban, que el dolor que su cuerpo sentía, soltome de revés dos guantazos, que dieron conmigo en tierra, con el rostro manando abundante sangre. Fácil siguiese abofeteándome, pues ya estaba enclicándose (agachándose) para hacer conmigo vayan ustedes saber qué, cuando intercedió su compañero que asiéndole por un hombro, con desprecio y enfado le dijo: ¡Lo que terminas de hacer con este pequeño es una canallada, y como otra vez intentes tocarle del pelo la ropa, te las vas a entender conmigo! ¡¡Estoy harto de tus abusos, y de tus odios y desprecios por todas las gentes desgraciadas!! Ayudome aquel buen guardia a levantarme, y después con su propio pañuelo limpiábame el rostro de sangre, y al parojo que esto hacía cariñosamente me decía: ¡Te juro que nadie te volverá a martirizar más pequeño, y ahora si tu quieres, y que conste que ni te ordeno ni te obligo a contarnos nada, dinos de una vez dónde están esas malditas armas que tanto doloroso daño te han originado! Dime cuenta pronto que de seguir negando no sacaría en limpio nada, ya que el baldroyán (cobarde) de Jerónimo había descubierto ya todo, y a poco listos que fuesen, nada más que les conduciese al lugar donde nos había sorprendido, darían pronto con la cueva, donde se ocultaban las armas. Así que acompañado de Muel y de Pelayu, y seguido de cerca por los dos guardias y el delator de Jerónimo, guielos a paso rápido por entre las vegetativas y pedregosas sendas que serpenteaban por casi inaccesibles lugares, pronto me alegré al comprobar cómo aquel despreciable guardia que tan sañudamente me había martirizado, abarquinaba (respiraba) con penoso trabajo, al mismo tiempo que se deshacía en copiosos sudores el condenado, lo mismo que la manteca fresca expuesta al sol en el verano. Al observar el penoso esfuerzo que aquel guardia repugnante y gordo, imbécil y malvado, tenía que realizar para seguirnos, apreté más aun el paso, que casi se convirtió en carrera y que sólo Muel y Pelayu pudieron aguantarme alejándanos en cuestión de segundos un largo trecho de nuestros enemigos, que en el lleldar (acontecer), ya se habían detenido para hacer acopio de energías unos momentos. Aproximadamente aun no habíamos caminado ni una décima parte del trayecto que nos separaba de la cueva, y ya el llimiagu (baboso) de aquel guardia, se encontraba casi d'afechu despaxaretáu (deshecho), seguramente que antes de llegar al final, en la mente de aquel fucheiru (estercolero) humano, se dibujaría el ruin pensamiento, de maldecir a la ley que como enyordiáu pioyu (sucio piojo) servía, al cachiparru (parásito) que me había delatado, y a mí, por no haber seguido negando. Muel y yo con satisfacción nos reíamos de aquellas gentes, que en nuestras infantiles y sin cultivar mentes, habíamos retratado como personas que tenían menos llixa (fuerza, arte, valer, etc.) que un mure entre las zarpas de un gato. Estaríamos como a la mitad de la andadura, cuando la distancia que nos separaba ya era enorme, y a pesar que de continuo nos ordenaban que no corriésemos tanto y que procuráramos ir siempre a su lado, la verdad es, que ya les habíamos perdido todo miedo y que no les hacíamos el menor caso. Fue entonces cuando se me ocurrió la idea de decirle a mi amigo Muel, que cuando llegásemos al potchisquéiru (encinal), yo me adelantaría corriendo con todas mis fuerzas, para volver aquel mismo lugar antes que ellos lo hicieran, pero después de haber ya ido a la cueva, para poder esconder para nosotros, dos pistolinas muy atongadetas (bonitas, curiosas), que era una pena que se llevaran los guardias, y que nosotros podíamos esconder en cualquier lado. Y así lo hice, y logré regresar, mucho antes de que ellos, llegaran escadriláus (derrengados), claro que descontando a Jerónimo, porque éste andaba tanto como con la lengua si quisiera andarlo. El caso fue que los guardias aquel día se llevaron las armas, y a los cinco o seis días, regresaron a la aldea preguntando por mi madre y el padre de Muel, para llevarles hasta el cuartelillo, con el fin de no sé qué preguntarles o darles. Cuando mi madre en compañía del padre de Muel regresaron del cuartel, estábamos nosotros xugaretiándu (jugando) debajo del ñoceón (nogal grande) que había a la entrada de la aldea, que tanto como tenía de frondoso y grande, eran de pequeñas, escasas e insípidas sus nueces. De donde viene un adagio asturiano que dice: ¡Mucher grandie ande óu non ande, peru tantu s'espatuxa, comu senún lu fixera, en dalgún lláu fae bona atongadura! (Mujer grande, ande, o no ande, pero tanto si camina, como si no lo hace, por grande en todos los lugares estorba). «Claro que se me olvidó decir, que menos en el catre, para añuedar el cibietchu cundu nun hay oitra, pequenina, atongaina ya melgucira». (Para hacer el amor, cuando no hay otra, pequeñita, bien hecha, y tan dulce como lo que debe ser vivir en la gloria). Digo yo que al ver nuestros padres corrimos hacia ellos, y cuando ante su presencia nos encontramos, casi sin darme cuenta vi a mi amigo rodar por el suelo, por la fuerza vigorosa del tremendo castañazo que su padre le llantó nuna mexietcha (le plantó en una mejilla), pero antes de que yo me percatara del peligro que sobre mí se cernía, vime acochetáu (cojido, sacudido) por mi madre, que me allumbróu (alumbró) un mamplenáu (muchos) pescozones, tan seguidos y atinados, que me parecía que todos me llegaban en ringlera, no teniendo que esperar uno por el otro, para que no se enfadasen ninguno. Y allí mismo por este procedimiento que nuestros progenitores nos hacían, comprendimos que nada bueno los guardias a nuestros padres les habían hecho. Y claro que no era nada respetable ni justo, sino un atropello despiadado, inhumano, mezquino, repugnante y apartado de la Justicia a tanta distancia, como la que existe desde la Tierra hasta el Infinito Cielo. Resulta que la canallesca ley que en aquella para mí inolvidable época existía, nos había condenado a ir a un reformatorio, o a que pagasen nuestros padres una multa de ciento cincuenta pesetas en papel del Estado, en el término de treinta días. Y fue entonces cuando yo empecé a preguntarme, ¿que qué era lo que tenían que reformar en mi...? ¿Acaso entraba en la reforma que aquella ley que estaba por todos los rincones de la Patria haciendo encima de los vencidos y sus descendientes, asesinar a nuestros padres, hermanos, parientes y hasta madres, privarnos de nuestra libertad, y robarnos cuánto teníamos? —¿Aquella ley digo, todavía tenía que reformar algo más en mí, que en un principio ya no hubiese inhumana y endemoniadamente reformado? Yo que era en aquel lleldar un pobre niño de poco más de ocho años, condenado precisamente por la misma ley, a no tener jamás ya el amoroso cariño de mi padre, yo que había sido condenado como todos los jóvenes hijos de los vencidos y encarcelados y asesinados padres, yo que estaba lleno de hambre, de miseria, de sufrimiento y de una soledad inconsolable, yo que si quería comer un trozo de pan duro, tenía que caminar descalzo y medio desnudo, por entre las zarzas y guijarros de las montañas, esclavizando mi cuerpo y mis sentidos, en el cuidado de unos ganados que no eran míos, a mí, a un ser así de natural, puro, desamparado y desgraciado, ¿aún quería aquella entroyada (sucia) ley reformarme por considerarme malo? —Yo nunca he sido político, pienso ahora, ni tampoco con mis palabras harto vulgares y aldeanescas, pretendo fomentar el odio hacia nadie, soy ante todo un liberal disciplinado, que ama a mi Patria, por la que estoy en cualquier momento dispuesto a morir, pero me creo con el suficiente derecho de contar al mundo de cuanto yo he sufrido, que es el retrato de tantos otros huérfanos de guerra que lo mismo que yo tanto sufrieron, aunque más en duda, pongo que lo hubieran hecho, quiero contar todo lo que considero que siendo verdad, no debe ser olvidado, y desearía con toda mi alma, que mis palabras tuviesen repílos (ecos) más clarividentes, que los que en su origen se formaron, para que llegasen a todos los oídos, y en sus mentes gigantesca Humanidad digna y justa edificasen, que diera paso a una libertad liberal y disciplinada, que atrancase (cerrase, peslase) sus puertas a todo cuanto no fuese digno y honrado, de esta sencilla y natural manera, la fraternidad sería por primera vez, el tesoro más puro, luminoso y deseado, que la Humanidad en toda su existencia hubiese conquistado. En este relato, que para muchos críticos comedores, que sólo saben fartase comu gochus (comer como cerdos) e intentar con sus medios deshacer lo que alguien con más capacidad creativa que ellos, más bien o peor ha edificado, digo yo, que muchos críticos fanáticos defensores de normas idealísticas, que con sus leyes en la ocasión asquerosamente convencionales, que lograron deshacer el destino que a mi vida creo que le pertenecía, al igual que a toda la generación de los hijos de los perdedores, no les agradara en absoluto, que un hombre que fue despojado de cuanto poseía, y empujado vengativa y canallescamente al arroyo, cuando él por ser un niño, no podía defenderse, tenga ahora la osadía, con sus pobres medios culturales, d’abayucar la trelda (revolver la porquería), que nadie hasta el presente, tan ajustada y verídicamente pudiera contar jamás. Digo porquerías, pues es eso precisamente lo que suelen dejar las secuelas de una guerra civil, y pobre de aquellos países que la sufran, porque sus hijos quedarán divididos, y los perdedores, tendrán que soportar un yugo, que más flojo, o menos prieto, esclavizándolos los ha de postergar. En este relato retrato yo, al vencedor y al vencido, menos al perdedor de quien soy hijo, ya que he tenido la desgracia de conocerle cuando el desventurado ya era un vencido, pero con el vencedor he vivido siempre, sirviéndole con decencia y honradez, silenciosamente observándole siempre, y no recibiendo de él, nada más que calamidades y ofensas, y sin embargo, nunca le odié, siempre disciplinadamente le serví, y si en el lleldar se siente ofendido por lo que de verdad digo, espero que se comporte conmigo, de la misma manera que con él siempre yo he hecho. Sé que estas narraciones no se han de publicar en mi Patria, porque la censura no permitirá que el hijo más humilde, cuente una verdad que denigra no a mi querida y noble España, sino algunos de sus inamovibles sistemas, pero tengo la firme certeza, que algún querido hermano país, sin el menor odio ni rencor sí ha de hacerlo, y con esta mi voz del pueblo, sencilla y natural, ubérrima y estéril, millones de seres de la Tierra habrán de saber, que hoy todavía, vive en mi Patria, la mitad de una generación, descendiente de los perdedores de la sanguinaria Guerra Civil que empobreció a la más maravillosa nación del mundo como es mi España, apartados de todo acceso a cualquier puesto de responsabilidad, bien en el gobierno, en los sindicatos, o en cualquier otro lugar, de responsabilidad de la Patria. Y desde aquí, invito a todos los españoles para que investiguen esto que he dicho, y ya verán como es una verdad, que no admite discusión posible. Cuánto placer sentiría yo si me pudiese expresar con ustedes en la maravillosa, ancestral y rica Lengua Asturiana, pues para mí, decir las cosas en Castellano es un verdadero fastidio, con tantos puntos y comas, y demás signos ortográficos, que para un hombre sin estudios de ninguna clase como yo, es una verdadera tortura, pues mi imaginación que idea y piensa con la fuerza de un enorme río enloquecido, a la hora de querer contar estas copiosas cosechas, que hasta en los mismos sueños me alumbra, cuando me pongo a escribir todos estos pensamientos y acaeceres, al expresarlos en español, meto la pata hasta los corbétchones, por esto ruego me perdonen, y háganse a la idea, de quién les está hablando, no es nada más que un humilde aldeano, sin más escuela que la siempre dura universidad de la vida. Y con la fortuna o desgracia de haber nacido con el embrujador duende de ser soñador, no por aparentar, por ocio o por estudio, sino con la intima necesidad que me tortura el alma, al mismo tiempo que me embarga dentro de una felicidad, que me hace en ocasiones ser dichoso, sin jamás haber sido feliz, y en otras dimensiones me llena de tal tristeza, que en apariencia sin sucederme nada, me encuentro tan apenado y deprimido, que todo cuanto me rodea y hasta yo mismo, me parece la pestilente porquería, con que se harta sin jamás hastiarse, el nefasto diablo al que entusiasmados y egoístas servimos. Enteponíu colaba you dellantre de miou madre, espatuxandu caleya adiantre, afalau per las engafuráes pallabres de miou má, camín de la nuesa teixá. (Conducido corría yo delante de mi madre, caminando rápido calleja arriba, arreado por las envenenadoras palabras que mi madre me dirigía, a la vez que hacia nuestro hogar nos acercábamos. Yo miraba arisco para ella, pensando que me iba alcanzar presto, para propinarme ante mis vecinos, otra somanta (paliza) como la que de aun mi cuerpo se condolía. Al fin llegamos a nuestra casa, y ya en ella encoyíu (encogido) por el temor, aguardaba resignado que mi madre calmara su furia dándome una nueva cuera, que mereciéndola, no la merecía. Estaba visto que llevaba unos días, que todos los golpes me habían elegido a mí para sus descansos, primero el cobarde de mi amo, que con sus asquerosas manos, me había puesto el rostro, tan descalabrado que no había en él un lugar sano donde coyera una guya (cupiera una aguja), después el canalla del guardia, que me dejara las orejas tan maltratadas, que me parecía que no eran mías, y para finalizar mi madre con aquella argurtóuxa tocata que m'apurriera (alta paliza que me propinara), que según me parecía, no había sido nada más que la parba (desayuno breve) de la que se esperaba Furibunda y desesperada asiome mi madre por mis maltrechos hombros, y al mirarme yo en sus hermosos y enojudos ojos, pude ver en lo más profundo de ellos, el desmesurado amor que la pobre me tenía, y lejos de azotarme como yo pensaba, sólo me preguntó muy apenada y preocupada: ¿De dónde vamos a sacar esas ciento cincuenta pesetas Xulín? ¡En alguna parte hijo, nos las agenciaremos, porque yo no permitiré que esta canallesca ley, hecha por indeseables sin entrañas, te lleven al reformatorio, donde ellos se tenían primero que reformar, para no seguir sembrando entre los desventurados vencidos, tanta vengativa y nefastosa canallada! Al día siguiente al rayar el alba, después de desayunar el rabón, (leche ácida cocida con harina de maíz) del que yo sí que me harté, pero ella la pobre apenas comió unas cucharadas, armada mi madre de un azáu (hacha) que había pedido prestado a un vecino, y yo de una foiceta (hoz) de podar la leña, fuimos al monte comunal a baltiar (cortar) leña, pues un carro de leña de encina, roble y espinero, que pesaba más de tres mil kilos, pagaba el maestro panadero, de la única panadería que había en el concejo, cincuenta pesetas por él, así que teníamos todo un mes por delante, para preparar los nueve mil kilos de leña, que nos proporcionarían las ciento cincuenta pesetas, con las que calmaríamos las iras de aquella inhumana ley, que tan despiadadamente nos había castigado. Parecía que mi madre poseía la fuerza del más intrépido de los hombres, talmente era un gigante que con una fiereza incomparable, chorreando sudor y espelurciada su rubia cabellera al viento, cortaba sin el menor descanso encinas, robles y espineros, mientras que yo imitándola en cuanto podía, podaba aquellos arbustos con el más grande de todos mis entusiasmos. Serían las tres de la tarde y no habíamos hecho aun el más pequeño descanso, cuando mi madre me dijo que buscase caracoles, que se criaban en abundancia por aquellos lugares, tal cosa hice mientras que ella prendía un buen fuego, y allí asamos los caracoles que al ser atacados por el calor, estiraban su cuerpo asándose perfectamente, y fue aquella asquerosa comida la que mitigó nuestra hambre. Y así un día, y quince, y veinte, hasta que logramos preparar sin desfallecer ni descansar, los tres carros de leña, acarreándolos a las costillas, en otras ocasiones poleándolos (haciéndoles rodar) por entre los zarzales y las peñas, hasta poder llegar con tan copiosa cantidad de leña, al estratégico lugar donde el panadero con su carro, pudiera cargar la leña. Estábamos embalagándola (apilándola) mi madre y yo muy ufanos y satisfechos, de la difícil victoria que habíamos en tan escaso tiempo conseguido, porque en duda pongo, que pocas gentes en todo el Universo en las circunstancias que nosotros nos encontrábamos hubieran podido lograrlo. Digo yo que en tal trabajo nos encontrábamos amontonando aquella leña, que todos los tochos (leños) medio descortezados por la cantidad de veces, que fue menester rodarlos por entre los cuetus (piedras) que poblaban aquel xerrapeíru (sierra) daban señales y no por los cortes de las herramientas, de haber sufrido lo indecible por encontrarse despeyexáus (despellejados) hasta casi el total emporricamiento (desnudez) de las arnas (cortezas) que los cubrían. Nuestras físicas humanidades se encontraban tan maltrechas después de tantos días de sobrehumano trabajo y de raquíticos y deplorables alimentos, que tal parecía que éramos cadabres (cadáveres) vivientes, sino supiesen cuantos nos conocían, que éramos dos invencibles barras del más puro acero. Yo descalzo de afechu (del todo) y mi madre con las alpargatas dándoles vueltas alrededor del tobillo, imposibilitadas del menor encatesu (remiendo) todas nuestras escasas vestiduras lucíanse tan acuchilladas, como si fatáus (muchos) puñales anárquicamente las hubieran rasgado. Y nuestras pieles por todos los lados se encontraban arraguñáes (arañadas), pinchadas, magulladas, en definitiva martirizadas por las piedras, por los espinos, por la infinidad de arbustos que en aquella sierra casi inaccesible para las mismas cabras, yo y mi madre como dos guerreros invencibles, cortamos aquellos tres carros de leña, que al decir de mi madre, servirían estupendísimamente bien para amagostar (asar) a la propia ley, y a los sinvergüenzas y deshumanizadores fascistones que la vieran fechu (hubieran hecho). Y en postura tan deplorable se empobrecían nuestros desventurados cuerpos, por todo lo contrario, nuestros espíritus se lucían sanos y fortalecidos, orgullosos y alegres, por haber conseguido aquel trabajoso y casi imposible triunfo. También solía decir mi madre dentro de una rabia y desilusión enfurecida, que si los «roxus» (rojos) hubiesen batallado con el mismo ardor, e indómito entusiasmo que nosotros habíamos puesto, todos los fascistones de Europa serían nada para vencerlos, ni en lo más mínimo. Vuelvo a repetir, que concluíamos mi madre y yo de empericotar (apilar) los cuatro leños que faltaban para dar por terminada aquella proeza, cuando la diosa fortuna nos vino a visitar en la forma de Falu el maderero, que más o menos, esto fue lo que nos hizo, y nos dijo: ¡Buenas tardes Lluza!, que así era como llamaban en asturiano a mi madre, ya que en castellano su gracia es Luzdivina. ¡Se ‘l tou home allevantara la motchera, ya te viera a tí ya ‘l tuo fiyiquín, nel estáu que vus deixó la llamazoúsa ley del venceor, paime amín, qu'el probetayu espavoríu per tan grandie inxusticia, oitra vez se morrería! (Si tu marido volviera al mundo y te viera a ti y a tu pequeño hijo, en la situación que os ha dejado la fangosa ley del vencedor, me parece a mí, que el pobre lleno de un enloquecedor pavor por tan grande injusticia, otra vez se volvería a morir). —Recuerdo yo muy bien, lo mismo que si en este momento de nuevo lo estuviese viviendo, lo que me ha hecho esta canallesca ley que ahora a ti te martiriza, cuando en los frentes de Teruel me cogieron prisionero. Me internaron en un campo de concentración, y me dieron más palos que días me quedan de vida, aunque muerra tan viétchu (muera tan viejo) como Marcelín el de Fresnedo, que le llevó Dios cuando pasaba de los ciento diez años. Como comida nos daban una lata redonda de sardinas o bonito, que los prisioneros le llamábamos «el reloj», ya que así era de pequeña. Cuando te salía podre, que sucedía la mayor parte de las veces, te pasabas el día haciendo vigilia. ¿Cuánto te va a dar el panadero por esta leña Lluza? ¡Hombre yo creo que son tres carros buenos, y como está pagándose a diez duros el carro, pues me dará treinta! ¿Algamate? (alcánzate para la multa). ¡Sí Falu, ye lu xustu! (Es lo justo). Rafael, que así se llamaba Falu, (uno de los hombres más honrados, trabajadores y enteros que yo he conocido), a la vez que del bolsillo interior de su chaqueta sacaba la cartera dijo: ¡Mera compañera, voy a venir con el camión de la compañía maderera y llevar toda esta montaña de leña a Trubia, yo te voy a entregar ahora por ella trescientas pesetas, si después vale más, ya te daré el resto, y si vale menos, considera ese dinero que te di, como regalo de un roxu decente ya honráu comu tú le yes miou neña! (Rojo decente y honrado como tú lo eres mujer). Al día siguiente que era feria semanal en la capital del concejo, pidiole mi madre prestado a una buena vecina amiga suya un paxiechacu (traje, vestido) y unas zapatillas, y así vestida de prestado la pobre, se trasladó bien de mañana a la Villa, pagó la multa a aquellos canallas que servían a una ley tan ultrajante, que a los vencidos y sus inocentes descendientes peor que a apestosos esclavos nos trataba. Luego, después, compró ella un paxietyín (un vestidito), unas zapatillas y unas madreñas, para mí, un buzo, que era la vestimenta que entre los pobres se estilaba, unas alpargatinas y unas fuertes madreñas, y después de mercar algunas cosas necesarias, vino para casa la mar de contenta y satisfecha. Y ahora yo me pregunto a muchos años de distancia, viviendo aquellos por mí vividos pisoteados y vengativos tiempos, ¿a qué asesinas, sucias y cobardosas manos, irían a parar, aquellos nuestros dineros, ganados con el sobrehumano esfuerzo y la más justa honradez, manchados por la sangre de nuestras heridas producidas en el agotador trabajo, y mojados por tantas gotas de sudor, como de estrellas debe de haber en el infinito cielo? ¿No se dan cuenta amigos lectores, que injusticias como ésta, o de otra índole aun mayores, deben de contarse al Mundo, pese a quien pese, para quienes las escuchan forjen en sus sentimientos, de que en toda guerra, y sobre todo las civiles, dejan tras de sí, primeramente el dolor más deshumanizante, después las venganzas más pervertidas, que darán vida con fuerza ilimitada, a la repugnante, sanguinaria y odiosa fiera, que todo ser humano, desde los primitivos tiempos de su nacencia, lleva celosamente escondida, en el apartamiento más oscuro y más brillante de su espíritu, donde se mueve gozoso el sentimiento humano, tras de saber que a su Prójimo bien le ha hecho, y se revuelve envilecido, encanallado y airado por el odio y las iras endiabladas, cuando también comprende que a sus semejantes, en el dolor y el sufrimiento los ha sumergido. Y fue precisamente a estos desatinados sentimientos, manejantes en aquellos tristes momentos, de las inhumanas leyes que regían los destinos de mi Patria, donde fueron a parar mis dineros, mis primeros dineros, ganados con más santidad y honradez, que pueda llevar dentro la propia Hostia Santa, que es tanto como decir, que sólo los mismos demonios faltos de toda conciencia y sin el más mínimo sentimiento de honestidad, podrían sin sentir asco de sus propias personas, apoderarse de los honrados y muy fatigosos trabajos, de una viuda de los roxus (izquierdistas, rojos, por el mismo estilo), y de un huérfano de los mismos. ¡¡Yo creo, que como aún no habían satisfecho sus ansias asesinas, con la muerte de mi padre y de tantos inocentes, precisaban en el momento que preciso les venía, afestinarse en postres con el esfuerzo y sufrimiento de sus deudos!! Durante algunos días viví yo jugueteando por la aldea, mi vida sin ninguna preocupación, muy contento porque iba vestido con aquel mono nuevo, más delgado que un papel de fumar, ya que se me había esgazáu (roto) por más de media docena de lugares, pero aún así, a mí me parecía que llevaba puesto, mejores galas que el mismo vencedor, que poco lucía sobre sus costillas, que se le pudiera denominar verdaderamente honrado. Mi madre mientras tanto, seguía incansablemente trabajando por las tierras de los vecinos, sin jamás cobrarles ni una peseta de sueldo, pues ella tan sólo quería, que al cambio de sus sudores le dieran una cestina de patatas, una fontadina de farina, ou de fabes lu mesmu foran prietes que blanques, d'arbeyinus ou d'oitra cebeira, dalgún terreñaín de lleiche, mazá, tarabazá, ‘n culiestrus ou cabantes de brañar. (Una fuente de harina, o de alubias de cualquier marca o color que fueran, de guisantes o de cualquier otro cereal que fuera, algún jarro de leche, desnatada, cuajada, o la que alumbran las vacas recién paridas, o de la que terminasen de ordeñar a una vaca de leche). Ella llegaba todos los atardeceres a nuestra casa, sudorosa y cansada, pero resplandeciente de alegría, porque en su mandil traía mi comida. Luego, después de que yo me hartaba, nos acostábamos los dos en aquel jergón de sacos, repleto de hojas de maíz y también de pulgas, y abrazada a mí, se quedaba muy pronto profundamente dormida. Yo que desde niño he dormido poco siempre, quizás para hacer bueno el dicho que de camino me invento, que considera al que poco duerme más infeliz, que quienes tienen la dicha de dormir prácticamente, dentro de estos mis desvelos, en la silenciosa tranquilidad de la noche de aquella amplia sala desmueblada, cuyas paredes y techo estaban del sarro que deja el humo, y plagadas de arroxetáus (enrubiecidos) goterones, que ponían al descubierto las primeras pinturas que habían tenido, fendíu (cortado) de continuo este silencio, por el risueño y sórdido murmullo que alumbraba el pequeño río que vertiginosamente se deslizaba a menos de diez metros de nuestra casa, y otras veces también era enruxeráu (alterado) aquel silencio, por los ladridos de los perros de la aldea, o por el cante siempre misterioso y apabullador que hacen las curuxas (buhos) en la noche, cuento yo en que estos desvelos, observaba el placenteroso dormir de mi madre, con su respirar acompasado, fuerte y sano, con todos sus acerosos músculos, con naturalidad relajados, talmente parecía mi madre del todo inofensiva, mas sin embargo, aquel perfecto y vigoroso cuerpo que acoplaba fuerzas en el descanso, de la misma natural manera que agigantadamente dormido descansaba, cuando despierto se hallaba, se transformaba en un invencible e incansable guerrero, condenada ya a luchar en l'engarradiétcha del trabayu (la pelea del trabajo), todos los momentos de su vida, por los mismos endemoniados vencedores, que primeramente le habían achuquináu ‘l sou home ya lus sous fíus. (Asesinado a su marido y a sus hijos). Y ahora que ya todo ha pasado, y lejos de olvidarlo se agiganta cada día más en mi mente, yo me pregunto, que si mi madre no hubiese sido así de luchadora, de brava, de valiente y honrada, qué seria de mí y de ella misma, acosados en todo momento por la ley insana del vencedor, y xunius (uncidos) también para siempre, en el desventuroso carro de la esclavitud bien vigilada, por el látigo y la pistola del triunfador.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > carraca

  • 4 xabarciar

    Xabarciar, tratar, vender, cosas de poco valor, tratantes de escasa monta. —Cundu you yera un guaxín prexenciéi 'l tibeiru que cheldarun les Xabarceires de la miou aldina con la sou pótchina Facunda ya 'l Pascualón el Xitanu, lu que non cuntaba you yera qu'al currer el tempu tamén me diba ver encibiétchau per mor de la ñecexidá en tener que faer de xabarceiru, ya nagora mesmu comu tóu nisti dicionariu xirbe d’escola, nagua mexor qu’istes estories pa comprendier con mexor vidayu les ñaturales ya ximples costumes de la Nuexa Xantiquina Tierrina, que güéi nel díe tan sous ancestrus nes manes fedientes ya utreresques de prexones tan rapiegues ya llimiagues, que l'únicu que fan ye mistificar les nuexes costumes ya Chingua, menus mal que col tempu les xeneraciones d'astures venideiras xabran poñer les couxes nel sou xeitu, pos conista esperancia trabayu you xin escanxu ya m'allegre ya enxemáu de gociu, perque you séi, ya xuru per toes mious ceyencias con tou la fuercia del miou alma, qu'angún díe non mu xeru, tous lus entroyáus trabayus fechus per lus Amigus del Bable ya de lus del Conceyu Bable, que güéi amindi me pieschen toes les portes, per el baldrayante miéu que xin me dexen xueltu, dalgún d'echus nun me valdríe amindi nin p'arrátchar el cuchu de lus bracus. Axín que ya ta tóu faláu, ya tous lus que nun s'atopen nes arrañáes pradeires del enxútchu vidayu, comprendieran, que toes istes xentaques per minde nomáes nun son namái que pioyones ou paráxitus. TRADUCCIÓN.—Cuando yo era pequeño presencié el sonado escándalo que prepararon las tratantas de mi aldea, por la causa de la su pollina Facunda y de Pascualón el Gitano, lo que no pensaba yo por aquel entonces, era que al transcurrir los años, me iba a ver envuelto por causa de la necesidad o cualquier otra razón parecida, en trabajar como tratante verdulero, frutero, xabarceiru, pero ahora mismo, y como según mi parecer todo en este diccionario ha de servir de escuela, pues nada mejor que estas historias verdaderas, para comprender con mejor entendimiento y sencillez, las naturales y simples maneras, costumbres y diversas cosas de Nuestra Santina Tierrina, pues con grande pena hoy yo estoy viendo, como sus más respetables y queridos ancestros, son manejados ultrajantemente, por personas que faltas de dignidad, amor a la Tierrina y respeto hacia sus sagrados ancestros, están dándoselas de entendidos mistificando toda la "Cultura de Asturias”, pero yo se muy bien, que con el tiempo las generaciones de astures venideras sabrán poner todas las cosas en el lugar que sabiamente les corresponde, con esta hermosa esperanza trabajo yo hoy en día con alegría y cubierto de entusiasmado gozo, porque yo sé, y juro por todas mis creencias con toda la fuerza de mi alma, que algún día y no muy lejano, todos los estercolosos trabajos sobre la materia de la LLingua D'Asturies y sus Ancestros, que fueron basurescamente hechos por los Amigos del Bable y los del Conceyu Bable, que desde siempre, pretendo decir, que desde que nacieron porque mis humildes trabajos les hicieron con afán insano intentar crecer sin tener raíces para sostener su rancuaya creencia, no hicieron otra cosa que ponerme torgas en todas las puertas, por el cobardoso miedo que tenían, pues al dejarme suelto a mí, ninguno de ellos hoy existiría, y menos me serviría ni para limpiar la cubil de los cerdos. Así que ya está dicho todo sobre este asunto de estas asociaciones de la "Trelda", y yo creo que todas las gentes que no tengan las praderas del entendimiento secas y limpias de saberes, comprenderán perfectamente, que todas estas gentes por mi nombradas nada más que son parásitos. —Esta historia que ya de seguido les voy a relatar, terminó con mis huesos en la cárcel, por haberla yo contado en un pequeño libro tal como había sucedido. La verdad que you espatuxé ya galamiéi per tous lus llugares de la miou Tierrina con mu pouca xuerti, quiciavis fora que ñaciera pa ser un esgraciaín ou que les couxes teñíen que cheldaxe axindi, güéi nel díe que ya vou pa viétchu tou contentu de ver vivíu miou vida de la maneira que lu fexe, perque xin axindi nun fora, poucu ou nagua podría cuntar de les costumes ya llingua de miou mantina Tierrina. Xin lus Roxus viexon ganáu l'engarradiétcha, que tal couxa viexen fechu senún se xebraren en tantus partíus pollíticus que nun dexaben llugar pa l'esciplina, pos tóus queríen mangoniar, escutír, ya tou 'l mamplenáu de tibeirus xabarceirus que manexaben, metantu que lus fascioxus afilaben les nabayes p'achuquinar piscuezus, falules you, que xin lus Roxus viexen ganáu, xeguramente que you nun taríe nagora fayénduyes isti dicionariu, perque xeguramente miou pá me viexe adeprendíu dalguna carreira d'inxinieru, maestru, aboguéu, etc., etc., ya me xebrarie del ñatural vivir ganándume 'l pan nes mesmes fontes ancestrales de les nuexes costumes ya llingua, que ye dou s'abaya tou 'l ancestru ximple, ñatural ya fidalgu d'Asturies, Trubiétchu de la Patria España. —Toes les prexones xebráes d'istus ñaturales y xantiquinus llugares de la miou embruxadóura ya melgueira Tierrina, nun poden querecha na fondeirá de sous raigones, nin tampoucu puén faer el munchu trabayu qu'entavía se ñecexita pa poder cheldar en bom xeitu la Nuexa Palancia, ya toa l'ancestral cultura de la Tierrina. —Existi un reflán astur que díz, que lus nenus pa que queran ben a la sou má tenen que mamar nel sou entamu fasta qu’isti d’afechu s’escose. “TERESA, LA JUSTICIA Y LOS ELEGANTES TIMADORES DE NUESTRO TIEMPO" —No son los timadores de mi tiempo, tan desgraciados y tan cándidos como lo era Pascualón el gitano, pues estos indecentes y asquerosos gitanos de hoy día, no son de la raza “calé” (pobrecitas estas humildes y desventuradas gentes, cuanto desde niño las he querido admirado, y cuantos compañeros en la vida he tenido que eran gitanos, siendo todos ellos estupendos camaradas y soberbios muchachos). —Digo que los gitanos de hoy día, son la escoria que dejo la guerra entre la raza despreciable de algunos “payos”, y a uno de ellos, le voy a retratar en estas páginas lo mejor que pueda, sin quitar, ni poner nada, simplemente voy a contar cuanto ha sucedido. —Habíame yo caído trabajando como calderero en el montaje, y rótome el cumal (la columna), quedando de resultas de este llumbazu (caída) inútil para el trabajo que profesaba, y en una situación bastante desesperada, porque las pensiones que asignan a los mutilados trabajadores españoles, son las mayores canalladas y porquerías, que no le alcanzan al desventurado lisiado, ni para comer un plato de sopas cada día. Así pues, había rótome las costillas toda mi vida trabajando para aquella miseria que me condenaba, a vivir el resto de mi existencia falto de todo, todavía para más fastidiarla, escuchando todos los días a los dirigentes de trabajo, bien con sus comedidas y estudiadas frases, que díganlas ellos y entiéndalas María Santísima, dirigiéndose al país, por el medio de la televisión, radio y prensa, que nos iban a dar tanto y cuanto. En resumen, que lo único que nos dan es una caca, tan grande tan asquerosa como ellos son. —Estaba yo de pensión por aquel entonces en casa de la señora Teresa, que era viuda de un desgraciado minero, que el pobre tuvo la triste desgracia para su esposa e hijos, de morirse en la cama abrazado por una enfermedad, y no haberlo hecho en la mina aplastado en una oscura y tenebrosa rampla por un costero, ya que si así hubiera sucedido, le quedaría a su viuda una pensión que aunque también fuese en demasía miserable, no sería tanto como la que le daban por el seguro de enfermedad, que ésta sí que no les algamía (alcanzaba) ni a ella ni a sus tres pequeños hijos, que el mayor aun no llegaba a los nueve años, ni para comer sin fartucase (hartarse), ni una vez a la semana. —Dentro de privaciones y de miserias endiabladas vivía Teresa, estirando la moleculosa pensión que no se espurría (alargaba), por ser en demasía encoyía (encogida) ya de crianza, y pensando yo que a esta triste situación que a ella acompañaba, sin galga (freno) que me detuviese en desfrenada carrera me acercaba, decidimos dedicarnos al trato, para ver si de esta forma lográbamos despegarnos de las miserias que nos rodeaban. —Creo que no hace falta decir, que la Ciencia le hizo correr al progreso con tanta prisa, que desde aquella inolvidable y lejana época de las Xabarceiras, que recorrían las aldeas, romerías y mercados, vendiendo las frutas y demás productos, que transportaban a lomos de los humildes burros, hasta nuestro tiempo, el progreso con sus ingenios modernos, mitad emparentados en el agrado del Hacedor, y la otra parte con los mismos imaginares del propio demonio, hizo a las gentes moverse con apurante desatino, y por tal suceder hoy día, las personas que pretendan dedicarse a la industria de comerciar con las frutas u otras mercancías por las ferias y mercados, no pueden hacerlo sirviéndose de un jumento como medio de transporte, ya que si tal locura hicieran, no ganarían ni para darle un mal pienso a su pollino. —Por tal lleldar (acontecer) Teresa y yo, nos decidimos hacer camino en el oficio de Zabarceirus (tratantes), por eso nos centramos en el menester de comprar una pequeña furgoneta, de ésas que suelen ser a medio uso, y que nos la dieran a plazos, ya que yo no tenía una perrina (cinco céntimos), y ella tenía que pedir prestado el dinero de la entrada que había que pagar por el vehículo, a una conocida suya que sabedora de nuestras pretensiones, habíase decidido a prestárselo. —Así pues ya con esta determinación tomada, y ya completamente decididos a ganarnos la vida en este oficio, que la verdad era el único que me quedaba a mí, ya que a pesar de aún valer para un sinfín de profesiones livianas, no podía aspirar a ellas, porque para tal menester, se necesitaba una recomendación, o ser por lo contrario hijo o pariente de algún facistón de buena marca, faceta única y sin igual, que impera desde la guerra Civil para todos los efectos en mi Patria. Por esto, a poca curiosidad que cualquiera tenga para investigar en este denigrante panorama, se darán cuenta que en todos los ministerios de la nación, desde el que más manda, hasta el conserje que le franquea la puerta, son todos fascistas, divididos en falangistas, que hermoso y Humanitario partido es éste, si sus afiliados cumplieran los Credos que tan maravillosamente creo su Fundador, y la otra parte, está compuesta por exdivisionarios, exlegionarios, excombatientes, exlicenciados de las fuerzas armadas, etc. Y si quieren ustedes encontrar algún Rojo, búsquenlo en las profesiones más bajas y avasalladas del país. Esto que les cuento señores es la pura verdad, así que consideren la libertad que tendremos, cuando detrás de cada obrero, existe un patrón que le roba, y si el trabajador protesta, entonces aparece un látigo y una pistola que le hace por la vía de la fuerza, entrar en la senda de la esclavitud. —Digo yo, que para encontrar esa furgoneta que determinado teníamos de comprar, investigamos en las páginas de anuncios de los periódicos de provincia, por si alguna venía anunciada del tamaño y condiciones que nosotros necesitábamos. Y nuestra alegría fue grande cuando observamos en uno de los diarios que la Casa de Vulcano tenía una en venta, que la vendía dando como señal una pequeña entrada, y después el resto, que se podía pagar en cómodos plazos, también estaba revisada con esmero y garantía, según las manifestaciones hechas por el propio dueño, en la propaganda que de la furgoneta había anunciado, que aseguraba que el tal vehículo, se encontraba lo mismo que si fuese nuevo. —Así pues, en los últimos días del mes de Enero, del siguiente año del primer baile que los Humanos hicieran alrededor de la Luna, ensenderámonos la Teresa y yo camino de Oviedo, ilusionados y muy gozosos dentro del ánimo que nos movía, de comprar aquel vehículo, con el que pensábamos mejorar a fuerza de trabajar arduamente nuestra situación harto deficiente. Llegamos al fin en alegrosa compañía a la Casa de Vulcano, pudimos comprobar como en el amplio escaparate de su bien saneado negocio, estaba expuesta la furgoneta limpia y reluciente, con todas las apariencias a primera vista de ser una prenda de primera mano. Sin embargo, si fuésemos capaces de leer el destino, hubiésemos observado como los faros de la hermosa furgoneta, nos parecerían ojos vivos, que nos miraban guasonamente, como si de ante mano, ya se estuvieran mofando de nuestras nobles pero ilusas pretensiones, y a fe mía que nos consideraban una xunta (yunta) de fatones (bobos) que muy pronto iban a caer en las sutiles redes de el gitano de su dueño, que era el timador más despiadado, hábil y deshumanizado, de los muchos que protegidos por la ley, comían el escaso pan del pobre en la ciudad de Oviedo. —Tras mirar un buen rato nuestro xumentu de fierru (burro de hierro) pareciéndonos cuanto más lo reparábamos más hermoso y deseable, decidimos hacer entrada al establecimiento, ya con el firme propósito de hacer nuestra aquella furgoneta, que con la necesidad que nos embargaba nos había por completo sorbido el seso. —Nada más que pusimos los pies dentro de aquella industria del timo y el atropello, presentose ante nosotros sin mediar tiempo, igual que si esperándonos estuviera, un hombre de aspecto muy agradable, que llevaba plasmado en su rostro el maravilloso don de no saber hacerle mal a nadie, por lo que a mi primera impresión yo pude apreciarle, y mirándonos con sus ojillos vivarachos, que al mismo tiempo parecían del todo inocentes, brindándonos una amplia sonrisa, que se extendía de oreja a oreja, y estaba amurallada de una dentadura tan perfecta y amarfilada, que me hizo asegurar que aquel sujeto, no tenía suyo ni un sólo diente. Digo yo que a la par que así nos saludaba, se frotaba sus finas y blancas manos con verdadera insistencia, y así con esta presentación tan capitalista, tan engañadora y confianzuda, nos preguntó con su voz exquisita y halagadora, que en nada desmerecía a sus modales: —¿En qué puedo servir a tan distinguidos señores? —Teresa que era la que llevaba la voz cantante porque era la que tenía el paperío (el dinero), ahpoyándose en el vehículo que le interesaba, díjole sonriéndose dentro de una gozosa alegría que no pasó desapercibida ante la escrutante mirada de aquel granuja de timador de los tiempos modernos: —¡Verá usted, queríamos comprar esta furgonetina, si es verdad todo lo que de ella cuenta usted en el periódico! —¡Sí, verdad es todo cuanto he dicho en el anuncio, no tengan ustedes miedo ni temor alguno al engaño, porque esta mi casa se especializa en haber sido siempre muy formal y seria! —Yo que para nada me entrometí mientras que ellos hablaban, por no cortar a la Teresa que es mujer de larga parpayuéla (muy habladora), a la par que muy enfadadiza y voluble si se le corta la palabra, y como ella era la que relativamente iba a satisfacer la entrada y hacerse responsable de la compra, pues tan sólo me limité a observarles mientras que ellos hacían el trato, y después que terminaron de ponerse de acuerdo en todo, no haciéndome ningún aprecio a mí el vendedor, y creo que hasta me había considerado según mis propias apreciaciones, hombre tranquilo y de mermados arreos, pues como cuento, después de haber cerrado el trato, el Vulcano otra vez envuelto por aquella facilona sonrisa, que en él debía de ser una de sus armas más eficientes, preguntó a la par que se frotaba sus manos lleno de un dichoso contentamiento, que le llenaba de gozo, y no tanto por el dinero que en su trato había ganado, sino por la satisfacción que deduzco sentía, cuando timaba a las gentes con su hábil y exquisita maestría: —¿Bueno... y ahora... quién es el que va a revisar esta maravilla? —¡Quiero decir...! ¿quién va a conducirla? —Yo l’acaidonaréi (conduciré), le contesté a aquel individuo del que ya no me gustaba tanto ni su presencia ni nada que de él emanase, y seguido le pregunté ya siempre dentro de la desconfianza: —¡Y ahora dígame usted! ¿Es verdad que este vehículo se encuentra en buenas condiciones? —Tenga presente y compréndame usted, que esta señora lo precisa para tratar en frutas, y no le vaya a suceder, que si desea llegar con ella dónde se propone, tenga que comprar un burro para que remolque a los dos caballos de hierro, que hacen xuntura (yunta) en la furgoneta, y que por encontrarse quemados de tanto trotar, no les quede fuerza nada más que para hacer la carrera de prueba. —Pierda usted todo cuidado, y no haga con sus ingeniosas bromas menosprecio de mis honrados intereses, que no vivo yo a cuenta de engañar a mis queridos y siempre respetados clientes. Manifestó Vulcano poniéndose muy serio, pero sin apearse en ningún momento de su sonrisa, que por ser tan permanente se hondeaba en la sospecha de ser equivocadora y seguido apuntalóse en hacer su propia propaganda de la siguiente manera: —Mire, no olvide nunca, me dijo Vulcano poniéndome cariñosamente una mano encima de mi hombro, que la Casa de Vulcano, es tan honrada como la misma Audiencia, dónde se reparte la ley castigando y persiguiendo toda trampa e injusticia, por eso yo efectúo mi trabajo, bajo la respetuosa sombra de la justicia. —¿Acaso ha pensado usted que yo soy un gitano? —¡No querido amigo, si en esa desconfianza su imaginación trabaja, siento asegurarle que se encuentra usted muy equivocado, pues todos en esta ciudad me conocen, y saben que soy un honrado industrial respetado y querido, tanto por los rectos servidores de la ley, como por todos los demás que estamos obligados a no burlarnos del eficiente sistema de la justicia, que hace que todo ciudadano se sienta protegido, tanto su integridad física, como los intereses que honradamente le pertenezcan! —Y ya por última vez les aseguro que este vehículo se encuentra en perfecto funcionamiento, y hasta puedo permitirme el lujo de decirles, que pueden viajar con esta estupenda furgoneta, sin la más mínima preocupación, y sin el menor problema posible, no sólo al más apartado rincón de Asturıas, sino hasta la alejada Barcelona, sin que este motorín, deje de funcionar ni un momento, ni se empapice (ahogue) ni una sola vez. Aseguraba Vulcano, centrándose en una encendida adulación hacía su “jumento de hierro", que tal parecía que le estuviese jurando al General Franco, que era él, el más horado y disciplinado comerciante, de toda la nación española. —Yo que ya había comprendido que aquel tipejo era una asquerosa rata que no había veneno que la matase, le dije que estaba muy bien todo cuanto había dicho, y después le pregunté, que si podíamos ir a dar una vuelta con la furgoneta, para asegurarnos, que efectivamente era el vehículo la maravilla que con tanto ardor y fuerza él nos había pintado. —¡No, hoy no puede ser! Aseguró Vulcano, y seguidamente dijo, que antes era menester de asegurarla, y abonar la entrada en el Seguro de la Patria Hispana, entidad que con buen acierto, según él, pastoreaba su negocio. —¡Así qué ahora mismo, vamos a ir la señora y yo hasta dicha agencia, para poner en orden dicho asunto, y pasado mañana ya pueden ustedes circular con el vehículo por dónde les venga en gana! “CUNDU LA TAREXA SE MEXOU DE MIEU” “CUANDO LA TERESA SE MEÓ DE MIEDO” —El sábado por la mañana que era el día señalado para recoger nuestra furgoneta, llegamos la Teresa y yo hasta los reinos de Vulcano con el ánimo plagado de alegría y embargados por una ilusión gozosa, pues íbamos a ser dueños de un vehículo, que nos permitiría sin ningún genero de dudas, llegar hasta los mercados más apartados de la Tierrina, y mejorar en el oficio de xabarceirus nuestra situación harto oprimida, tantas cuentas habíamos ya barajado y todas ellas navegantes en alegrosas ganancias, que creído nos teníamos que íbamos a ganar el oro y el moro, que incautos éramos que no nos detuvimos ni por un sólo momento en el pensar, que el que hace las cuentas adelantadas sin tener dineros para cubrirlas, por fuerza que tiene que hacerlas un par de veces, siendo la última la más válida. —Digo yo que cuando llegamos al escaparate dónde se lucía nuestra furgoneta, ya estaba al lado de ella el Vulcano, y tal a mí me pareció, que cuidaba a ésta con tanto mimo, como si fuese industriada en la herrería del mitológico dios que lleva su nombre. —Y a la par que nos saludaba con la misma sonrisa y frotamiento de manos que en anterior ocasión nos había dedicado, con su bien timbrada voz nos dijo, ocultando una guasa que no se me paso desapercibida: —¡Ya les estaba esperando señores, pues yo se muy bien por la larga experiencia que poseo en estos menesteres, que iban a ser ustedes muy puntuales, como corresponde a todas las gentes que arden dentro de los agradables deseos de hincarle el diente, a lo que de antemano han saboreado como manjar sabroso! —¡Así que aquí tienen ustedes la documentación y todos los requisitos necesarios para poder circular con la furgoneta sin que nadie les moleste. Y ahora sólo me queda desearles buena suerte, tanto en los viajes que emprendan, como en los negocios que puedan hacer, que en estos está precisamente el valer de las gentes! —Hicimos muy satisfechos y animados acomodo la Teresa y yo dentro de los dos caballos de hierro, dejando al que resultaría ser un astuto gitano, frotándose sus manos, y sonriéndose tanto para afuera como para sus podridos y asquerosos adentros, festejándose dentro del timo que terminara de hacernos. —Empezó la furgoneta a rodar dirigida por mí que no cabía en mi gozo de contento, por las calles de Oviedo abajo, con ánimo de alcanzar la carretera general y ensenderarme en la ruta de Gijón o Avilés, dónde pensado tenía probar aquella máquina, vendida por el que resultaría se el mas fino gitano, que timaba sin conciencia a las pobres gentes, sin encontrar jamás a un juez, que hiciera con él el escarmiento que años atrás había hecho Juan Antonio el falangista con Pascualín el de los enredos. —Teresa que iba sentada a mi lado, recostada cómodamente en aquel asiento, que tenía más pringue que la solapa de un mendigo a la salida de un frío invierno, me dijo endiosada de alegría por sentirse dueña de aquel maravilloso ingenio: —¡Este Vulcano tiene cara y presencia de ser una buena persona, de ser un hombre bondadoso y bueno, a par que sabe lucirse con su cautivadora sonrisa, en el agradable lugar de la educosa simpatía, la verdad que a una le presta en grande tratar con señores tan serviciales y educados. Hay que ver la finura y delicadeza que este buen señor conmigo se gastó, me trato lo mismo que si fuese una gran señora, no me cave duda que todo en él se dibuja como un caballero respetable y encantador, tan bien parecido, tan elegante, tan guapo, tan... En aquellos momentos unos empapizamientos harto sospechosos en el motor de nuestros dos caballos hízole a la Teresa hacer un descanso en el continuar ensalzando los engañosos enseñares de su hábil timador, y en la sazón que su alborozada alegría íbasele marchitando por el ya continuo pedorreo que alumbraba sin interrupción el motor, preguntóme muy apuradamente, haciendo aposiento en el lar de la nerviosa y asustadiza preocupación: —¿Per quéi demontres s’afuega la miou forgonetina que tantu se queixa Xuliu? —(¿Porqué demonios se ahoga mi furgoneta que tanto ruge Julio?). —Yo que ya sin ninguna duda empezaba a olerme el fino timo, que el cobarde y sucio Vulcano hubiera ordeñado en nuestro enflaquecido bolsillo, contestele arrugando el ceño, poniendo un gesto rabioso y despreciativo, buscando en mi imaginación con prisa, la forma de centrar en ley, aquel moderno y educado gitano de los jumentos de hierro de nuestro tiempo: —Me parece Teresa, que dentro de breves momentos, vas a ver dentro de tu cerebro, a ese encantador, respetable y guapo Vulcano, que no hace ni un minuto no tenías tu boca para aponderarle, te aseguro que le vas a ver del mismo despreciable color del diablo, y esto es así, porque esta furgoneta comienza a quejarse de una de sus muchas mortales heridas, que será con seguridad la más pronunciada de cuantas tiene. —¿Qué es lo que pretendes decirme Xuliu? Preguntó de nuevo Teresa ya ausente de toda alegría, empezando a subir la primera escalera del miedo del desespero. —La verdad Teresa, es que viajamos ajinetados encima de un montón de chatarra, por esta razón he de ir con buena cuenta hasta que de hecho me dé por sabido, qu’acaidono (que dirijo) una maquina, que ha puesto en mis manos ese desalmado de timador de Vulcano, que está predestinada sin ningún género de dudas, hacer en cualquier momento descalabros con las vidas de la inocente gente, que a cada paso cruzamos. —Ya nos hallábamos en las afueras de Oviedo, y comenzábamos a bajar una pequeña cuesta que existe a la entrada de la Corredoria, cuando un bache de los muchos que alumbrábanse por aquel entonces en la carretera, hizo que la dolorida furgoneta se bandaleara ostensiblemente, y en tal baile, abriéronse con verdadero estruendo ambas puertas, despedazándose los cristales y estropeándose en mala manera parejas portezuelas, con tal atronador ruido, que la buena Teresa encogiéndose en el asqueroso asiento, cosida por un miedo que le hizo mearse, dijo temblándole su voz que era dominada por su espantoso miedo: —¡Frena, frena en el instante Xuliu, por todos los demonios del infierno xuntus (juntos), consigue de una vez que se detenga esta asesinadora chocolatera, que bien me parece que intenciones le sobran de hacer mudanza con nuestras vidas, fayéndunus esfuechiquéus na peyeya! (haciéndonos desolladuras en el pellejo). —Hice con toda la rapidez que pude, que se detuviera aquella furgoneta tan destartalada, y al pretender asegurarla mejor con las miras de apearnos para presenciar los primeros destrozos que se rellumbraben (relucían) en aquella infernal máquina, así el freno de mano y tiré de él para colocarle en su lugar de frenada, pero no respondió a su obligación, pues rompiéndose, quedeme con la manilla entre las manos, pensando ya con toda la razón del mundo, que aquella máquina era la causante de un timo que no tenía perdón, y también poseía hechura de ser un perfecto sabotaje. —Teresa que ya se había apeado de la furgoneta movida por la rapidez que injerta el miedo, hallábase en la cuneta de la carretera hilvanada por un ataque de nervios, con sus manos puestas encima de la cabeza, centrada en el más airado desespero, envuelta en un mar de lágrimas miraba para su vehículo desilusionada y atormentada, no dando crédito a lo que presenciaba, que era a todas luces la ruina más grande que en toda su existencia le había caído encima, pero cuando me vio con aquel fino hierro en forma de manilla en mi mano, me preguntó al tenor que buscaba en su boleo un pañuelo para enxugarse (enjuagarse) las lágrimas: —¿Qué diantres de fierru ye ísi Xuliu? —(¿Qué demonios de hierro es ése Julio?). —Yo que reparaba con verdadera lástima a la Teresa, al mismo tiempo que se me escapaba la risa, y el caso no era para menos, le respondí mirando para la manilla a la par que movía la cabeza para los lados con síntomas de verdadero desprecio y asco, hacia aquel gitano timador de Vulcano: —¡Poca cosa Teresa, sólo un defecto más de los muchos que tiene este jumento de hierro que te vendió tu encantador Vulcano! ¡Vaya una rata de cábila que está hecho tu simpático timador! ¡Y ahora deja ya de chorar (llorar), y no le reclames al Cielo un favor que no ha de enviarte, y búscame con rapidez un par de cuetus (piedras), para forrar las ruedas de esta endemoniada chocolatera, con la que el tú fino señor Vulcano, por mediación de mis inocentes manos, pretendía industriar un achuquinamientu (asesinato) entre las tranquilas gentes de la ciudad de Oviedo! —Teresa atenazada por una incontrolable rabia que le raguñaba (arañaba) sus doloridas entrañas, dijo a modo de juramento clavando sus brazos palabras en el firmamento: ¡No me nomes más isi rapiegu con focicu de llabascu, non me lu nomes más, si ye que apreciesme dalgu, ya permita el Faedor que tou lu puéi y'escosá couxa fae, que lu fienda una centecha pente les pates en dos Vulcanus! —(¡No me nombres más a ese zorro con hocico de marrano, no me lo nombres más, si es que me aprecias algo, y permita el Hacedor, que todo lo puede y muy poca cosa hace, que lo parta una centella por entre sus piernas en dos Vulcanos!). —¡Nunca pensé yo que pudiese vivir en este mundo un ladrón tan desalmado y tan grande, que hace su riqueza y bienestar engañando a pobres viudas tan desventuradas como yo, que no tengo más riqueza que el Cielo sobre la cabeza y la insegura tierra bajo mis pies, y para encima de no tener nada, todavía me acompaña la triste desgracia de tener que pagar a Pilar la del Comercio las quince mil pesetas que me prestó para dar la entrada de esta endiablada furgoneta. Poco he de pedir y menos Justicia ha de haber, si a este zorrastrón, si no me devuelve los mis cuartos, no le busco una buena corripa (celda) en la cárcel. Y no sólo por el cobarde ladronizo que me hizo, sino por el pretender arrancarme la vida, y dejar a los mious protetayus fiyinus (mis pobrecitos hijos), sin el menguado pan que puedo proporcionarles y el grande cariño que por ellos siento! —No te alumbres por más tiempo en el lar del sufrimiento Teresa, pues más bien debías de ofrecerle gracias al cielo, porque permitió que nadie saliese con heridas de este descalabro. Y ahora si haces caso de lo que yo te aconseje, va tener que abonarte este despreciable de timador gitano, el dinero que le has entregado, y que se haga cargo de la furgoneta, y sino que la arregle con la decencia que encierra el caso. —Esto le decía yo a la Teresa, a la vez que valiéndome del cinto que sostenía mis pantalones, y de un precioso lazo de terciopelo que la Teresa llevaba anudado a su largo cabello, ataba entrambas portezuelas para poder salir del paso, y cuando mañosamente lo logré, díjele a la Teresa que aún seguía tan desconsolada, y lucíase aún más rabiosa que cuando nos sobrevino el accidente: —¡Güenu Teresa, deixa ya de mexaretar tal corrompináu de chárimes que v’escosásete la fuercia pel furacu lus güeyus (bueno Teresa, déjate ya de mear tantas lágrimas, que se te va a escapar la fuerza por el agujero de tus ojos), y súbete a la furgoneta que nos vamos a ir hasta Noreña a visitar el garaje de un conocido mío, para que revise a conciencia este endemoniado ingenio, y nos diga de una vez, las hendiduras que tiene ocultas esta chocolatera que nos ha vendido el timador de Vulcano. —Teresa que en esto ya se había serenado un poco, aunque todavía alumbrara algunas rebeldes lágrimas, dijo dentro de su maurera de miéu (madurera de miedo): —¡No me ofendas, no lo hagas por el amor que le tengo a la santina de Covadonga, no me tientes por el mismo hacedor que debe de estar riéndose de mi allá en su Cielo, no me empujes para que haga lo que no deseo Xuliu. Pues no me sentare dentro de esa infernal máquina de asesinar gente, ni por todo el oro que tiene el Banco de España almacenado en forma de relucientes y apetitosas barras, y mira que es abundante lo que el otro día nos enseñaron por la Televisión sus manejadores. Vete tu sólo si deseas morir donde te plazca, ya que nada más que tu pobre vida tienes que perder, pero yo tengo tres hijos inocentes y pequeninus, que cuélgame con grande fuerza de las entretelas de mis sentidos, no quiero morirme y dejarlos desamparadinos, a merced de este endemoniado mundo, que cada día me parece que tiene menos verdad y menos justicia, que cada día me parece que el pobre dentro de él, si suprimimos las calamidades y las sufriencias, tiene muy poco que hacer. ¿Qué sería de los tres pedacinos de mi corazón, si se quedaran si su madre, en la triste edad que los probitinus aun no saben de dónde comen? (EL GARAXISTA) "EL GARAJISTA" —Por muchos razonamientos que sostuve con Teresa para convencerla con el fin de que me acompañase, no llegué a persuadirla ni en lo más mínimo, pues todas mis razones nada valían, para vencer el miedo que en aquellos desventurados momentos la dominaba, y no consiguiendo ni de una forma ni otra que subiese a la furgoneta, encaminome yo sólo hacía Noreña, al cansino paso de los viejos jumentos de los antiguos gitanos, conduciendo aquel destartalado ingenio, que era en verdad un innegable peligro público. —Llegué a la postre a mi destino, y contéle sin demora cuanto me había sucedido al garajista por mí conocido. Este esperó unos momentos para que se desfatigase el cansado ahogado motor, después volviéndole a poner en marcha, escuchole atentamente el trote quejumbroso que alumbraba, y seguido dio comienzo con seguro tiento a desmontarle algunas de sus piezas, y cuando le encontró las variadas enfermedades que tenía, dijo envuelto su rostro en una sonrisa que podía tener todos los significados: —Desde luego amigo mío, no sé como has sido capaz de llegar desde Oviedo hasta aquí con esta chocolatera, suerte has tenido de no partirte la sesera por el camino. ¡Tuvo que quedarle la conciencia “si es que la tiene” a ese gitano de Vulcano harto desajustada, porque hay que tener muy poco amor hacía el prójimo, y ser un timador sin la menor entraña, para vender un coche en las condiciones que se encuentra éste. Ahora que tratándose de Vulcano no me extraña en absoluto, ya que todo el mundo sabe en Oviedo la clase de elemento que está hecho! —Ten presente, y esto que te voy a contar ya lo he discutido muchas veces con otras personas, que algunas de las desgracias que suceden en las carreteras es por culpa de estos timadores gitanos de los jumentos de hierro, que venden coches usados, que son verdaderos cacharros que ni para el desguace sirven, y lo peor de todo, es que saben hacer de la ley un pandero, y enriquecerse a cuenta de las inocentes gentes, que no comprenden en el peligro que se divierten cuando compran un vehículo usado, pero todo esto ten por seguro que algún día ha de terminarse, cuando algún juez con buen ingenio, colóqueles un anillo que encarcele ya para siempre sus astutos timos, con una nueva ley para tal menester, que todavía nadie ha creado. —Bien dices amigo mío, pues todo este ladronizo y peligro público que tenemos todos de perder en cualquier momento la pelleja en la carretera, por la causa de estos desalmados gitanos de los jumentos de hierro, silenciárase d’afechu si la ley les castigara y persiguiera con más entusiasmo. —Recuerdo que cuando yo era pequeño la ley perseguía y castigaba a los gitanos que en aquella difícil época había sin tener la más mínima consideración con ellos. Y todo era, porque aquellos gitanucos de los tiempos d’endenantes (de antes), eran pobres de toda riqueza y ciegos de toda cultura, pues aquellos desarropadinos y desventurados gitanos, por muy listos que se alumbrasen, no podían hacer grandes cosas, y por eso vivían tirados por los caminos, despreciados por las gentes y perseguidos en todo instante por una ley que no les dejaba de su mano ni a sol ni a sombra, arrastrando cansina y resignadamente sus estómagos cosidos por el hambre, enseñando un color cadavérico en sus huesudos rostros, por el que uno imaginaba a la negra hambre a la que estaban condenados siempre, luciendo sus vestiduras con tantos y dispares remiendos, que uno no lograba adivinar, cual de ellos pertenecía a la prenda original. —No podían crecer aquellos auténticos gitanos que yo he conocido nada más que en asustadizas carreras y crecidas barrigadas de frío y hambre, y algunas veces solían entrar en calor, cuando les aplicaban una supliciada albarda de vergajazos, que las autoridades les regalaban encima de sus enflaquecidos cuerpos, todo porque a lo mejor un aldeano que muy fácil fuese el mismo ladrón, daba cuenta de ellos, a las autoridades al notar que les faltaba alguna gallina, que muy fácil pudiera habérsela merendado el raposo, o ser equivocados en el trato de un jumento de los naturales, no como estos endemoniados ingenios de fierru (hierro), siendo tan entendido en estas bestias el aldeano como el gitano, y aquí si que no valía engaño, porque cada cual iba a su propia conveniencia, porque cuando un aldeano le cambiaba un burro a un gitano, es que su pollino alguna tara tenía, por esto, no he conocido nunca a un gitano que cambiase su burro con el aldeano pelo a pelo, sino que siempre le pedía encima algo, ya que estas gentes agudas y listas sabían, que la única ganancia que conseguían por lo regular en sus tratos, eran los pocos o muchos dineros que pudieran arrancarle al aldeano encima del cambio. —Poco mal podían hacer aquellas pobres y desgraciadas gentes dignas de toda compasión y lástima, y mermado mal sembraban entre las comunidades que visitaban, porque en todo tiempo vivían cultivando la más denigrante de las miserias, que por ellas se deducía el escaso timo que industriaban, pero a pesar de todo, nadie los dejaba nunca fuera de una celosa vigilancia, de lo que se saca en consecuencia que la ley en aquella difícil época estaba mucho más adelantada que hoy en día, por donde uno comprende que en nuestro país, todo ha progresado grandemente menos la asiste de la Soberana Justicia, que para castigar al pobre siempre sí está en vanguardia, pero para favorecerle siempre se encuentra de veraneo en la retaguardia del capitalista. —Y sino la prueba está bien a la vista, ya que los temidos gitanos de nuestro tiempo, no son otra cosa nada más que astutos y deshumanizados payos, que ya no llevan marcado en su rostro el ceniciento color del que navega con el hambre, sino que se pasean bien hartos y cuidados, envanecidos por su boyante posición, tanto en lo social como en lo económico, ya que gran parte de ellos, precisamente los más principales, son poseedores de una buena carrera que al final les otorgó el título con el cual se avalan en el asqueroso oficio de la explotación y el timo, que faenan a diario entre las humildes y trabajadoras gentes, bien como dirigentes de empresa, engañosos servidores de la Justicia, etc., y también estos timadores gitanos de última categoría, cuyo único representante por mí conocido es el guripa de Vulcano que ya empieza a traerme de cabeza. Pero yo te aseguro Marcelino, que si la Teresa me hace caso de lo que yo tengo barajado en mi mente, no se ha de escapar este raposo de Vulcano haciendo risa y guasa despreciativa de los honrados intereses que les roba a las personas decentes, pues en este presente acaecer se topó con un cliente, que le va hacer coscas (cosquillas) en el lugar donde no ha de nacerle la risa. —Y ahora... dime Marcelino, tu que eres un hábil veterinario en la cura y compostura de estas caballerías de hierro. ¿Cuánto puede costar arreglar esta furgoneta para que quede decentemente? —Quedose el bueno del garajista mirando unos instantes en el más completo silencio hacía el cielo, haciendo con aproximación las cuentas en su cerebro, y después dijo muy serio clavando sus inteligentes ojos encima del jumento de hierro: —Te ha de costar alrededor de unas ocho mil pesetas, tal vez sea algo más, eso depende si al desmontarla aparecen otras averías que ahora no agüeyu (no veo). Pero no pienses ni en broma que el Vulcano va hacerse cargo de esta arregladura, pues yo se que él, sabrá lavarse sus manos no queriendo pagar ni un céntimo, y es inútil que le lleves a los tribunales, ya que él es un gitano listo, que tiene buenos abogados y harán de la ley su propio juego, y estoy por apostarte que es muy capaz de timar al mismo juez en la sesión del juicio, si tiene modo de venderle uno de sus endemoniados ingenios. —Por lo que observo Marcelino, tanto tú como yo mismo coincidimos en, que la ley en nuestra Patria está al servicio del dinero, que es tanto como decir, que el que no tiene un cuarto no debe de meterse en líos por muy honrados que le parezcan, porque no ha de sacar de ellos nada más que disgustos por bien parado que salga, en fin, ya veremos haber lo que resulta de todo esto, yo ahora me voy para Oviedo, y tu no arregles este cacharro hasta que la Teresa no sostenga una conversación con el raposo del Vulcano, pues a lo mejor, este habilidoso gitano no es tan mentecato como lo hemos pintado, y puede que se compongan las cosas sin necesidad de ningún otro teatro. El garajista sonriéndose ladinamente a la vez que de mí se despedía me dijo: —¡Si tales esperanzas hacen aposento en tu imaginación, no sé lo que en verdad has aprendido tú en el mundo, tanto como por él zapatillaste, pero bueno es que sigas creyendo en la bondad de las gentes aunque tan sólo sea por breves instantes! —¡No creo yo en nada ni en nadie Marcelino, a no ser en el plato de cocido cuando tengo hambre, pero hácete buena falta a ti saber, que existe un sistema que todo el mundo receta cuando le conviene. Así por ejemplo, sabemos que Vulcano es un timador inteligente y práctico en el asunto de saber defender sus enredos e intereses, por esto se dará cuenta en el instante, de la peligrosa timadura que industrió, por tal razón procurará que no se airee su sucio negocio, para que las futuras víctimas no huyan a causa del mal olor que emana de la ladroniza industria que maneja. Por esto, muy fácil creo yo que se avenga a razones! —¡Puede que tengas razón, amigo Julio, pero yo no entraré a creer tal cosa, hasta que no lo vea con mis propios ojos! “TERESA Y VULCANO” —El lunes bien de mañana se hizo en el camino de Oviedo la envilecida Teresa, portando en su cerebro los asesoramientos que yo le había prodigado, mucho me hubiese gustado a mí entendérmelas con aquel desalmado granuja, pero como yo no había tenido tratos con él, sólo podía hacer aconsejar a la Teresa en lo que mejor pudiese. Digo que iba ésta alumbrando en sus sentidos rabiosa inquina hacía el Vulcano, pero no era la Teresa tan aunque valiente y decidida engarradietchóusa como la Manola de mi aldea, pues si así fuese, hubiese logrado más provecho que usando la política, que al fin de cuentas ésta de poco sirve cuando con ella menester es por entrambas partes defender los intereses. Llegó al fin la Teresa a la casa del Vulcano, tan dolida y gafa en su desgracia que debatíase con apremiante desatino en el atajo de prepararle un sonado escándalo, si no conseguía lo que ella consideraba justo y honrado. El caso fue que nada más que sus enrojecidos ojos encarnispados por la ira que la desacompasaba retrataron al causante de su desgracia, díjole encasquillándosele la lengua por la rabia que la dominaba: —¡Vengo a darle las gracias estafador de los infiernos por la furgoneta que me ha vendido, que tal de endemoniada se encontraba, que por eso me brindó la mayor cosecha de miedo que he tenido en toda mi existencia. Porque me he visto por unos instantes ajinetada encima de una satánica máquina, que parecíame había sido fabricada por todos los diablos del infierno juntos con el firme propósito de servirle a usted, para que por su mediación me robase mis dineros y me quitase la vida. Hay que ver la poca vergüenza que usted tiene, y la nada consideración que siente hacía las personas, para venderme un vehículo portador de la muerte, y quedarse usted tan tranquilo, como si de malo no hubiera hecho nada. —Vulcano, sin deshacer de sus labios la hipócrita sonrisa que le caracterizaba, díjole tranquilizadora y prometedoramente a la Teresa: —¡Bueno señora, no se me enfade, y céntreseme en el respeto, ya que en este civilizado lugar se consigue conmigo la razón que según me parece es lo que usted anda buscando. Y ahora cuénteme con entera tranquilidad todo cuanto le ha sucedido, que yo por adelantado le prometo arreglarle su vehículo sin cobrarle ningún dinero! —Estas palabras bien dichas y a tiempo por el ingenioso Vulcano, entrelazadas con teatrales gestos de compasión y condolencia, que con postura de consumado actor plasmaba en su rostro y movimientos aquel timador de gitano, pues como cuento, con todo este ratonil teatro logró que los encendidos ánimos de Teresa, abandonaran el envilecido aposento dónde moraban, e hicieran andadura más alegrados por el camino de la contentura, que no era otro que el haber conseguido lo que en justicia le pertenecía. Así pues ya más aplacada la encendida voz de Teresa, en el lleldar que hacía asomo en su boca una alentadora sonrisa, le dijo en el comienzo de estar de nuevo tranquila: —Tiene que perdonarme por haberle ofendido con mis insultante palabras señor Vulcano, pues yo quiero que comprenda que si usted se hallara en mi lugar, muy fácil se desarrendara como yo en tamaño desatino. Y seguidamente le explicó al Vulcano que no podía remediar que la risa aflorara con verdadera alegría, el corto y accidentado viaje que habían hecho con la furgoneta. Y al concluir la Teresa de relatarle su odisea, respondiole el Vulcano con una amabilidad,que tal parecía que alumbrábase en ser cierta: —Créame señora si le digo, que no hay sitio en mi conciencia para poder hacerle el más pequeño daño a nadie, y con toda sinceridad le prometo, que este doloroso descalabro que quizás por un error mío usted ha sufrido, yo haré que con prontitud se mude al sitio que para ambos mejor convenga. Y ahora mismo ordenaré a mis mecánicos, que sin ninguna demora vayan a recoger su vehículo a Noreña, para que le revisen y arreglen en mi garaje, que sin lugar a dudas ha de quedar mejor compuesto, y acomodárseme en un precio más justo, que si lo arreglasen en otro lugar, ya que yo no me fiaría de ningún otro garajista, supuesto que son todos tan careros como chapuceros. —Y ya no más tristezas ni penas señora, pues ninguno de estos dos sentimientos nace feliz al entendimiento, así que destierre sin demora el mal que en su espíritu se enreda, ya que muy pronto será atajado para convertirle en beneficio de su propio remedio. Y sitúese ya desde este preciso momento dentro de la placida pradera de la tranquilidad, considerando ya por adelantado solucionado a su agrado y conformidad este asunto que la atañe, y dentro de tres días puede venir a recoger su furgoneta, en la inteligencia de hallarla como si otra vez fuese hecha de nuevo. —En el día señalado por Vulcano, volví yo acompañando a Teresa a recoger su vehículo, y al lado de él como en anteriores ocasiones se encontraba Vulcano con la misma sonrisa de siempre pintada en su hocico, y frotándose sus manos como al parecer era su costumbre, dijo amablemente: —Ya tiene su vehículo compuesto señora, y muy bien ajustado que por cierto se encuentra ahora, ya que le canta su motorín, con parecido sonar al que tuvo cuando era nuevo. —Muchas gracias señor Vulcano, contestole con rapidez y alegría Teresa, lleldándose en satisfactoria dicha que retornaría a la rabia a los breves momentos. —¡No señora, no me dé usted las gracias pues para esto estamos, que no es otro menester que servir al cliente y dejarle satisfecho! —Pero ahora... y créame que lo siento con toda mi alma, tengo que comunicarle una noticia que no ha de serle en nada agradable, pero comprenda usted que por encima de todo los negocios son los negocios, y si yo no los cuido, aunque eso sí con toda honradez, creo que algún día terminaría pidiendo. —¡Dígame señor Vulcano! ¿Qué clase de contrariedad es la que me tiene que comunicar ahora? —Pregontó Teresa ya en las empinadas vías de perder de nuevo su alegría y tranquilidad, y floreciéndole en el mismo lleldar una apesadumbrada tristeza que le decía, que todo su gozo iba a ser de afechu desfechu (del todo deshecho). —Pues... verá usted señora, los mecánicos me han dicho (dio comienzo Vulcano a su charla pretendiendo muciye "ordeñarle" importancia a la cuestión), que toda la culpa de haberse estropeado la furgoneta, sólo la tiene el chofer que la conducía, que según ellos está muy deficiente en el oficio de conducir estos vehículos. Así que dentro de toda la pena que a mí me acompaña, y no crea usted que es pequeña, tengo que comunicarle que si desea llevar su vehículo, tiene que abonarme la mitad de su compostura, y si no le retira en toda esta semana del garaje, me veré obligado a cobrarle como demasía, el espacio que ocupa la furgoneta en el taller, ya que están los aparcamientos hoy día al precio que uno quiera cobrar por ellos. —Teresa tras escuchar las asquerosas e hipócritas palabras que le había sonrientemente dirigido Vulcano, comenzóle a crecer en sus entrañas la cosecha de la gafez, a parejándose en fuerza y desespero a la que ya padeciera el día que había viajado por primera vez en aquella furgoneta de todos los diablos, y conducida por este envenenador desatino, no me dejó a mí contradecirle al Vulcano la acusación que me había hecho, ya que cogiendo ella la palabra airada y medio enloquecida, hablole de la siguiente manera: —Me parece a mí condenado timador gitano de todos los infiernos, que no tiene usted de hombre, ni palabra, ni presencia, ni tampoco nada. Todo en su persona esta asquerosamente podrido, y en conjunto toda su valía como hombre, tiene menos valor para la decente Humanidad, que un repugnante pioyu (piojo), entre las uñas de una eficiente despioyadora (despiojadora). —¿Sabe usted acaso condenado ladrón y despreciable llimiagu (baboso), que destreza tiene mi chofer en este oficio para tratarle con tanto menosprecio? —¡Síii... por lo que me han dicho los mecánicos, no tiene ni idea, de lo que es manejar un vehículo! —¡Pues sepa usted asqueroso madrazas, y apestoso gusano de timador, que mi chofer, que es este muchacho que usted ve aquí, que no quiere dirigirle la palabra por no ensuciar su lengua al contacto con su mierdosa presencia, aparte de ser un conductor que en nada puede envidiar al mimísimo Fangio, es también un excelente mecánico, con ingenio suficiente de hacer que ruede un coche si preciso fuere tan sólo con la invisible fuerza que tiene el aire, y si le apuran un poco, hasta que vuele como los aviones! —¡Bueno señora, haga el favor de no ofenderme, sino quiere que llame a la autoridad para que le enseñen los modales necesarios que se necesitan para tratar con la gente. Y tenga también bien presente que yo no he ofendido a este muchacho en nada, lo que yo he dicho es que no sabe conducir como es debido un vehículo. Y no crea que me extraña, porque hoy en día, le dan el permiso de conducir a cualquiera que tenga la agudeza de entregarle solapadamente dos o tres mil pesetas al jefe de tráfico! —Y ahora ya para terminar, si no quiere pagar la compostura que se le hizo a su furgoneta, no la lleva usted de aquí bajo ningún concepto, y si cree que tiene algún derecho para formular alguna reclamación, encamínese al Seguro de la Patria Hispana, y entiéndase con ellos de la manera que mejor le cuadre, ya que esa aseguradora a mí ya me ha abonado todo el valor de la furgoneta, y a usted por si se le ha olvidado le digo, que tiene que abonar las letras de banco que ha firmado en blanco a ellos no a mí, así es que yo me lavo las manos en este asunto lo mismo que hizo el romano Pilatos en el Juicio que condenó a Cristo. —Teresa acunada por una enloquecedora rabia que la hacía temblar sacudida por los nervios emanantes de la ira, la rabia, el desprecio y el odio que sentía hacía aquel miserable, le decía mientras que yo procuraba de aquel lugar alejarla sabiendo que nada lograría resolverse: —¡Lo que tiene que lavar usted sin hacer demora es su conciencia que la tiene más negra que la boca de un sanguinario lobo, y tiene un olor más repugnante y asqueroso, que el que producen las podridas inmundicias de un apestoso estercolero. No sé como tiene valor para lucirse entre las gentes, siendo portador de ese nefastoso olor que en todo momento de usted se desprende, por el que todo el mundo puede comprender, la clase de cobardoso timador que se esconde en su enclenque cuerpo! "TERESA Y LA ASEGURADORA" —Es para mí un triste desconsuelo decir, que todo o casi todo en mi Patria lo relacionado con el comercio y otras industrias similares, es una grotesca trampa mal urdida, pero muy bien protegida por las leyes del país, que ya desde antiguo saben que todo se mueve por la fuerza de la riqueza y el poder, y entrambas cosas no están en el poder del pobre, por lo tanto este desventurado ser, por mucha razón que le acompañe siempre llevara las de perder, ¡ y sino que me lo pregunten a mí! —Así pues, que dejando la Teresa al timador de Vulcano haciendo risas y guasas de su desgracia, se dirigió con la prisa del alma que lleva caminaba el diablo, y en aquellos sus momentos tan endemoniada caminaba como el mismo satán, por mor de la condoliente desgracia que le acompañaba, al lugar donde tiene aposentadas las oficinas la Patria Hispana, y subió las escaleras de dos y sin dar ni tan siquiera cuenta, se encontró ante la presencia del señor notario, al que le explico muy desconsoladoramente el timo que en ella había realizado Vulcano, al venderle aquella furgoneta, que tenía más heridas por todas sus piezas, que el heroico Millan Astray, que fue el Fundador de la Legión Española, dónde si el Vulcano tuviese la valentía y el coraje, que por ser un despreciable cobarde le faltaba, digo que si este despreciable timador como legionario ingresase en ella, no viviría allí mucho tiempo, pues entre el “saco terrero”, y los vergajazos que los vigilantes del Pelotón de Castigo, le brindan a las gentes de su condición y calaña, terminarían con tal carroña humana en poco tiempo. —¡Hay de él si lo cogiese por su cuenta y riesgo el famoso sargento Molina, que en cierta ocasión a un legionario, por tan sólo robarle una camisa a un compañero, diole palos encima de sus costillas hasta que se le hundieron sus pecadores huesos, y después que sanó de tal descomunal paliza, colocóle encima de sus aún doloridas espaldas un saco terrero de cincuenta quilos amarrado con recias correas!, con un letrero que más o menos así decía: —¡Yo soy un ladrón, despreciadme todos por tener el oficio más asqueroso de toda la Humanidad! —Y con dos letrerinos como éste, uno en la espalda y otro en el pecho, tenía que caminar Vulcano por todas las calles de Oviedo, para que supieran toda la cuadrilla de compañeros de su calaña, que hay a fatáus (muchos) que vivían como marqueses y se las dan de personas decentes, el vergonzoso fin que tendrían si no dejaban de robar. —El tal notario que como se verá tenía las mismas nefastosas zunas de engañar a las gentes que su consorte de oficio el timador Vulcano, sonriéndose de las graciosas y muy atinadas ocurrencias de Teresa le dijo: —Tenga bien presente señora que nosotros nada tenemos que ver en este asunto, pues toda la culpa de cuanto le ha acontecido, sólo la tiene el señor Vulcano, así que si usted considera que efectivamente fue engañada como manifiesta, reclámele o denúnciele a él, y deje de molestarnos a nosotros, ya que en vez de importunarnos con esta historia sin ninguna importancia para esta sería aseguradora, mejor sintiera usted hacia nosotros un sincero y respetuoso agradecimiento que sin conocerla de nada, le hemos prestado a usted los dineros para que comprase a Vulcano ese vehículo que usted comenta, que a no ser por nuestra desinteresada y magnánima colaboración, no hubiese podido hacerlo, a no ser que se la pagase con dinero en mano. —Cuando Teresa sintió de labios del notario estas palabras le miró entre temerosa y asombrada y preguntole pensando que o había entendido mal, o desde luego se estaba volviendo loca y ya no razonaba: —¡Oígame señor! —¿Me ha dicho usted acaso que me han prestado ustedes a mí dineros sin yo saberlo? —¡Sí señora, eso mismo le he dicho, y no tiene usted de que asombrarse, ya que es una cosa común y muy corriente, nosotros simplemente le hemos abonado al señor Vulcano el valor de su furgoneta, haciendo uso de unas prestaciones modernas que dan a todo negocio un buen resultado! —Diose cuenta la Teresa por primera vez, del teje maneje nada claro que entre manos se traían el hábil timador Vulcano y la no menos honrada Aseguradora, por esto, haciendo un gran esfuerzo para remansar su alterado espíritu, le dijo al notario viviendo el mayor asombro que en toda su existencia conociera: —La verdad quisiera decir pero no sé como explicarla, porque no puedo precisar, dónde termina la mentira y comienza la verdad, porque si ésta existe, la pobre anda bien desgraciada, ya que esto que me está sucediendo a mí, que es verdad siendo mentira, paréceme a mí, que está muy fuera de toda Justicia, pero dentro de la ley que ustedes bien estudian, para robar sin el menor temor a todo pobre desgraciado. —¿Qué pretende decirme usted señora? —Preguntó el notario empezando hacer acopios de enfado. —Que si no me sucediera a mí misma, lo que con ustedes me está pasando, no creería que a nadie pudiérale acaecer tan endemoniado enredo aunque el mismo Padre Santo me jurase con la mano puesta encima de la Biblia que todo este desalmado engaño, era tan cierto como la propia Pasión del Nazareno, que el Pobre murió, para que otros listos como ustedes, hiciesen de su muerte un buen saneado negocio. —Porque tanto ustedes como éstos, tienen una forma de prestar tanto el dinero como la gloria del Cielo, que uno no se entera que la ha recibido, hasta que no le roban lo mucho o poco que posea el crédulo. —Bien comprendo ahora que hállome ahogada dentro del teatro de la discordia, y estoy enflaquecida de riquezas y seca de poderes, que el primer tejedor de la ley, fue en el mismo instante encaldador de la trampa, y en esta despreciable xaceda (cama), barajan ustedes como consumados timadores el mal que trenzada me ata. Por esto desde ahora mismo, jamás se me borrará de mi imaginación, que tanto ustedes como el zorramplón de Vulcano, son lobos de la misma camada, con diferente color, dibujadores de bien parecidos santos, pero con la misma conciencia del despreciable diablo. —Pero señora, de nuevo le vuelvo a repetir, que nada tenemos nosotros de ganancias en los tejes manejes que industria el señor Vulcano, y ahora si me quiere escuchar unos momentos, yo le explicaré con toda la claridad como funciona el honrado negocio de la Patria Hispana, para que ya de una vez y por todas, se quede convencida, y no perjudique a esta Aseguradora con su pregonar que somos tan estafadores como el señor Vulcano. Dijo el notario con seriedad y conciliadoramente. —No hace falta que desgañite su lengua en más araneras explicaciones, ya que los enredos que entrambos y dos se traen, el más fatón (tontón) de mi aldea los vería tan claros como yo los veo, si tuviese la desgracia de pasar por ellos lo mismo que yo los estoy viviendo. —Por lo que se ve, ustedes prestan dineros a quienes no saben que los han recibido, para que los timadores como el asqueroso raposo de Vulcano, hagan sus desalmados negocios y en sus ganancias tienen ustedes como compensación un rentable provecho. —Para mí el caso está tan claro, como que existe Dios y una Justicia que ninguna ley sirve con decencia, y que ustedes no respetan y tratan a la baqueta, porque no son otra cosa nada más que timadores gitanos de los tiempos modernos, que han aprendido muy bien en la universidad las leyes para después sin ninguna traba poder con satisfacción gananciosa burlarlas, aprovechándose de las enormes lagunas que en todas las leyes adolecen, dónde ustedes se refugian para efectuar los atropellos que a todas luces articuladas por la ley son legales. —El asunto es, de que Vulcano me aseguró que toda la culpa la tenían ustedes, y ustedes lavan sus sucias manos con el hipócrita de Vulcano, afirmándome que él es el único culpable, y entre dimes y diretes entrambos y dos me quieren cobrar la peseta a siete reales. Pero yo no estoy dispuesta a dejarme robar de mano de entre juntos estafadores, y por esta razón ahora mismo los voy a denunciar, haber si la ley es capaz de desenredar tanta trapecería y engaño como barajan ustedes encima de esta pobre trabajadora, que poco puede medrar si tiene que abrirse camino entre una bien organizada banda de inteligentes timadores, que ni temen a Dios ni a la ley, ni menos respetan los intereses ajenos. “TERESA Y LA POLICÍA" —Dejó Teresa al notario con su palabra bailándole en los labios y abandonó la oficina de la Patria Hispaña con tanto desprecio hacía sus representantes, como el que sentía hacía el timador Vulcano, y con este profundo y airado malestar que la embargaba, privándola de su sosiego que ya del todo nada de él quedaba, y animada siempre por su espíritu combativo, hizo su entrada en el aposento de la Policía, creyendo firmemente la pobre, que los guardias podían arreglarle en el momento aquel desaguisado que enloquecida la traía. —Dos agentes de la ley enfrascados se hallaban en la comisaría faenando por sus deberes cuando la Teresa hizo aparición ante ellos, con su rostro por completo desarmado en el descosido sufrimiento que la debatía, uno de los policías que se percató en el instante del apurante desespero que a la desventurada Teresa consumía, le dijo a la vez que se levantaba de su asiento, para rogarle gentilmente que ella se sentara, menester que no quiso hacer la Teresa porque manifestole al amable policía, que los nervios no la dejaban estarse queda, ya que entrelazábanse con tal fuerza enfurecida y desatinada en su sentimiento, que la ensenderaban en la enloquecedora postura que a todas luces enseñaba. —¡Está bien señora! Le dijo sonriéndola tranquilizadoramente el policía a la par que le rogaba, que se calmara, que se serenara, y que les contase lo que le sucedía, afirmándole que si en sus manos se encontraba el remedio, podía de antemano considerarlo satisfactoriamente resuelto. —Relató la Teresa por segunda vez en aquella trágica mañana el nefastoso timo que entre el Vulcano y la Aseguradora le habían hecho, que tal ladronizo la traían centrada, en el espineroso sufrir y parejo desarreglo. —El agente que habíala escuchado sin hacerle la más leve interrupción a su diálogo, y ayudándola con sus gestos de protección y confianza para que mejor se despachase en sus acusadores decires, cuando la Teresa terminó de contarles su desgracia, y ya teniendo creído que la policía iba a componerles las torcidas cuentas que industriaran encima de su humilde persona aquellos desalmados timadores modernos, desmoronósele en sentida desilusión tan cándida aspiración, cuando le dijo el agente compadeciéndola: —Siento mucho señora el no poder ayudarla en esta clara injusticia que estos señores le han hecho, y yo creo que de todo este sucio negocio que le han hecho, no ha de sacar usted en su provecho nada. Mi consejo es, que debe de abonarle al señor Vulcano la mitad de la arregladura del vehículo que le reclama, y no olvide nunca, y esto se lo digo yo por la mucha experiencia que en tales asuntos tengo, que todos los ricos se dan la mano, al igual que hacen todos los ladrones, ya que ellos no ignoran, que si uno de ellos se hunde, corren el peligro de ahogarse los demás por eso se protegen mutuamente, y como ellos son los que pagan y los que mandan, pues al pobre no le queda más recurso, que cerrar el pico y aguantar sin la menor protesta todo cuanto le echen. —Ahora bien, si usted no está conforme con hacer esto que le he aconsejado, entonces vaya usted a visitar a un abogado para que formule la consiguiente denuncia al juzgado, pero tenga presente, que si el juez estima que no existe tal timo, entre el juzgado y su abogado le han de cobrar más de lo que vale el vehículo, y hasta inclusive la pueden encarcelar por levantar un falso testimonio a tan respetables señores. —Teresa al escuchar estas palabras no podía a ciencia cierta pensar, que si todo aquello que le estaba sucediendo no era nada más que una endemoniada pesadilla de la cual en cualquier momento iba a despertar pudiendo recuperar en el instante su sosiego y tranquilidad, pero no, era bien cierto que estaba despierta, y que todo cuanto le estaba sucediendo era la triste, canallesca y sucia verdad que al pobre le brinda la vida, ahora se daba cuenta de que todo el entramado de la ley, no más era una vergonzosa y engañativa mentira, por esto, airada, descompuesta, envilecida y rabiosamente desatinada les dijo a los policias: —¡Díganme ustedes señores policías que misión es la que tienen que cumplir en esta mi Patria tan falta de Justicia! —¿Acaso están ustedes nada más que para perseguir y encarcelar a los pobres y desgraciadinos mineros cuando se ponen en huelga, por reclamar lo que Humanamente y en Justicia les pertenece, que no es otra cosa nada más que el fruto de su peligroso trabajo y harto enfermo, y que por hacer tal cosa ustedes les detienen, los encarcelan y les mayan (majan) a vergajazos sus cuerpos hasta arrancarles dentro de atroces sufrimientos, como hicieron una vez con mi difunto marido que a fuerza de llevar centenares de latigazos le sacaban el pellejo a tiras. Para también encarcelar a sus mujeres y cortarles el pelo al cero, como también hicieron con una vecina mía, que su pobre marido que era un santo del cielo, de resultas de una soberana paliza que le propinó la policía, dejó para siempre este podrido mundo al mismo tiempo que a su mujer cargadina de hijos la dejaba también viuda. No siendo su delito otro que haber trabajado desde su niñez en la mina, el haber querido reclamar el sudor que el patrono le robaba. ¿Ustedes que misión es la que tienen? ¡Acaso detener a los borrachos que se entarrascan (embriagan), y no porque sean beodos de profesión, sino que siendo obreros cobrando un miserable sueldo, se ven aburridos porque en sus hogares falta de todo, y entonces buscan en la bebida el olvido, porque saben que no pueden luchar contra un régimen que los oprime, con la poderosa fuerza que detrás de cada trabajador hay un policía! —Quizás hubiese seguido la enloquecida Teresa hablando largo tiempo por este camino, si uno de los policías enérgicamente no se le impusiera a la vez que amenazadoramente le decía: —¡Haga el favor señora de no dar a luz tantas insultantes tonterías, porque me parece a mi, que usted va a terminar muy mal, y tengo la impresión de que se va a quedar aquí, para ser encarcelada juzgada por ofender a la autoridad. Así que no despegue más su boca lárguese pronto antes de que me arrepienta! —No siguió hablando Teresa, no pudo seguir diciéndoles tantas cosas como ella sabía, tantas nefastosas cosas que en las cuencas mineras asturianas la policía había hecho, pero ahora lo que verdaderamente a ciencia cierta ya sabía, era que si el honrado y desventurado trabajador quería vivir con tranquilidad, debía de hacerlo siempre de rodillas. "LA TERESA Y LOS ABOGADOS" —Xebrose (marchose) la Teresa de la comisaría, y corriendo como una desesperada por las calles de Oviedo llegó hasta el Sindicato con intenciones de consultar su caso con un abogado que conocía que tenía ganada fama de ser un buen defensor del trabajador, y no un “tragón" como existen muchos en estas instituciones en otras muchas, ya que este letrado es un hombre recto (y también falangista), tan agudo e inteligente como lo fuera el propio Muñón de Diego, y por tercera vez, y comenzándole ya a enronquecérsele la voz, le relató el escabroso asunto que la traía desatinada. —El ilustre abogado del Sindicado escuchola sopesando todas sus palabras, y antes de responderle a la conclusión que había de aquel teatro sacado, le arrancó con profundidad un par de fumadas a su cigarro, y a la vez que lo estrujaba con rabia en el cenicero, dijo haciendo un marcado gesto de desprecio hacía los promotores de aquel despreciable y cobardoso timo: —¡Esto que le han hecho a usted es un timo asqueroso y despreciable, pero no se preocupe usted más, y deje ya de desesperarse, ya que toda la razón está de su parte, y a esos miserables no ha de quedarles más remedio, que componerle en condiciones las averías que tiene su furgoneta, o por lo contrario, deshacer la venta y entregarle el dinero que usted le dio como entrada! —No se puede imaginar don Pedro el bien que me hacen sus consolativas palabras, ya que he sufrido toda la mañana lo indecible en mi caminar de Herodes para Pilatos, y mis sentidos ya se me estaban avecinando con la pérdida de la razón. Y ahora pagándole lo que fuera menester, yo le ruego por la santina de Covadonga, que me ataña este asunto en el juzgado, para poder meter en el honrado riego a estos endiablados timadores. —Bien quisiera yo hacer lo que me está pidiendo, pero yo sólo puedo actuar en los menesteres que sean de tipo laboral, pero no se apene usted, porque la voy a enviar a un colega amigo mío, que sabe hilar muy derecho en estos asuntos, ya verá como le arregla esta cuestión con prontitud y a su agrado. —Más esperanzada por el motivo de las alentadoras palabras que le había dicho el abogado del Sindicato, hizo Teresa entrada en aquella su aciaga mañana en la casa del letrado a donde iba dirigida, y parecíale que su emprendedor valiente ánimo se encontraba en derechura de sosegarse, y su apagada alegría en hechura de florecer de nuevo, pues ya pensaba que su avisperoso negocio navegaba en las tranquilas aguas que le conducirían a ser resuelto en su favor. —Por esto, tras las consiguientes palabras de presentación que sostuvo con aquel nuevo abogado que visitaba, éste le mandó que se sentase, por primera vez en aquella su ajetreada mañana, acomodose en el mullido sillón la Teresa, medio rendida sofocada por la continua tensión en que había estado sometida, y el grande cansancio que sentía por tantas vueltas como había dado. Así pues empezó Teresa por cuarta vez en tan corto espacio, a poner en el oído del letrado, todo cuanto le aconteciera con el rapiegu de Vulcano, los foínus (garduños) de la Aseguradora, los llimiagus (babosos) de los policías, así como lo que hablara con el estupendo abogado del Sindicato. —No despegó su lengua aquel letrado en todo el tiempo que la Teresa invirtió en narrarle su caso, pero se observaba que hacía trabajar a su imaginación en el silencio, con las miras de encontrar en aquel entuerto el nudo dónde se encontraba atado el delito, y de cuando en cuando sacudía su cabeza y se sonreía, lo mismo que si le hiciera cierta gracia aquel descantoyamientu (descalabro), y cuando a la postre la Teresa terminó su historia, él hablando con seguridad dijo: —Está visto señora que todo este endiablado teatro que le han preparado, tiene el indecente hocico de ser un canallesco y cobardoso timo, pero no se preocupe usted ya que lleva la entera razón, y aunque la ley tiene unas lagunas abismales, no considero yo de que le puedan robar lo que es únicamente suyo. —Mire... voy ha procurar arreglarle este caso sin que usted tenga necesidad de gastar dinero, ya que por lo que observo, usted es una pobre trabajadora, y en los bolsillos de los necesitados no suelo hacer yo cobranzas de mis salarios. Verá, ahora mismo le voy a telefonear al jefe de la policía que es conocido mío, para preguntarle si este asunto se puede enjuiciar por lo criminal y elevarlo directamente ante el señor juez. —Después de conferenciar unos instantes el desinteresado abogado con el jefe de la policía, dijo con marcada satisfacción por haber hallado la solución que buscaba: —¡Bueno señora hemos tenido suerte, ya que se puede hacer lo que yo había pensado, así que vaya ahora mismo al juzgado de lo Criminal, y explíquele al señor juez todo cuanto le ha sucedido, y ya verá usted como le arregla este asunto rápidamente! “TERESA ANTE EL SEÑOR JUEZ” —En pocos minutos ganó corriendo la plaza del Ayuntamiento la esperanzada Teresa, y ágil, decidida y entusiasmada, subió con rapidez las escaleras del juzgado de primera instancia, y allí dijo que venía a visitar al señor juez, y que precisaba hacerlo sin demora, porque ya era demasiado tarde y tenía temor de no poder resolver su cuestión aquella mañana. —Uno de los chupatintas que en aquel despacho aparentemente trabajaba, si es que en verdad sabía hacer algo de provecho, dijo dirigiéndose a un compañero con marcado aire de altanería a la par que miraba a la Teresa de soslayo, como si le tomara la medida a su valía social, y de hecho ya supiera que no tenía facha ni de posición adinerada, ni de poder de ninguna clase: —¡Algunas personas cuentan que hablar con el señor juez es lo mismo que dirigirse a un verdulero, que poca preparación y cuanta ignorancia tenemos en España que hasta los mismos aldeanos que están como el mismo ganado piensan, que todos somos iguales y que un magistrado es parecido al vecino de la puerta de casa! —Pero no todos en aquella dependencia pensaban como este payaso, y como tantas y tantos payasos que pueblan arrastrándose como asquerosos reptiles, la mayor parte de las oficinas de nuestra Patria, pues una joven secretaria que allí también trabajaba, preguntole a Teresa con natural educación y pareja simpatía, el por qué precisaba ver al señor juez con tanto apremio como el que tenía, para ella comunicárselo y señalarle la visita. Y de nuevo la pobre Teresa por quinta vez tuvo necesidad de contar cuanto le había acontecido, condoliendo con su historia el ánimo de la muchacha, la cual le dijo: —¡Yo no sé señora si este caso que usted me explicó pertenece a este juzgado, bueno no obstante espere aquí un poco, que se lo voy a comunicar al señor juez haber si la puede recibir! —No debía de tener mucho trabajo en aquel tiempo de la casi finalizada mañana el señor juez, porque al corto instante sonriéndose satisfecha la buena secretaria con haber conseguido la entrevista, regresando a lado de Teresa le dijo: —Ya puede pasar usted señora, pues el señor juez la espera, hizo acto de presencia en la sala donde el repartidor de ley aguardándola estaba, y nada más que el juez la vio ante su presencia, preguntó con seriedad ajusticiadora: —¡Dígame señora! —¿Qué clase de gravedad la ha guiado ante mi presencia? —Teresa ya casi afónica del todo, y sofocada hasta lindar en el mismo ahogo, le contestó con todo el respeto y educación que poseía: —¡Perdóneme señor juez por molestarle, pero el caso es que mi abogado, me aconsejó que viniese ante su justa presencia para hacerle sabedor de la desgracia que me acompaña, que barrunto por anticipado, que ha de borrarla Su Señoría de mi triste sentimiento de un sólo plumazo! —Y seguidamente le explicó por sexta vez aquella mañana el mal que la desarrendaba, que en tan corto tiempo le había producida más sufrimiento, que los dolores que la embargaran en el haber traído al mundo tres futuros soldados para el Ejército de la Patria. —El señor juez que al parejo que la escuchaba estaba en animada conversación con unos despreciables sujetos que le acompañaban, que tuvieron la poca vergüenza de dialogar con el juez cuando la Teresa a éste hablaba, como si fuese más importante lo que trataban, que la simpleza de la pobre Teresa, que hasta aquellos momentos todavía creía en la eficiencia de la ley, cosa que a los pocos minutos despreciaría con toda su alma. Así que Teresa concluyó su narrativa sin haber sido interrumpida como al parecer tampoco escuchada, el señor juez quitándose sus lentes dijo con marcados síntomas de enojo: —¡Bueno…! ¿A mí que me cuenta usted señora? —¿Qué es lo que pretende usted...? —¿Acaso que yo ordene que le devuelvan con rapidez sus intereses que cualquiera sabe si son razonados, y que su abogado le lleve los cuartos? —Si usted en verdad quiere resolver este su asunto, haga el favor de hacer con la denuncia el debido camino, y no ensenderarse en el del atajo, y cuando el pleito llegue a mis manos, yo lo juzgare ateniéndome a las leyes, y entonces se sabrá quién es el culpable, si el denunciado ó el denunciante! —Salió Teresa del aposento del juez perdiendo ya para siempre toda creencia el la ley, que si en verdad en España algo de ella existe, cuando uno termina de dar las vueltas y revueltas que para todo proceso se necesitan, el más joven se torna viejo, y éste pasa a mejor vida. Y lo que no sabe la ley española con tanto cuento barato como se traen sus compositores que el pobre necesita presto su justicia, de lo que se saca en consecuencia que la ley, es patrimonio eminentemente propio de las clases poderosas. —Pobre Teresa, que no había tenido la suerte de toparse con un juez como el Juan Antonio de mi aldea que supo repartir la justicia entre Pascualín el de los enredos y las gafuros xabarceiras, con un juez que por experiencia sabia lo que era el trabajo, la necesidad, la justicia y la injusticia, por eso ahora Teresa caminaba con paso cansino, ya sin ninguna prisa, iba desilusionada, afligida, herida en lo más profundo de su alma, entristecida y empobrecida, observando por vez primera a un mundo que ella jamás había pensado que existía. Y así con tanta desesperación desventurada dirigíase a la casa de su abogado para contarle las enflaquecidas ganancias que sacara del repartidor de la justicia. —Y su abogado no supo decirle nada más que esto: —¡Creame señora, pues le juro que yo hice todo cuanto estaba a mi alcance por ayudarla, pero ya veo por lo que usted me cuenta que no fuimos capaces de conseguir nada, ahora no le queda más recurso que hacer esto que le digo! —¡Vaya a la casa de ese despreciable timador de Vulcano, páguele la mitad de la compostura que él le reclama por arreglarle el vehículo, de esta manera se encontrará pronto con la tranquilidad que le está haciendo falta, por otra parte ahorrará usted dinero, pues si este asunto lo llevamos hasta el final, se va a gastar usted mucho más de lo que vale el xumentu de fierru, sin tener la garantía de ganar el xuiciu, a pesar de ser usted dueña y señora de toda la verdad! —Llegó tras mucho bregar en busca de la Justicia y la razón que en aquellos tiempos no habla para los menesterosos, cuento que llegó la desdichada Teresa ante la presencia del rapiegu de Vulcanu, y cuando le empezó a hablar, lo hacía la pobre con tan afónica ronquera, que por esto el fuín de su timador sonriéndose muy satisfecho, le pregunto con marcada y despreciativa guasa. —¿Qué ye lu que l'axucéi nagora xiñora, que trái tan afogáu 'l glachu gafu ya endiañáu que nun principiu tal paicióme que querie achuquiname? —Pues me parece que viene muy mermada de voz y enflaquecida de genio. Mucho ha tenido usted que tejer y destejer, hablar, gritar, y desesperarse, para que se le hallan secado entrambas fuentes de mala leche, ya que cuando salió de aquí esta mañana después de ponerme a mi como un verdadero pingayu, todavía se le apreciaba la suficiente fuerza para poner en verdadera revolución a todas las autoridades de Oviedo, que como es muy natural la han escuchado a usted por cuento. —Pero tenga paciencia señora, que en las derrotas que hoy coseche, si sabe aprender de ellas como hicimos los demás, sacará usted las victorias de mañana, y puede que desde ahora ya jamás ponga en duda, que quienes tienen el dinero son los que mandan, y aquellos que luchan con la fuerza de la dialéctica contra el dinero, no son en verdad locos sino simplemente tontos. —Nada le contestó Teresa a los razonamientos atinados de ‘l Rapiegón del Vulcanu, sino que mirándole con endemoniado desprecio, señalada rabia y marcado odio, sacó de su bolso los dineros y al cuidado que se los ponía entre sus fuinesques manes le dijo: —Aquí tiene el importe del arreglo de mi furgonetina, y quiera el Xantiquín del Faidor que le sirva para melecinas. —Con aquella furgoneta anduvimos xabarciandu por todos los mercados de Asturias, y al final tuvimos que dejar tal oficio porque casi no ganábamos para encantexus de la dichosa furgonetina.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > xabarciar

  • 5 xitanus

    Xitanus, gitanos. —Nus tempus d'endenantes cundu you era guaxe, toes les aldines de la miou Tierrina taben ameruxáes d'istes prexones ya d'oitres qu'achegaben fasta lus nuexus chugares catandu dalguna ruquera qu'enzular p'afogar la prietona fame que lus encibiétchaba, peru de toes les xentes qu'achegaben ya caúna col sou rexistru, lus únicus qu'arrapiegaben dalgu yeren lus intelixentes ya estutus xitanus, vou cuntabus nagora a la memoria d'istes ximples, xenciétches, intelixentes ya desprestixáes xentes isti tratu que cheldarun d'enría d'un veicín miou. TRADUCCIÓN.—En los tiempos pasados cuando yo era un niño, todas las aldeas de mi querida Tierrina, estaban, plagadas de estas gentes y de otras parecidas, que llegaban a nuestras aldeas buscando alguna cosa para comer, con el fin de ahogar la grande hambre que los encadenaba, pero de todas las personas que llegaban y cada una con su oficio bien entrenado y aprendido, los únicos que lograban engañar y sacar partido de sus trapisondas eran los inteligentes gitanos. Yo les voy a contar ahora a la memoria de estas simples y sencillas gentes, de estas buenas, inteligentes y despreciadas personas, un trato que hicieron con un vecino de mi aldea que siempre se las dio de listo, pensando que por mal que fuese el trato, él siempre saldría ganando, ya que su pollino valía muy poco. "PIN EL TOIPU" “JOSÉ EL TOPO” —Chegarun lus xitanus naquel díe del mes de coyer el pan mu cedu a la miou aldina, tou la nuétche la borrina apaxiétchara l'aldina con choramicus d'orfina, anxín yera que tous lus erus taben orbayainus, ya lus pancicales llucíen sous espigues enxemáes sous ariestes d'urpinas d'orfinadura, tal paicíen les espigues que yeren xoyes de finu goru, dientru de repuxáus cadexinus de plata de bona lley. —Llegaron los gitanos aquel día del mes de recoger el trigo (agosto), muy temprano a mi aldea, toda la noche la densa niebla había vestido a la aldea con finas lágrimas que casi invisiblemente de la niebla se desprendían, así era que todos sus campos estaban mojados, y los trigales lucían sus espigas llenas sus aristas de delicado rocío, tal parecían las espigas joyas del más fino oro, dentro de repujados de finas cadenas de buena plata de ley. —Taba la borrina pe la fondeirá de lus préus de la braña, ya tal paicíe qu'aquel díe 'l sol diba ser de figal, anxín yera qu'al nun puder coyer el pan per tar moyáu, cuaxi toes les xentes poucu teníen que faer, perque la yerbe tóa ya taba nel payar perque tou 'l branu fora un magosteiru, per isti cheldar toes les xentes andaben d'un lláu p'oitre chuquinandu 'l tempu, menus lus qu'andaben curiandu 'l ganáu. Anxina yera que la ñovedá de lus xitanus faía qu'el cutidianu tempu s'espiertare dálgu qu'agüéchar nuéu. —Aquechus xitanus chegaben prietus comu les rexes del xardu, amagostáus sous focicus pel sol de lus caminus, ya prietus tous sous pelleyus que chebaben al entestate, que cuaxi, cuaxi andaben en porriques, perque tantu lus homes comu les mucheres traíen sous paxiétchus tan eszarapáus, tan amamplenáus d'esgazaduras per tous lus lláus, que solu lus homes tapaben lus coyones, ya les muyeres la clica yal entamu, perque lus nenus andaben cuaxi d'afechu en porriques. Yera aquecha caterba de xitanus ente lus de sou clás lus mái probes, perque nin tan xiquiér teñíen nin pequenu nin ruín querru, tou contu teñíen chebábenlu d'enría de les costiétches ya del llombu de sous pótchinus. Istus xitanus per lu xeneral son mái pelligróuxus ya galaméan munchu máu depriexa d'un lláu p'oitre nun istanti, que lus que cheben querrus, pos ístus xamás faen les rapiegáes de lus oitres, perque tenen teixá dou catalus que son lus querrus dou s'ateíxan. TRADUCCIÓN.—Aquellos gitanos llegaban negros como las barras del xardu, tostados sus rostros por el sol de los caminos, así como también negros eran los cutis que lucían al aire, pues casi del todo andaban desnudos, porque tanto los hombres como las mujeres, traían sus vestidos tan rotos, tan sumamente despedazados por todas partes, que solo los hombres se tapaban los cojones y las mujeres el culo y las tetas porque los niños andaban casi completamente desnudos. —Era aquella tribu de gitanos entre los de su raza los más pobres, porque ni tan siquiera tenían ni ruino, ni pequeño carro, todo cuanto poseían lo llevaban encima de sus esqueléticas costillas y al lomo de sus pollinos. Esta clase de gitanos por regla general eran más peligrosos y se movían con más rapidez de un lado para otro en un instante, cosa que no podían hacer los que llevaban carros, pues estos jamás cometían los ladronizos de los primeros, porque tenían su casa dónde ir a buscarlos que eran los carros donde vivían. —Chuéu toes les xentes de l'aldina que teñíen dalgúna couxa que perder puxérunxe na guardia de llindiar aquechus xitanacus que lu mesmu arrapiegaben una pita, que cuallesquier oitra couxa menus les ferramientes de trabayu ya les madreñas, pos istes prexés yeren p'échus una ufenxa pa sous dinidáes. —Fexerun sou chariegu debaxu lus húrrus, xeitu dou s’ateixaben toes les xentes que comu échus espatuxaben pel mundiu adiantri, yeren ente mucheres guaxes ya homes un cabanáu de mái d'una ucena, ya sólu traíen tres pótchinus, dous burraxus grandies ya enteirus, tan flacus ya prietus comu taben échus, anxín comu 'na pótchinada pequena ya ruina, que viaxaba xin dalgun aparexu danría 'l sou cadarmeiru llombu, you nun sei xin yera perque nun tendríen mái albardes ou lú que fore, ou perque teñía un pótchinín de pouques xemanes tan famientu ya esguiláu comu tous échus. Nun istantín xebrárunse tóus nel trabayar de sous deleres, metandu qu'angunus quedaben debaxu 'l húrru dexaparexandu les couxes de lus pótchinus oitres tremáus pe l'aldina cataban buxíu pa les sous cestiquínes con mires d'escambiayes per comedera, ou leyíen la bona xuerte, ou chaben les cartes, ou miagaben llimosnes aqueches mucheres que chebaben un nenu d’entamu pal cuál pedigueñaben pel amore del Faidor dalgu de lleichi ou farina, ou pataques, ou fabes, pos ya nel atayu del pedigüeñáu tou lu que fora yera p'échus un antroxáu de festa. —Nel treminu de poucu tempu, tizarun el fuéu, puxeron el pote ya fixerun dalgu callentri, nun sei lu que yera, ya despós de ben gradiada l'aldina, rexúntarunse tóus enxemáus d'allegría, ya falandu na sou xerga metanes enzulaban el potaxín qu'encaldaran, tal paicía que yeren mái fellices que tou l'aldina xunta. TRADUCCIÓN.—Pronto todas las gentes de mi aldea que tenían alguna cosa que perder, se pusieron en guardia para cuidar aquellos gitanos, que lo mismo robaban una gallina, que cualquier otra cosa, pues todo les venía bien y érales necesario, todo menos las herramientas de trabajo y las almadreñas, pues estas preséas, eran para ellos una ofensa hacía sus dignidades muy particulares tan sólo con mirarlas. —Hicieron su campamento debajo de los hórreos de la aldea, lugar donde se aposentaban todas las gentes que como ellos caminaban por el mundo adelante, eran entre mujeres, niños y hombres, un tropel de gentes de más de una docena, y sólo traían tres pollinos, dos grandes burros sin capar, tan flacos y hambrientos como estaban sus dueños, así como una borrica pequeña y ruina, que viajaba sin ninguna clase de aparejos encima de su cadavérico lomo, bien fuese porque no tenían más albardas, o porque estaba criando un pollinín de pocas semanas tan hambriento y enflaquecido como todos los seres que componían aquella tribu. En pocos momentos se repartieron todos sus trabajos, mientras que unos se quedaban debajo del hórreo desaparejando las miserables cosas que traían encima de sus pollinos, otros se repartieron por la aldina, buscando la forma de acomodar a sus cestas en el cambio de comedera, otros leían la buena suerte, o echaban las cartas, o pedían limosnas aquellas mujeres que llevaban un niño de rollo entre sus brazos, para el cuál rogaban por el amor del Hacedor, un poco de leche, o harina, patatas, judías, pues ya caminantes en el atajo de pedir, todo cuanto les dieran para ellos era un regalo de fiesta. —Despos d’engayolar un migayu lus sous ventronacus, perque fartar nun viexen féchulu por lo rápido que habían comido, y lo poco que manejaran la cuchara, pués you agüétchabalus andar a xorbiatus de sous pletus ya cazuelus, per lu que cullumbréi que l'únicu que viexen faíu, fora callentar el estómagu conún tarreñaín de caldapius. Falu que coyerun lus sous pótchinus lus homes d'aquecha tribu 'n compaña de lus sous guaxes que comu you yeren zaragoletus, ya xebrárunxe p'escontres la veira 'l ríu, con mires de catar blimbes ya delgu de comedeira pa lus sous burraxus, perque per tous lus lláus taba la campíz amagostá d'afechu per cuaxa de les callores de tou 'l branu, peru lus pótchinus de lus xitanus manque sean viétchus rumien cuallesquier clás de fuéas ou yerbaxus, pos cundu la fame ye grandie, lu mesmu les prexones que lus anemales nun le ponen mal focicu a dalguna clás de comedera, pos tou ye comu 'n mamxar, ya les boques mái escosáes de caniles, rabilen ya ruquen cuaxi lu mesmu que xin lluciéranxe ben ferramientáes, perque la fame fae millagrus en tous lus xentíus menus nel del estómadu. —Un de lus tres pótchinus el de mexor presencia, chevaba una cabezá cuaxi nuéa, con grandies ureyeres, ya mosqueires de collorinus que remataben nunes moutes comu la de les monteires de lus xoldiáus, xegun el miou preciar, aquecha cabezá teñía mái vallor que tous lus paxiétchus, fatus, cacíus e aparexus que chelaba la tribu enteira. TRADUCCIÓN.—Después de entretener o engañar un poco el estómago, porque hartar no debieron de haberlo hecho, por lo rápido que habían comido y lo poco que manejaron la cuchara, pues yo los observaba beber con ansiosos tragos por sus platos o escudillas, por lo que saque en consecuencia, que lo único que habían hecho no había sido otra cosa, que el calentarse un poco el estómago, con aquel puchero de pobres caldos. Dígoles que nada más dejar los platos, cogieron los hombres de aquella tribu sus burros, y acompañados por los niños mayorcitos, se marcharon para la orilla del pequeño río, con miras de buscar mimbres y alguna hierba para darles de comer a sus animales, ya que por todos los lados se encontraba el campo quemado del todo por la causa del excesivo calor de aquel verano, pero los pollinos de los gitanos, así como todas las gentes y animales del mundo, bien sean viejos o nuevos, comen o rumian cualquier clase de alimentación cuando son atacados por el grande hambre, pues con esta esquelética señora por dueña, tanto las personas, como los animales, no le ponen mal hocico a ninguna clase de comida, ya que la más despreciable es un rico manjar, y hasta las bocas limpias de todo diente, trituran y rumian casi lo mismo, que las que tienen un buen dentamen, porque el hambre, hace milagros en todos los sentidos menos en el del estómago. —Uno de los tres pollinos, el de mejor presencia, llevaba puesta una cabezada casi nueva, con grandes orejeras claveteadas, y mosquiteras de diferentes colores, que terminaban en unas borlas, como las que llevan los gorros de los soldados. Según mi apreciar, aquella cabezada tenía ella solo más valor, que todos los vestidos, y demás ropas, cacharros y aparejos de toda la tribu. —Cundu lus xitanus chegarun al regueiru dexarun a la pótchina yal oitre buche xueltus, paque guarecieren per achindi 'l sou antoxu lu pocu que viexe que pastiar, metantu qu'al pótchin de la lluxóusa cabezá, l'arretrigarun al tueru d'una figaleta, chandói achindi delgu de xegáu qu' apradiaben per les xinuexes veires del regueiru, que xegaretaben conún foicinacu, tal paicíe qu’aquel pótchin tratábenlu mexor que a lus oitres, per unguna razón que you entavía nun comprendíe, achindi rucandu arretrigáu a la figalina taba enzulandu lu quei chaben, metandu qu'al lláu d'él taba un xitanu pulgandu ou escortexandu blimbes, cundu paxóu per el cháu d'él Pín el Xordapu, que comencipióu a nomaxe 'l Toipu disdi aquel mesmu díe. Pín qu'entendía d'animales per viexe criáu xempre 'l lláu d'échus, cundu agüétchou aquel burru de bona prexencia, que rucaba comu 'n condenáu aquechus yerbatus, ya qu'auxaba les mosques a patáes, rabotazus ya fasta con xeniu col sou focicu fasta 'l xeitu qu'el ramal lu dexare, comencipióu a falar col xitanu de couxes que you nun ureaba perque taba dalgu lonxe d'échus xugaretiandu a lus mious deleres, metantu uxerba a lus xitanus lu que faíen per la veira del regueiru, anxín me lu dixu que fixera miou tíu, que teñía un patacal per aquechus chugares, ya nun fora que lus xitanus fozaran en él ya l'arrapiegaren un manegáu de pataques. —Nagua you les uyía de lu que falaben, peru xin qu’agüétchaba a Pín afilbanar per tous lus lláus al buche con güeyáes ximulóuxes, pa despós cundu s'allevantóu 'l xitanu dexandu 'l sou trabayu, comincipiar a rexistrar el burru anxín per altu. Despós vilu colar pala sou teixá, paiciéndume qu'espatuxaba mái llixeiru qu'oitres veices, al ratiquín vilu golguer col sou burriquín del ramal, qu’al colocalu ‘l lláu del d'el xitanu paicía un nanu pelu pequenu ya rancuátchu que yera, fói entoncienes cundu m'ariméi 'l lláu d'échus cundu envidayéi que diben cheldar un tratu. TRADUCCIÓN.—Cuando los gitanos llegaron al riachuelo, dejaron a su borrica y al otro pollino sueltos, para que pacieran por allí a su antojo, lo poco que había que patiar mientras que el pollino de la lujosa cabezada le amarrarón al tronco de una pequeña higuera, y allí le dieron algo de pación que recogían en las cuestas y difíciles orillas del torrente, que segaban con una pequeña hoz, tal parecía que aquel pollino le cuidaban mejor que a los otros, por alguna secreta razón que yo no comprendía. Allí rumiando atado a la higuera estaba comiendo lo que le daban, mientras que al lado de él, sentado se encontraba un gitano que parsimoniosamente pelaba las mimbres para hacer cestas, cuando acertó casual o intencionadamente a pasar por el lugar Pín el Sordo, que se comenzaría a llamarlo Pín el Topo en toda la aldea y sus contornos desde aquel mismo día. —Pín que entendía mucho de animales por haberse criado toda su vida entre ellos cuando vio aquel burro de tan buena presencia, que comía como un desespera aquellos hierbajos, que cualquiera de sus animales despreciaría, y que par espantaba las moscas dando recios y enérgicos coces, fuertes rabotazos y hasta con su hocico con recio regio las espantaba hasta el lugar que se lo permitía el ramal que le ataba. Se detuvo y empezó a dialogar con el gitano de cosas que yo no podía oír por encontrarme demasiado alejado de ellos jugando a mi manera, mientras que en todo momento observaba a los gitanos todos sus movimientos, pues así me lo había ordenado un tío mío, que tenía una huerta sembrada de patatas por aquellos lugares, y no fuera a ser que estos condenados entrasen en ella, y le robasen un grande cesto de patatas. —Nada de cuanto hablaban les escuchaba, pero si que observe a Pín con miradas simulosas propiar al pollino por todas partes, para después, cuando se levanto el gitano y dejó su trabajo, comenzar a registrar al jumento así por encima sin mucho detenimiento, para después marcharse camino de su casa, pareciéndome a mí que caminaba con más ligeraza que otras veces. Al poco tiempo le vi retornar con su borriquito del ramal, que al colocarle al lado del de el gitano, tal parecía un enano por lo pequeño y ruin que era, mi curiosidad me hizo acercarme al lado de ellos, y así pude comprobar como querían hacer un trato. —Cundu 'l xitanu agüeyóu 'l buchacu de Pín xonriyendu le dixu, que comu teñía la poucu vergüenxa del querer cambear el sou buchecín, que yera de fierru ferrunóuxu, per el sou pótchin, que yera de goru macizu, pos xin él tal couxa fixera xemeyaría 'l toipu que cambeóu lus güétchus pel ráu. Pín comencipióu falale que xin dalgu tenía qu'apurriye que fora xustu ya non una rapiegada, pos achindi taba pa tóu lu que fore honréu. El xitanu entóus comencipióu a rexistrar el burrín de Pín conél esprapayu de maestru nel ufixu, palpulu ya miróulu tóu em menus tempu del cantíu del pitu, ya despós díxole, qu'l sou borriquín yera mu vieyu, quei faltaben dalgunus molares ya que teñía l'amolaxura de la foría, total que xin quería camiar el buche teñía qu'apurriye déz pexus enría, ya dous pela cabeza, pos al sou pótchin nunye xeivía perque coyíu tou él dientru d'écha. Pín el Xordapu coyu 'l xitanu pela pallabra ya díxole, que taba d'acurdu 'n apurriye lus déz pexus pel pótchín ya dái 'l suyu enría, peru pelu que nun entraba yera nel mercái la cabezá, pos xospechaba qu'aquel lluxóuxu arñés yera 'l frutu d'una rapiegá, ya nun fora la couxa qu'un díe topara 'l sou amu per dalgún merquéu ou feria ya viexese nun vergüenzóuxu compromixu. —Fáigarne 'l favor paixanu, contestoye 'l xitanu nel char del noxáu. ¿Vusté nun ten güeyus nixe focicu de magüetu que ten, p'uxervar qu’ista carbezá ta fecha a la medía del niou pótchin? —Pos xin penxa qu'el cabezal foi afoinái, penxe tamén qu'el burru foi rapiegáu, ya cole con priexa a denunciábe, agora manque m’apurra venti pexus pel pótchin, ya cuatru pel cabezáu nun encaldaríe con úste tratu dalgún perque ye un paixanu escosu de mótchera, anxín que xébrese del miou lláu xinún quer que nus engarradiemus per nomame lladrón. TRADUCCIÓN.—Cuando el gitano vio el enclenque burro de Pín sonriéndose despreciativamente le dijo: —Que como tenía la poca vergüenza de querer cambiarme aquel despreciable borrico que era de hierro herrumbroso, por el su preciado pollino que era de oro macizo. Pues si tal cosa yo hiciese, decía sonriente el gitano, me parecía al topo, que cambió los ojos por el rabo. Pín con suaves palabras le dijo, que si algo de dinero le tenía que dar encima, que fuera una cosa justa y no una ladronada, que allí estaba él para lo que fuese honrado. —El gitano entonces comenzó a buscar los defectos del borrico de Pín, con la experiencia de ser consumado maestro en tal oficio, lo tocó y lo miró entero en menos tiempo del canto del gallo, y después muy seriamente le dijo, que su borrico era muy viejo, que le faltaban algunas muelas, y que tenía el mal de tener muy a menudo diarreas, total que si quería cambiar su pollinín por el suyo, le tenía que dar diez duros encima y dos más por la cabezada, ya que a su pollino no le servía, pues cogía todo él dentro de ella. —Pín el Sordo asiendo al gitano por su palabra le dijo, que estaba de acuerdo en darle los diez pesos por su pollino y el suyo encina, pero por lo que no pasaba era por el comprarle la cabezada, pues sospechaba que aquel lujoso arnés, era sin duda el fruto de un robo, y no fuera la cosa que un día se encontrara con su dueño en algún mercado o feria, y él se viese metido en un vergonzoso compromiso. —Hágame el favor paisano, le contestó el gitano muy enojado y sulfurado, ¿usted no tiene ojos en su cara de bestia para observar que esta cabezada esta hecha a la medida de mi pollino? —Y si piensa que este cabezal ha sido robado, piense también que el pollino venía con él, y ya sabiendo o suponiendo que entrambas cosas son de la procedencia de la rapiña, puede usted marchar con prisa a denunciarme, porque yo ya no le cambiar mi pollino por su enclenque borriquillo, ni aunque me dé veinte duros encima y cuatro más por la cabezada. Así pues, hágame el favor de marcharse de mi lado sino quiere que nos enzarcemos a leñazos, por la causa de usted haberme ofendido llamándome ladrón. —Nun quixe ufendélu bon xitanu, peru you xempre disdi guaxín ureéi falar a les xentes viétchas, qu'el ufixu de lus xitanus ye 'l faer curioxas cestiquines de blimbles, arrapiegar lu que fore ya enduétbichar fadiernus tratus entivocandu lus iñoxentes paixanus. Anxina ye qu'arretiru lu de chamalu lladrón, ya choquémonus la mán dandu per fechu isti tratu. —El xitanu con punxes plasmáes nel sou esquelléticu focicu de tar entabía m' enoxáu díxole a Pín el Xordapu nel encaldar que l'apurría la sou mán, xamás niegu you la miou mán al que pide perdón, peru llancáu t'entavía nel miou vidayu l’ufenxa que me fexu, per ísfu, ya metantu nun se xebre d'afechu de la miou mótcheira, dexemus el tratu namái que nu faláu, ya xin disdi aquindi a la nuetche se me xebra la noxaura, entóus a lu mexor damus el tratu per zarráu. —Cundu chegóu 'l atapecer del díe, Pín el Xordapu fexu prexencia 'l lláu lus hurrus, per ver xin al xitanu le viexe xapaicíu 'l enoxu, ya puénxuse mu cuntentu cundu l'agüétchou reyixe m'allegre ya fellíz al lláu de les sous xentes, per ístu achegóuxe 'l lláu d'él ya nel cheldar quei poñía la mán denría 'l sou homo le dixu. —Bonu xitanu, quéi faemus el tratu ciarrándulu d'afechu ou entavía s'enllamuerga nel char del tar enoxáu. —El xitanu dichadicheiru le dixu que ya taba tan contentu comu endenantes de velu coñocíu, ya qu'el tratu taba piétchau xin d'enría de l'acordiáu l'apurría un cestu pataques pa faer la cena ya un xarricáu de lleiche pa lus nenus pequenus. —Ya fecha la nuetche d’afechu, zarrarun el tratu entrambos cuntentus ya mu xatisfechus, ya Pín el Toipu, colóu pa la sou teixá chevandu 'l burru 'l xitanu pel ramal del lluxosu cabezal, falandoi sou vidayu que viexe fechu un xegún sou paicer,un fadiernu tratu ya qu’el sou pótchinacu naide n'aldea lu quixés manque fora de regalu. Anxín qu‘achegóu a la sou corte col nuéu pótchin, arretrigolu na pexebleira, chói un bon brazáu de yerbe, ya metandu qu'el burru esgalazáu de fame l’ensulaba con priexa, palpolu ya reparóulu per tous sous lláus menus pe lus güétchus, ya quedóu prendáu d'el en tous lus xentíus. TRADUCCIÓN.—No he querido ofenderle buen gitano, pero yo desde niño siempre he oído decir a las gentes viejas, que el oficio de los gitanos, es el hacer hermosas y serviciales cestas de mimbres, robar todo cuanto tuvieran a mano, y enredar buenos tratos equivocando a los inocentes paisanos. Así que retiro lo de llamarle ladrón, y démosnos la mano dando por hecho este trato. —El gitano con señales plasmadas en su esquelético rostro de encontrarse muy enojado, le dijo a Pín el Sordo en el hacer que le daba su mano. —Jamás niego yo mi mano a quién me pide perdón, pero clavado tengo todavía en mi pensamiento la ofensa que me ha hecho al llamarme ladrón, por esta razón, mientras que no se marche del todo de mi pensamiento tan dañino sentimiento, dejemos el trato nada más que en lo hablado, y si desde aquí a la anochecer puedo olvidar la enfadadura que me ha hecho, entonces a lo mejor daremos el trato por hecho. —Cuando llegó el oscurecer del día, Pín el Sordo hizo acto de presencia al lado de los hórreos, para saber si al gitano ya le hubiese desaparecido el enfado, y se puso muy contento cuando le vió, reírse muy alegre y feliz al lado de sus gentes, por esta razón se acercó a su lado, y en el hacer que le ponía halagosamente una mano encima de su hombro le dijo: —Bueno gitano, qué hacemos el trato dándolo por terminado del todo, o todavía se remoja usted en el lar de estar enojado. —El gitano parlanchín y alegre le dijo, que ya se encontraba tan contento como antes de haberle conocido a él, y que el trato estaba cerrado y bien hecho, si encima de lo acordado, le daba un cesto de patatas para hacer la cena, y una jarra de leche para los niños pequeños. —Ya hecha la noche por completo, dieron el trato por hecho, entrambos muy contentos y satisfechos, Pín el Toipu marchó para su casa llevando al burro del gitano asido por el ramal de la lujosa cabezada, diciéndole en silencio su cerebro, que había hecho según su parecer un buen negocio, ya que su pollino nadie en su aldea lo quería aunque lo regalase. Así que llegando a su cuadra con su nuevo burro le ató a la pesebrera, le dio un buen pienso de hierba y mientras que el pollino con grande apetito la engullía con prisa, le palpó y reparó cuidadosamente por todas sus partes menos por los ojos, y quedó prendado de él en todos los sentidos. —Cundu lus malvixus xilbiaban lus albiares d'oitre díe, lus xitanus se xebraben muy cuntentus de miou aldina, ye d'antigu 'l xaber, que cundu lus xitanus encaldan anguna rapiegá, xempre colen endenantes de que les xentes del llugar espierten p'escubriya, foi anxina naquel xuceder, pos cundu Pín El Toípu fói atreínar el ganáu a la sou corte, lu primeiru que fexu fói chái una güétcha 'l sou nuéu pótchín ya viólu corriudu ya uriscu, paiciénduye que despós la fartura de bona yerbe que viexe enzuleu, fasta llucía mexor pelaxe, metandu que faluchandu conxigu mesmu se decía, que namái que auxare la fame del sou curpu, aquel pótchin diba ser mu nomáu n'aldina. —Despós d'abrañar les dous bétchaes que tenía na corte, perqu'el oitre ganáu taba nel puertu, dióule la sou mucher d'almorzar un bon escudítchau de papes con lleichi cabantes d'afoxinar, ya despós de fartu, díxole a la sou muyer que diba dír al puertu pa ver comu s'atopaba 'l ganáu, ya que diba dire axinetáu nel burru p'uxervar la xixa a maneires que tenía. —Anxina foi, que xacóu 'l pótchin de la corte pel ramal fasta la correlá de sou teixu, dou la sou mucher l'aguardaba p'agüétchalu per primeira véiz, ya namái quei llancóu lus sous güeyus denriba, díxole cuntenta 'l sou home que viexe fechu xegún picíe un fadiernu tratu, Pín el Toípu metandu l'aparexaba con l'albardaxa del oitre pótchin que de pequena quei venía cuaxi nui algemía, falabai a la sou muyer ameruxáu d'allegría ya envelexáu per dáxeyes de llistu ante la sou muyer, qu'urear nun uriaba munchu per cuaxes de la sou xordeira, peru qu'al güeyu yal vidayu poucus l'algamían, la sou muyer que yera una andoyona reyía fellíz escontres el sou llistu home, ya entrambus per aquel pótchin per un momentu forun fellices, fasta que Pín escarranquetánduxe denría 'l pótchin, díxole a la sou muche que lluéu taría de regolguía, nel encaldar que con el sou cayaducu l'apuría 'l burru cuaxi cuaxi falagoxamente paque comencipiara a caminar, e anxina lu fexu 'l pótchin ya nun paróu fasta qu'el sou focicu nun truñóu escontres la porta de la teixá del Puchegu, que taba cual char tamén almorzandu les papes, ya dexandu la tareña xaliú a la caleya dou vióu a Pín el Toipu andar al remolín d’un lláu p’oitre de la caleya xin faer brexu d'aquel condenáu pótchin per munchu que col cayáu ya les brindes l’acaidonaba el xétchu d'andar drechu couxa qu'el probe pótchin nun podíe faer per que taba ciegu comu ‘n toípu, ya nun l’escubrióu Pín xinún el Puchegu, que yera un útre p’urear, agüétchar ya envidayar cuallesquier bétcha ou escosá couxa. Ya comu bon puchegu falói a Pín dista maneira: TRADUCCIÓN.—Cuando los tordos malvises silbaban a los despertares del alba alegres y felices del naciente día, los gitanos muy contentos y dichosos se marchaban de mi querida aldea. Es de antiguo ya sabido entre las hidalgas y nobles gentes de estos maravillosos y embrujantes valles y montañas, que cuando los gitanos hacen algún ladronizo, engaño o timo, siempre se ausentan antes que las personas del lugar se despierten para descubrirlos, y así fue en aquel acontecer, pues cuando Pín el Topo ya con el día alumbrado del todo, fue a su cuadra a ordeñar y cebar al ganado, lo primero que hizo fue mirar con marcado profundo a su nuevo pollino, y lo vió recio, con genio espantadizo, pareciéndole a él, que después de la buena hartura de la excelente hierba que había comido, parecía más lucido su pelaje, y hablando consigo mismo muy contento se decía, que nada más que se alejara el hambre de su cuerpo, aquel pollino iba a ser muy renombrado en la aldea. —Después de arreglar las dos vacas paridas que tenía en el establo, porque el otro ganado que tenía por aquella época estaba en el puerto pastiando, le dió su mujer el desayuno, que consistía en una escudilla grande de harina cocida, comida a la par de la espumosa leche recién ordeñada, y después que se hartó, le dijo a su mujer, que iba a ir hasta el puerto, para ver como se encontraba el ganado, y que iba montado sobre el burro, para observar su fuerza y las otras maneras que pudiera tener. Así fue que sacó al pollino de la cuadra cogido de su ramal hasta la corralada de su casa, donde su mujer le esperaba para mirar por primera vez aquel burro tan aponderado de su marido, y nada más que sus ojos le repararon con interesado deseo, díjole muy contenta a su marido, que hubiese hecho según su apreciación un buen trato. —Pín el Toípu mientas le aparejaba con la albarda del otro pollino que de pequeña que era casi no le valía, le decía a su mujer lleno de alegría y endiosado por sentirse agudo y listo ante los ojos de su mujer. —Yo oír no oigo mucho por causa de la sordera, pero a vista e inteligencia muy pocos me alcanzan. La su mujer que era una inocentona, se reía muy feliz hacía su listo marido, y entrambos por aquel pollino en aquellos momentos se sentían felices, y a la par que Pín montaba en su pollino a su mujer le hacía, que muy pronto estaría de vuelta, y seguido le daba al burro con el callado casi, casi como halagándole para que se pusiese en camino, y así lo hizo el buen pollino, no deteniéndose en su camino, hasta que su hocico no tropezó contra la puerta de la casa del satírico, que en aquel suceder también estaba desayunando las papes, y ante tal golpetazo, dejó su escudilla saliendo con rapidez a la calleja, donde vio a Pín el Topo dando vueltas a caballo de su burro de un lado para otro de la calle, sin poder conducir aquel condenado asno, por mucho que lo intentaba con el callado y las bridas para ensenderarlo en el surco del caminar enderechura, cosa que el desgraciado pollino no podía hacer, porque se encontraba tan ciego como el topo, y no descubrió este mal Pín, sino que fue su vecino Satírico, que era un verdadero águila en el oír, ver y pensar en cualquier rica o pobre cosa, y como buen satírico que era le habló a Pín de esta manera: —Disdi güéi Pín el Xordapu tou l'aldina chamarate Pín el Toípu, perque hay que tar de cegaretu comu isti llabrador xin llabiegu, pa nun ver disdi prinxipíu qu'isti pótchin nun vei goteira per dagún de lus dous güetchus. Pín baxóuxe del pótchin xin gurniar pallabra, falagóu 'l burru comu dandói nel entender que nun taba noxáu escontres d'él, coyólu pel ramal ya golguióu arretrigalu na sou corte, dexaparexólu ya chandoi un bon brazáu de yexbe axentóuxe nel pexeble xuntu dél, comencipiandu falaye d'ista maneira: —Nun cuntes miou pótchin que tóu noxaón escontres tigu per que tás cegaretu you sei que yes un bón pótchin, grandie, forte, sanu ya enteiru comu se foxes de parada, per ístu d'aquindi nadiantri you seréi lus tous güetchus, ya tóu farás lus mious trabayus, you te chevaréi ben acaidonáu pel ronzal, ya farás lus mesmus trabayus que cualesquier pótchin de l'aldina, l'únicu que nun podréi será 'l axinetame d'enría tigu, peru de tous lus demás llabores nun me dexarás d'encaldar dalgún, anxine ye, que cuaxi tou contentu de ver fechu 'l tratu con lus condenáus xitanus, quei conisti tratu que fexe conechus, per rexultar tóu cegeretu d'afechu, llimpiarúnme disdi güéi 'l nome de Pín el Xordapu, 'l chamane 'l Puchegu Pín el Toípu, que ye lu mesmu que xin me bautizar el cura. —Y'Anxina foi comu xucedióu, pos aquel xigante de pótchin cegaretu, acaidonáu per el bon envidátchar de Pín el Toípu, yera queríu, aponderáu ya respetáu nun solu na miou aldina, senún entoes les oitres de l'arredonda, ya yera tan renomáu aquel pótchin, perque faía couxes qu'enxemás fixérales dalgún burru que tuviexe lus güeyus con bona vista. El pótchín conel bon pexeble refachénduxe nel cheldar qu'auxaba la fame del sou curpu, ya comu yera xoven dientru lu que cueye, féxose un pótchinon cuaxi paicíu a lus de les paráes de xementales. —Un díe 'l sou veicín díxole a Pín qu'andaba la sou pótchuca callentri, ya quei xin le doxaba que la cabriere 'l sou pótchin, Pín que nun algamíe a faer les puches tamén encalducades comu les cheldaba el sou veicín el Puchegu que foi capaz d'escambiaye 'l nome, xin qu'el sou vidayu cuaxi xempre con intelixencia l'allambraba, per ístu arrespondióule axindi: —Comu 'l miou cegaretu pótchin ye xemental de postineira parada, ya nun solu per sou prexencia, xinún perque paez que ten fasta pequenina alma, xin quiés que cubra la tou pótchina tenes qu'apurrime un pexu, ya isu atinde que yes veicín de la porta la teixada, peru a toes les oitres xentes que queran pedime lu mesmu que tou, cobrareyes dous pexetes mái, perque tener na corte descendencía del miou pótchin, ye teñer la meyor xoya de la pótchineria. Conistu queru falate queríu veicín de la porta la teixá, que con la rebaxa que te faigu ben me pués faer una bona propaganda. TRADUCCIÓN.—Desde el día de hoy Pín el Sordo, toda la aldea te llamará Pín el Topo, porque hay que estar tan ciego como este labrante sin arado, para no ver desde principio que este pollino no veía ni gota por ninguno de entrambos ojos. Pín se apeo de su asno sin pronunciar palabra, a la vez que halagaba al pollino, dándole a entender que no estaba enojado con él y asiéndole por el ramal le volvió a atar dentro de su establo, lo desaparejo y le dio un buen brazado de hierba, y sentándose en el pesebre junto a él, comenzó a hablarle de la siguiente forma: —No pienses mi pollino que estoy enojado contigo, porque te encuentras completamente ciego, yo se muy bien que eres un buen pollino, grande, fuerte, sano y entero, como si fueses de la parada de los sementales, por esto, de ahora en adelante, yo seré tus propios ojos y tu harás los mis trabajos, yo te llevaré bien conducido por el ramal y harás los mismos quehaceres de los demás pollinos de la aldea, lo único que no podré será el ajinetarme encima de tu lomo, pero de todos los demás labores, se que no dejarás de hacer ninguno y hasta puede que los realices mejor que el más avispado de tus hermanos de burrería, por está razón te digo, que casi me encuentro contento de haber realizado tu trato con los condenados gitanos, pues por haber hecho tal negocio con ellos, al resultarme tú del todo ciego, mis vecinos me quitaron desde hoy el nombre de Pin el Sordo, desde el mimo momento que el Puchegu me llamó Pín el Topíu, que es lo mismo que si me bautizase el cura de nuevo. —Aquel gigante de ciego pollino, bien dirigido por el inteligente Pín el Topo, con tal precisión realizaba todos sus trabajos, que era querido, aponderado y respetado, no sólo por las gentes de mi aldea, sino en todas las otras que la rodeaban. Y era tan renombrado aquel excepcional pollino, porque hacía cosas que jamás habían sido hechas por ningún otro pollino aunque tuviese los ojos con buena vista, el ciego burro, que siempre tenía el pesebre lleno de buena hierba, que érale para él manjar divino, engordó y se rehizo, al tenor que iba sacando la miseria y el hambre de su cuerpo, y como era aun joven dentro de lo que cabía, se hizo un pollino aún casi mejor que los que tenían de sementales en la cuadra de la parada. —Un día su vecino el Puchego, le dijo a Pín que su pollina andaba en el celo de necesitar semental, y que si le dejaba que su pollino la cubriera. Pín que no alcanzaba el hacer las sátiras tan bien niveladas y agudas como el Puchegu, que fue capaz de cambiarle el nombre de Pín el Sordo por el de Pín el Toípu, si que su pensamiento casi siempre navegante en la inteligencia le alumbró lo siguiente. —Como mi ciego pollino es semental de postinera parada, y no sólo por su gallarda presencia, sino porque tal parece que también tiene una pequeña alma, si tú deseas que cubra a tu pollina, me tienes que pagar por tal servicio un duro, y esto a ti que eres vecino de la puerta de casa, pero a todas las demás gentes que quieran pedirme lo mismo que tú, les cobraré dos pesos más, pues tener en el establo una descendencia de mi pollino, es lo mismo que poseer la mayor joya de toda la burrería. Con esto pretendo decirte querido vecino de la puerta casa, y con la rebaja que te estoy haciendo, tú bien me puedes hacer una buena propaganda.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > xitanus

  • 6 have

    (to have or keep (something) in case or until it is needed: If you go to America please keep some money in reserve for your fare home.) tener algo de reserva, guardar algo
    have vb
    1. tener
    do you have a video? ¿tienes vídeo?
    2. tomar
    3. haber
    have you read Don Quixote? ¿has leído Don Quijote?
    have you had your hair cut? ¿te has cortado el pelo?
    Esta construcción se emplea cuando no eres tú quien hace algo, sino que pagas a alguien para que te lo haga
    to have lunch almorzar / comer
    to have a swim bañarse / nadar
    tr[hæv]
    transitive verb (3rd pers pres sing has tr[hæz], pt & pp had tr[hæd], ger having)
    1 (posess) tener, poseer
    2 (food) comer, tomar; (drink) beber, tomar
    will you have a brandy? ¿quieres tomar un coñac?
    to have breakfast/lunch/tea/dinner desayunar/comer/merendar/cenar
    3 (cigarette) fumar
    how many cigarettes have you had today? ¿cuántos cigarros has fumado hoy?
    4 (shower, bath, etc) tomar
    when she got home she had a shower cuando llegó a casa se dio una ducha, cuando llegó a casa se duchó
    have you had a wash and a shave? ¿te has lavado y afeitado?
    5 (treatment) recibir
    6 (illness) tener
    7 (experience) tener
    I had a scare tuve un susto, me asusté
    have a good time! ¡divertíos!, ¡pasadlo bien!
    8 (receive, invite) recibir, invitar
    9 (borrow) pedir prestado, dejar
    can I have your book for a second, please? ¿me dejas tu libro un segundo, por favor?
    10 (party) celebrar, tener, dar; (meeting) celebrar, tener
    are you going to have a party for your birthday? ¿vas a hacer una fiesta para tu cumpleaños?
    11 (according to) según
    rumour has it that... corre el rumor de que...
    12 (baby) tener, dar a luz
    13 (cause to happen) hacer, mandar
    14 (allow) permitir, consentir
    15 familiar (cheat) timar
    if you paid £200 pounds for that you were had si has pagado doscientas libras por eso te han timado
    1 haber
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    had better más vale que
    have got SMALLBRITISH ENGLISH/SMALL tener
    to have done with acabar con
    to have had it (broken) estar hecho,-a polvo, estar fastidiado,-a 2 (in trouble) haberlo,-a cagado,-a 3 (finished) estar acabado,-a
    this radio's had it, I'll have to get a new one esta radio está en las últimas, tendré que comprar una nueva
    your dad's seen you, you've had it now! te ha visto tu padre, ¡la has cagado!
    if this scandal gets out he's had it as an MP si la gente se entera de este escándalo, se han acabado sus días de diputado
    to have it away / have it off taboo echar un polvo
    to have it in for somebody tenerla tomada con alguien
    to have it out with somebody ajustar las cuentas con alguien
    to have it over and done with acabar algo de una vez y para siempre
    to have just acabar de
    to have somebody over to one's house / have somebody round to one's house invitar a alguien a casa
    to have somebody up for something SMALLLAW/SMALL llevar a alguien ante los tribunales por algo, procesar a alguien por algo
    to have something on tener algo planeado, tener algo que hacer
    to have something on somebody tener información comprometedora sobre alguien, saber algo comprometedor acerca de alguien
    to have to tener que, haber de
    to have to do with tener que ver con
    have ['hæv,] in sense 3 as an auxiliary verb usu ['hæf] v, had ['hæd] ; having ; has ['hæz,] in sense 3 as an auxiliary verb usu ['hæs] vt
    1) possess: tener
    do you have change?: ¿tienes cambio?
    2) experience, undergo: tener, experimentar, sufrir
    I have a toothache: tengo un dolor de muelas
    3) include: tener, incluir
    April has 30 days: abril tiene 30 días
    4) consume: comer, tomar
    5) receive: tener, recibir
    he had my permission: tenía mi permiso
    6) allow: permitir, dejar
    I won't have it!: ¡no lo permitiré!
    7) hold: hacer
    to have a party: dar una fiesta
    to have a meeting: convocar una reunión
    8) hold: tener
    he had me in his power: me tenía en su poder
    9) bear: tener (niños)
    she had a dress made: mandó hacer un vestido
    to have one's hair cut: cortarse el pelo
    have v aux
    1) : haber
    she has been very busy: ha estado muy ocupada
    I've lived here three years: hace tres años que vivo aquí
    you've finished, haven't you?: ha terminado, ¿no?
    3)
    to have to : deber, tener que
    we have to leave: tenemos que salir
    have (sth.) coming
    expr.
    merecer v.
    have (sth.) in mind
    expr.
    tener algo en mente expr.
    v.
    (§ p.,p.p.: had) = contener v.
    (§pres: -tengo, -tienes...-tenemos) pret: -tuv-
    fut/c: -tendr-•)
    poseer v.
    tener v.
    (§pres: tengo, tienes...tenemos) pret: tuv-
    fut/c: tendr-•)
    v.
    haber v.
    (§pres: he, has...) subj: hay-
    pret: hub-
    fut/c: habr-•)
    hæv, weak forms həv, əv
    1.
    1) (3rd pers sing pres has; past & past p had) transitive verb
    2) ( possess) tener*

    I have o (esp BrE) I've got two cats — tengo dos gatos

    I don't have o (esp BrE) haven't got any money — no tengo dinero

    do you have a car? - no, I don't o (esp BrE) have you got a car? - no, I haven't — ¿tienes coche? - no (, no tengo)

    3) (hold, have at one's disposal) tener*

    look out, he's got a gun! — cuidado! tiene una pistola or está armado!

    how much money do you have o (esp BrE) have you got on you? — ¿cuánto dinero tienes or llevas encima?

    can I have a sheet of paper? — ¿me das una hoja de papel?

    may I have your name? — ¿me dice su nombre?

    could I have your Sales Department, please? — ( on phone) ¿me comunica or (Esp tb) me pone or (CS tb) me da con el departamento de ventas, por favor?

    I have it!, I've got it! — ya lo tengo!, ya está, ya está!

    all right: have it your own way! — está bien! haz lo que quieras!

    what have we here? — ¿y esto?

    to have something to + inf — tener* algo que + inf

    4)
    a) ( receive) \<\<letter/news\>\> tener*, recibir

    could we have some silence, please? — (hagan) silencio, por favor

    we have it on the best authority that... — sabemos de buena fuente que...

    rumoradition has it that... — corre el rumor de que.../según la tradición...

    to have had it — (colloq)

    to have it in for somebody — (colloq) tenerle* manía or tirria a alguien (fam)

    to let somebody have it — (sl) ( attack - physically) darle* su merecido a alguien; (- verbally) cantarle las cuarenta a alguien (fam), poner* a alguien verde (Esp fam)

    b) ( obtain) conseguir*

    they were the best/only seats to be had — eran los mejores/únicos asientos que había

    I'll have a kilo of tomatoes, please — ¿me da or (Esp) me pone un kilo de tomates, por favor?

    5) ( consume) \<\<steak/spaghetti\>\> comer, tomar (Esp); \<\<champagne/beer\>\> tomar

    to have something to eat/drink — comer/beber algo

    to have breakfast/dinner — desayunar/cenar, comer (AmL)

    to have lunch — almorzar* or (esp Esp, Méx) comer

    what are we having for dinner? — ¿qué hay de cena?

    we had too much to drinkbebimos or (AmL tb) tomamos demasiado

    6)
    a) (experience, undergo) \<\<accident\>\> tener*

    did you have good weather? — ¿te (or les etc) hizo buen tiempo?

    have a nice day!adiós! que le (or te etc) vaya bien!

    I had an injectionme pusieron or me dieron una inyección

    he had a heart transplant/an X ray — le hicieron un trasplante de corazón/una radiografía

    b) ( organize) \<\<party\>\> hacer*, dar*
    c) ( suffer from) \<\<cancer/diabetes/flu\>\> tener*

    to have a cold — estar* resfriado

    he's got a headache/sore throat — le duele la cabeza/la garganta, tiene dolor de cabeza/garganta

    7) ( look after) tener*
    8) ( give birth to) \<\<baby\>\> tener*
    9) (colloq)
    a) (catch, get the better of)

    they almost had him, but he managed to escape — casi lo agarran or atrapan, pero logró escaparse

    b) ( swindle) timar; ( dupe) engañar

    you've been had!te han timado or engañado!

    10) (causative use)

    he had them all laughing/in tears — los hizo reír/llorar a todos

    to have somebody + INF: I'll have her call you back as soon as she arrives le diré or pediré que lo llame en cuanto llegue; I'll have you know, young man, that I... para que sepa, jovencito, yo...; to have something + PAST P: we had it repaired lo hicimos arreglar, lo mandamos (a) arreglar (AmL); to have one's hair cut — cortarse el pelo

    to have something + INF/+ PAST P: I've had three lambs die this week se me han muerto tres corderos esta semana; he had his bicycle stolen — le robaron la bicicleta

    12)
    a) ( allow) (with neg) tolerar, consentir*
    b) (accept, believe) aceptar, creer*
    13) (indicating state, position) tener*

    you have o (BrE) you've got your belt twisted — tienes el cinturón torcido


    2.
    1) v aux
    2) (used to form perfect tenses) haber*

    I have/had seen her — la he/había visto

    I have/had just seen her — la acabo/acababa de ver, recién la vi/la había visto (AmL)

    have you been waiting long? — ¿hace mucho que esperas?, ¿llevas mucho rato esperando?

    you have been busy — cómo has trabajado!

    had I known that o if I'd known that... — si hubiera sabido que..., de haber sabido que...

    when he had finished, she... — cuando terminó or (liter) cuando hubo terminado, ella...

    3)
    a) ( in tags)

    you've been told, haven't you? — te lo han dicho ¿no? or ¿no es cierto? or ¿no es verdad?

    you haven't lost the key, have you? — no habrás perdido la llave...!

    you may have forgiven him, but I haven't — puede que tú lo hayas perdonado, pero yo no

    you've forgotten something - have I? — te has olvidado de algo - ¿sí?

    I've told her - you haven't! — se lo he dicho - no! ¿en serio?

    to have to + inf — tener* que + inf

    I have o I've got to admit that... — tengo que reconocer que...

    you don't have to be an expert to realize thatno hay que or no se necesita ser un experto para darse cuenta de eso

    to have to + inf — tener* que + inf

    you have to o you've got to be kidding! — lo dices en broma or en chiste!

    Phrasal Verbs:
    [hæv] ( 3rd pers sing present has) (pt, pp had) When have is part of a set combination, eg have a look, have a good time, have breakfast, had better, look up the other word. For have + adverb/preposition combinations, see also the phrasal verb section of this entry.
    1. TRANSITIVE VERB
    1) (=possess) tener

    he's got or he has blue eyes — tiene los ojos azules

    have you got or do you have 10p? — ¿tienes diez peniques?

    have you got or do you have any brothers or sisters? — ¿tienes hermanos?

    he hasn't got or he doesn't have any friends — no tiene amigos

    I've got or I have a friend staying next week — tengo a un amigo en casa la semana que viene

    I've got or I have an idea — tengo una idea

    Don't translate the [a] in sentences like [has he got a girlfriend?], [I haven't got a washing-machine] if the number of such items is not significant since people normally only have one at a time:

    has he got a girlfriend? — ¿tiene novia?

    Do translate the [a] if the person or thing is qualified:

    all or everything I have is yours — todo lo que tengo es tuyo

    you must give it all or everything you have — tienes que emplearte a fondo

    you must put all or everything you have into it — tienes que emplearte a fondo

    can I have a pencil please? — ¿me puedes dar un lápiz, por favor?

    the book has no name on it — el libro no lleva or tiene el nombre del dueño

    I've got or I have no Spanish — no sé español

    to have something to do — tener algo que hacer

    I've got or I have nothing to do — no tengo nada que hacer

    haven't you got anything to do? — ¿no tienes nada que hacer?

    hello, what have we here? — vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí?

    handy, ready 1., 1), a)
    2) (=eat, drink) tomar

    what are we having for lunch? — ¿que vamos a comer?

    to have something to eat/drink — comer/beber algo, tomar algo

    what will you have? — ¿qué quieres tomar?, ¿qué vas a tomar?

    will you have some more? — ¿te sirvo más?

    3) (=receive) recibir

    you can have my ticket — puedes quedarte con mi billete

    we had some help from the government — recibimos ayuda del gobierno

    I had a letter from John — tuve carta de Juan, recibí una carta de Juan

    I must have them by this afternoon — necesito tenerlos para esta tarde

    to have no newsno tener noticias

    they had a lot of wedding presentsrecibieron or les hicieron muchos regalos de boda

    we had a lot of visitors (at home) tuvimos muchas visitas; (at exhibition etc) tuvimos muchos visitantes

    4) (=obtain)

    they can be had for as little as £10 each — pueden conseguirse por tan solo 10 libras

    there was no bread to be had — no quedaba pan en ningún sitio, no podía conseguirse pan en ningún sitio

    5) (=take)

    I'll have a dozen eggs, please — ¿me pones una docena de huevos, por favor?

    which one will you have? — ¿cuál quiere?

    can I have your name please? — ¿me da su nombre, por favor?

    you can have it or I'll let you have it for £10 — te lo dejo en 10 libras, te lo puedes llevar por 10 libras, te lo vendo por 10 libras

    6) (=give birth to) [+ baby, kittens] tener

    what did she have? — ¿qué ha tenido?

    7) (=hold, catch) tener

    he had him by the throat — lo tenía agarrado por la garganta

    I have it on good authority that... — me consta que..., sé a ciencia cierta que..., sé de buena tinta que... *

    I've got it! — ¡ya!

    you have me there, there you have me — ahí sí que me has pillado *

    8) (=allow) consentir, tolerar

    we can't have that — eso no se puede consentir

    I won't have this nonsense — no voy a consentir or tolerar estas tonterías

    she won't have it said that... — no consiente or tolera que digan que...

    9) (=spend) pasar

    to have a pleasant afternoon/evening — pasar una tarde agradable

    have a nice day! — ¡que pases un buen día!

    what sort of day have you had? — ¿qué tal día has tenido?

    can I have Personnel please? — ¿me puede poner con Personal, por favor?

    11) * (=have sex with) acostarse con
    12) (=make)
    to have sth done hacer que se haga algo, mandar hacer algo to have sb do sth mandar a algn hacer algo

    he had me do it again — me hizo hacerlo otra vez, me hizo que lo hiciese otra vez

    what would you have me do? ¿qué quiere que haga?

    I'll have you know that... — quiero que sepas que...

    to have sth happen to have sb doing sth

    she soon had them all reading and writing(=organized them) enseguida los puso a leer y a escribir; (=taught them) enseguida les habían enseñado a leer y a escribir

    to have sth against sb/sth tener algo en contra de algn/algo to have had it

    you've had it now! he knows all about it * — ¡ahora sí que te la has cargado! se ha enterado de todo

    I've had it up to here with his nonsense *estoy hasta la coronilla or hasta el moño de sus tonterías *

    to have it that

    rumour has it that... — corre la voz de que...

    to be had

    you've been had! * — ¡te han engañado!

    to have to do with tener que ver con

    that's got or that has nothing to do with it! — ¡eso no tiene nada que ver!

    to let sb have sth (=give) dar algo a algn; (=lend) dejar algo a algn, prestar algo a algn

    let him have it! * — ¡dale!

    what have you

    ... and what have you —... y qué sé yo qué más

    would have it

    as ill-luck or fate would have it — desgraciadamente

    luck
    2. AUXILIARY VERB

    has he gone? — ¿se ha ido?

    hasn't he told you? — ¿no te lo ha dicho?

    had you phoned me frm or if you had phoned me I would have come round — si me hubieras llamado habría venido

    never having seen it before, I... — como no lo había visto antes,...

    having finished or when he had finished, he left — cuando terminó or cuando hubo terminado, se fue

    just I, 1., 3)
    See:
    SINCE in since
    a)

    "he's already eaten" - "so have I" — -él ya ha comido -yo también

    "we haven't had any news yet" - "neither have we" — -no hemos tenido noticias todavía -nosotros tampoco

    "you've made a mistake" - "no I haven't!" — -has cometido un error -no es verdad or cierto

    "we haven't paid" - "yes we have!" — -no hemos pagado -¡qué sí!

    "he's got a new job" - "oh has he?" — -tiene un trabajo nuevo -¿ah, sí?

    "you've written it twice" - "so I have!" — -lo has escrito dos veces -es verdad or cierto

    "have you read the book?" - "yes, I have" — -¿has leído el libro? -sí

    "has he told you?" - "no, he hasn't" — -¿te lo ha dicho? -no

    he hasn't done it, has he? — no lo ha hecho, ¿verdad?

    you've done it, haven't you? — lo has hecho, ¿verdad? or ¿no?

    you've all been there before, but I haven't — vosotros habéis estado allí antes, pero yo no

    he has never met her, but I have — él no la ha llegado a conocer, pero yo sí

    have you ever been there? if you have... — ¿has estado alguna vez allí? si es así...

    have you tried it? if you haven't... — ¿lo has probado? (porque) si no...

    so I, 1., nor
    3.
    MODAL VERB (=be obliged)

    I've got to or I have to finish this work — tengo que terminar este trabajo

    have we got to or do we have to leave early? — ¿tenemos que salir temprano?

    I haven't got to or I don't have to wear glasses — no necesito (usar) gafas

    do you have to make such a noise? — ¿tienes que hacer tanto ruido?

    you didn't have to tell her! — ¡no tenías por qué decírselo!

    does it have to be ironed? — ¿hay que plancharlo?

    * * *
    [hæv], weak forms [həv, əv]
    1.
    1) (3rd pers sing pres has; past & past p had) transitive verb
    2) ( possess) tener*

    I have o (esp BrE) I've got two cats — tengo dos gatos

    I don't have o (esp BrE) haven't got any money — no tengo dinero

    do you have a car? - no, I don't o (esp BrE) have you got a car? - no, I haven't — ¿tienes coche? - no (, no tengo)

    3) (hold, have at one's disposal) tener*

    look out, he's got a gun! — cuidado! tiene una pistola or está armado!

    how much money do you have o (esp BrE) have you got on you? — ¿cuánto dinero tienes or llevas encima?

    can I have a sheet of paper? — ¿me das una hoja de papel?

    may I have your name? — ¿me dice su nombre?

    could I have your Sales Department, please? — ( on phone) ¿me comunica or (Esp tb) me pone or (CS tb) me da con el departamento de ventas, por favor?

    I have it!, I've got it! — ya lo tengo!, ya está, ya está!

    all right: have it your own way! — está bien! haz lo que quieras!

    what have we here? — ¿y esto?

    to have something to + inf — tener* algo que + inf

    4)
    a) ( receive) \<\<letter/news\>\> tener*, recibir

    could we have some silence, please? — (hagan) silencio, por favor

    we have it on the best authority that... — sabemos de buena fuente que...

    rumor/tradition has it that... — corre el rumor de que.../según la tradición...

    to have had it — (colloq)

    to have it in for somebody — (colloq) tenerle* manía or tirria a alguien (fam)

    to let somebody have it — (sl) ( attack - physically) darle* su merecido a alguien; (- verbally) cantarle las cuarenta a alguien (fam), poner* a alguien verde (Esp fam)

    b) ( obtain) conseguir*

    they were the best/only seats to be had — eran los mejores/únicos asientos que había

    I'll have a kilo of tomatoes, please — ¿me da or (Esp) me pone un kilo de tomates, por favor?

    5) ( consume) \<\<steak/spaghetti\>\> comer, tomar (Esp); \<\<champagne/beer\>\> tomar

    to have something to eat/drink — comer/beber algo

    to have breakfast/dinner — desayunar/cenar, comer (AmL)

    to have lunch — almorzar* or (esp Esp, Méx) comer

    what are we having for dinner? — ¿qué hay de cena?

    we had too much to drinkbebimos or (AmL tb) tomamos demasiado

    6)
    a) (experience, undergo) \<\<accident\>\> tener*

    did you have good weather? — ¿te (or les etc) hizo buen tiempo?

    have a nice day!adiós! que le (or te etc) vaya bien!

    I had an injectionme pusieron or me dieron una inyección

    he had a heart transplant/an X ray — le hicieron un trasplante de corazón/una radiografía

    b) ( organize) \<\<party\>\> hacer*, dar*
    c) ( suffer from) \<\<cancer/diabetes/flu\>\> tener*

    to have a cold — estar* resfriado

    he's got a headache/sore throat — le duele la cabeza/la garganta, tiene dolor de cabeza/garganta

    7) ( look after) tener*
    8) ( give birth to) \<\<baby\>\> tener*
    9) (colloq)
    a) (catch, get the better of)

    they almost had him, but he managed to escape — casi lo agarran or atrapan, pero logró escaparse

    b) ( swindle) timar; ( dupe) engañar

    you've been had!te han timado or engañado!

    10) (causative use)

    he had them all laughing/in tears — los hizo reír/llorar a todos

    to have somebody + INF: I'll have her call you back as soon as she arrives le diré or pediré que lo llame en cuanto llegue; I'll have you know, young man, that I... para que sepa, jovencito, yo...; to have something + PAST P: we had it repaired lo hicimos arreglar, lo mandamos (a) arreglar (AmL); to have one's hair cut — cortarse el pelo

    to have something + INF/+ PAST P: I've had three lambs die this week se me han muerto tres corderos esta semana; he had his bicycle stolen — le robaron la bicicleta

    12)
    a) ( allow) (with neg) tolerar, consentir*
    b) (accept, believe) aceptar, creer*
    13) (indicating state, position) tener*

    you have o (BrE) you've got your belt twisted — tienes el cinturón torcido


    2.
    1) v aux
    2) (used to form perfect tenses) haber*

    I have/had seen her — la he/había visto

    I have/had just seen her — la acabo/acababa de ver, recién la vi/la había visto (AmL)

    have you been waiting long? — ¿hace mucho que esperas?, ¿llevas mucho rato esperando?

    you have been busy — cómo has trabajado!

    had I known that o if I'd known that... — si hubiera sabido que..., de haber sabido que...

    when he had finished, she... — cuando terminó or (liter) cuando hubo terminado, ella...

    3)
    a) ( in tags)

    you've been told, haven't you? — te lo han dicho ¿no? or ¿no es cierto? or ¿no es verdad?

    you haven't lost the key, have you? — no habrás perdido la llave...!

    you may have forgiven him, but I haven't — puede que tú lo hayas perdonado, pero yo no

    you've forgotten something - have I? — te has olvidado de algo - ¿sí?

    I've told her - you haven't! — se lo he dicho - no! ¿en serio?

    to have to + inf — tener* que + inf

    I have o I've got to admit that... — tengo que reconocer que...

    you don't have to be an expert to realize thatno hay que or no se necesita ser un experto para darse cuenta de eso

    to have to + inf — tener* que + inf

    you have to o you've got to be kidding! — lo dices en broma or en chiste!

    Phrasal Verbs:

    English-spanish dictionary > have

  • 7 mean

    mi:n
    I adjective
    1) (not generous (with money etc): He's very mean (with his money / over pay).) mezquino, tacaño, agarrado
    2) (likely or intending to cause harm or annoyance: It is mean to tell lies.) mezquino, malo
    3) ((especially American) bad-tempered, vicious or cruel: a mean mood.) malo, malhumorado
    4) ((of a house etc) of poor quality; humble: a mean dwelling.) humilde, pobre
    - meanness
    - meanie

    II
    1. adjective
    1) ((of a statistic) having the middle position between two points, quantities etc: the mean value on a graph.)
    2) (average: the mean annual rainfall.)

    2. noun
    (something that is midway between two opposite ends or extremes: Three is the mean of the series one to five.) término medio

    III
    1. past tense, past participle - meant; verb
    1) (to (intend to) express, show or indicate: `Vacation' means `holiday'; What do you mean by (saying/doing) that?) querer decir
    2) (to intend: I meant to go to the exhibition but forgot; For whom was that letter meant?; He means (= is determined) to be a rich man some day.) tener la intención, tener pensado

    2. adjective
    ((of a look, glance etc) showing a certain feeling or giving a certain message: The teacher gave the boy a meaning look when he arrived late.) significativo
    - meaningless
    - be meant to
    - mean well

    mean1 adj
    1. malo / malicioso / cruel / antipático
    don't be so mean! ¡no seas tan malo!
    2. mezquino / tacaño
    mean2 vb
    1. significar / querer decir
    what does "ceiling" mean? ¿qué quiere decir "ceiling"?
    2. pretender / querer / tener la intención
    tr[miːn]
    1 (average) medio,-a
    1 (average) promedio
    2 SMALLMATHEMATICS/SMALL media
    3 (middle term) término medio
    ————————
    tr[miːn]
    1 (miserly, selfish - person) mezquino,-a, tacaño,-a, agarrado,-a; (portion etc) mezquino,-a, miserable
    2 (unkind) malo,-a, antipático,-a; (petty) mezquino,-a; (ashamed) avergonzado,-a
    3 SMALLAMERICAN ENGLISH/SMALL familiar (person - nasty) malo,-a; (- bad-tempered) malhumorado,-a; (animal) feroz
    4 dated (low, poor) humilde, pobre
    5 familiar (skilful, great) excelente, de primera, genial
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to be no mean ser todo,-a un,-a
    ————————
    tr[miːn]
    transitive verb (pt & pp meant tr[ment])
    1 (signify, represent) significar, querer decir; (to be a sign of, indicate) ser señal de, significar
    what does "mug" mean? ¿qué significa "mug"?, ¿qué quiere decir "mug"?
    does the name "Curtis" mean anything to you? ¿el nombre "Curtis" te dice algo?
    2 (have in mind) pensar, tener pensado,-a, tener la intención de; (intend, wish) querer, pretender
    I never meant to hurt you nunca quise hacerte daño, nunca fue mi intención hacerte daño
    I meant to post it yesterday tenía la intención de enviarlo ayer, quería enviarlo ayer
    3 (involve, entail) suponer, implicar; (have as result) significar
    4 (refer to, intend to say) referirse a, querer decir; (be serious about) decir en serio
    do you mean me? ¿te refieres a mí?
    what do you mean by that? ¿qué quieres decir con eso?
    what do you mean you forgot? ¿cómo que se te olvidó?
    she said thirty, but she meant thirsty dijo treinta, pero quería decir sedienta
    5 (be important) significar
    you mean a lot to me significas mucho para mí, eres muy importante para mí
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to be meant for (be intended for) ser para 2 (be destined for) estar dirigido,-a a, ir dirigido,-a a
    to be meant to (to be supposed to) suponerse, deber, tener que 2 (to be fated) estar destinado,-a
    it was meant to happen tenía que pasar, el destino así lo quiso
    to mean well tener buenas intenciones
    mean ['mi:n] vt, meant ['mɛnt] ; meaning
    1) intend: querer, pensar, tener la intención de
    I didn't mean to do it: lo hice sin querer
    what do you mean to do?: ¿qué piensas hacer?
    2) signify: querer decir, significar
    what does that mean?: ¿qué quiere decir eso?
    3) : importar
    health means everything: lo que más importa es la salud
    mean adj
    1) humble: humilde
    2) negligible: despreciable
    it's no mean feat: no es poca cosa
    3) stingy: mezquino, tacaño
    4) cruel: malo, cruel
    to be mean to someone: tratar mal a alguien
    5) average, median: medio
    mean n
    1) midpoint: término m medio
    2) average: promedio m, media f aritmética
    3) means npl
    way: medio m, manera f, vía f
    4) means npl
    resources: medios mpl, recursos mpl
    5)
    by all means : por supuesto, cómo no
    6)
    by means of : por medio de
    7)
    by no means : de ninguna manera, de ningún modo
    adj.
    abellacado, -a adj.
    canallesco, -a adj.
    malo, -a adj.
    mediano, -a adj.
    medio, -a adj.
    menguado, -a adj.
    mezquino, -a adj.
    miserable adj.
    prieto, -a adj.
    ruin adj.
    transido, -a adj.
    n.
    manera s.f.
    media (Matemática) s.f.
    medio s.m.
    promedio s.m.
    término medio s.m.
    v.
    (§ p.,p.p.: meant) = destinar v.
    entender v.
    querer decir v.
    significar v.

    I miːn
    transitive verb (past & past p meant)
    1) (represent, signify) \<\<word/symbol\>\> significar*, querer* decir

    to mean something TO somebody: does the number 0296 mean anything to you? ¿el número 0296 te dice algo?; fame means nothing/a lot to her — la fama la tiene sin cuidado/es muy importante para ella

    2)
    a) (refer to, intend to say) \<\<person\>\> querer* decir

    what do you mean? — ¿qué quieres decir (con eso)?

    do you know what I mean? — ¿me entiendes?, ¿me comprendes?

    he's Swedish, I mean, Swiss — es sueco, (qué) digo, suizo

    I know who you meanya sé de quién hablas or a quién te refieres

    what's that supposed to mean? — ¿a qué viene eso?

    b) ( be serious about) decir* en serio

    I mean it!va or lo digo en serio!

    3) (equal, entail) significar*

    to mean -ING: that would mean repainting the kitchen — eso supondría or implicaría volver a pintar la cocina

    4)
    a) ( intend)

    he didn't mean (you) any harm — no quiso hacerte daño, no lo hizo por mal

    to mean to + INF: I mean to succeed mi intención es triunfar, me propongo triunfar; I'm sorry, I didn't mean to do it perdón, lo hice sin querer; I meant to do it but I forgot tenía toda la intención de hacerlo pero me olvidé; I've been meaning to talk to you hace tiempo que quiero hablar contigo; I meant it to be a surprise yo quería que fuera una sorpresa; the bullet was meant for me la bala iba dirigida a mí; we were meant for each other — estamos hechos el uno para el otro

    b)

    to be meant to + inf — (supposed, intended)

    you weren't meant to hear thatno pensaron (or pensé etc) que tú estarías escuchando


    II
    1) ( miserly) < person> tacaño, mezquino; < portion> mezquino, miserable
    2)
    a) (unkind, nasty) malo
    b) ( excellent) (esp AmE sl) genial, fantástico
    3) (inferior, humble) (liter) humilde

    that's no mean feat/achievement — no es poca cosa, no es moco de pavo (fam)

    4) ( Math) (before n) medio

    III
    noun media f, promedio m; see also means

    IV
    adverb (AmE colloq & dial)

    I
    [miːn]
    ADJ (compar meaner) (superl meanest)
    1) (=stingy) tacaño, agarrado *, amarrete (And, S. Cone) *

    you mean thing! — ¡qué tacaño eres!

    2) (=nasty) malo

    don't be mean! — ¡no seas malo!

    you mean thing! — ¡qué malo eres!

    a mean trick — una jugarreta, una mala pasada

    you were mean to mete portaste fatal or muy mal conmigo

    3) (=vicious) malo
    4) (=of poor quality) inferior; (=shabby) humilde, vil; (=humble) [birth] humilde, pobre
    5) (US) formidable, de primera

    II [miːn]
    1.
    N (=middle term) término m medio; (=average) promedio m ; (Math) media f

    the golden or happy mean — el justo medio

    2.
    ADJ medio

    mean life — (Phys) vida f media


    III
    [miːn]
    (pt, pp meant) VT
    1) [word, sign] (=signify) significar, querer decir

    what does this word mean? — ¿qué significa or quiere decir esta palabra?

    "vest" means something different in America — en América "vest" tiene otro significado or significa otra cosa

    you know what it means to hit a policeman? — ¿usted sabe qué consecuencias trae el golpear a un policía?

    what do you mean by that? — ¿qué quieres decir con eso?

    it means a lot to have you with us — significa mucho tenerte con nosotros

    the name means nothing to me — el nombre no me suena

    the play didn't mean a thing to me — no saqué nada en claro de la obra

    know 1., 4)
    2) [person]
    a) (=imply) querer decir; (=refer to) referirse a

    what do you mean? — ¿qué quieres decir?

    18, I mean 19 — 18, digo 19

    do you mean me? — ¿te refieres a mí?

    b) (=signify) significar

    don't I mean anything to you? — ¿no significo yo nada para ti?

    c) (=be determined about)

    you can't mean it! — ¡no lo dirás en serio!

    d) (=intend)

    what do you mean to do? — ¿qué piensas hacer?

    I meant to help — pensaba ayudar, tenía la intención de ayudar

    I mean to have itpienso or me propongo obtenerlo

    sorry, I didn't mean you to do it — lo siento, mi intención no era que lo hicieras tú

    I meant it as a joke — lo dije en broma

    was the remark meant for me? — ¿el comentario iba por mí?

    I meant no harm by what I said — no lo dije con mala intención

    3) (=suppose) suponer

    to be meant to do sth, it's meant to be a good car — este coche se supone que es bueno

    this portrait is meant to be Anne — este retrato es de Anne, aunque no lo parezca

    I wasn't meant to work for my living! — ¡yo no estoy hecho para trabajar!

    you're not meant to drink it! — ¡no es para beber!

    * * *

    I [miːn]
    transitive verb (past & past p meant)
    1) (represent, signify) \<\<word/symbol\>\> significar*, querer* decir

    to mean something TO somebody: does the number 0296 mean anything to you? ¿el número 0296 te dice algo?; fame means nothing/a lot to her — la fama la tiene sin cuidado/es muy importante para ella

    2)
    a) (refer to, intend to say) \<\<person\>\> querer* decir

    what do you mean? — ¿qué quieres decir (con eso)?

    do you know what I mean? — ¿me entiendes?, ¿me comprendes?

    he's Swedish, I mean, Swiss — es sueco, (qué) digo, suizo

    I know who you meanya sé de quién hablas or a quién te refieres

    what's that supposed to mean? — ¿a qué viene eso?

    b) ( be serious about) decir* en serio

    I mean it!va or lo digo en serio!

    3) (equal, entail) significar*

    to mean -ING: that would mean repainting the kitchen — eso supondría or implicaría volver a pintar la cocina

    4)
    a) ( intend)

    he didn't mean (you) any harm — no quiso hacerte daño, no lo hizo por mal

    to mean to + INF: I mean to succeed mi intención es triunfar, me propongo triunfar; I'm sorry, I didn't mean to do it perdón, lo hice sin querer; I meant to do it but I forgot tenía toda la intención de hacerlo pero me olvidé; I've been meaning to talk to you hace tiempo que quiero hablar contigo; I meant it to be a surprise yo quería que fuera una sorpresa; the bullet was meant for me la bala iba dirigida a mí; we were meant for each other — estamos hechos el uno para el otro

    b)

    to be meant to + inf — (supposed, intended)

    you weren't meant to hear thatno pensaron (or pensé etc) que tú estarías escuchando


    II
    1) ( miserly) < person> tacaño, mezquino; < portion> mezquino, miserable
    2)
    a) (unkind, nasty) malo
    b) ( excellent) (esp AmE sl) genial, fantástico
    3) (inferior, humble) (liter) humilde

    that's no mean feat/achievement — no es poca cosa, no es moco de pavo (fam)

    4) ( Math) (before n) medio

    III
    noun media f, promedio m; see also means

    IV
    adverb (AmE colloq & dial)

    English-spanish dictionary > mean

  • 8 güestia

    Güestia ou apagüestia, así se denomina a las apariciones tanto imaginarias como reales, que en los tiempos pasados llevaban a cabo las animas condenadas, según parecía los muertos volvían a la vida y se paseaban en procesiones con ruidos de cadenas y cencerros que aterrorizaban a las gentes, y todo esto al parecer lo hacían, con el fin de pedirles a sus familiares o deudos más queridos, que intercedieran por ellas de la forma de dar a los santos y a las iglesias dádivas importantes de sus bienes, con el fin de que estos los liberasen de sus continuos sufrimientos. Recuerdo que me conté mi amo Xallustianu este caso que sucedió en su aldea cuando él era niño. —Moraba na sou aldina un cura que yera 'l paicer de toes les xentes un xantu, manqui espós escubrióxe que namai que yera 'l mesmu diañu, que con sou intellixencia muciayes a les xentes del chugar tous lus cuartus qu'encaldaben, pos tous lus veicinus ente 'l diñeiru qu'apurriánye per les mixes, ya les xeneruxes llimosnes qu’ufrendiaben a la Xanta ya xantiquinus del chugare, proporcioñaben al cura tou cuntu 'l condeñáu ñecexitaba pa vivir lu memu qu'un prinxipe cheldáu nes sous intellixentes tarrascas y’añuedadures de cibiétchu, ya gocius e fellicidáes qu'encalducaba con la sou xovencina ya guapetona ama, que tous lus veicinus conxideraben comu la sou hermena, per el falar del cura cundu la traxu pal chugare. Peru foi l'ama cundu 'l cura murru la qu'escubrióu lu qu'cura ca die almañecíu cheldaba, que nun yera oitra couxa qu'el embruxayus a tous lu mesmu qu'echa lu taba, fayenduyes creyer que toes aqueches formes ya mañeires qu'él teñía qundu yes falaba, dientru de sous xulfurantes y'allucináus mesterius, yeren el frutu de la gracia que l'apurrien lus xantus, güestias y' apagüestias ya tou 'l fatáu de divinidaes que poblan lus infinitus chugares dou s'axeita 'l grandie poder del Faidor. —Per aquechus tempus chegóu a l'aldina un indianu fíu d'echa que despós d'un mamplenu d'anus nes amériques, chegaba con la sou corexa bétcha de cuartus, que fixérunye 'l cura catar muréu con priexa p'esbítchale per echus. Anxina fói qu'acomencipiu xermoniayu, falandoi de les couxas divines per les que sous fañecíus pás a él le falaben, ya que nun dexarien de xufriendu faer tal couxa, metantu daquin non punxera manegáes de mixes ya goxetáus de llimones a la Xanta ya xantinus del chugare. Peru l'indianu qu'al paicer teñía mái apegu a lus sous cuartus que a toes les divinidáes que falaba 'l cura, nun taba nel xétchu de dexái nes sous fuinesques manes lus sous cuartus, per istu tomóulu per cuintu, ya fasta se reyia per lu baxu de sous veicinus ya fates creyencies ya dol sou cura predicaor, que xegún el sou paicer, yera mái llistu ya intellixente, de tóus cuntus él ureára, y'agüétchara nes amériques, que tamén teñíen la costume d'atemorizandu a les xentes arrapiegáis lus sous cuartus. —Axindi taben les couxes cundu 'l cura cumencipiu arrandionar toes les nuetches la teixá del indianu, apaxiétchau comu les mesmes güesties nel parexu que diba ruxendu cadexeirus ya chocaretus, ya de cundu 'n cudu le falaba couxes qu'el indianu teñía que faer xinun queríe qu'el diañu ya les mesmes güesties de lus sous pás que nel cheldar le pedigüeñaben, l'enlloquecieren de mieu, per nun creyeren couxes xagráes ya xantes. —El indianu que manqui se faía 'l llistu nel sou penxementu ta la fuercia de sous creyencies d'ancestru lu domeñaben, y'aconsexáu per lus sous veicinus que de continu le falaben que la güestia que l’arrandianaba yera l'anima de lus sous páes, ya per oitre lláu, de que paquéi queria les sous riqueces xinun diba gociayes con fellicida ya xoxiegu, anxina fói, que lus veicinus ledixerun que lu que teñía que faer yera dar lu que l'apagüestia l'urdenaba. —Creyendu ou nun creyendu 'l casu fói qu'el indianu comencipióu apurriyes bétchas llimones a la xanta ya lus xantus del chugare, fasta qu' una nuétche urearun a la güestia con munchu xufrimientu queixase, conunus glamiares ya glayius tan ameruxáus de dollores, que toes les xentes de l'embruxadora aldina reciaben nel xillenciu de sous teixáes, perqu'el xantiquin del Faedor remidiare 'l xufrimientu d'aquel alma en pena. —Cundu chegóu 'l albiar el die lus veicinus de l'embruxadora aldina agüétcharun que la güestia xinun yera tal güestia, xinun que yera 'l mesmu cura apaxiétchau de fantasme que taba fechu cadermu per la cauxa de qu'al blicar el ciarru de la lloxa del indianu llancara un xofitu nel banduyu que le fexu morrer con lus estantinus na manu, glamiandu acaniláu por el dollor la gavita que naide l'apurrióu per mor de cuntar tóus que yera la güestia quien se queixaba. —Disdi aquel díe ya enxemás naide creyu n'aldina en mái güesties nin ánimes condenáes, que nun faíen oitra couxa namái, qu'afuinayes lus sous intexes pa fartar al cura, ya tou 'l enriestráu de xentes con sotana. TRADUCCIÓN.—Vivía en aquella aldeina un cura que era al parecer un santín del cielo, aunque más tarde se descubrió que nada más que era el mismo demonio, que con su inteligencia les ordeñaba a las gentes de aquella encantadora aldea, todos cuantos dineros agenciaran, entre todos los vecinos entre el dinero que le deban por las misas y las generosas limosnas que los ofrecían a los santos y santina del lugar, proporcionaban al cura todo cuanto el condenado necesitaba para vivir lo mismo que un príncipe, que con su inteligencia había logrado el practicar su vicio de borrachín y disfrutar placenterosamente del amor, con su joven y hermosa ama, que todos los vecinos consideraban como su hermana, por lo que había dicho el cura cuando la trajo a la aldea. Pero fue precisamente el ama cuando el cura se murió la que descubrió lo que cada día amanecido el cura hacía, que no era otra cosa, que el embrujarlos a todos lo mismo que ella embrujada estaba, haciéndoles creer que todas aquellas formas y maneras que él tenía cuando les predicaba, dentro de sus sulfurantes y alucinantes misterios, eran el fruto de la divina gracia que le daban los santos, las güestias y apagüestias, y todo el sinfín de divinidades que poblaban los santos lugares donde se asienta el Reino del Hacedor. —Por aquellos tiempos llega la aldea un indiano hijo de ella, que después de vivir muchos años en las américas, regresaba con su cartera llena de dineros, que lo hicieron al cura con grande prisa buscar la forma de esquilarle parte de ellos. Así fue que comenzó sermoneándole, hablándole de las cosas y misterios divinos, por las que sus fenecidos padres con él se ponían en contacto, no dejaran de sufriendo hacer tales cosas, mientras que alguien no les ofreciera montones de misas y cantidades de limosnas a la santa y santinos de la aldea. Pero el indiano que según parecía le tenía mucho más apego a sus dineros que a todas las divinidades que hablaba por cura, no estaba predispuesto a entregarle aquel ladronzuelo sus dineros, por esto tomó por cuento todo cuanto decía el cura, y hasta se reía por lo bajo de sus vecinos y tontas creencias, lo mismo que de aquel cura predicador, que según su parecer era mucho más listo e inteligente de todos cuantos él había escuchado y visto en las américas, que también tenían la costumbre siempre atemorizando a las gentes con cosas divinas, de robarles el dinero lo mismo que el cura de su aldea pretendía. —Así estaban las cosas cuando el cura comenzó a rondar todas las noches la casa del indiano, vestido como los fantasmas, en el parejo que hacía sonar cadenas y cencerros, y de vez en cuando decía con voz de ultratumba cosas que el indiano tenía que hacer, sino quería que al diablo y las güestias de sus padres que pidiéndole estaban, le enloqueciesen de miedo por no creer en las cosas santas y sagradas del Hacedor. —El indiano que aunque se hacía el listo, en su pensamiento las fuerzas y creencias de su ancestro lo dominaban, y aconsejado por sus vecinos que de continuo le hablaban, que las ánimas que rondaban su casa no eran otras que las de sus padres y por otro lado también le decían, que para que quería su riqueza sino podía gozarlas con felicidad y sosiego, así pues, todos le suplicaban que hiciera lo que la apagüestia le ordenaba. —Creyendo o no creyendo el caso fue que el indiano comenzó a dar ricas limosnas a los santos y la santina de la aldea hasta que una noche sintieron a la güestia con grande sufrimiento quejarse, pronunciando unos alaridos tan llenos de dolor que todas las gentes de la embrujadora aldeina rezaban en el silencio atemorizante de sus casas, porque el santo del Hacedor remediara el grande sufrimiento de aquella alma en pena. —Cuando llegó el amanecer del día, los vecinos de la embrujadora aldeina, vieron que la güestia en la que ellos creían no era tal ánima, sino que era el propio cura vestido de fantasma, que se encontraba muerto, por la causa de que al saltar la cerca del huerto del indiano, se habla clavado una aguzante estaca en la barriga, que le hizo morir con las tripas en la mano, pidiendo acolmillado por el dolor la ayuda que nadie le dio, por mor de pensar todos que era la güestia quien se quejaba. —Desde aquél día ya jamás nadie creyó en la aldea ni en güestias ni en ánimas condenadas que no hacían otra cosa nada más, que atemorizarles con un temor divinizante para robarles sus menguados intereses, con los que se hartaban los curas y todo el rosario de gentes con sotana.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > güestia

  • 9 know

    nəu
    past tense - knew; verb
    1) (to be aware of or to have been informed about: He knows everything; I know he is at home because his car is in the drive; He knows all about it; I know of no reason why you cannot go.) saber, conocer
    2) (to have learned and to remember: He knows a lot of poetry.) saber, conocer
    3) (to be aware of the identity of; to be friendly with: I know Mrs Smith - she lives near me.) conocer
    4) (to (be able to) recognize or identify: You would hardly know her now - she has become very thin; He knows a good car when he sees one.) reconocer
    - knowingly
    - know-all
    - know-how
    - in the know
    - know backwards
    - know better
    - know how to
    - know the ropes

    know vb
    1. saber
    do you know what time it is? ¿sabes qué hora es?
    2. conocer
    do you know Madrid? ¿conoces Madrid?
    tr[nəʊ]
    transitive verb (pt knew tr[njʊː], pp known tr[nəʊn])
    do you know Colin? conoces a Colin?
    this building is known as "La Pedrera' este edificio se conoce como "La Pedrera"
    2 (recognize) reconocer
    do you know English? ¿sabes inglés?
    do you know where the station is? ¿sabe dónde está la estación?
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    I know! ¡lo sé!, ¡ya lo sé!
    who knows? ¿quién sabe?
    as far as I know que yo sepa
    for all I know ¡vete a saber!
    he could be dead for all I know podría estar muerto, ¡vete a saber!
    don't I know it! ¿y me lo dices a mí?, ¡ni que lo digas!
    how should I know? ¿yo qué sé?
    if only I'd known! ¡haberlo sabido!
    not that I know of que yo sepa, no
    to know apart saber distinguir
    to know... from... distinguir entre... y...
    you know what? ¿sabes qué?
    you never know nunca se sabe
    I know what! ¡ya lo tengo!
    I might've known debí imaginármelo
    to be in the know estar enterado,-a
    to get to know somebody (llegar a) conocer a alguien
    you know best tú sabes mejor que yo, sabes lo que más te conviene
    to know better tener más juicio
    you ought to know better at your age! ¡a tu edad deberías saber comportarte mejor!
    to know by sight conocer de vista
    to know how to do something saber hacer algo
    to know what one's talking about hablar con conocimiento de causa
    to make oneself known presentarse, darse a conocer
    don't know (in survey) persona que no sabe, no contesta
    know ['no:] v, knew ['nu:, 'nju:] ; known ['no:n] ; knowing vt
    1) : saber
    he knows the answer: sabe la respuesta
    2) : conocer (a una persona, un lugar)
    do you know Julia?: ¿conoces a Julia?
    3) recognize: reconocer
    4) discern, distinguish: distinguir, discernir
    5)
    know vi
    : saber
    v.
    (§ p.,p.p.: knew, known) = conocer v.
    (§pres: conozco, conoces...)
    reconocer v.
    (§pres: reconozco, reconoces...)
    saber v.
    (§pres: sé, sabes...) subj: sep-
    pret: sup-
    fut/c: sabr-•)

    I
    1. nəʊ
    (past knew; past p known) transitive verb
    1)
    a) (have knowledge of, be aware of) saber*

    I don't know his name/how old he is — no sé cómo se llama/cuántos años tiene

    to know something ABOUT something — saber* algo de algo

    not to know the first thing about something — no saber* nada or no tener* ni idea de algo

    how was I to know that... ? — ¿cómo iba yo a saber que... ?

    I don't know that I agree/that I'll be able to come — no sé si estoy de acuerdo/si podré ir

    I'll have you know that... — has de saber que..., para que sepas,...

    you know what he's like — ya sabes cómo es (él), ya lo conoces

    before I knew where I was, it was ten o'clock — cuando quise darme cuenta, eran las diez

    it is well known that... — todo el mundo sabe que...

    it soon became known that... — pronto se supo que...

    to be known to + INF: he's known to be dangerous se sabe que es peligroso; I know that for a fact me consta que es así; to let somebody know something decirle* algo a alguien, hacerle* saber or comunicarle* algo a alguien (frml); ( warn) avisarle algo a alguien; let me know how much it's going to cost dime cuánto va a costar; he let it be known that... dio a entender que...; to make something known to somebody hacerle* saber algo a alguien; without our knowing it sin saberlo nosotros, sin que lo supiéramos; there's no knowing what he might do quién sabe qué hará; do you know what! ¿sabes qué?; I know what: let's go skating! tengo una idea: vayamos a patinar!; wouldn't you know it: it's starting to rain! no te digo, se ha puesto a llover!; not to know which way o where to turn no saber* qué hacer; to know something backwards: she knows her part backwards — se sabe el papel al dedillo or al revés y al derecho

    b) ( have practical understanding of) \<\<French/shorthand\>\> saber*
    c) (have skill, ability)

    to know how to + INF — saber* + inf

    2)
    a) ( be acquainted with) \<\<person/place\>\> conocer*

    how well do you know her? — ¿la conoces mucho or bien?

    I only know her by namela conozco or (AmL tb) la ubico sólo de nombre

    you know me/him: ever the optimist — ya me/lo conoces: siempre tan optimista

    to get to know somebody: how did they get to know each other? ¿cómo se conocieron?; I got to know him better/quite well llegué a conocerlo mejor/bastante bien; to get to know something \<\<subject/job\>\> familiarizarse* con algo; we knew her as Mrs Balfour — para nosotros era la Sra Balfour

    he has known poverty/success — ha conocido la pobreza/el éxito

    he knows no fearno sabe lo que es or no conoce el miedo

    c) ( be restricted by) (liter) tener*
    3)
    a) (recognize, identify) reconocer*

    to know something/somebody BY something — reconocer* algo/a alguien por algo

    to know something/somebody FROM something/somebody — distinguir* algo/a alguien de algo/alguien

    I don't know one from the other — no los distingo, no distingo al uno del otro

    4) (see, experience) (only in perfect tenses)

    2.
    vi saber*

    what happened? - nobody knows — ¿qué pasó? - no se sabe

    how do you know? — ¿cómo lo sabes?

    I won't argue: you know best — no voy a discutir: tú sabrás

    I know! — ya sé!, tengo una idea!

    I'm not stupid, you know! — oye, que no soy tonto ¿eh? or ¿sabes?

    to know ABOUT something/somebody: he knows about computers sabe or entiende de computadoras; did you know about John? ¿sabías lo de John?, ¿estabas enterado de lo de John?; can I invite him? - I don't know about that, we'll have to see ¿lo puedo invitar? - no sé, veremos; to get to know about something enterarse de algo; to know OF something/somebody: she knew of their activities tenía conocimiento or estaba enterada de sus actividades; not that I know of que yo sepa, no; do you know of a good carpenter? ¿conoces a or sabes de algún carpintero bueno?; I don't actually know her, I know of her — no la conozco personalmente, sólo de oídas


    II

    to be in the knowestar* enterado

    [nǝʊ] (pt knew) (pp known)
    1. TRANSITIVE VERB
    Look up set combinations such as know the ropes, know one's stuff, know sth backward at the other word.
    1) (=be aware of)
    a) [+ facts, dates etc] saber

    to know the difference between... — saber la diferencia entre...

    she knows a lot about chemistry — sabe mucho de química

    I know nothing about it, I don't know anything about it — no sé nada de eso

    he knows all the answerslo sabe todo

    one minute you're leaving school, then before you know it, you've got a family to support — dejas el colegio y al minuto siguiente, antes de darte cuenta, tienes una familia que mantener

    to know why/when/where/if — saber por qué/cuándo/dónde/si

    do you know how he did that? — ¿sabes cómo lo hizo?

    I'll or I'd have you know that... — que sepas que..., para que te enteres,...

    you haven't time, as well he knew — no tienes tiempo, como él bien sabía

    you know as well as I do that... — sabes tan bien como yo que...

    to know whatsaber qué or lo que

    I know what I saidya sé qué or lo que dije

    I don't know whether or not you've heard, but... — no sé si has oído o no pero...

    - know what's what

    I knew it! — ¡lo sabía!

    that's all you know! * — ¡y más que podría yo contarte!

    don't I know it! — ¡a mí me lo vas a contar!

    "she's furious" - "don't I know it?" — -está furiosa -¡a mí me lo vas a contar!

    how was I to know that...? — ¿cómo iba yo a saber que...?

    I should have known you'd mess things up! — debería haberme figurado or imaginado que ibas a estropear las cosas

    do you know what, I think she did it! — ¿sabes una cosa? creo que lo hizo ella

    I know what, let's drop in on Daphne! — ¡ya sé! ¡vamos a pasarnos por casa de Daphne!

    you know what you can do with it! * — ¡mételo por donde te quepa! **

    (well,) what do you know! * — ¿qué te parece?, ¡fíjate!, ¡mira nomás! (LAm)

    what does he know about dictionaries! — ¡qué sabrá él de diccionarios!

    Peter, wouldn't you know it, can't come! — Peter, como era de esperar, no puede venir

    d)

    to know to do sth >: does he know to feed the rabbits? * — ¿sabe que tiene que dar de comer a los conejos?

    2) (=be acquainted with) [+ person, place] conocer; [+ subject] saber

    do you know him? — ¿lo conoces?

    to know one's classics/linguistic theory — saberse los clásicos/la teoría lingüística

    most of us know him only as a comedian — la mayoría de nosotros lo conocemos solo como comediante

    don't you know me better than that! — ¿o es que no me conoces?, ¡como si no me conocieras!

    to know sb by sight/name — conocer a algn de vista/de nombre

    she knew him for a liar and a cheat — sabía que era un mentiroso y un tramposo

    they know each other from university — se conocen de la universidad

    if I know him, he'll say no — me apuesto a que dice que no

    she knows her own mindsabe lo que quiere

    I've never known him to smile — nunca lo he visto sonreír

    I don't know him to speak to — no lo conozco personalmente

    4) (=understand)

    I don't know how you can say thatno sé or no entiendo cómo puedes decir eso

    you know what I mean — ya me entiendes, ya sabes lo que quiero decir

    I know the problem!conozco el problema

    I know the problems that arise when... — sé los problemas que surgen cuando...

    5) (=recognize) reconocer

    I knew him by his voice — le reconocí por la voz

    to know right from wrong — saber distinguir el bien del mal

    6) (=be certain)

    I don't know if or that it's a very good idea — no sé si es una buena idea, no estoy seguro de que sea una buena idea

    7) †† (sexually)
    to get to know sb (llegar a) conocer a algn to get to know sth

    as you get to know the piece better... — cuando conoces mejor la pieza..., cuando estás más familiarizado con la pieza...

    to let sb know...
    2. INTRANSITIVE VERB
    1) (gen) saber

    yes, I know — si, ya lo sé

    he doesn't know any betterno sabe lo que hace

    he thinks he's going to get the job, but I know better — cree que va a conseguir el trabajo, pero yo sé mejor lo que cabe esperar

    you ought to know better than to... — ya deberías saber que no se puede...

    how should I know? — ¿cómo iba yo a saberlo?

    I know, let's... — ya sé, vamos a...

    one never knows, you never know — nunca se sabe

    there's no (way of) knowing — no hay manera de saberlo

    afterwards they just don't want to know — (in relationships) después "si te he visto no me acuerdo"; (in business) después no quieren saber nada del asunto

    who knows? — ¿quién sabe?

    "was she annoyed about it?" - "I wouldn't know" — -¿se enfadó por eso? -¿y yo que sé?

    it's not easy, you know — no es fácil, sabes

    you know, I think I'm beginning to like Richard — ¿sabes? creo que me está empezando a gustar Richard

    all 2., 4) to know about

    to know about sth/sb: did you know about Paul? — ¿te has enterado de or sabes lo de Paul?

    I didn't know about the accident — no me había enterado de lo del accidente, no sabía nada de lo del accidente

    "you must be delighted!" - "I don't know about that" — ¡debes estar encantado! -no sé qué decirte

    "you're a genius!" - "oh, I don't know about that" — -¡eres un genio! -hombre, no sé qué decirte

    "I'm taking tomorrow off" - "I don't know about that!" — -mañana me tomo el día libre -no sé, habrá que ver

    I don't know about you, but I think it's terrible — a ti no sé, pero a mí me parece terrible

    to get to know about sth enterarse de algo to know of (=be acquainted with) conocer

    the first I knew of it was when Pete told me — lo primero que oí or supe del asunto fue lo que me dijo Pete

    not that I know of — que yo sepa, no

    to let sb know

    we'll let you know — ya te diremos lo que sea, ya te avisaremos

    why didn't you let me know? — ¿por qué no me lo dijiste?

    3.
    NOUN

    to be in the know *(=well-informed) estar enterado; (=privy to sth) estar al tanto or al corriente

    * * *

    I
    1. [nəʊ]
    (past knew; past p known) transitive verb
    1)
    a) (have knowledge of, be aware of) saber*

    I don't know his name/how old he is — no sé cómo se llama/cuántos años tiene

    to know something ABOUT something — saber* algo de algo

    not to know the first thing about something — no saber* nada or no tener* ni idea de algo

    how was I to know that... ? — ¿cómo iba yo a saber que... ?

    I don't know that I agree/that I'll be able to come — no sé si estoy de acuerdo/si podré ir

    I'll have you know that... — has de saber que..., para que sepas,...

    you know what he's like — ya sabes cómo es (él), ya lo conoces

    before I knew where I was, it was ten o'clock — cuando quise darme cuenta, eran las diez

    it is well known that... — todo el mundo sabe que...

    it soon became known that... — pronto se supo que...

    to be known to + INF: he's known to be dangerous se sabe que es peligroso; I know that for a fact me consta que es así; to let somebody know something decirle* algo a alguien, hacerle* saber or comunicarle* algo a alguien (frml); ( warn) avisarle algo a alguien; let me know how much it's going to cost dime cuánto va a costar; he let it be known that... dio a entender que...; to make something known to somebody hacerle* saber algo a alguien; without our knowing it sin saberlo nosotros, sin que lo supiéramos; there's no knowing what he might do quién sabe qué hará; do you know what! ¿sabes qué?; I know what: let's go skating! tengo una idea: vayamos a patinar!; wouldn't you know it: it's starting to rain! no te digo, se ha puesto a llover!; not to know which way o where to turn no saber* qué hacer; to know something backwards: she knows her part backwards — se sabe el papel al dedillo or al revés y al derecho

    b) ( have practical understanding of) \<\<French/shorthand\>\> saber*
    c) (have skill, ability)

    to know how to + INF — saber* + inf

    2)
    a) ( be acquainted with) \<\<person/place\>\> conocer*

    how well do you know her? — ¿la conoces mucho or bien?

    I only know her by namela conozco or (AmL tb) la ubico sólo de nombre

    you know me/him: ever the optimist — ya me/lo conoces: siempre tan optimista

    to get to know somebody: how did they get to know each other? ¿cómo se conocieron?; I got to know him better/quite well llegué a conocerlo mejor/bastante bien; to get to know something \<\<subject/job\>\> familiarizarse* con algo; we knew her as Mrs Balfour — para nosotros era la Sra Balfour

    he has known poverty/success — ha conocido la pobreza/el éxito

    he knows no fearno sabe lo que es or no conoce el miedo

    c) ( be restricted by) (liter) tener*
    3)
    a) (recognize, identify) reconocer*

    to know something/somebody BY something — reconocer* algo/a alguien por algo

    to know something/somebody FROM something/somebody — distinguir* algo/a alguien de algo/alguien

    I don't know one from the other — no los distingo, no distingo al uno del otro

    4) (see, experience) (only in perfect tenses)

    2.
    vi saber*

    what happened? - nobody knows — ¿qué pasó? - no se sabe

    how do you know? — ¿cómo lo sabes?

    I won't argue: you know best — no voy a discutir: tú sabrás

    I know! — ya sé!, tengo una idea!

    I'm not stupid, you know! — oye, que no soy tonto ¿eh? or ¿sabes?

    to know ABOUT something/somebody: he knows about computers sabe or entiende de computadoras; did you know about John? ¿sabías lo de John?, ¿estabas enterado de lo de John?; can I invite him? - I don't know about that, we'll have to see ¿lo puedo invitar? - no sé, veremos; to get to know about something enterarse de algo; to know OF something/somebody: she knew of their activities tenía conocimiento or estaba enterada de sus actividades; not that I know of que yo sepa, no; do you know of a good carpenter? ¿conoces a or sabes de algún carpintero bueno?; I don't actually know her, I know of her — no la conozco personalmente, sólo de oídas


    II

    to be in the knowestar* enterado

    English-spanish dictionary > know

  • 10 paxiétchu

    Paxiétchu ou paxieyu, así se llama al traje. A propósito del traxe (traje), nagora mesmu nisti cheldare ya que la pallabra cuadra en xeitu, vou falales del primer paxiétchu que you manguéi. (Ahora mismo en este acaecer ya que la palabra cuadra en el lugar, les voy hablar del primer traje que yo me he puesto). —Trabayaba you per aquel encaldar de xerreor, cundu 'n díe que chegui del trabayu, dixome miou má mu conteta, que me viexe mercau 'n bon traxe a lus xitanus qu'espatuxaben ya d'aquecha per les aldines non solu fayendu cestiquinus con les blimbes de les blimbales qu'espós combiaben per toa clas de comedeira, ya entivocandu a les xentes cambianduyes lus sous pótchinus amorrentáus, axín comu oitre faticáu d’enréus foinescus, comu char les cartes, etc., xinún tamen cundu you yera un mozacu' ya comencipieben oitros xitanus mái finus, enxeñáus ya ellegantes, nel espaxar per mious aldines nel trabayu de vender fatus de toes les clexes, disdi una xábana fasta un traxe, 'l casu fói que miou má mercoches aquel traxe qu’amindi paiciome l’mexor de lus prexentes que naide me fixera, ya púnxeme mu contentu ya m'allegre, perque yera 'l primer traxe que diba tener, perque manque you nun andeba en porriques la verdá yera que la probetaya de miou má m'apaxitchaba con fatucus de poucu valler, comu monacus, pantalonzacus, llasticucus, etc., anxina yera qu'aquel paxiétchu nuéu que diben faeme a la media punxerame ameruxáu d' allegría ya mamplenáu de góuzu. Acuerdamus faelu pa la festa de Nuexa Xiñora la Xantina la Grandia, ya féxumelu 'l xastre del miou chugar xin cobrabe dalg'un cuartu, manque me dixu que teñía que xacudiye 'l castañu del Bustiétchu. —Anxina fói qu’el díe de la festa que yera noitra ‘ldina un poucu xera de la nuexa, na distancia de dous gores d'andadiétcha, nun solu estrenéi 'l paxiétchu que me ameruxuaba d'allegría, xinu'n tamén unes bones alpargates branques ya un camixu, anxina fói que xebréime del teixu miou má camin de la festa tan elleganti 'l miou paicer comu 'l mái encopetáu de lus embaxaores, ya nun sóu paicíamelu amindi xinú'n que tous mios veicinus tamen me lu dexíen, dientru de la sana allegría de veme per primeira veiz apaxitchau debaxu arriba xin dalgún romendu nin encantexu ya fasta lus mismus pirrus de l'aldina, que tous fatáus de veices xugaben coaúmigu ya lus afalegaba' guétchabanme xonriyentis ya fallices, paiciéndume amindi que fasta me teñten meyor respéutu, 'l nun llantame les pates d'enría migu pa saludame comu cuaxi xempre faíen, manque taba you n'allerta paque nun lu fixeran. —Cheguéi 'l teixu de Teobaldu que yera un rapaz del miou tempu que viexe táu n'Uviéu dangunes veices, ya fasta él mesmu me dixu, que xinun fora per les alpargates branques diba lu mesmu qu'un prínxipe. Ya fói Teobaldu per el aquél de ver táu n'Uviéu fatáus de veices el que me fexu creyer nel mexor xétchu qu'aquel díe na festa de la Grandia diba you pintar la meyor rapaza. —Alcuérdume que cundu xaliemus camín de la festa Teobaldu ya you, xeríen les dous de la tardi, ya taba la nuexa aldina acobertoriá per la borrina manque nun yera d'orpinar, coyimus el atayu pel monti de l'aldina de Traspena dou yera la festa, ya cundu mái xubíamus camin del puertu del Collaón que yera 'l atayu mái curtiu, la borrina mái prietona se cheldaba ya orpinóuxa, ya cundu chegamus a lu cimeiru 'l puertu ya chorimaca con llárimes de culu gucha, ya cuaxi nun nus agüeyabamus ún al oitre. —You que d'aquecha galamiaba comu lus mesmus corzus, aquel día paiciame amindi qu'aquel traxe m'aprietaba 'l curpu muciéndume xixas, peru chuéu me dixe qu'a lu mexor yera que you per mor del nuéu paxiétchu espatuxaba de difierente maneira. El casu fói que cundu fixemus una pouxa p'enrrodiétchar Teobaldu 'n pitu que fumarietaba lu mesnu qu'un carreteiru, comencipióu Teobaldu 'n esfargayáu de rixes metandu me xeñalaba con el didu, fói entoncienes cundu remiréi 'l miou paxitchu ya comprendí que viexe encoyíu cuaxi una cuarta, lu mesmu nes perneires que nes mangues, ya xeguru parexu pel tou paxiétchu. Quitéi lluéu la chaqueta con munchu cudiáu pa nun esgazala perque taba prixoná 'l miou curpu, ya comencipiéi nel estirar sous mangues con el curiáu d'afalagar lus nenus, per mor de qu'al espurrila nun s'espeazara, peru foi lu mesmu, perque aquecha prienda tal me paicióu que caveiz se faía mái rancuaya. Teobaldu nun faía pouxa nel sou reyire, metantu que you memplenáu de tristayu envidayaba'l lleldamentu que teñía qu'encaldare, per últimu penxéi que xi 'l paxiétchu que taba moyáu d'afechu per la borrina, con l'agua encoyía 'l condenáu, a lu mexor enxugándulu ben regolguíe oitra veiz al sou xeitu. Anxina fói que cundu tábamus nus alrreores de l'aldina de Traspena, ya ureábamus la múxica de la gaita ya 'l mormutchu del falar de les xentes, tecéi 'l fuéu debaxu d'una castañal ya comencipiéi 'l enxugu del miou paxiétchu con la gavita de Teobaldu, fasta que cundu ya tuu ben enxútchu, ya cundu denuéu lu golguíe mangar, tal me paicióu que viexe medráu peru dixóme Teobaldu que tabame tan ben comu endenantes. —Un par d'anus mái xeru, vendía you aquel paxiétchu na cache de Picus d'Uropa de Madrí, mesmemente 'l díe que m'apaxiétchéi de llexonariu mercome tal únicu paxiétchu que teníe un xudíu que teñía una teixá de fatus viétchus, apurrióme per unes pexetes, ya díxome que me les apurríe perque you caíai ben, perque pel vallor del paxiétchu nun me daba nin un centimu. TRADUCCIÓN.—Trabajaba yo por aquel entonces de serrador, y cuando un atardecer llegué de mi trabajo, me dijo mi madre muy contenta y emocionada que me había comprado un buen traje a los gitanos, que andaban a por aquellos tiempos por mis queridas aldeas, no sólo haciendo pequeños y artísticos cestos con las blimas de las blimales que después cambiaban por toda clase de comidas o cosas que fuésenles de su provecho, o equivocaban a las gentes con sus pollinos medio moribundos, así como otros muchos trucos nada o muy poco honrados, como “echar las cartas, decir la buenaventura, predecir el destino, y había algunas inteligentes gitanas que hasta sabían decir la Oración de San Antonio”. —Dígoles que cuando yo ya era mozacu, ya comenzaban a visitar nuestras aldeinas otra clase de gitanos, mas finos y elegantes, mas educados, etc., etc., que se dedicaban al trabajo de vender toda clase de ropas, desde una sábana hasta un traje. Sucedió que mi madre me había comprado aquel hermoso traje que a mí me parecía el mejor regalo que nadie podría hacerme, que me lleno de gozosa alegría, y me puso muy contento y alegre, porque era el prime traje que iba a tener, pues aunque yo no es que anduviese desnudo, la verdad era que la pobrecita de mi madre me vestía unas prendas del más pobre valor, como monos, jerséis, pantalones, etc. Así era que aquel traje nuevo que me iban hacer a la medida, me había puesto loco de alegría y lleno de gozo. —Acordamos hacerlo para la fiesta de Nuestra Señora la Virgen de la Montaña, y me lo hizo el sastre de mi aldea sin cobrarme nada, aunque me dijo, que tenía que sacudir las castañas del castañedo de la Cuestona, que al cambio de lo que vale el sueldo de hoy, el condenado me cobró por hacer el traje más de diez mil pesetas. —Así fue que el día de la fiesta, que se hacía en otra aldea un poco alejada de la nuestra como en la distancia de dos horas de andadura, no sólo estrené aquel traje que me traía embrujado de gozo y alegría, sino que también estrene unas buenas alpargatas blancas y una camisa. Así fue, que me marche de casa de mi madre camino de la fiesta tan elegante siempre según mi parecer como el más encopetado embajador, y no sólo me lo parecía a mi sino que todos mis vecinos también me lo decían, dentro de sus sanas y francas alegrías de verme trajeado de abajo a arriba, sin ningún remiendo ni compostura. Y hasta los mismos perros de mi aldeina, que todos muchas veces jugaban conmigo y yo los halagaba, me miraban sonrientes y felices, pareciéndome a mí que hasta me profesaban mayor respeto, al no ponerme sus patas cariñosamente encima de mi para saludarme como casi siempre hacían, aunque estaba yo bien alerta para que en aquel suceder no lo hiciesen. —Llegue a la casa de Teobaldo que era otro mozalbete de mi tiempo, que haba ido muchas veces a Oviedo, y cuando me vió, hasta me dijo, que si no fuese por las alpargatas blancas, iba también vestido como un príncipe. —Y fue Teobaldo precisamente, por el aquel de haber estado muchas veces en Oviedo, el que me hizo creer con más profundidad en riego, que aquel para mi dichoso día, en la fiesta de la Virgen de la Montaña, iba yo a cortejar a la más hermosa muchacha. —Me recuerdo que cuando salimos de nuestra aldea camino de la fiesta de la Granda, serian las dos de la tarde próximamente, encontrándose nuestra aldea tapada por la niebla, aunque de ésta no cala ni una sola gota de agua. Cogimos el atajo que había por el monte para llegar más pronto a la aldea de Traspena donde se celebraba la fiesta, y cuanto mas subíamos por el camino del puerto del Collado, que era el trecho más corto, la niebla más densa se hacía a la vez que de ella ya se desprendía una fina llovizna, y cuando llegamos a lo más alto del puerto ya la niebla lloraba con lágrimas tan finas como la punta de las agujas, y a la par que tan densa se había hecho, que casi no nos avistábamos uno al otro. —Yo que por aquellos tiempos corría lo mismo que los corzos aquel día me parecía, que aquel traje me apretaba el cuerpo ordeñándome mis fuerzas, pero luego me dije, que a lo mejor era que yo por mor del nuevo traje andaba de diferente manera. El caso fue, que cuando hicimos una parada para que Teobaldo liara un cigarrillo, comenzó este a deshacerse de risa mirando para mí y señalándome guasonamente con el dedo, fue entonces cuando remiré con atención mi traje y comprendí que había encogido casi una cuarta, lo mismo en las perneras que en las mangas, y seguro que lo mismo le sucedería a todo el traje. Quíteme luego la chaqueta con grande cuidado para no romperla ya que estaba aprisionada a mi cuerpo, y comencé en el estirar sus mangas con el mismo cuidado que se usa para acariciar a los niños, pues temor tenía que al estirarla se me despedazara, pero fue lo mismo, porque aquella prenda tal me parecía que cada vez se tornaba más pequeña. Teobaldo no paraba de reírse sin preocuparse de ninguna cosa, mientras que yo desilusionado y lleno de tristeza no paraba de pensar, siempre en el hacer de buscar la solución a mi problema, por último llegue a la conclusión, que si el traje que estaba del todo mojado por la llovizna de la niebla, con el agua el condenado se encogía, a lo mejor secándole bien volvía otra vez a su posición de nuevo. Así fue, que cuando estábamos en los aledaños de la aldea de Traspena, y ya escuchábamos la música de la gaita y el mormullo de las gentes prendí una hoguera debajo de un castaño, y comencé a secar mi traje con la ayuda de Teobaldo hasta dejarle completamente seco, y cuando de nuevo le puse, tal me parecía que haba crecido un poco, pero Teobaldo me aseguro que me sentaba todavía mejor que antes. —Un par de años mas tarde vendía yo aquel traje en la calle de Picos de Europa de la ciudad de Madrid el mismo día que me vestí de legionario, me compró tal único traje que haba tenido en toda mi vida, un judío que tenía en esta calle una casa de compra y venta de ropa vieja, me dio por él unas pesetas, y me dijo mirándome paternalmente que me las daba, porque yo le era simpático y le caía muy bien, porque por el valor del traje no me daría ni un céntimo.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > paxiétchu

  • 11 ramu

    Ramu ou corzu ou corciétchu, así se llama al rastro de acarrear le hierba desde los prados hasta los pajares de la aldea.
    ————————
    Ramu, palma que ponen los ahijados a sus padrinos por el día de Ramos.
    ————————
    Ramu, manojo de flores o de ramas, etc.
    ————————
    Ramu, así se llama al conjunto de cinco piezas de pan de la flor de la harina de la mejor escanda, cuatro alargadas y artísticamente bien dibujadas por así decirlo, y la otra un roscón redondo que daba remate al conjunto, todas ellas iban colocadas encima de una pequeña anda circular que transportaba un rameru o mozo del lugar, este ramu sabiamente engalanado por regla general solía llevar cuatro largas cintas que sostenidas cada una de las cuales por una muchacha, le daban al ramu una majestuosidad casi divinizante. —Les xentes de mious aldines nus tempus d'endenantes yeren tóes eñamoráes ya fervientes creyentes non de llingua xinún de fechus ya xentimemtus, anxina yera que c'aldina ou parroquia teñía un Xantu ou Melgueira Xantiquina que tous lus anus l'encaldaben la mexor festa que pudieren atreinale, per aquechus tempus entavía les Xantiquines Melgueires de mious aldines teñíen un mayordomu per anxina chamálu que fora elexíu pel veicindariu, que teñía la mixón de curiar ya llindiar xin escudiu lus interexes de la Xantina paque lus cures nun lus arrapiegaren, comu comencipiarun faer despós de l'engarradiétcha que xemóu de cadarmus la Nuexa Embruxaora Asturies. Isti mayordomu teñía que rendir les cuntes non al cura xinún a la xunta veicinal de l'aldina, y'anxina ente tóus cheldaben tou lu que viexe que faer p'encalcar la mexor festa que c'anu faíen. Per aquechus tempus yera la Xantina n'aldina lu mesmu que un divinu ser vivienti 'l que toes les xentes le pedíen romedius ya conxexus, per toes istis couxes les xontes xempre taben fayénduye ufriendes, anxina yera qu'el díe de la sou festa lu mesmu la procexón trés la Melgueira Xantiquina diben una ucena de ramus de la mexor farina d'escanda qu'allumbraben lus sous erus. D'angunus ramus taben fechus de dulce, queru falar que taben cheldáus con manteiga, bonus güevus, mel ou azucare. Anxina yera que cundu se diben a xubastar, que tal couxa faíala 'l mayordomu, les xentes de tous lus conceyus veicinus ya oitres xentes que lu mesmu achegaben de l'Argentina que de Méxicu ou de cuallesquier oitre chugar de la Tierrina ou d'España falu que puyaben per aquel pan benditu con prodiguéz ya bon entuxasmu, ya conistus cuartus que s'atropaben, ya con les llimosnes que dexaben nus ceipinus de la Xantiquina, se faía la Rumería que lu mesmu s'allargaba dous ou tres díes, dou les urquestes de múxica, lus gaiteirus que tamborileirus que habíalus a fatáus, tocaben ya gaitaben fartus de chucu ya xidre ya oitres llicores lu mesmu que xin tuviexen enlloquecíus, faciendu que les xentes danciaren y cantaren ameruxáes de fellicidá ya ñoble ya sana allegría. Güéi toes istes ancestrales tradiciones forun cuaxi d'afechu escuatramindiades per lus mesmus cures, que 'l afoinar lus interexes de les Xantines encorexandu lus sous cuartus llimosniegus, esfixerun les festes ya rumeríes. You envidayu nagora, qu'aqueches costumes ya creyencies teñíen al Pueblu Astur hermenáu ya xuníu, lu mesmu les xentes de les drétches que les de les esquerdes, toes taben hermenáes ya daben en tou momentu la mesma vida per defiender la sou Melgueira Tierrina. Güéi nel díe tamus cuaxi tóus xebráus, escuatramindáus, lus drechistes per un cháu, lus esquerdistes per oitre, ya con istis couxes papalviegues ya fedientes tamus tóus amemplenándu la Nuexa Quería Asturies d'esgracies ya probezas, lu que teñemus que faer lus astures ya lluéu, ye rexuntanus denuéu oitra veiz con respeutu y'amore, dientru d'un partíu dou cueyan xin enoxase toes les xentes ñobles d'Asturies, ya namái que dista maneira faeremus del Nuexu Prinxipáu 'l mexor, mái ricu, llibre ya felliz pueblu del mundiu. TRADUCCIÓN.—Las gentes de mis aldeas en los tiempos pasados, eran todas enamoradas y fervientes creyentes, y no de palabra, sino de hechos y hermosos sentimientos, así era, que cada aldea o parroquia tenía su Santo o su Dulce Santina, que todos los años le hacían la mejor fiesta que pudieran prepararle. Por aquellos tiempos todavía las Dulces Santinas de mis queridas aldeinas tenían un mayordomo por así llamarlo que habla sido elegido por el vecindario, que tenía la misión de cuidar y administrar los intereses de la Santina para que los taimados sacerdotes no se los robaran, como comenzaron hacerlo después de la Guerra Civil, que sembró de muertos toda nuestra querida Tierrina. Este mayordomo tenía que rendirle las cuentas no al cura, sino a la Junta vecinal de la aldea o parroquia, y así de esta manera entre todos hacían todo cuanto fuese menester, para que cada año hubiese mejor romería. Por aquellos tiempos era la Santina de la aldea lo mismo que un divino ser viviente, al que todas las gentes le rogaban favores y consejos, por todas estas cosas las gentes siempre le estaban ofreciendo cosas, así era, que el día de su fiesta lo mismo tras la procesión de la Dulce Santina iban una docena de ramos hechos amorosamente con la mejor harina de escanda que alumbraban sus productivas tierras. Algunos ramos estaban hechos de dulce, quiero decir que estaban amasados con manteca, buenos huevos, miel y azúcar. Así era que cuando se iban a subastar, que tal cosa la llevaba a cabo el propio mayordomo, las nobles e hidalgas gentes y sentimientos, que lo mismo venían de la querida Argentina o del amado Méjico o de cualquier parte del mundo, de Asturias o de España, digo que pujaban por aquel pan bendito con prodiguez y santificante entusiasmo, y con los dineros que se sacaban con esta subasta, y las limosnas que dejaban en los cepillos de la Santina, se hacía la ruidosa romería que lo mismo se alargaba dos o tres días, donde las orquestas de música, los gaiteros y tamborileros, que todos tocaban a la tema (envidia) a ver quién mejor lo hacía, y que habla muchos y los mejores de Asturias, tocaban y gritaban hartos de cordero y sidra, así como de toda clase de licores y vinos, lo mismo que si estuviesen enloquecidos, haciendo que las gentes bailasen y cantasen plagadas de felicidad, de noble y sana alegría. —Hoy en día, todas estas ancestrales tradiciones fueron casi del todo exterminadas por los mismos curas que por la ley de la fuerza se apoderaron de todos los intereses de las Santinas, guardando avaramente los dineros sagrados de las limosnas que entregaba el sano y creyente pueblo, por esta tan simple razón se han deshecho muchas fiestas y romerías sonadas de nuestra Amada Asturias. —Yo humildemente pienso ahora, que aquellas sanas costumbres tradicionales, que aquellas recias y firmes creencias, tenían al Pueblo Astur hermanado, muy unido, lo mismo las gentes de las derechas que las de las izquierdas, todas estaban fraternalmente unidas, y daban en todo momento hasta sus propias vidas en la defensa de nuestra Embrujado y Dulce Tierrina. Hoy en día con tanto partido de “caga la perra”, estamos todos separados, enfadados unos con los otros, como si nos odiásemos rabiosamente, los derechistas por un lado sin poder hacer nada, los izquierdistas por el otro haciendo lo mismo, y con estos haceres envenenados y mal olientes, estamos todos llenando a nuestra querida Asturias de desgracias y pobrezas. Yo creo que para sufrir esta maldita lacra que por donde quiera nos rodea, lo que tenemos que hacer los astures y muy pronto, es reunirnos todos con sumo respeto y grande hermanado amor, dentro de un partido eminentemente regionalista donde quepan sin enojarse todas las nobles e hidalgas gentes de Asturias, tanto de las derechas como de las izquierdas, y así de esta manera haremos de nuestro Principado, al mejor, el más rico, libre y feliz pueblo, de nuestra querida Patria España y del mundo entero.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > ramu

  • 12 what

    (whoever, whatever, wherever etc: No matter what happens, I'll go.) pase lo que pase, sea lo que sea
    what1 adj
    1. qué
    what time is it? ¿qué hora es?
    what cheese shall I buy? ¿qué queso compro?
    what is your address? ¿cuál es tu dirección?
    2. qué
    what a lovely dress! ¡qué vestido más mono!
    what about...? ¿qué tal...? / ¿qué te parece...?
    what about a cup of tea? ¿qué tal una taza de té?
    what2 pron
    1. qué
    2. lo que
    did you hear what he said? ¿has oído lo que ha dicho?
    tr[wɒt]
    what time is it? ¿qué hora es?
    what colour is it? ¿de qué color es?
    what kind of music do you like? ¿qué tipo de música te gusta?
    what film did you see? ¿qué película viste?
    what a man! ¡qué hombre!
    what a smart car! ¡qué coche más chulo!
    what a pity! ¡qué lástima!
    what beautiful flowers! ¡qué flores más preciosas!
    4 (all the) todo,-a
    what is it? ¿qué es?
    what do you do? ¿a qué te dedicas?
    what are you doing? ¿qué haces?
    what's your name? ¿cómo te llamas?
    what's that for? ¿para qué sirve eso?
    what does this word mean? ¿qué significa esta palabra?
    what does she look like? ¿cómo es ella?
    what did he say? ¿qué dijo?
    3 lo que
    1 ¡cómo!
    what! you've lost it! ¡cómo! ¡lo has perdido!
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    and what not y tal, cosas por el estilo
    guess what? ¿sabes qué?
    or what? ¿o qué?
    to give somebody what for darle a alguien su merecido
    to know what's what saber de qué va la cosa, estar al tanto
    what about...? ¿qué tal...?, ¿qué te parece...?
    what about Friday? ¿qué tal el viernes?
    what about the cat? ¿y el gato qué?
    what about that drink you owe me? ¿qué hay de la copa que me debes?
    what about seeing a film? ¿qué te parece ver una película?
    what for? (why) ¿por qué? 2 (for what purpose) ¿para qué?
    what if...? ¿y si...?
    what if there's no answer? ¿y si no contestan?
    what is it? (what's wrong?) ¿qué pasa? 2 (definition) ¿qué es?
    what of it? ¿y qué?
    what with... and... entre... y..., con lo de... y...
    what with the wedding, the fire and everything con lo de la boda, el incendio y todo
    what's more y además
    what ['hwɑt, 'hwʌt] adv
    1) how: cómo, cúanto
    what he suffered!: ¡cómo sufría!
    2)
    what with : entre
    what with one thing and another: entre una cosa y otra
    what adj
    what more do you want?: ¿qué más quieres?
    what color is it?: ¿de qué color es?
    what an idea!: ¡qué idea!
    3) any, whatever: cualquier
    give what help you can: da cualquier contribución que puedas
    what pron
    what happened?: ¿qué pasó?
    what does it cost?: ¿cuánto cuesta?
    I don't know what to do: no sé que hacer
    do what I tell you: haz lo que te digo
    3)
    what for why: porqué
    4)
    what if : y si
    what if he knows?: ¿y si lo sabe?
    adj.
    cuál adj.
    pron.
    cuál pron.
    que pron.
    qué pron.

    I hwɑːt, wɒt
    1) ( in questions) qué

    what's that? — ¿qué es eso?

    what's the problem? — ¿cuál es el problema?

    what is 28 divided by 12? — ¿cuánto es 28 dividido (por) 12?

    what's `I don't understand' in Russian? — ¿cómo se dice `no entiendo' en ruso?

    what do you mean? — ¿qué quieres decir?

    what did you pay? — ¿cuánto pagaste?

    what's the jacket made (out) of? — ¿de qué es la chaqueta?

    I threw it away - you did what? — lo tiré a la basura - ¿qué?

    what? — ( say that again) ¿cómo?, ¿qué?; ( expressing disbelief) ¿qué?, ¿que qué?

    or what? — (colloq) ¿o qué?

    are you stupid, or what? — ¿eres tonto o qué?

    so what? — ¿y qué?

    what about: but what about the children? y los niños ¿qué?; what about my work? - what about it? ¿y mi trabajo? - ¿y qué?; you know Julie's boyfriend? - yes, what about him? ¿conoces al novio de Julie? - sí ¿por qué?; what... for: what's this button for? ¿para qué es este botón?; what are you complaining for? ¿por qué te quejas?; to give somebody what for (colloq) darle* una buena a alguien (fam); what have you (colloq): she sells postcards and souvenirs and what have you vende postales, recuerdos y esas cosas or y demás; what if: what if she finds out? ¿y si se entera?; what... like: what's she like? ¿cómo es?; what does he look like? ¿cómo es físicamente?, ¿qué aspecto tiene?; what's his new film like? ¿qué tal es su nueva película?; what of: so we're not married: what of it? no estamos casados ¿y qué?; what's-her/-his/-its-name (colloq): go and ask what's-her-name next door ve y pregúntale a la de al lado ¿cómo se llama?; the what's-its-name o what-d' you call it is broken la cosa ésa está rota (fam), el chisme ése está roto (Esp, Méx fam); what with entre; what with one thing and another, I haven't had time — entre una cosa y otra, no he tenido tiempo

    3)

    (do) you know what? I'll ask him for a raise! — ¿sabes qué? or ¿sabes qué te digo? le voy a pedir aumento!

    (I'll) tell you what,... — mira,...

    b) ( relative use) lo que

    I don't know and, what's more, I don't care — no lo sé y lo que es más, no me importa


    II
    1)
    a) ( in questions) qué

    what book are you reading? — ¿qué libro estás leyendo?

    what color are the walls? — ¿de qué color son las paredes?

    what more does he want? — ¿qué más quiere?

    she didn't know what color to choose/what language they were speaking — no sabía qué color elegir/en qué idioma estaban hablando

    c) (all of the, any)

    what few hotels there were were full — los pocos hoteles que había, estaban llenos

    what little she owned she left to her son — lo poco que tenía, se lo dejó a su hijo

    2) ( in exclamations) qué

    what a friend you've turned out to be!(iro) valiente or vaya amigo has resultado ser tú!

    what a lot of people! — cuánta gente!, qué cantidad de gente!

    [wɒt]
    1. PRONOUN
    a)
    In direct questions, what can generally be translated by qué with an accent: qué

    what do you want now? — ¿qué quieres ahora?

    what's in here? — ¿qué hay aquí dentro?

    what is it now? — y ahora ¿qué?

    what does he owe his success to?, to what does he owe his success? — frm ¿a qué debe su éxito?

    what's a tractor, Daddy? — ¿qué es un tractor, papá?

    what are capers? — ¿qué son las alcaparras?

    Only use [¿qué es...?]/[¿qué son...?] to translate [what is]/[are] when asking for a [definition]. In other contexts use [¿cuál es?]/[¿cuáles son?]:

    what's the capital of Finland? — ¿cuál es la capital de Finlandia?

    what's her telephone number? — ¿cuál es su número de teléfono?

    what were the greatest problems? — ¿cuáles eran los mayores problemas?

    However, not all expressions with [what] should be translated literally. Some require [qué] used adjectivally:

    what is the difference? — ¿qué diferencia hay?

    what are your plans? — ¿qué planes tienes?

    what's the Spanish for "pen"? — ¿cómo se dice "pen" en español?

    what's your name? — ¿cómo te llamas?

    b) (=how much) cuánto

    what will it cost? — ¿cuánto va a costar?

    what does it weigh? — ¿cuánto pesa?

    what's nine times five? — ¿cuánto es nueve por cinco?

    c) (=what did you say) cómo, qué

    what? I didn't catch that — ¿cómo? or ¿qué?, no he entendido eso

    what did you say? — ¿cómo or qué dices?, ¿qué has dicho?, ¿qué dijiste? (LAm)

    d) (Brit) (as question tag) verdad

    it's getting late, what? — se está haciendo tarde ¿no? or ¿verdad?

    a)
    In most cases, translate the pronoun what using either qué with an accent or lo que without an accent: qué, lo que

    he asked her what she thought of it — le preguntó qué or lo que pensaba de ello

    Use [cuál era]/[cuáles son] {etc} instead of [lo que era]/[lo que son] {etc} if [what was]/[are] {etc} does not relate to a definition:

    please explain what you saw — por favor, explique qué or lo que vio

    can you explain what's happening? — ¿me puedes explicar (qué es) lo que está pasando?

    do you know what's happening? — ¿sabes qué or lo que está pasando?

    I don't know what's happening — no sé qué está pasando, no sé (qué es) lo que está pasando

    tell me what happened — cuéntame qué or lo que ocurrió

    b) (=how much) cuánto
    4) (relative use) lo que

    I've no clothes except what I'm wearing — no tengo ropa, aparte de lo que llevo puesto

    what it is to be rich and famous! — ¡lo que es ser rico y famoso!

    and what have you {or}3} what not * y qué sé yo qué más, y qué sé yo cuántas cosas más to give sb what for * regañar a algn know what

    it was full of cream, jam, chocolate and I don't know what — estaba lleno de nata, mermelada, chocolate y no sé cuántas cosas más

    you know what? I think he's drunk — creo que está borracho, ¿sabes?

    I know what, let's ring her up — se me ocurre una idea, vamos a llamarla por teléfono

    to know what's what * saber cuántas son cinco * or what? *

    do you want it or what? — ¿lo quieres o qué?

    are you coming or what? — entonces ¿vienes o no?

    I mean, is this sick, or what? — vamos, que es de verdadero mal gusto, ¿o no?

    is this luxury or what? — esto sí que es lujo, ¿eh?

    say what you like,... digas lo que digas,..., se diga lo que se diga,.... so what? * ¿y qué?

    so what if it does rain? — ¿y qué, si llueve?

    so what if he is gay? — ¿y qué (pasa) si es gay?, ¿y qué importa que sea gay?

    (I'll) tell you what se me ocurre una idea, tengo una idea what about

    what about me? — y yo ¿qué?

    what about next week? — ¿qué te parece la semana que viene?

    "your car..." - "what about it?" * — -tu coche... -¿qué pasa con mi coche?

    what about going to the cinema? — ¿qué tal si vamos al cine?, ¿y si vamos al cine?

    what about lunch, shall we go out? — ¿y para comer? ¿salimos fuera? or ¿qué tal si salimos fuera?

    what about people who haven't got cars? — ¿y la gente que no tiene coche?

    what for? (=why) ¿por qué?; (=to what purpose) ¿para qué?

    what are you doing that for? — ¿por or para qué haces eso?

    what's that button for? — ¿para qué es ese botón?

    what if...? ¿y si...?

    what if this doesn't work out? — ¿y si esto no funciona?

    what if he says no? — ¿y si dice que no?

    what of

    but what of the political leaders? — pero, ¿y qué hay de los líderes políticos?

    what of it? * — y eso ¿qué importa?

    what's... what's it like? (asking for description) ¿cómo es?; (asking for evaluation) ¿qué tal es?

    what's their new house like? — ¿cómo es su nueva casa?

    what's his first novel like? — ¿qué tal es su primera novela?

    what will the weather be like tomorrow? — ¿qué tal tiempo va a hacer mañana?

    and what's more... y, además,... what's that? (asking about sth) ¿qué es eso?; (=what did you say?) ¿qué has dicho?

    what's that to you? * — ¿eso qué tiene que ver contigo?, ¿a ti qué te importa? *

    what's worse

    and what's worse... — y lo que es peor...

    what with

    what with the stress and lack of sleep, I was in a terrible state — entre la tensión y la falta de sueño me encontraba fatal

    2. ADJECTIVE

    what dress shall I wear? — ¿qué vestido me pongo?

    what colour is it? — ¿de qué color es?

    she asked me what day she should come — me preguntó qué día tenía que venir

    he explained what ingredients are used — explicó qué ingredientes se usan

    what good would that do? — ¿de qué serviría eso?

    do you know what music they're going to play? — ¿sabes qué música van a tocar?

    did they tell you what time they'd be arriving? — ¿te dijeron a qué hora llegarían?

    I gave him what money/coins I had — le di todo el dinero/todas las monedas que tenía

    Remember to put an accent on qué in exclamations as well as in direct and indirect questions:

    what a nuisance! — ¡qué lata!

    what a fool I was! — ¡qué tonto fui!

    what an ugly dog! — ¡qué perro más or tan feo!

    what a lot of people! — ¡qué cantidad de gente!

    what an excuse!iro ¡buen pretexto!, ¡vaya excusa!

    3.
    EXCLAMATION ¡qué!

    what! you sold it! — ¿qué? ¡lo has vendido!

    what! you expect me to believe that! — ¿qué? ¿esperas que me crea eso?

    what! he can't be a spy! — ¿qué? ¿cómo va a ser un espía?

    you told him what? — ¿que le has dicho qué?

    "he's getting married" - "what!" — se casa - ¿cómo dices?

    you what?

    "I'm going to be an actress" - "you what?" * — -voy a hacerme actriz -¿cómo or qué dices?

    I'm going to have a baby - you what? — -voy a tener un niño -¡¿que vas a tener un qué?!

    * * *

    I [hwɑːt, wɒt]
    1) ( in questions) qué

    what's that? — ¿qué es eso?

    what's the problem? — ¿cuál es el problema?

    what is 28 divided by 12? — ¿cuánto es 28 dividido (por) 12?

    what's `I don't understand' in Russian? — ¿cómo se dice `no entiendo' en ruso?

    what do you mean? — ¿qué quieres decir?

    what did you pay? — ¿cuánto pagaste?

    what's the jacket made (out) of? — ¿de qué es la chaqueta?

    I threw it away - you did what? — lo tiré a la basura - ¿qué?

    what? — ( say that again) ¿cómo?, ¿qué?; ( expressing disbelief) ¿qué?, ¿que qué?

    or what? — (colloq) ¿o qué?

    are you stupid, or what? — ¿eres tonto o qué?

    so what? — ¿y qué?

    what about: but what about the children? y los niños ¿qué?; what about my work? - what about it? ¿y mi trabajo? - ¿y qué?; you know Julie's boyfriend? - yes, what about him? ¿conoces al novio de Julie? - sí ¿por qué?; what... for: what's this button for? ¿para qué es este botón?; what are you complaining for? ¿por qué te quejas?; to give somebody what for (colloq) darle* una buena a alguien (fam); what have you (colloq): she sells postcards and souvenirs and what have you vende postales, recuerdos y esas cosas or y demás; what if: what if she finds out? ¿y si se entera?; what... like: what's she like? ¿cómo es?; what does he look like? ¿cómo es físicamente?, ¿qué aspecto tiene?; what's his new film like? ¿qué tal es su nueva película?; what of: so we're not married: what of it? no estamos casados ¿y qué?; what's-her/-his/-its-name (colloq): go and ask what's-her-name next door ve y pregúntale a la de al lado ¿cómo se llama?; the what's-its-name o what-d' you call it is broken la cosa ésa está rota (fam), el chisme ése está roto (Esp, Méx fam); what with entre; what with one thing and another, I haven't had time — entre una cosa y otra, no he tenido tiempo

    3)

    (do) you know what? I'll ask him for a raise! — ¿sabes qué? or ¿sabes qué te digo? le voy a pedir aumento!

    (I'll) tell you what,... — mira,...

    b) ( relative use) lo que

    I don't know and, what's more, I don't care — no lo sé y lo que es más, no me importa


    II
    1)
    a) ( in questions) qué

    what book are you reading? — ¿qué libro estás leyendo?

    what color are the walls? — ¿de qué color son las paredes?

    what more does he want? — ¿qué más quiere?

    she didn't know what color to choose/what language they were speaking — no sabía qué color elegir/en qué idioma estaban hablando

    c) (all of the, any)

    what few hotels there were were full — los pocos hoteles que había, estaban llenos

    what little she owned she left to her son — lo poco que tenía, se lo dejó a su hijo

    2) ( in exclamations) qué

    what a friend you've turned out to be!(iro) valiente or vaya amigo has resultado ser tú!

    what a lot of people! — cuánta gente!, qué cantidad de gente!

    English-spanish dictionary > what

  • 13 just

    I
    adjective
    1) (right and fair: not favouring one more than another: a fair and just decision.) justo
    2) (reasonable; based on one's rights: He certainly has a just claim to the money.) justo
    3) (deserved: He got his just reward when he crashed the stolen car and broke his leg.) merecido
    - justness
    II
    adverb
    1) ((often with as) exactly or precisely: This penknife is just what I needed; He was behaving just as if nothing had happened; The house was just as I'd remembered it.) exactamente
    2) ((with as) quite: This dress is just as nice as that one.) exactamente
    3) (very lately or recently: He has just gone out of the house.) acabar de, ahora mismo, hace un momento
    4) (on the point of; in the process of: She is just coming through the door.) en este momento
    5) (at the particular moment: The telephone rang just as I was leaving.) justo, en el mismo instante/momento en que
    6) ((often with only) barely: We have only just enough milk to last till Friday; I just managed to escape; You came just in time.) a penas
    7) (only; merely: They waited for six hours just to get a glimpse of the Queen; `Where are you going?' `Just to the post office'; Could you wait just a minute?) sólamente
    8) (used for emphasis, eg with commands: Just look at that mess!; That just isn't true!; I just don't know what to do.) ¡pero!; de verdad
    9) (absolutely: The weather is just marvellous.) absolutamente
    - just now
    - just then

    just1 adj justo
    just2 adv
    1. justo / exactamente
    2. justo
    3. por poco
    4. sólo
    tr[ʤʌst]
    1 (fair) justo,-a
    2 (justifiable) fundado,-a, justificado,-a
    3 (deserved) merecido,-a
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to get one's just desserts llevar su merecido
    ————————
    tr[ʤʌst]
    1 (exactly) exactamente, precisamente, justo
    2 (only) solamente, sólo
    just a moment, please un momento, por favor
    no sugar for me, please, just milk no quiero azúcar, gracias, sólo leche
    don't worry, it's just a scratch! ¡no te preocupes, no es más que un rasguño!
    3 (barely) apenas, por poco
    4 (right now) en este momento
    5 (simply) sencillamente
    we could just stay here and wait for her pues, sencillamente podríamos quedarnos aquí y esperarla
    just shut up, will you? ¡cállese, por favor!
    8 familiar (really) realmente, verdaderamente
    phrase to have just + pres part
    1 acabar de + infin
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    just about prácticamente
    just as well menos mal
    just in case por si acaso
    just like that! ¡sin más!
    just so (tidy) ordenado,-a, arreglado,-a 2 (as a reply) sí, exactamente
    just then en ese momento
    just the same (not different) exactamente igual 2 (nevertheless) sin embargo, no obstante
    just the thing justo lo que hacía falta
    just ['ʤʌst] adv
    1) exactly: justo, precisamente, exactamente
    2) possibly: posiblemente
    it just might work: tal vez resulte
    3) barely: justo, apenas
    just in time: justo a tiempo
    4) only: sólo, solamente, nada más
    just us: sólo nosotros
    5) quite: muy, simplemente
    it's just horrible!: ¡qué horrible!
    6)
    to have just (done something) : acabar de (hacer algo)
    he just called: acaba de llamar
    just adj
    : justo
    justly adv
    adj.
    debido, -a adj.
    derecho, -a adj.
    entero, -a adj.
    equitativo, -a adj.
    justiciero, -a adj.
    justo, -a adj.
    lícito, -a adj.
    recto, -a adj.
    sólo, -a adj.
    adv.
    apenas adv.
    casi no adv.
    justamente adv.
    justo adv.
    no más que adv.
    recién adv.
    sólo adv.

    I dʒʌst
    adjective <decision/person> justo

    II
    1)

    she's just left — se acaba de ir, recién se fue (AmL)

    she'd only just finished — acababa de terminar, recién había terminado (AmL)

    just recently I've begun to notice that... — últimamente he empezado a darme cuenta de que...

    b) (now, at the moment)
    2)
    a) ( barely) justo

    I just missed himno lo vi por poco or por apenas unos minutos

    b) ( a little)

    just above the kneejusto or apenas encima de la rodilla

    3)
    a) ( only) sólo

    I'll be with you in just a momentenseguida or en un segundo estoy con usted

    there's just one left — queda sólo uno, queda uno nomás (AmL)

    just a moment, you're confusing two issues there — un momento: estás confundiendo dos problemas distintos

    she was just three when her father diedtenía apenas or sólo tres años cuando murió su padre

    would you like some more? - just a little, please — ¿quieres más? - bueno, un poquito

    b) ( simply)

    that's just gossip — no son más que chismes, son puros chismes (fam)

    they're just friends — no son más que amigos, sólo son amigos

    just because he's famous doesn't mean he can be rude — (colloq) el hecho de que sea famoso no le da derecho a ser grosero

    4)
    a) (exactly, precisely)

    it's just what I wantedes justo or precisamente or exactamente lo que quería

    b) ( equally)

    just leave it here — déjelo aquí, déjelo aquí nomás (AmL)

    regret it? don't I just! — ¿que si me arrepiento? si me arrepentiré...!

    just you wait, you little rascal! — ya vas a ver, bandido!

    just go away, will you? — mira, vete, hazme el favor

    6)

    it's just that... — lo que pasa es que...

    7)

    just about: I've just about finished now casi he terminado, prácticamente he terminado; did you get enough to eat? - just about — ¿te dieron bastante de comer? - más o menos


    I [dʒʌst]
    1. ADJ
    1) (=fair) [person, system] justo

    as is only just — como es justo, como es de razón

    2) (=deserved) [praise, reward] merecido; [punishment] apropiado, justo
    3) (=justified) [complaint, criticism] justificado; [opinion] lógico; deserts
    4) (=accurate) [account] correcto; [assessment] correcto, exacto
    2.
    NPL

    II
    [dʒʌst]
    ADVERB
    a) (=at this moment) ahora mismo

    I'm just coming! — ¡ya voy!

    "have some tea!" - "actually, I was just going" — -tómate un té -en realidad ya me iba

    b) (=at that moment) justo
    c) (=recently, a moment ago)

    we were just talking about thatprecisamente or ahora mismo estábamos hablando de eso

    just cookedrecién hecho

    it's just gone 10 o'clock — acaban de dar las diez

    to have just done sth — acabar de hacer algo

    the book is just outel libro acaba de salir

    it's just past 10 o'clock — acaban de dar las diez

    d) (in expressions specifying "when")

    just after I arrived — poco después de mi llegada

    just as I arrived — justo cuando yo llegaba

    just as it started to rain — justo cuando empezó a llover, en el momento en que empezó a llover

    just before I arrived — poco antes de mi llegada

    I saw him just this minutelo he visto hace un momento

    just at that momenten ese mismo momento or instante

    just this morningesta misma mañana

    just when it was going well... — precisamente or justamente cuando iba bien...

    just yesterdayayer mismo

    "are you leaving?" - "not just yet" — -¿te vas? -aún or todavía no

    now 1., 6), recently, then 1., 1)
    2) (=barely) por poco

    I (only) just caught it — lo alcancé por un pelo, por poco lo pierdo

    we had just enough money — teníamos el dinero justo

    he missed the train, but only just — perdió el tren, pero por poco

    he passed, but only just — aprobó pero por los pelos

    we arrived just in time — por poco no llegamos, llegamos justo a tiempo

    3) (=slightly)

    just over/ under two kilos — un poco más de/menos de dos kilos

    it's just over/under two kilos — pasa de/no llega a los dos kilos

    just to the left/right — un poco más a la izquierda/derecha

    4) (=exactly) justo, exactamente

    it's just my sizees justo or exactamente mi talla

    it's just the samees justo or exactamente igual

    just here/there — aquí/ahí mismo

    just behind/in front of/next to etc — justo detrás/delante de/al lado de etc

    it cost just (on) £20 — me costó veinte libras justas

    that's just it! — ¡ahí está! *, ¡esa es la cuestión!

    he's just like his father — (physically, in behaviour) es idéntico a su padre

    that's just like him, always late — es típico (de él), siempre llega tarde

    they have their problems just like the rest of us — tienen sus problemas, exactamente igual que el resto de nosotros

    I can't find £1,000 just like that — no puedo conseguir mil libras así sin más

    that's just the point! — ¡ahí está! *, ¡esa es la cuestión!

    he likes everything just so *le gusta que todo esté perfecto

    it's just what I wanted — es justo or precisamente lo que quería

    that's just what I thoughteso es justo or precisamente lo que pensé

    just what did he say? — ¿qué dijo exactamente?

    just what are you implying? — ¿qué es exactamente lo que estás insinuando?

    luck, right 1., 2)
    5) (=only) solo, sólo, nomás (LAm)
    In the past the standard spelling for solo as an adverb was with an accent (sólo). Nowadays the Real Academia Española advises that the accented form is only required where there might otherwise be confusion with the adjective solo.

    they were just 15 when they got marriedtenían solo or nada más 15 años cuando se casaron

    he's just a lad — no es más que un chaval, es solo un chaval

    don't take any notice of her, she's just jealous — no le hagas ni caso, lo que está es celosa or lo que pasa es que está celosa

    it's just around the corner — está a la vuelta de la esquina

    I just asked!hum ¡preguntaba nada más!

    just a few — solo unos pocos, unos pocos nada más

    just a little — solo un poco, un poco nada más

    just once — una vez nada más, solamente or solo una vez

    it's just over there — está ahí mismo

    he's just teasing — solo está bromeando, está bromeando, nada más

    just this once — solo esta vez

    we went just to see the museum — fuimos solo para ver el museo

    just the two of us — los dos solos, solo nosotros dos

    I just wanted to say that... — solo quería decir que...

    friend, note 1., 3)
    6) (=simply) sencillamente

    I'm just phoning to remind you that... — solo llamo para recordarte que...

    it's just one of those things *son cosas que pasan

    it's just that I don't like it — lo que pasa es que no me gusta

    I just thought that you would like it — yo pensé que te gustaría

    because 1., imagine 2), wonder 2.
    7) (=specially) solo, sólo

    I did it just for you — lo hice solo por ti

    8) (=conceivably)

    it's an old trick, but it could just work — es un viejo truco, pero puede que funcione

    just astan

    just let me get my hands on him! * — ¡cómo lo coja!, ¡con que lo agarre! (LAm)

    just listen to that rain! — ¡escucha or fíjate cómo llueve!

    just listen a minute, will you? — ¡escúchame un momento!, ¿quieres?

    just look at this mess! — ¡fíjate qué desorden!

    just wait a minute! — ¡espera un momento!

    just you wait, he'll come sure enough — (reassuringly) espera hombre, ya verás cómo viene

    just (you) wait until I tell your father (threateningly) ya verás cuando se lo cuente a tu padre, espera (nomás (LAm)) a que se lo cuente a tu padre

    just you do! *

    just you try it! *

    just you dare! * — ¡inténtalo si te atreves!

    "that dress is awful" - "isn't it just?" * — -ese vestido es francamente horrible -¡y tanto!

    we're managing just finenos apañamos perfectamente

    it's just perfect! — ¡es absolutamente perfecto!

    plain 1., 3)

    I can just hear the roars of laughter — me puedo imaginar muy bien or perfectamente las carcajadas

    I can just imagine her reaction — me imagino muy bien or perfectamente su reacción

    I can just see her face if I told her — me puedo imaginar muy bien or perfectamente la cara que pondría si se lo dijese

    just about, I've just about finished this work — estoy a punto de terminar este trabajo

    I've just about had enough of this noise! * — ¡estoy ya más que harto de este ruido!

    come just as you are — ven tal como estás

    just as I thought! — ¡ya me lo figuraba or imaginaba!, ¡lo que yo me figuraba or imaginaba!

    just in casepor si acaso

    just in case it rains — por si acaso llueve, por si llueve

    I've prepared some extra food, just in case — he preparado comida de más, por si las moscas * or por si acaso

    just a minute!, just one moment!(=coming) ¡un momento, por favor!, ¡voy!

    just a minute, I don't know if I agree with that... — un momento, no sé si estoy de acuerdo con eso...

    just the same, I'd rather... — de todas formas, prefiero...

    that's just too bad! — iro ¡qué lástima!, ¡qué mala pata! *

    it's just as wellmenos mal

    I wasn't expecting much, which was just as well — no esperaba mucho, y menos mal

    happen, soon
    * * *

    I [dʒʌst]
    adjective <decision/person> justo

    II
    1)

    she's just left — se acaba de ir, recién se fue (AmL)

    she'd only just finished — acababa de terminar, recién había terminado (AmL)

    just recently I've begun to notice that... — últimamente he empezado a darme cuenta de que...

    b) (now, at the moment)
    2)
    a) ( barely) justo

    I just missed himno lo vi por poco or por apenas unos minutos

    b) ( a little)

    just above the kneejusto or apenas encima de la rodilla

    3)
    a) ( only) sólo

    I'll be with you in just a momentenseguida or en un segundo estoy con usted

    there's just one left — queda sólo uno, queda uno nomás (AmL)

    just a moment, you're confusing two issues there — un momento: estás confundiendo dos problemas distintos

    she was just three when her father diedtenía apenas or sólo tres años cuando murió su padre

    would you like some more? - just a little, please — ¿quieres más? - bueno, un poquito

    b) ( simply)

    that's just gossip — no son más que chismes, son puros chismes (fam)

    they're just friends — no son más que amigos, sólo son amigos

    just because he's famous doesn't mean he can be rude — (colloq) el hecho de que sea famoso no le da derecho a ser grosero

    4)
    a) (exactly, precisely)

    it's just what I wantedes justo or precisamente or exactamente lo que quería

    b) ( equally)

    just leave it here — déjelo aquí, déjelo aquí nomás (AmL)

    regret it? don't I just! — ¿que si me arrepiento? si me arrepentiré...!

    just you wait, you little rascal! — ya vas a ver, bandido!

    just go away, will you? — mira, vete, hazme el favor

    6)

    it's just that... — lo que pasa es que...

    7)

    just about: I've just about finished now casi he terminado, prácticamente he terminado; did you get enough to eat? - just about — ¿te dieron bastante de comer? - más o menos

    English-spanish dictionary > just

  • 14 little

    'litl
    1. adjective
    1) (small in size: He is only a little boy; when she was little (= a child).) pequeño
    2) (small in amount; not much: He has little knowledge of the difficulties involved.) poco
    3) (not important: I did not expect her to make a fuss about such a little thing.) sin importancia

    2. pronoun
    ((only) a small amount: He knows little of the real world.) poco

    3. adverb
    1) (not much: I go out little nowadays.) poco
    2) (only to a small degree: a little-known fact.) poco
    3) (not at all: He little knows how ill he is.) nada, ni la menor idea
    - little by little
    - make little of

    little1 adj
    1. pequeño
    poor little thing! ¡pobrecito!
    2. poco
    little2 adv pron poco
    El comparativo de little es less; el superlativo es least
    tr['lɪtəl]
    1 (small) pequeño,-a
    you poor little thing! ¡pobrecillo!
    2 (not much) poco,-a
    1 poco
    more tea? --just a little, please ¿quieres más té? --un poco, por favor
    1 poco
    little did I know that... yo no tenía la menor idea de que...
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    little by little poco a poco
    to make little of (play down) quitar importancia a 2 (not understand) no captar
    little finger dedo meñique
    little ['lɪtəl] adv, less ['lɛs] ; least ['li:st]
    1) : poco
    she sings very little: canta muy poco
    2)
    little did I know that... : no tenía la menor idea de que...
    3)
    as little as possible : lo menos posible
    little adj, littler or less ['lɛs] or lesser ['lɛsər] ; littlest or least ['li:st]
    1) small: pequeño
    2) : poco
    they speak little Spanish: hablan poco español
    little by little: poco a poco
    3) trivial: sin importancia, trivial
    1) : poco m
    little has changed: poco ha cambiado
    2)
    a little : un poco, algo
    it's a little surprising: es algo sorprendente
    adj.
    chico, -a adj.
    corto, -a adj.
    enano, -a adj.
    escaso, -a adj.
    menudo, -a adj.
    mezquino, -a adj.
    meñique adj.
    parvo, -a adj.
    pequeño, -a adj.
    poco, -a adj.
    adv.
    poco adv.
    n.
    poco s.m.

    I 'lɪtḷ
    2) (comp littler 'lɪtḷər, 'lɪtḷə(r); superl littlest 'lɪtḷəst, 'lɪtḷɪst)
    a) ( small) pequeño, chico (esp AmL)
    b) ( young) pequeño, chico (esp AmL)

    when I was littlecuando era pequeña or pequeñita or (esp AmL) chica or chiquita

    my little sister/brother — mi hermanita/hermanito

    c) ( insignificant) pequeño

    then there's the little matter of... — (iro) está también el pequeño detalle de... (iró)

    3) ( expressing speaker's attitude) (colloq) (before n)
    4) (comp less; superl least)
    a) ( not much) poco
    b)

    a little — ( some) un poco de

    with not a little sadness — (frml) con no poca tristeza


    II
    pronoun (comp less; superl least)
    a) ( not much) poco, -ca

    from as little as $2,000 — a partir de tan sólo 2.000 dólares

    he was rather abrupt, to say the least — estuvo un poco brusco, por no decir otra cosa

    b)

    a little — ( some) un poco, algo


    III
    adverb (comp less; superl least)
    a) ( not much) poco

    it is a little known fact that... — es un hecho poco conocido que...

    b) (hardly, not)

    little did he know that... — lo que menos se imaginaba era que...

    no one likes him, least of all his brother — nadie lo quiere, y su hermano menos que nadie

    c)

    a little — ( somewhat) un poco

    do you speak French? - a little — ¿hablas francés? - algo or un poco

    a little less noise, please — hagan menos ruido, por favor


    I ['lɪtl]
    1. ADJ
    1) (=small) pequeño, chico (LAm)

    a little houseuna casa pequeña or (LAm) chica

    a little bookun libro pequeño or (LAm) chico

    when I was little — cuando era pequeña, de pequeña

    the little ones(=children) los pequeños

    2) (=short) corto
    3) (=diminutive) (in cpds) -ito

    a little book/boat/piece etc — un librito/barquitoocito etc

    a little girl — una niñita, una chiquita

    a little fish — un pececillo, un pececito

    the little womanhum (=wife) la costilla *, la parienta (Sp) *

    it's the little man who suffers(=small trader) el pequeño comerciante es el que sale perdiendo

    4) (=younger)

    her little brother — su hermano menor, su hermanito

    2.
    CPD

    little end N(Brit) (Aut) pie m de biela

    Little Englander N(Brit) (Hist) en el siglo XIX, persona con ideas opuestas a la ampliación del imperio británico ; (=chauvinist) patriotero(-a) m / f ; (=anti-European) anti-europeoísta mf

    little finger Ndedo m meñique, meñique m

    the little folk NPL(=fairies) los duendecillos

    Little League N(US) liga de béisbol aficionado para jóvenes de entre 6 y 18 años

    the little people NPL(=fairies) los duendecillos

    little toe Ndedo m pequeño del pie


    II ['lɪtl] (compar less) (superl least)
    1. PRON
    1) (=not much) poco

    to see/do little — ver/hacer poco

    that has little to do with it! — ¡eso tiene poco que ver!

    as little as £5 — 5 libras, nada más

    there's very little leftqueda muy poco

    to make little of sth — (=play down) quitarle importancia a algo; (=fail to exploit) desaprovechar algo

    they made little of loading the huge boxes(=accomplish easily) cargaron las enormes cajas como si nada

    little of what he says is true — poco de lo que dice es verdad

    little or nothing — poco o nada

    he lost weight because he ate so little — adelgazó porque comía muy poco

    I know too little about him to have an opinion — no lo conozco lo suficiente para poder opinar

    2) (=some)

    little by little — poco a poco

    however little you give, we'll be grateful — agradeceremos su donativo, por pequeño que sea

    a little less/ more milk — un poco menos/más de leche

    the little I have seen is excellent — lo poco que he visto me ha parecido excelente

    I did what little I could — hice lo poco que pude

    every
    3) (=short time)

    for a little — un rato, durante un rato

    2. ADJ
    1) (=not much) poco

    so much to do, so little time — tanto que hacer y en tan poco tiempo

    he gave me too little money — me dio poquísimo dinero

    I have very little money — tengo muy poco dinero

    2) (=some)

    a little bit (of) — un poquito (de)

    with no little trouble — con bastante dificultad, con no poca dificultad

    3) (=short)

    for a little time or whileun ratito

    3. ADV
    1) (=not much) poco

    try to move as little as possible — intenta moverte lo menos posible

    (as) little as I like him, I must admit that... — aunque me gusta muy poco, debo admitir que...

    a little known fact — un hecho poco conocido

    little more than — poco más que

    a little read book — un libro poco leído, un libro que se lee poco

    it's little short of a miracle — es casi un milagro

    2) (=somewhat) algo

    we were a little surprised/happier — nos quedamos algo sorprendidos/más contentos

    a little better — un poco mejor, algo mejor

    a little less/ more than... — un poco menos/más que...

    we were not a little worried — nos inquietamos bastante, quedamos muy inquietos

    3) (=not at all)

    little does he know that..., he little knows that... — no tiene la menor idea de que...

    4) (=rarely) poco

    it occurs very little in small companiesraramente ocurre or es raro que ocurra en empresas pequeñas

    * * *

    I ['lɪtḷ]
    2) (comp littler ['lɪtḷər, 'lɪtḷə(r)]; superl littlest ['lɪtḷəst, 'lɪtḷɪst])
    a) ( small) pequeño, chico (esp AmL)
    b) ( young) pequeño, chico (esp AmL)

    when I was littlecuando era pequeña or pequeñita or (esp AmL) chica or chiquita

    my little sister/brother — mi hermanita/hermanito

    c) ( insignificant) pequeño

    then there's the little matter of... — (iro) está también el pequeño detalle de... (iró)

    3) ( expressing speaker's attitude) (colloq) (before n)
    4) (comp less; superl least)
    a) ( not much) poco
    b)

    a little — ( some) un poco de

    with not a little sadness — (frml) con no poca tristeza


    II
    pronoun (comp less; superl least)
    a) ( not much) poco, -ca

    from as little as $2,000 — a partir de tan sólo 2.000 dólares

    he was rather abrupt, to say the least — estuvo un poco brusco, por no decir otra cosa

    b)

    a little — ( some) un poco, algo


    III
    adverb (comp less; superl least)
    a) ( not much) poco

    it is a little known fact that... — es un hecho poco conocido que...

    b) (hardly, not)

    little did he know that... — lo que menos se imaginaba era que...

    no one likes him, least of all his brother — nadie lo quiere, y su hermano menos que nadie

    c)

    a little — ( somewhat) un poco

    do you speak French? - a little — ¿hablas francés? - algo or un poco

    a little less noise, please — hagan menos ruido, por favor

    English-spanish dictionary > little

  • 15 right

    1. adjective
    1) (on or related to the side of the body which in most people has the more skilful hand, or to the side of a person or thing which is toward the east when that person or thing is facing north (opposite to left): When I'm writing, I hold my pen in my right hand.) derecho
    2) (correct: Put that book back in the right place; Is that the right answer to the question?) correcto
    3) (morally correct; good: It's not right to let thieves keep what they have stolen.) bien
    4) (suitable; appropriate: He's not the right man for this job; When would be the right time to ask him?) adecuado, apropiado

    2. noun
    1) (something a person is, or ought to be, allowed to have, do etc: Everyone has the right to a fair trial; You must fight for your rights; You have no right to say that.) derecho
    2) (that which is correct or good: Who's in the right in this argument?) cierto, razón
    3) (the right side, part or direction: Turn to the right; Take the second road on the right.) derecha
    4) (in politics, the people, group, party or parties holding the more traditional beliefs etc.) derecha

    3. adverb
    1) (exactly: He was standing right here.) exactamente
    2) (immediately: I'll go right after lunch; I'll come right down.) inmediatamente
    3) (close: He was standing right beside me.) justo
    4) (completely; all the way: The bullet went right through his arm.) totalmente, completamente
    5) (to the right: Turn right.) a la derecha
    6) (correctly: Have I done that right?; I don't think this sum is going to turn out right.) bien, correctamente

    4. verb
    1) (to bring back to the correct, usually upright, position: The boat tipped over, but righted itself again.) enderezar
    2) (to put an end to and make up for something wrong that has been done: He's like a medieval knight, going about the country looking for wrongs to right.) corregir

    5. interjection
    (I understand; I'll do what you say etc: `I want you to type some letters for me.' `Right, I'll do them now.') de acuerdo, bien
    - righteously
    - righteousness
    - rightful
    - rightfully
    - rightly
    - rightness
    - righto
    - right-oh
    - rights
    - right angle
    - right-angled
    - right-hand
    - right-handed
    - right wing

    6. adjective
    ((right-wing) (having opinions which are) of this sort.) de derecha
    - by rights
    - by right
    - get
    - keep on the right side of
    - get right
    - go right
    - not in one's right mind
    - not quite right in the head
    - not right in the head
    - put right
    - put/set to rights
    - right away
    - right-hand man
    - right now
    - right of way
    - serve right

    right1 adj
    1. correcto
    can you tell me the right time? ¿me puedes decir la hora exacta?
    is this the High Street? That's right ¿es la Calle Mayor? Así es
    2. derecho
    right2 adv
    1. bien
    2. a la derecha
    turn right at the traffic lights en el semáforo, gira a la derecha
    3. justo / exactamente
    right3 n
    1. derecha
    2. bien
    3. derecho
    tr[raɪt]
    1 (not left) derecho,-a
    2 (correct) correcto,-a
    3 (just) justo,-a
    4 (suitable) apropiado,-a, adecuado,-a
    5 familiar (total) auténtico,-a, total
    1 a la derecha, hacia la derecha
    turn right at the traffic lights en el semáforo, gira a la derecha
    2 (correctly) bien, correctamente
    3 (exactly) justo
    4 (well) bueno, bien
    right, I'm going to bed bueno, yo me voy a la cama
    1 (not left) derecha
    2 (entitlement) derecho
    1 corregir
    2 SMALLMARITIME/SMALL enderezar
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    all right! ¡bien!, ¡conforme!, ¡vale!
    it serves you «(him, etc)» right te (le, etc) está bien empleado
    right away en seguida
    to be right tener razón
    to put right arreglar, corregir
    right and wrong el bien y el mal
    right angle ángulo recto
    right wing SMALLPOLITICS/SMALL derecha
    right ['raɪt] vt
    1) fix, restore: reparar
    to right the economy: reparar la economía
    2) straighten: enderezar
    right adv
    1) : bien
    to live right: vivir bien
    2) precisely: precisamente, justo
    right in the middle: justo en medio
    3) directly, straight: derecho, directamente
    he went right home: fue derecho a casa
    4) immediately: inmediatamente
    right after lunch: inmediatamente después del almuerzo
    5) completely: completamente
    he felt right at home: se sintió completamente cómodo
    6) : a la derecha
    to look left and right: mirar a la izquierda y a la derecha
    right adj
    1) upright: bueno, honrado
    right conduct: conducta honrada
    2) correct: correcto
    the right answer: la respuesta correcta
    3) appropriate: apropiado, adecuado, debido
    the right man for the job: el hombre perfecto para el trabajo
    4) straight: recto
    a right line: una línea recta
    5) : derecho
    the right hand: la mano derecha
    6) sound: bien
    he's not in his right mind: no está bien de la cabeza
    1) good: bien m
    to do right: hacer el bien
    2) : derecha f
    on the right: a la derecha
    3) or right hand : mano f derecha
    4) entitlement: derecho m
    the right to vote: el derecho a votar
    women's rights: los derechos de la mujer
    5)
    the Right : la derecha (en la política)
    adj.
    acertado, -a adj.
    ajustado, -a adj.
    correcto, -a adj.
    debido, -a adj.
    derecho, -a adj.
    diestro, -a adj.
    enderezado, -a adj.
    exacto, -a adj.
    justo, -a adj.
    lícito, -a adj.
    adv.
    a la derecha adv.
    bien adv.
    justo adv.
    mismo adv.
    interj.
    cabal interj.
    n.
    derechazo s.m.
    derecho s.m.
    justicia s.f.
    privilegio s.m.
    razón s.f.
    v.
    adrizar v.
    enderezar v.
    endrezar v.

    I raɪt
    1) ( correct) <answer/interpretation> correcto

    are you sure this is the right house? — ¿estás seguro de que ésta es la casa or de que es aquí?

    did you press the right button? — ¿apretaste el botón que debías?

    do you have the right change? — ¿tienes el cambio justo?

    do you have the right time? — ¿tienes hora (buena)?

    to be right\<\<person\>\> tener* razón, estar* en lo cierto; \<\<clock\>\> estar* bien

    how right she was! — cuánta razón tenía!, si habrá tenido razón!

    to be right ABOUT something/somebody — tener* razón en cuanto a algo/alguien

    to be right IN something: am I right in thinking this has happened before? si no me equivoco esto ya había pasado antes ¿no?; to get something right: you got two answers right acertaste dos respuestas; did I get your name right? ¿entendí bien tu nombre?; I guess you're Bobby - that's right! tú tienes que ser Bobby - el mismo! or así es!; two o'clock tomorrow, right? - right! — a las dos mañana ¿de acuerdo? - de acuerdo! or (esp Esp fam) vale!

    3) (good, suitable) adecuado, apropiado

    were the curtains the right length? — ¿estaban bien de largo las cortinas?

    if the price is right — si el precio es razonable, si está bien de precio

    4) (just, moral) (pred)

    to be right — ser* justo

    to be right to + inf — hacer* bien en + inf

    a) ( in order)

    it's too quiet: something's not right — hay demasiado silencio, algo pasa

    b) (fit, healthy) (colloq) bien
    6) ( complete) (BrE colloq) (before n)
    7) ( Math)

    right angleángulo m recto

    right triangle — (AmE) triángulo m rectángulo

    8) (before n) <side/ear/shoe> derecho

    II
    1) (correctly, well) bien, correctamente

    I had guessed right — había adivinado, no me había equivocado

    nothing goes right for them — todo les sale mal, nada les sale bien

    to do right by somebody — portarse bien con alguien; serve I 2)

    2)
    a) (all the way, completely)
    b) ( directly)

    it's right in front of youlo tienes allí delante or (fam) delante de las narices

    he was right here/there — estaba aquí mismo/allí mismo

    3) <turn/look> a la derecha

    III
    1)
    a) c u ( entitlement) derecho m

    right to something/+ INF — derecho a algo/+ inf

    in her/his/its own right: she is Queen in her own right es Reina a título propio or por derecho propio; she is also a composer in her own right ella también es compositora; the title is his by right el título le corresponde a él; by what right? — ¿con qué derecho?

    b) rights pl derechos mpl

    to be within one's rightsestar* en su (or mi etc) derecho

    2) u c ( what is correct)

    to know right from wrong — saber* distinguir entre el bien y el mal

    to be in the right — tener* razón, llevar la razón, estar* en lo cierto

    to put o set something to rights — (esp BrE) arreglar algo

    3)
    a) u ( opposite the left) derecha f

    the one on the right — el/la de la derecha

    to drive on the rightmanejar or (Esp) conducir* por la derecha

    on o to my/your right — a mi/tu derecha

    take the next righttome or (esp Esp) coja la próxima a la derecha

    to make o (BrE) take a right — girar or torcer* or doblar a la derecha

    c) ( Sport) ( hand) derecha f; ( blow) derechazo m
    4) u ( Pol)

    IV
    a) ( set upright) enderezar*
    b) ( redress) \<\<injustice\>\> reparar

    V
    interjection (colloq) bueno!, vale! (Esp fam)
    [raɪt]
    1. ADJ
    1) (=morally good, just) justo

    it is/seems only right that she should get the biggest share — es/me parece justo que ella reciba la mayor parte, está/me parece bien que ella reciba la mayor parte

    it's not right! — ¡no hay derecho!

    I thought it right to ask permission first — me pareció conveniente preguntarle antes, pensé que debía preguntarle antes

    would it be right for me to ask him? — ¿debería preguntárselo?

    to do the right thing, do what is right — hacer lo correcto, actuar correctamente

    doing the right thing by a pregnant girlfriend meant marrying her — hacer lo que Dios manda con una novia embarazada significaba casarse con ella

    2) (=suitable) [tool, clothes] apropiado, adecuado; [time] oportuno

    to choose the right moment for sth/to do sth — elegir el momento oportuno para algo/para hacer algo

    that's the right attitude! — ¡haces bien!

    the balance of humour and tragedy is just right — el equilibrio entre humor y tragedia es perfecto

    "is there too much salt in it?" - "no, it's just right" — -¿tiene demasiada sal? -no, está en su punto justo

    Mr Right — el novio soñado, el marido ideal

    to know the right peopletener enchufes or (LAm) palanca

    he knows all the right peopletiene enchufes or (LAm) palanca en todas partes

    I just happened to be in the right place at the right time — dio la casualidad de que estaba en el sitio adecuado en el momento adecuado

    if the price is right — si el precio es razonable

    he's on the right side of 40 — tiene menos de 40 años

    to say the right thing — decir lo que hay que decir, tener las palabras justas

    we'll do it when the time is right — lo haremos en el momento oportuno or a su debido tiempo

    the right wordla palabra exacta or apropiada

    3) (=correct) correcto, exacto

    right first time! — ¡exactamente!, ¡exacto!

    "she's your sister?" - "that's right!" — -¿es tu hermana? -¡eso es! or ¡así es! or ¡exacto!

    that's right! it has to go through that hole — ¡eso es! tiene que pasar por ese agujero

    she said she'd done it, isn't that right, mother? — dijo que lo había hecho ¿no es así, madre? or ¿a que sí, madre?

    you mean he offered to pay? is that right, Harry? — ¿dices que se ofreció a pagar? ¿es eso cierto, Harry?

    and quite right too! — ¡y con razón!

    am I right for the station? — ¿por aquí se va a la estación?, ¿voy bien (por aquí) para la estación?

    the right answer — la respuesta correcta; (Math) (to problem) la solución correcta

    right you are! * — ¡vale!, ¡muy bien!

    I was beginning to wonder whether I had the right dayempezaba a preguntarme si me habría equivocado de día

    to get sth right — (=guess correctly) acertar en algo; (=do properly) hacer algo bien

    you didn't get it right, so you lose five points — no acertaste or te equivocaste, así que pierdes cinco puntos

    let's get it right this time! — ¡a ver si esta vez nos sale bien!

    is this the right house? — ¿es esta la casa?

    he can't even sing the right notesno sabe ni dar las notas bien

    are you sure you've got the right number? — (Telec) ¿seguro que es ese el número?

    to put sb right — sacar a algn de su error; (unpleasantly) enmendar la plana a algn

    I'm confused, and I wanted you to put me right — tengo dudas y quisiera que tú me las aclararas

    if you tell the story wrong the child will soon put you right — si te equivocas al contar la historia, el niño enseguida te corrige or te saca de tu error

    to put a mistake rightcorregir or rectificar un error

    is this the right road for Segovia? — ¿es este el camino de Segovia?, ¿por aquí se va a Segovia?

    are we on the right road? — ¿vamos por buen camino?, ¿vamos bien por esta carretera?

    it's not the right shade of green — no es el tono de verde que yo busco

    the right side of the fabric — el (lado) derecho de la tela

    is the skirt the right size? — ¿va bien la falda de talla?

    it's not the right size/length — no vale de talla/de largo

    the right timela hora exacta

    is that the right time? — ¿es esa la hora?

    do you have the right time? — ¿tienes hora buena?, ¿sabes qué hora es exactamente?

    - get on the right side of sb
    4) (=in the right)

    to be right — [person] tener razón, estar en lo cierto

    you're quite right, you're dead right *tienes toda la razón

    how right you are! — ¡qué razón tienes!

    to be right about sth/sb, you were right about there being none left — tenías razón cuando decías que no quedaba ninguno

    you were right about Peter, he's totally unreliable — tenías razón en lo de Peter or con respecto a Peter: no hay quien se fíe de él

    am I right in thinking that we've met before? — si no me equivoco ya nos conocemos ¿no?

    you were right in calling the doctor, it was appendicitis — hiciste bien en llamar al médico, era apendicitis

    5) (=in order)

    it will all come right in the end — todo se arreglará al final

    she's not quite right in the headno está en sus cabales

    to be in one's right minden su sano juicio

    to put sth/sb right, I hope the garage can put the car right — espero que me sepan arreglar el coche en el taller

    that's soon put right — eso se arregla fácilmente, eso tiene fácil arreglo

    all's right with the worldtodo va bien

    - be/feel as right as rain
    6) (=not left) derecho

    I'd give my right arm to knowdaría cualquier cosa or todo el oro del mundo por saberlo

    7) (Math) [angle] recto
    8) (Brit)
    * (as intensifier) (=complete)

    she made a right mess of itlo hizo fatal *, le salió un buen churro (Sp) *

    you're a right one to talkiro mira quién habla

    Charlie
    2. ADV
    1) (=directly, exactly)

    right away — en seguida, ahora mismo, ahorita (mismo) (Mex, And)

    it happened right before our eyes — ocurrió delante de nuestros propios ojos

    she was standing right behind/in front of him — estaba justo detrás/delante de él

    right hereaquí mismo or (CAm) mero

    he was standing right in the middle of the road — estaba justo en el centro or (CAm) en el mero centro de la calle

    right now(=immediately) ahora mismo; (=at the moment) (justo) ahora

    she's busy right nowahora mismo or justo ahora está ocupada

    he could tell right off that I was a foreigner — reconoció de inmediato que yo era extranjero

    to go right onseguir todo derecho

    right on! * ¡eso es!, ¡de acuerdo!

    she should come right out and say so — debería ser clara y decirlo

    it fell right on top of me — me cayó justo encima

    2) (=immediately) justo, inmediatamente

    I'll do it right after dinner — lo haré justo or inmediatamente después de cenar

    I'll be right backvuelvo en seguida

    come right in! — ¡ven aquí dentro!

    I'll be right overvoy en seguida

    I had to decide right thentenía que decidirme allí mismo

    3) (=completely)

    we were sat right at the backestábamos sentados atrás del todo

    he put his hand in right to the bottomintrodujo la mano hasta el mismo fondo

    their house is right at the end of the street — su casa está justo al final de la calle

    she was a very active old lady, right to the end — fue una anciana muy activa hasta el final

    to push sth right inmeter algo hasta el fondo

    there is a fence right round the house — hay una valla que rodea la casa por completo

    to read a book right throughleer un libro hasta el final

    he filled it right uplo llenó del todo

    4) (=correctly) bien, correctamente

    you did right to/not to invite them — hiciste bien en invitarlos/en no invitarlos

    if I remember right — si mal no recuerdo, si no me falla la memoria

    it's him, right enough! — ¡seguro que es él!

    5) (=fairly)

    to do right by sb — portarse como es debido con algn

    don't worry about the pay, John will see you right — no te preocupes por el sueldo, John se encargará de que te paguen lo que te corresponde

    to treat sb right — tratar bien a algn

    serve
    6) (=properly, satisfactorily) bien
    7) (=not left) a la derecha

    eyes right! — (Mil) ¡vista a la derecha!

    to turn right — torcer a la derecha

    right (about) turn! — ¡media vuelta a la derecha!

    left II, 1., 1)

    right, who's next? — a ver, ¿quién va ahora?

    right then, let's begin! — ¡empecemos, pues!

    3. N
    1) (=what is morally right, just)

    by rights the house should go to me — lo suyo or lo propio es que la casa me correspondiera a mí

    to be in the right — tener razón, estar en lo cierto

    to put or set sth to rights — arreglar algo

    to set or put the world to rights — arreglar el mundo

    to have right on one's sidetener la razón de su parte

    wrong 3.
    2) (=prerogative) derecho m

    what gives you the right or what right have you got to criticize me? — ¿qué derecho tienes tú a criticarme?

    who gave you the right to come in here? — ¿quién te ha dado permiso para entrar aquí?

    as of right — por derecho propio

    by right of — por or en razón de

    by what right do you make all the decisions? — ¿con qué derecho tomas tú todas las decisiones?

    to own sth in one's own right — poseer algo por derecho propio

    right to replyderecho m de réplica

    right of wayderecho m de paso; (Aut etc) (=precedence) prioridad f

    abode, assembly, exercise, reserve 2., 1)
    3) rights derechos mpl

    civil rights — derechos mpl civiles

    film rights — derechos mpl cinematográficos

    human rights — derechos mpl humanos

    insist on your legal rights — hazte valer tus derechos legales

    they don't have voting rights — no tienen derecho al voto or de voto

    to be (well) within one's rights — estar en su derecho

    women's rights — derechos de la mujer

    all rights reserved — es propiedad, reservados todos los derechos

    4) (=not left) derecha f

    reading from right to left — leyendo de derecha a izquierda

    to keep to the right — (Aut) circular por la derecha

    our house is the second on the right — nuestra casa es la segunda a or de la derecha

    on or to my right — a mi derecha

    5) (Pol)

    to be on or to the right of sth/sb — (Pol) estar a la derecha de algo/algn

    6) (=right turn)

    to take or make a right — girar a la derecha

    7) (Boxing) (=punch) derechazo m; (=right hand) derecha f
    4.
    VT (=put straight) [+ crooked picture] enderezar; (=correct) [+ mistake] corregir; [+ injustice] reparar; (=put right way up) [+ vehicle, person] enderezar

    he tried to right himself but the leg was broken — intentó ponerse de pie pero tenía la pierna rota

    to right itself[vehicle] enderezarse; [situation] rectificarse

    to right a wrong — deshacer un agravio, reparar un daño

    5.
    CPD

    right angle Nángulo m recto

    to be at right angles (to sth)estar en or formar ángulo recto (con algo)

    right back N — (Sport) (=player) lateral mf derecho(-a); (=position) lateral m derecho

    right half N — (Sport) medio m (volante) derecho

    rights issue Nemisión f de acciones

    right to life Nderecho m a la vida

    right-to-life

    right triangle (US) Ntriángulo m rectángulo

    right turn N

    to take or make a right turn — (Aut) girar a la derecha; (Pol) dar un giro a la derecha

    right wing N — (Pol) derecha f; right-wing; (Sport) (=position) ala f derecha

    * * *

    I [raɪt]
    1) ( correct) <answer/interpretation> correcto

    are you sure this is the right house? — ¿estás seguro de que ésta es la casa or de que es aquí?

    did you press the right button? — ¿apretaste el botón que debías?

    do you have the right change? — ¿tienes el cambio justo?

    do you have the right time? — ¿tienes hora (buena)?

    to be right\<\<person\>\> tener* razón, estar* en lo cierto; \<\<clock\>\> estar* bien

    how right she was! — cuánta razón tenía!, si habrá tenido razón!

    to be right ABOUT something/somebody — tener* razón en cuanto a algo/alguien

    to be right IN something: am I right in thinking this has happened before? si no me equivoco esto ya había pasado antes ¿no?; to get something right: you got two answers right acertaste dos respuestas; did I get your name right? ¿entendí bien tu nombre?; I guess you're Bobby - that's right! tú tienes que ser Bobby - el mismo! or así es!; two o'clock tomorrow, right? - right! — a las dos mañana ¿de acuerdo? - de acuerdo! or (esp Esp fam) vale!

    3) (good, suitable) adecuado, apropiado

    were the curtains the right length? — ¿estaban bien de largo las cortinas?

    if the price is right — si el precio es razonable, si está bien de precio

    4) (just, moral) (pred)

    to be right — ser* justo

    to be right to + inf — hacer* bien en + inf

    a) ( in order)

    it's too quiet: something's not right — hay demasiado silencio, algo pasa

    b) (fit, healthy) (colloq) bien
    6) ( complete) (BrE colloq) (before n)
    7) ( Math)

    right angleángulo m recto

    right triangle — (AmE) triángulo m rectángulo

    8) (before n) <side/ear/shoe> derecho

    II
    1) (correctly, well) bien, correctamente

    I had guessed right — había adivinado, no me había equivocado

    nothing goes right for them — todo les sale mal, nada les sale bien

    to do right by somebody — portarse bien con alguien; serve I 2)

    2)
    a) (all the way, completely)
    b) ( directly)

    it's right in front of youlo tienes allí delante or (fam) delante de las narices

    he was right here/there — estaba aquí mismo/allí mismo

    3) <turn/look> a la derecha

    III
    1)
    a) c u ( entitlement) derecho m

    right to something/+ INF — derecho a algo/+ inf

    in her/his/its own right: she is Queen in her own right es Reina a título propio or por derecho propio; she is also a composer in her own right ella también es compositora; the title is his by right el título le corresponde a él; by what right? — ¿con qué derecho?

    b) rights pl derechos mpl

    to be within one's rightsestar* en su (or mi etc) derecho

    2) u c ( what is correct)

    to know right from wrong — saber* distinguir entre el bien y el mal

    to be in the right — tener* razón, llevar la razón, estar* en lo cierto

    to put o set something to rights — (esp BrE) arreglar algo

    3)
    a) u ( opposite the left) derecha f

    the one on the right — el/la de la derecha

    to drive on the rightmanejar or (Esp) conducir* por la derecha

    on o to my/your right — a mi/tu derecha

    take the next righttome or (esp Esp) coja la próxima a la derecha

    to make o (BrE) take a right — girar or torcer* or doblar a la derecha

    c) ( Sport) ( hand) derecha f; ( blow) derechazo m
    4) u ( Pol)

    IV
    a) ( set upright) enderezar*
    b) ( redress) \<\<injustice\>\> reparar

    V
    interjection (colloq) bueno!, vale! (Esp fam)

    English-spanish dictionary > right

  • 16 apaigüestias

    Apaigüestias, son apariciones, alucinaciones, esta palabra encierra un sugestivo campo de creencias en fantasmas, o ánimas condenadas y también encierra las creencias mitológicas, con todas sus historias y leyendas descabelladas o quizás ciertas, pues este mundo nuestro no se hizo de la Nada, y desde el más sabio de los humanos hasta el más ignorante, llevamos muy dentro de nuestra alma o espíritu, una lejana o cercana creencia en algo que existe «Sobrenatural», que tras la muerte nos ha de premiar o castigar, con firme exactitud en todas nuestras obras buenas y malas que hemos hecho. Ahora les contaré una historia, o leyenda, que sucedió en una de mis aldeas hace ya muchos, muchísimos años, y que yo he escuchado cuando era pequeño, de lengua de una tía abuela mía, que en aquel acaecer con más de cien años de existencia encima de su cuerpo, aún tenía arreos para trabajar en sus tierras como cualquier persona que bien lo hiciere. «MARÍA LA XANTINA» Casárase María la hija del tío Jacinto, muchacha pequeña de estatura, pero grande de hermosura y de exquisitos sentimientos, con Amalio el del Aldexuxán (Aldea de Susana), joven que no tenía de bueno nada más que el ser un mozarrón como un carbayu (roble) y ser su padre el más rico y poderoso vaqueiru de todos aquellos contornos. Tal caxoriu (casorio) fue amañucáu (preparado), por Rexina la Porricona (Regina la Desnuda), que recibiera del padre del novio por haber hecho tal arreglo, un xaretal d'ablanus (pequeño prado muy cuesto plantado de avellanos). Diremos para comprender mejor esta historia, que la Porricona, era una mujer que gozaba de grande fama en toda aquella rica comarca, porque era la esposa de Lláurianu 'l Llóndrigu (Laureano la Nutria), porque era éste un hábil cazador de estos finos animales de ricas pieles, que de aquella infestaban los regueirus (torrentes) de todas las montañas y el río que cruzaba el fértil valle. También era el Llóndrigu un experto en curar todos los males que tuviesen las personas y animales, por tal razón aquel matrimonio, al decir de muchos vecinos, era una verdadera bendición del mismo cielo, cosa que aprovechaba la Porricona, p'esquicionar al sou antoxu nus tibeirus quei dexaben fatáus de bétchaes ganancies. (Para hacer cuanto se le antojase con sus arreglos, negocios, líos, etc., que le dejaban siempre muchas y ricas ganancias). La aldea de Aldexuxán estaba compuesta por poco más de una docena de vecinos, que todos ellos eran familiares entre si. No voy a detenerme a narrar los diferentes pormenores de la historia como me fueron contados a mí, simplemente me ceñiré a un hecho concreto, relacionado con la mitología o apaigüestias fantasmales o milagrosas, ancestrales creencias, de las melgueras gentes de mi embrujadora Tierrina. Sobre la aldea de Aldexuxán había pesado desde siempre un fatídico malificio, haciendo que sus gentes siendo las más ricas de la fértil comarca, no fuesen tan felices como todos los demás eran, porque jamás en toda su historia había nacido una mujer en ella. Las mujeres que se casaban con los hombres de la aldea de Aldexuxán, se condenaban a no poder tener jamás una hija, y por todo lo contrario, alumbraban varones fuertes y sanos, que se convertían cuando llegaban a la mocedad, en los mozos más esbeltos y fornidos de toda la comarca. Pero a pesar de ser tan buenos mozos, y todos ellos vaqueirus ricos, gozaban de muy escasas simpatías entre las mozas casaderas, por tal razón, muchos no lograban casarse, y cuando alguno lo hacía, casi siempre mediaba un «arreglo» de por medio. —Así, el padre de Amalio se puso al habla con la Porricona, para que arreglase la boda de su hijo con Mariela, muchacha virginal y encantadora, de la que estaba enamorado ciegamente su hijo. Prometiéndole a la Porricona si lo conseguía, que él le daría como favor, el xaretal de Riuscuru, (pradín de Río Oscuro), que lindaba con otra finca que ella tenía. Cuando Mariela supo por sus padres, que estaba destinada para ser la mujer de Amalio el de Aldexuxan, una grande tristeza se adueñó de su alma, que le robó su alegría, y las francas y felices sonrisas que en todo instante su espíritu alumbraba. Y así de apenada todos los días se le veía por su aldea, con sus hermosos ojos siempre enrojecidos por la quemante caricia de sus lágrimas, sin encontrar el consuelo que le devolviese aquella felicidad que antes gozara. Gran devota de la Virgen de la aldea habla sido siempre Mariela, con la que con una fe desmedida siempre oracionaba y hablaba, y así de esta manera, entre profundos y dolorosos suspiros, y lágrimas torrenciales que manaban de su desespero, el día antes de su boda, con la Santina de su aldea así dialogaba: —Virxencina melgueira, qu'achorandu 'l tou cháu venu, ameruxá d'un dollor que m'esfáe pel tristeyáu miou alma, mamplená d'un miéu que d'afechu, encuandiona toa l'allegría qu'endenantes en miou espíritu per uquier afroriaba. (Virgencita dulce y preciosa, que llorando a tu lado vengo, plagada de un dolor que me deshace por triste toda mi alma, rebosante de un miedo que en toda su extensión entierra la alegría que antes en mi espíritu por donde quiera afloraba). —Xantina 'l miou alma, que tous lus amalexius encantexas, nun me faigas xufrire, pos nun queru caxame sen amore per fuercia, you nun queru isi muzu que de güenu nun peca, y'endenantes de dir xuntua d'él a l’ilexa, más quixera morreme, aforcá conun rixu que m'añuede 'l gaznatu ya me faiga en morrida. Ya tal couxa fairéla, Xantiquina 'l miou alma, se deximesme agora, ya me dexes solina, nel atayu miou pena, qu'en llocura m'entrema. (Santiquina de mi alma, que todos los males si tu quieres arreglas, no me hagas sufrir, pues no quiero casarme sin amor y por fuerza, yo no quiero ese mozo que de bueno no peca, y antes de ir junto de él a la iglesia, más quisiera morirme, ahorcada con una cuerda, que me anude mi cuello, y me haga en ser muerta. Y tal cosa he de hacer, Santiquina mi alma, si me olvidas ahora, y me dejas muy sola, en el atajo de mi pena, que a la locura me lleva). Algo muy hermoso le contestaría la Virgen a Mariela, porque otra vez se le volvió a ver llena de sana y feliz alegría, quizás con más fuerza que jamás tuviera. Y así de contenta, cariñosa y feliz, ante la misma Santina que su pena esfixera (deshiciera), al siguiente día en la iglesia se casaba con el vaqueiru Amalio. El día de su boda, fue un domingo del mes de mayo, bañado por la luz del sol que todo lo alumbraba y lo erradiaba de vida, y como era domingo, era fiesta en la aldea, el jilguero cantaba y el malvís silbiotaba y las gentes humildes con paxiétchus de festa (trajes de fiesta), a la boda acudían de la dulce Mariela, la más hermosa moza que la aldea tenía. La que viétchus ya xóvenes (viejos y jóvenes), grande y puro cariño hacia ella sentían. Cuando todos estaban fundidos en sus rezos y el buen cura casaba a la virgen Mariela, se escuchó como un trueno, muy cercano y enorme, muy profundo y tenebroso, que hizo palidecer de miedo a muchas gentes del festejo. ¡Un castigo del cielo, murmuraban las viejas, ha de mandarnos Dios, por casar a esta santa, con un fíu (hijo) de la aldea en poder del demonio! Aquel confuso ruido que a las gentes atemorizara, por ser dadas a irse a los Lares Divinos, no era tal trueno que en el aire quedara sin dejar un vestigio, pues había sido un castigo, y todos sobrecogidos pensaron, que el Hacedor andaba en aquel cataclismo. Pues el xaretal d'ablanus (el prado de avellanos) que el padre de Amalio le regalara a la Porrica, por conseguir a Mariela como mujer de su hijo, argaxárase per tous lus cháus, escuatramundiánduxe 'n fondigouxes cuandies, dou s'allacaben lus ablanus esgazáus d'afechu, con lus raigones amirandu 'l cielu, lu mesmu que se dangún terremetu, bramara nel ventrón d'aquel xareteiru, dexándulu tan llabráu y'esfechu, comu 'n güertiquín de pataques que fora afocicáu per una cabaná de goches paridiegues. (Partiérase, corriérase por todos sus lados, deshaciéndose el prado entero en profundas ollas, donde se enterraban los avellanos del todo rotos, con sus retorcidas raíces mirando al cielo, lo mismo que si un terremoto hiciera explosión en el vientre de aquel prado, dejándole tan despedazado, como un pequeño huerto de sembradas patatas, que hubiese sido hocicado por una manada de cerdas paridas). Sin embargo, tan insólito acontecimiento pasados los primeros momentos, no restó a la fiesta la sana alegría, que todos disfrutaban en la boda de la querida Mariela, pues tras de fartase tous fasta 'l rutiar de lus bunus manxares qu'achindi per uquier topábenxe, (pues tras de hartarse todos hasta dejarlo de sobra, de los buenos manjares que allí por todas partes había), se enguedechóu 'l baítche qu'en toes les bodes les xentes encalducaben (se enredó el baile que en todas las bodas las gentes hacían), fechu per la múxica xaraneira y'allegre del pandeiru ya la gaita, e axín tóus enlloquecíus de gouzu danciarun entexuntus ya hermenáus fasta 'l mesmu albiare, xeitu nel qu'entamangarun folixouxa engarradiétcha de galgazus, ente dus mozacus del chugar de Mariela, ya lus rapazones de l'aldeina d'Aldexuxan. (Hecho por la música jaranera y alegre de la pandereta y la gaita, y así todos enloquecidos de gozo, bailaron entrejuntos y hermanados hasta que llegó el amanecer, lugar que prepararon una sonada pelea de estacazos, entre los mozos de la aldea de Mariela, y los mozarrones de la aldeina de Susana). Tal pelea fue originada por los desmedidos insultos despreciativos dirigidos a los mozos de Aldexuxan, por los de la aldea de Mariela, asegurándoles que no llevarían a la santina Mariela a vivir con ellos a su aldea maldita, donde jamás había nacido ni una sola mujer, por la causa de ser todos hijos del mismo diablo. Tras de la feroz pelea, donde no sucedieron achuquinamientos (muertes) por mor de las sabias intervenciones de los ancianos de entrambas aldeas, el novio, sulfurado y ensangrentado por la titánica lucha desarrollada, en aquel mismo amanecer acompañado de todos sus parientes, se llevó a Mariela que no hizo ni la mínima negativa, y no permitió que recibiese de sus padres ni el valor de una cuyar (cuchara) de cuanto a ella le perteneciese. —Acuétchula d'un reflundión el magotón d'Amaliu a la felliz ya xonriyente Mariela, ya namái conel paxiétchu puestu, escarranquetóula d'enría la xiétcha pintureira del sou cabatchu, ya despós, conun blincu de corzu puenxuse el tres d'echa, ya cudiáu per tous sous vecinus que yeren tous parentela, xebrárunse d'aquel chugar, esnalandu nel aire ixuxus d'allegría, axenitáus nus sous cabatchus axalbaxáus lu mesmu qu' echus ya lleldáus dientru d'una ñatural ya roxurosa allegría. (Asió de un rápido tirón el bruto de Amalio a la feliz y sonriente Mariela, y nada más que con la ropa que llevaba puesta, la ajinetó encima de la pinturera silla de su caballo, y después, con un salto de corzo púsose él detrás de ella, y escoltado por sus vecinos que eran todos parentela, se marchó de aquel lugar lanzando al viento ijujús de alegría, ajinetados todos en sus caballos asalvajados lo mismo que ellos eran, y crecidos dentro de una natural y enloquecedora alegría). La cariñosa bondad, y la fértil felicidad y alegría que en todo momento emanaba torrencialmente de la encantadora Mariela, muy pronto cautivó y contagió a todas las gentes del Aldexuxan, pequenos y grandes, con tal frenesí llegaron a quererla, a adorarla y mimarla, lo mismo que si se tratara de un ser sobrenatural, que había llegado a la aldea para alegrarles a todos sus vidas. Durante el tiempo de su preñez, era Mariela atendida en todo momento por las mujeres de la aldea, y los hombres y los niños, estaban más pendientes de ella, que de sus trabajos y sus juegos, siempre le traían del campo flores y variedad de frutos, y todos al mirarse en sus encantadores ojos, la felicidad y el gozo en sus espíritus advertían. Era Mariela para todos, algo que ni tan siquiera habían soñado que existiera. Al Aldexuxan habían llegado de sus aldeas todas las mujeres que la cuidaban y mimaban y ninguna de ellas jamás había sido feliz ni encontrado la alegría en su espíritu en aquel lugar al que muy pocas de ellas habían llegado por su propia voluntad. Sin embargo al mirarse en los resplandecientes ojos de Mariela, al sentir el hado misterioso que en todo instante rezumía de su ser, llegaba a sus entrañas por primera vez raudales de gozo y alegría, que las llenaba de felicidad, y de una dicha embriagadora y sublime. Por eso entre ellas silenciosa y secretamente empezaban a decir que Mariela era divina, misteriosa y buena, y que en cualquier momento el cielo la llevaría, y dejaría a la aldea tan llena de tristeza y pena como antes lo estuviera. —Xabela la muyer d'Antón el Curuxu, que yera la que mexor amañaba lus dellicáus fatiquinus pa lus guaxinus cabantes de ñacer, ya le fixera tous lus paxiétchinus y'escarpinacus que ñecexitare 'l melgueiru nenin que traxera 'l mundiu cundu betchara la xantina Mariela. (Isabel la esposa de Antón el Buho que era la que mejor hacía los delicados ropajes propios para los niños recién nacidos, ya había industriado todos los trajecitos, calzas y demás vestiduras, que necesitase el dulce niño que trajese al mundo cuando hiciese su alumbramiento la santina de Mariela). —Tamién Xacintu 'l Utre que yera abondu curioxu pa carpinteirar, fixera 'n trubiétchu con maera de ñocéu, qu'al falar de toes les xentes d'Aldexuxan, nin el más empericotáu de tous lus nenus ñacíus ya cuaxi, cuaxi 'n per ñacere, xamás de lus xamaxes oitre mexor nun hubiés d'aquién lu fixera. (También Jacinto el Aguila que era muy mañoso para hacer de carpintero, hiciera una cuna de madera de nogal, que al hablar de todas las gentes del Aldexuxan, ni el más afamado, ni suertudo niño nacido, ni casi, casi de los aún no nacidos, jamás de los jamases otra mejor no hubiese quién se la hiciera). Todo estaba preparado para el día que el angelín a la luz amaneciera, y todos en la aldea, desde su madre hasta el más inocente de los pequeños que por aquellos montes correteare, esperaban ilusionados la venida de aquel inocente ser, fruto de las entrañas de quien les había a todos sembrado en sus espíritus la dicha y la alegría, hasta ya le habían elegido los padrinos y hasta el mismo nombre que debía llevar, el asunto era que naciese dentro del tiempo natural, y que no le trajese ningún amolexíu (mal) a la santina Mariela. Como todo en la vida tiene su tiempo de espera, y todo cuanto se espera si atañe a los procesos naturales llega, así vino el momento del alumbramiento de Mariela. Fue una mañana de los principios de la primavera, cuando todos los árboles y las plantas despertaban jubilosos y en silencio a la floreciente vida donde comenzaban, los malvises y jilgueros volvían a cantar alegres y bulliciosos, tras la mudez que les infligiera el frío y nevado invierno, fue aquella luminosa y primaveral mañana cuando todas las gentes de la aldea, se reunían contentas y felices a la par que en sus interiores algo preocupadas y temerosas, como si presintieran que algo irremediable le habría de ocurrir a la santina Mariela. Digo que todos reunidos en la casa de Mariela, anhelantes esperaban tan natural y querido acontecer. Algunas mujeres llenas de firmes creencias, rezaban sin descanso, pidiéndole al Faidor (Hacedor) y a sus santos más allegados, que la feliz nueva se alumbrara por los cauces naturales, y que Mariela no cosechara arduos sufrimientos. Otras más mañosas en tales menesteres, parteaban ilusionadas y eficientes, en cuantos cometidos quce en tal proceso se requieren. Al fin, de las entrañas de la parturienta, brotó la vida, y todas las gentes al presenciar aquella recién nacida criatura, doblaron sus rodillas en el suelo, y una oración de gracia en el cielo pusieron, dentro de la gran dicha y alegría que jamás sintieron. Porque por primera vez en toda la historia de la aldea del Aldexuxan, había nacido una niña, una hermosa niña que rompía con su divino milagro, el maléfico castigo que les había acompañado siempre. Tal milagroso acontecer, alborozó a los vecinos del Aldexuxan en tal altura, que por unos instantes se olvidaron de la moribunda Mariela, y cuando al fin Isabela enloquecida por la alegría que le hacía caminar por el incansable sendero de la dicha, digo que Isabela se dirigió respetuosa y venerativamente hacia Mariela, y besándola con gran cariño en su frente radiante de felicidad le decía, que el maleficio que pesaba sobre las gentes de la aldea, de no haber tenido jamás una mujer, una niña, ella porque era una santina, lo había roto al alumbrar aquella preciosa criatura, que era para todos los seres del Aldexuxan el fin del conxuru (conjuro) que desde siempre sobre todos pesaba. La moribunda Mariela, con su sonrisa encantadora siempre pendiente de sus labios, y una luz misteriosa y hechicera que en todo momento de sus bellos ojos se desprendía, les hizo comprender a los allí reunidos, que eran todas las gentes del Aldexuxan, que era Mariela algo que pertenecía a la divinidad de lo desconocido, y que no podría morar entre ellos, nada más que con su espíritu. Así silenciosamente Mariela, a todos miraba cariñosamente y todos se sentían bajo su embrujante y acariciante mirada, protegidos de cuantos males en la Tierra hubiese, y navegantes en una dicha que ni en sueños la esperaban. Llué Mariela con sou melgueira fala, que yera múxica de lus mesmus ánxeles, a tóus les dixu 'ndenantes de que del sou curpu xebrárase la vida: (Luego Mariela con su dulce palabra, que era la música de los mismos ángeles, a todos les dijo antes de que de su cuerpo se marchase la vida): ¡Disde güéi, toes les múcheres d'ista embruxadora aldina, parirán nenus ya nenes. Lu mesmu que faen les femes de tou 'l mundiu, y'enxamás naide mirará a lus vuexus homes, comu fasta gora toes les xentes lus fixeron, nun vus ruegu namái, nistus postreirus xeñaldares de la miou vida, que nun catéis caxorius amañáus pa lus vuexus fíus, dexái qu' echus atopen ya curién lus sous cortexus qu’en xcitu 'l sou querer mexor lus falague. Pos nun ye nagua bonu arretrigar la xuventú 'l cubiciu antoxadizu qu'entamanguen lus sous páes. Pos abondu felliz ya rica ye la xente probe, que rucandu de borona un cantezu, ou 'n tortu fechu d'enría 'l llare, son dichóuxus ya fellices fasta que de viétchus muerran. Ya munchu probe y'esgraciaína ye l'oitra xente, qu'amamplén tién de tóu lu que ñecexita, y'enfelliz ye, perque nun puén disfrutayu, con amore ya bone compañe. (Desde hoy, todas las mujeres de esta embrujadora aldeina, parirán niños y niñas, lo mismo que hacen todas las hembras del mundo entero, y jamás nadie mirará a vuestros hombres con el desprecio que hasta ahora todas las gentes les hicieron. No os ruego nada más, en estos postreros respirares de mi vida, que no busquéis casorios preparados para vuestros hijos, dejazlos que ellos busquen y cuiden sus amores en el lugar que su querer mejor los halague. Pues no es nada bueno, amarrar la juventud, a la codicia antojadiza que hacen sus padres. Pues muy felices y ricas son las gentes pobres, que comiendo un mendrugo de pan duro, o una torta cocida encima del lar, son dichosos y felices hasta que de viejos se mueren. Y muy pobres y desgraciadas son las otras gentes, que poseen todo cuanto necesitan, e infelices son, al no poder disfrutarlo, con la paz del amor y la buena compañía). Así fue como se despidió la melguera Mariela, antes de entregar su sublime alma, al Infinito poder de la Divinidad invisible, dejando a su cuerpo muerto llorado con gran pena, por aquellas sencillas, naturales y nobles gentes de la aldea del Aldexuxan, que harían de ella al correr del tiempo, la Santina Mariela. Yo no puedo afirmar si esta narración es una historia, una leyenda o quizás un mito, sólo se decir, que mi tía abuela aseguraba cuando me la contó, que era tan cierto como que ella se tenía que murrer (morir). También recuerdo cuando yo era un guaxiquín (muy pequeño), haber escuchado decir a las más viejas de estas aldeas, aconxexandu (aconsejando) a las mujeres que teniendo varios hijos varones, ellas querían tener una niña y no lograban alcanzar tal deseo. Digo que las ancianas les aconsejaban así: —Lo que tenéis que hacer si queréis tener una niña, es rezarle todos los días con buena fe a la Santina Mariela, ya veréis como el primer hijo que tengáis sin ninguna duda ha de ser una hermosa niña.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > apaigüestias

  • 17 bound

    past tense, past participle; = bind
    bound1 adj atado
    bound2 adj
    bound3 n salto
    bound4 vb saltar
    tr[baʊnd]
    1 (destined) destinado,-a
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to be bound for ir con destino, navegar con rumbo a
    - bound con rumbo a
    ————————
    tr[baʊnd]
    1 (jump) salto, brinco
    1 saltar
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    with a bound de un salto, de un brinco
    to bound into entrar dando saltos
    to bound over saltar por encima de
    ————————
    tr[baʊnd]
    past & past participle
    1→ link=bind bind{
    1 (tied) atado,-a
    2 (forced) obligado,-a
    3 (book) encuadernado,-a
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    to be bound to ser seguro que
    to be duty bound to «+ inf» estar obligado,-a a + inf
    to be bound by contract estar obligado,-a por contrato
    to be bound up in something estar absorbido,-a por
    to be bound up with something estar vinculado,-a con algo
    ————————
    tr[baʊnd]
    bound ['baʊnd] vt
    : delimitar, rodear
    bound vi
    leap: saltar, dar brincos
    bound adj
    1) obliged: obligado
    2) : encuadernado, empastado
    a book bound in leather: un libro encuadernado en cuero
    3) determined: decidido, empeñado
    4)
    to be bound to : ser seguro que, tener que, no caber duda que
    it was bound to happen: tenía que suceder
    5)
    bound for : con rumbo a
    bound for Chicago: con rumbo a Chicago
    to be homeward bound: ir camino a casa
    1) limit: límite m
    2) leap: salto m, brinco m
    n.
    salto s.m.
    vuelo s.m.
    adj.
    atado, -a adj.
    encuadernado, -a adj.
    ligado, -a adj.
    obligado, -a adj.
    n.
    brinco s.m.
    confín s.m.
    límite s.m.
    pret., p.p.
    (Preterito definido y participio pasivo de "to bind")
    v.
    limitar v.
    saltar v.

    I baʊnd
    1) bounds pl ( limits) límites mpl
    2) ( jump) salto m, brinco m

    II
    1.
    a) ( leap) saltar
    b) ( move) (+ adv compl)

    to bound in/out/away — entrar/salir*/irse* dando saltos


    2.
    vt \<\<area/country\>\> delimitar

    III
    past & past p of bind I

    IV
    1)
    a) ( tied up) atado, amarrado (AmL exc RPl)

    my hands were boundtenía las manos atadas or (AmL exc RPl) amarradas

    b) ( obliged)

    to be bound by something (to + inf): you are still bound by your promise sigues estando obligado a cumplir lo que prometiste; they are bound by law to supply the goods están obligados por ley a suministrar los artículos; to be bound to + inf: he felt bound to tell his mother what had happened se sintió obligado a decirle a su madre lo que había sucedido; I'm duty/honor bound to tell you the truth es mi deber/obligación decirte la verdad; bound and determined — (AmE) empeñado

    to be bound to + inf: it was bound to happen sooner or later tarde o temprano tenía que suceder; she's bound to be elected seguro que sale elegida; it was bound to go wrong no cabía duda de que iba a salir mal; they're up to no good, I'll be bound — (colloq & dated) estoy seguro de que están haciendo algo que no deben

    3) ( headed) (pred)

    bound for: a ship bound for New York un barco con rumbo a Nueva York; the truck was bound for Italy — el camión iba rumbo a Italia


    I [baʊnd]
    1.
    N
    bounds (=limits) límite msing

    out of boundszona f prohibida

    2.
    VT (gen passive) limitar, rodear

    II [baʊnd]
    1.
    N (=jump) salto m

    at a bound, in one bound — de un salto

    2.
    VI [person, animal] saltar; [ball] (re)botar
    3.

    III [baʊnd]
    1.
    PT
    PP of bind
    2. ADJ
    1) (=tied) [prisoner] atado
    2) (=sure)

    to be bound to: we are bound to win — seguro que ganamos, estamos seguros de ganar

    he's bound to come — es seguro que vendrá, no puede dejar de venir

    they'll regret it, I'll be bound — se arrepentirán de ello, estoy seguro

    3) (=obliged) obligado

    I'm bound to say that... — me siento obligado a decir que..., siento el deber de decir que...

    I feel bound to tell you that... — me veo en la necesidad de decirte que...

    honour
    IV
    [baʊnd]
    ADJ

    where are you bound (for)? — ¿adónde se dirige usted?

    bound for[train, plane] con destino a; [ship, person] con rumbo a

    homeward
    * * *

    I [baʊnd]
    1) bounds pl ( limits) límites mpl
    2) ( jump) salto m, brinco m

    II
    1.
    a) ( leap) saltar
    b) ( move) (+ adv compl)

    to bound in/out/away — entrar/salir*/irse* dando saltos


    2.
    vt \<\<area/country\>\> delimitar

    III
    past & past p of bind I

    IV
    1)
    a) ( tied up) atado, amarrado (AmL exc RPl)

    my hands were boundtenía las manos atadas or (AmL exc RPl) amarradas

    b) ( obliged)

    to be bound by something (to + inf): you are still bound by your promise sigues estando obligado a cumplir lo que prometiste; they are bound by law to supply the goods están obligados por ley a suministrar los artículos; to be bound to + inf: he felt bound to tell his mother what had happened se sintió obligado a decirle a su madre lo que había sucedido; I'm duty/honor bound to tell you the truth es mi deber/obligación decirte la verdad; bound and determined — (AmE) empeñado

    to be bound to + inf: it was bound to happen sooner or later tarde o temprano tenía que suceder; she's bound to be elected seguro que sale elegida; it was bound to go wrong no cabía duda de que iba a salir mal; they're up to no good, I'll be bound — (colloq & dated) estoy seguro de que están haciendo algo que no deben

    3) ( headed) (pred)

    bound for: a ship bound for New York un barco con rumbo a Nueva York; the truck was bound for Italy — el camión iba rumbo a Italia

    English-spanish dictionary > bound

  • 18 sure

    ʃuə
    1. adjective
    1) ((negative unsure) having no doubt; certain: I'm sure that I gave him the book; I'm not sure where she lives / what her address is; `There's a bus at two o'clock.' `Are you quite sure?'; I thought the idea was good, but now I'm not so sure; I'll help you - you can be sure of that!) seguro; convencido
    2) (unlikely to fail (to do or get something): He's sure to win; You're sure of a good dinner if you stay at that hotel.) seguro; convencido
    3) (reliable or trustworthy: a sure way to cure hiccups; a safe, sure method; a sure aim with a rifle.) seguro; fiable

    2. adverb
    ((especially American) certainly; of course: Sure I'll help you!; `Would you like to come?' `Sure!') claro, por supuesto
    - sureness
    - sure-footed
    - as sure as
    - be sure to
    - be/feel sure of oneself
    - for sure
    - make sure
    - sure enough

    sure adj seguro / cierto
    tr[ʃʊəSMALLr/SMALL]
    1 (positive, certain) seguro,-a (about/of, de); (convinced) convencido,-a
    I think so, but I'm not sure creo que sí, pero no estoy seguro
    are you sure of your facts? ¿estás seguro de lo que dices?
    are you sure you won't stay for supper? ¿seguro que no te quedarás a cenar?
    2 (certain, inevitable) seguro,-a
    one thing is sure... lo que es seguro es que...
    3 (reliable) seguro,-a
    1 (of course) claro, por supuesto
    do you want to come? --sure ¿quieres venir? --claro que sí
    2 SMALLAMERICAN ENGLISH/SMALL (as intensifier) realmente, de verdad
    he sure is handsome! ¡qué guapo es!
    it sure is hot! ¡qué calor hace!
    \
    SMALLIDIOMATIC EXPRESSION/SMALL
    as sure as eggs is eggs (tan seguro) como que dos y dos son cuatro
    for sure seguro
    that's for sure! ¡de eso no cabe duda!
    sure enough efectivamente, en efecto
    sure thing claro, por supuesto
    to be sure of oneself estar seguro,-a de sí mismo,-a
    to be sure of somebody poder confiar en alguien
    to be sure to no olvidarse de, no dejar de
    to make sure asegurarse (of, de)
    sure ['ʃʊr] adv
    1) all right: por supuesto, claro
    it sure is hot!: ¡hace tanto calor!
    she sure is pretty!: ¡qué linda es!
    sure adj, surer ; - est : seguro
    to be sure about something: estar seguro de algo
    a sure sign: una clara señal
    for sure: seguro, con seguridad
    adj.
    certero, -a adj.
    cierto, -a adj.
    fijo, -a adj.
    puntual adj.
    sano, -a adj.
    seguro, -a adj.
    adv.
    realmente adv.
    seguramente adv.
    interj.
    claro interj.

    I ʃʊr, ʃʊə(r), ʃɔː(r)
    1) ( convinced) (pred) seguro

    to be sure ABOUT something — estar* seguro de algo

    I like it but I'm not too sure about the color — me gusta, pero el color no me convence del todo

    I'm not sure who/why/what... — no sé muy bien quién/por qué/qué...

    fascinating, I'm sure — (iro) interesantísimo, no cabe duda! (iró)

    to be sure OF something/somebody — estar* seguro de algo/alguien

    are you sure of your facts? — ¿estás seguro de lo que dices?

    to be sure of oneself — ( convinced one is right) estar* seguro; ( self-confident) ser* seguro de sí mismo

    2) ( certain)

    one thing is sure: he's lying — lo que está claro or lo que es seguro es que está mintiendo

    sure thing!(as interj) (colloq) claro (que sí)!, por supuesto!

    3) (accurate, reliable) <remedy/method> seguro; <judgment/aim> certero; < indication> claro; < ground> seguro

    for sure: we don't know anything for sure no sabemos nada seguro or con seguridad; we'll win for sure seguro que ganamos; to be sure ( admittedly) (indep) por cierto; it could be improved on, to be sure, but... — se podría mejorar, por cierto, pero...


    II
    1) (colloq) (as intensifier)

    she sure is clever, she's sure clever — qué lista es!, si será lista!

    he sure likes to talk — cómo le gusta hablar!, si le gustará hablar!

    do you like it? - I sure do! — ¿te gusta? - ya lo creo!

    2) ( of course) por supuesto, claro

    may I join you? - sure, sit down! — ¿me permites? - claro que sí or no faltaría más or por supuesto, siéntate!

    3)

    sure enough — efectivamente, en efecto

    [ʃʊǝ(r)] ADJ (compar surer) (superl surest)
    1. ADJ
    1) (=certain)

    "do you want to see that film?" - "I'm not sure" — -¿quieres ver esa película? -no sé or no estoy seguro

    she seemed honest enough but I had to be sure — parecía bastante sincera, pero tenía que asegurarme or estar seguro

    "I know my duty" - "I'm sure you do" — -sé cuál es mi deber -de eso estoy seguro

    I'm not sure that I can help you — no estoy seguro de que te pueda ayudar, no estoy seguro de poder ayudarte

    are you sure you won't have another drink? — ¿seguro que no quieres tomarte otra copa?

    I'm quite sure her decision was rightestoy convencido de que or estoy completamente seguro de que su decisión fue correcta

    to be sure about sth — estar seguro de algo

    to be sure what/who — estar seguro de qué/quién

    I'm not sure whether... — no estoy seguro (de) si...

    b)

    to be sure of sth — estar seguro de algo

    c)

    to be sure of sb: I've always felt very sure of John — siempre he confiado mucho en John

    to be sure of o.s.estar seguro de sí mismo

    to be sure of sbconfiar en algn

    d) + infin

    it is sure to rain — seguro que llueve, seguramente lloverá

    she is sure to agree — seguro que está de acuerdo, seguramente estará de acuerdo

    be sure to or be sure and close the window — asegúrate de que cierras la ventana

    be sure to or be sure and tell me — que no se te olvide contármelo

    e)

    to make sure (that) — asegurarse (de que)

    better get a ticket beforehand, just to make sure — mejor compre el billete de antemano, más que nada para ir sobre seguro or para tener esa seguridad

    2) (=reliable) [sign] claro; [way] seguro

    one sure way to lose is... — una forma segura de perder es...

    it's a sure bet that he'll come — segurísimo que viene

    for sure *seguro *

    nobody or no one knows for sure — nadie lo sabe con seguridad

    that's for sure, one thing's for sure — una cosa está clara

    sure thing, a month ago, a yes-vote seemed a sure thing — hace un mes, el voto a favor parecía algo seguro

    (esp US)

    "I'd like to hire a car" - "sure thing" — -quiero alquilar un coche -sí, claro

    "can I go with you?" - "sure thing" — -¿puedo ir contigo? -claro que sí or por supuesto

    "did you like it?" - "sure thing" — -¿te ha gustado? -ya lo creo

    this is a plausible interpretation, to be sure, but... — desde luego que or claro que esta es una interpretación muy verosímil pero...

    well, that's bad luck to be sure! — vaya, ¡eso sí que es tener mala suerte!

    2. ADV
    1) (US)
    * (=certainly) (emphatic)

    "know what I mean?" - "sure do" — -sabes, ¿no? -claro que sí or claro que lo sé

    (as) sure as, I'm sure as hell not going to help him — yo sí que no le voy a ayudar

    2) (esp US) (=of course) claro

    "did you tell your uncle about her?" - "oh, sure" — -¿le hablaste a tu tío de ella? -¡claro! or (LAm) -¡cómo no!

    "can I go with you?" - "sure" — -¿puedo ir contigo? -¡por supuesto! or -¡claro que sí!

    "is that OK?" - "sure!" — -¿está bien así? -¡claro que sí! or (LAm) -¡cómo no!

    3) (=true) claro

    sure, it's never been done before — claro que no se ha hecho antes

    4)

    sure enough — efectivamente, en efecto

    he said he'd be here, and sure enough, there he is — dijo que estaría aquí y efectivamente or en efecto, aquí está

    * * *

    I [ʃʊr, ʃʊə(r), ʃɔː(r)]
    1) ( convinced) (pred) seguro

    to be sure ABOUT something — estar* seguro de algo

    I like it but I'm not too sure about the color — me gusta, pero el color no me convence del todo

    I'm not sure who/why/what... — no sé muy bien quién/por qué/qué...

    fascinating, I'm sure — (iro) interesantísimo, no cabe duda! (iró)

    to be sure OF something/somebody — estar* seguro de algo/alguien

    are you sure of your facts? — ¿estás seguro de lo que dices?

    to be sure of oneself — ( convinced one is right) estar* seguro; ( self-confident) ser* seguro de sí mismo

    2) ( certain)

    one thing is sure: he's lying — lo que está claro or lo que es seguro es que está mintiendo

    sure thing!(as interj) (colloq) claro (que sí)!, por supuesto!

    3) (accurate, reliable) <remedy/method> seguro; <judgment/aim> certero; < indication> claro; < ground> seguro

    for sure: we don't know anything for sure no sabemos nada seguro or con seguridad; we'll win for sure seguro que ganamos; to be sure ( admittedly) (indep) por cierto; it could be improved on, to be sure, but... — se podría mejorar, por cierto, pero...


    II
    1) (colloq) (as intensifier)

    she sure is clever, she's sure clever — qué lista es!, si será lista!

    he sure likes to talk — cómo le gusta hablar!, si le gustará hablar!

    do you like it? - I sure do! — ¿te gusta? - ya lo creo!

    2) ( of course) por supuesto, claro

    may I join you? - sure, sit down! — ¿me permites? - claro que sí or no faltaría más or por supuesto, siéntate!

    3)

    sure enough — efectivamente, en efecto

    English-spanish dictionary > sure

  • 19 güelguia

    Güelguia ou huelga, significa hacer huelga en el trabajo con el fin de conseguir alguna cosa justa y honrada. —You fexe ‘n toa miou vida dous güelguies, ya vou cuntayes nagora qu’encalda nel xeitu ‘l frutu qu’afuxinéi d’eches. La primeira veiz que me punxe ‘n güelguia foi cundu les famóuxes “Campanes d’Aviles”, trabayaba you per aquel lleldar comu xefe d’equipu nunu d’aquechus inxenius dou xugábamus con la Cadarma namái qu’entrábamus per aquechus camaretus d’aire comprimíu, dou mamplenáus de veices nus explotaba lus uíus de dollor, fayéndunus sangrar como curíus achuquináus per la ñariz ya les urées de ya dandunus campaneirus mái floxacus fasta se les xebraba ‘l coñocimentu, ya tou ísti aparti del trabayu que yera pelligróuxu ya m’esforciáu, lu faíamus per un xueldu de diecisiete pesetes aparti d’una primaxa que nus apurríen cundu les paicía, pos el díe que nun llancábamus nagua ‘l manullitu de cementu ya fierru, que lu mesmu pexaba cen toneláes, ya teñíamus que llantalu fasta catar el firme per debaxu del nivel del mare, anxina yera que cundu ‘l aire se xebraba perque tou ‘l material qu’uxaben pa lleldalu namí que yera un estrampanu de comprenxores ya fierrus, cuntu que cundu ‘l aire se colaba ‘l agua entraba lluéu dientru la campaña, ya tóus noxoitres con la priexa d’un centétchu teñíamus que subir per unes escaleraxes de fierru dou nun coyía namái qu’ún, anxina yera que con la fumareda qu’encaldaba ‘l vapore del aire que nun dexa güétchar nagua, ya ‘l ruxir del agua que per tous lus lláus fondeirus del manullitu a regueiráes nus aniegaba, faíanus a tóus coyer bones esquirpiaés de miéu, pos nadie iñoraba qu’el manullitu padíe ‘sfrundixe ya dexanus a tóus estrapacháus debaxu d’él lu mesmu que se fóramus figus d’agostu. Per istu ‘l tiberiu que s’encaldaba debaxu d’aquel esguiladeiru de fierru, yera ‘l de galamiar con priexa ya esciplina pa fuyír d’aquel enfernal pelligru qu’angunus compañeirus nuexus d’oitres campanes mái esgraciaínes que les que you acaidonéi les veixe arrabucáu la vida. —Despós cundu denuéu ‘l aire golguié teñíamus que’achicar l’agua, ya lu mesmu tardabamus varius díes en llograyu, ya metantu tou ísti tempu nun cabrabanus nagua de prima, foi per ista inxusticia per la que faléi con lus dez homes que trabayaben cuaúmigu, ya llogréi ‘l miou paicer conveceyus, paque non achicáramus mái agua mentantu nun nus apurrieren la prima lu mesmu que cundu trabayábamus picachonandu la tierra. Foi ‘l casu que comu a la gora de tar paráus al lláu de la campana murandu ‘l conseguir lus nuexus honréus drechus, vienu la brigadilla de lu criminal d’avilés, ya col llátigu na mán díxunus que xinun entrábamus a trabayar nel escapi nus esfoyaben a llatigazus achindi mesmu, ya tóus conel mesmu miéu que viesen apaparáu cundu nus xebraramus de dientru, golguierun oitra veiz al trabayu xin faer gurgutu, colarun tóus foriáus de miéu d’aquecha pollicía d’achunquinus, quáchuquinar un home a llatigazus yera p’echus pequenina parva, Tan solu quedarun al lláu migu dous rapazus que viesen síu llexonarius, ya lus tres xuntus les diximus que nouxóitres nun trabayabamus metantu nun nus aprurieren la prima, e achindi mesmu lus mamfrorinacus ya fíus de paraxeta d’aquetchus megreirus de pollicies, nus fexerun conel llátigu ‘n pequenu falagáu de chombu, ya despós nus chevarun pal sou cuartel e achindi nus apurrerun durante tou ‘l tiempu de tres díes galgazáus ya inxultus de tous lus collores, xin danus lus mu chimiagus nin gateira d’agua, pos échus queríen que nuexoitres firmaramus nun séi quéi que viéxemus fechu, peru dangunu firmamus nagua, ya entóus nus arretrigarun na cárxel, ya lus poucus díes el xuez puénxunus en llibertá, peru a la mesma porta de la cárxel golguirun a prindanus lus ñegreirus pollicíes, ya chevárannus denuéu pal sou cuartel, e achindi duranti oitres tres díes nus apurrierun tocata ya tunda, ya despós de ben fartus d’inxultus ya llatigazus punxérunnus en llibertá, ya lus tres fomus denuéu a curar nuexes ferides a la “Hermaná Llexonaria” de nuexus Tercius. TRADUCCIÓN.—Yo hice en toda mi existencia dos huelgas, y les voy a contar ahora que encarta en la palabra, el fruto que he sacado de las huelgas. La primera vez que me puse en huelga, fue cuando las famosas campanas de aire comprimido con las que se hacían los cimientos de Ensidesa de Avilés. Trabajaba yo en aquel suceder como jefe de equipo de uno de aquellos ingenios donde jugábamos con la muerte nada más que entrábamos por aquellas camaretas de aire comprimido, donde muchas veces nos reventaban los oídos de dolor, haciéndonos sangrar como patos degollados por la nariz y las orejeas, y algunos otros compañeros más flojos hasta perdían el conocimiento de dolor, y todo este sufrimiento, a parte del trabajo que era de lo más peligroso y esforzado, lo hacíamos por el miserable sueldo de diecisiete pesetas por jornada de trabajo, aparte de una insignificante prima que nos deban cuando les parecía, pues el día que no plantábamos nada el enorme bloque de cemento y hierro que lo mismo pesaba cien toneladas o más, y teníamos que plantarlo escavando la tierra, arena, piedra, etc., por dentro de él, hasta encontrar el firme que estaba por debajo del nivel del mar, así era que cuando el aire comprimido se marchaba, cosa que sucedía con mucha frecuencia, ya que el material que usaban para hacerlo era un conjunto de chatarra compuesto por compresores y tuberías, digo que cuando el aire se iba, el agua entraba dentro de la campana con mucha rapidez, y todos nosotros con la prisa de una centella teníamos que subir por una escalera de hierro pegada al bloque de cemento donde tan sólo cabía uno de cada vez, así era que con la humerada que producía el vapor del aire, que no dejaba ver nada, y el ruido del agua que por todos los lados fonderos del manolito de cemento a torrentes nos ahogaba, hacíamos a todos coger grandes cantidades de miedo, pues nadie ignoraba que aquel maldito bloque podía en cualquier momento falto del sostén del aire hundirse y dejarnos a todos reventados lo mismo que los higos de agosto, cuando maduros se desprenden de la higuera y se aplastan encima de las losas del suelo. Por todo esto, la lucha que se desarrollaba debajo de aquella escalera de hierro, era la de correr con grande prisa y disciplina, para poder huir con tiempo de aquel infernal peligro, que algunos compañeros nuestros de otras campanas más desgraciadas que la que yo dirigía, les había arrancado la vida. Después cuando de nuevo el aire volvía, teníamos que achicar el agua, y lo mismo tardábamos varios días en lograrlo, y durante todo este tiempo no cobrábamos ninguna prima. Fue precisamente por esta injusticia, por la que hablé con los diez hombres que trabajaban conmigo, y logré según mi parecer convencerles, para que no achicáramos más agua mientras que no nos pagasen la prima lo mismo que cuando trabajábamos picando y sacando la tierra. Sucedió que como a la hora de estar parados al lado de nuestra campana esperando el conseguir nuestros honrados derechos vino la brigadilla de lo criminal de Avilés, y con el látigo en la mano nos dijo desafiadoramente que sino entrábamos a trabajar con rapidez, nos despellejarían a latigazos allí mismo. Y todos con el mimo miedo que hubieran cogido cuando dentro de la campana huyéramos de su peligro, volvieron otra vez al trabajo sin decir palabra se marcharon todos cagados de miedo a aquella policía asesina, que matar a un hombre a latigazos era para ellos un feliz entretenimiento. Tan sólo se quedaron a mi lado dos jóvenes de mi edad aproximada que habían sido legionarios, y los tres juntos les dijimos que nosotros no trabajaríamos hasta que no nos pagasen la prima que reclamábamos. Allí mismo, los mariconazos e hijos de puta de aquellos cobardes y asesinos policías, nos empozaron a castigar con sus látigos, y seguidamente nos llevaron para su cuartel, y allí nos martirizaron salvajemente durante el tiempo de tres días con latigazos, patadas, puñetazos, insultos y demás, teniéndonos siempre amarrados a unas prietas esposas, y sin darnos los muy babosos ni tan sólo una gota de agua, pues ellos querían por todos los medios que nosotros firmásemos no se que hubiésemos hecho. Pero ninguno de nosotros firmamos nada, y entonces nos metieron a la cárcel, pero a los pocos días el juez nos puso en libertad. Y otra vez a la misma puerta de la cárcel volvieron a detenernos los negreros y asesinos policías de nuevo llevándonos a su cuartel y durante otros tres días nos estuvieron dando paliza tras paliza, y después de bien hartos de insultos y latigazos, nos pusieron en libertad, y los tres nos marchamos de nuevo a la "Hermandad Legionaria, de Nuestros Queridos Tercios” con el triste fin de curarnos las heridas que la Cobarde y Cerda Sociedad nos había tan injustamente hecho. —Algunos años más tarde me volví a ponerme en huelga en el Pozo Minero de LLáscaras, sucedió de la siguiente manera. Entre a trabajar en aquella mina como ramplero, durante un mes trabajé a las órdenes de un picador con el ardor y la fuerza que en mi desde niño ha sido junto con la honradez, las únicas virtudes que he tenido. El picador que trabajaba a destajo por metros de carbón picado, era un astur de grande fortaleza y como unos cuarenta años de edad, sabía su oficio como grande maestro que era, la rampla era cómoda pues tendría casi dos metros de ancha, y el carbón difícil de picar pues s'eboronaba (deshacía) nada más que metía en martillo en sus negras y relucientes vetas, durante toda la jornada envuelto en un río de sudor y sin detenerme nada, me era casi imposible dar a basto el retirar el carbón que aquella máquina humana picaba, no nos cruzábamos en todo el tiempo de trabajo ni una sola palabra, el picaba como un verdadero demonio, tal parecía un coloso que se quería comer la rica veta en un sólo relevo, de vez en cuando hacía un respiro para echarse un trago de vino de la bota que tenía colgado de una mamposta, desde luego ahora que le recuerdo y le estudio con detenimiento, tengo que reconocer que era el atuñáu más grande que yo había conocido, pues jamás me brindó a que limpiara mi garganta con un paparáu de vino, después cuando postiaba también hacía este trabajo con una rapidez y precisión que impresionaba, y aquí si me decía alguna orden, pues eso eran sus palabras, ten aquí, traí pacá, pon aquí, etc. El picaba diariamente el trabajo estipulado para tres o cuatro jornadas a sueldo, el cobraba esos sueldos que destajaba en un sólo jornal, mientras que yo tenía que hacer todo ese trabajo de más por tan sólo un sueldo, el miserable xornaletu de un rampleru. Pronto empece a pensar que me estaban despiadadamente robando mi sudor, bien el picador o la empresa, yo trabajaba tres veces más no cobrando nada mis que un rancuayin xueldu. ¿Por qué me preguntaba proporcionalmente no puedo cobrar yo todo este esfuerzo de más que hago? —Algunos picadores les suelen dar a sus ayudantes si se lo merecen el día de cobro una prima de su propio bolsillo, esto era la única recompensa que le correspondía a un rampleru. Pero mi picador no me convidó ni a un triste vaso de vino. —Al día siguiente del de paga, que por cierto yo apenas ganó aquel mes ni para pagarle a mi patrona, ya estábamos trabajando los dos juntos en el tajo, él trabajaba con el mismo afán de siempre, yo paleaba el carbón con el ardor acostumbrado, pero cuando comprendí que ya había picado el carbón que correspondía a lo estipulado en una jornada normal de trabajo, yo dejé de paliar carbón y me senté tranquilamente encima de la pala, el casi inmediatamente dejó de picar y con voz bronca me dijo: ¡Venga rapaz quita este carbón que me estorba! —Yo le contesté que no rampliaba más carbón, que mi trabajo ya había terminado, que yo no estaba a destajo. —El dejó el martillo vino hacia mí con intenciones amenazadoras y me dijo que sino paleaba carbón me rompía los focicus. —Y tal cosa haría aquel animal de mi paisano, pues yo vi en su gesto endemoniado la firme idea de vapulearme a su gusto. —No me detuve en hacerle comprender nada pues yo sabía que a él no le importaban mis razones, así que me levante, así la pala con rabiosa tranquilidad y le hice comprender que estaba dispuesto a obedecerle pero de repente y con gran rapidez le ataqué con fiereza sorprendiéndole, y le aticé tres o cuatro golpetazos certeros con la pala de plano, que dieron con su grande y fuerte humanidad en el suelo, y cuando le vi vencido y sin ánimo de atacarme le dije, que yo defendía mis derechos, y que él lejos de convertirse en mi negrero, debía de comprender que lo que yo decía era justo. —Nada me respondió el muy magüetu, se levanto quejándose por los gestos que hacía, no por las palabras que no dijo ninguna, y se fue rampla abajo, al poco tiempo vino acompañado del vigilante de rampla, que se llamaba Anxelín y era sin dudarlo un astur de buena calaña, que más que reñirme tal parecía que le haba gustado lo que hubiera hecho, y después de explicarme las obligaciones que tenía un rampleru, que eran todas sin que le asistiese ningún derecho, me rogó me incorporara otra vez al trabajo, y que me dejase de aspirar a unas pretensiones que no existían. —Yo le contesté que en esas condiciones no trabajaría más y que hablaría con los demás ramplerus para que me secundaran, entonces él sin decirme más palabras me dio papeleta para la jaula y me echó de la mina. —Nada pude yo poner en claro con los demás ramplerus cuando salieron de la mina muchos de ellos hasta mirándome con desprecio de mi idea se reían. —Al día siguiente ya conforme con la mala suerte de no poder conseguir nada, ya estaba dispuesto a seguir trabajando de aquella esclavizante y dehumanizadora manera, fui a recoger mi lámpara a la lampistería para entrar a la mina, cuando le di mi número de lámpara al lampistero, este se fue a un cuarto contiguo y salió acompañado de dos guardias civiles que me detuvieron en el momento, me esposaron lo mismo que si fuese un delincuente, y en presencia de muchas mineros que ninguno les dijo nada, me llevaron para el cuartelillo que tenían en la Felguera. —Mucha suerte tuve yo aquel día, pues cuando me entraron en la oficina del cabo primero de aquel destacamento, que tenía la profesión de ser un verdadero asesino, y que fácil muy alegremente me hubiese dado más palos que los que imaginar pudiera, allí dentro estaba un oficial de la guardia civil, que había servido como alférez de milicias en mi tercio, precisamente en mi compañía que era la de deportes, nada más que me vio, rápidamente ordenó que me quitasen las esposas, y manda todos los guardias que saliesen de la oficina, después me saludó fraternal y noblemente como buen legionario, me mandó que me sentara y le explicara el delito que me traía. —Cuando le conté lo que había hecho, él metiendo la mano en su bolsillo me dio doscientas pesetas y me dijo: —Toma coge esto y vuelve ahora mismo con toda la rapidez que puedas a tu Tercio legionario sino quieres terminar de una paliza destrozado, o morirte de hambre en un presidio. —No busques en la vida civil ni libertad, ni justicia, pues estas dos preciadas joyas hace tiempo que a la Patria la han abandonado y en su lugar ha nacido una ley que sostenida por la pistola y el látigo no permite que nadie reclame sus derechos, porque todos tienen el deber de ser sumisos ciudadanos que no tienen voz ni voto porque el miedo les ha convertido en un rebaño de sumisos esclavos. —Aquel mismo día otra vez volví a viajar sin maleta ni equipaje como siempre había rodado, camino del refugio que me brindaba mi querida y noble legión, donde moraban muchos jóvenes que al igual que yo habían sido por la ley apaleados, humillados.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > güelguia

  • 20 rexistrar

    Rexistrar, mirar, propiar descubrir. Cundu 'n paixanu merca dalgún ganáu, lu primeiru que fae ye rexistralu endenantes de pieschar el tratu, xin isti paixanu nun entendi d'istas couxas perque sea torgáu nisti menester, entóus chama dalgún veicín ou honréu coñocíu que chelde ben el rexistru, per que poucu vienden un animal que nun tena defeutus, a nun ser que la ñecexidá l'ubreire. Cundu la guerra tamén taben tous lus díes fayendu lus facioxus rexistrus per toes les teixás de lus roxus, cataben a lus fugáus per tous lus chugares, disdi dembaxu lus catres fasta 'l mesmu teyáu, ya de camín tou lu que tuviexe dalgún vallor lus condenáus l'arrapiegaben, nun respetandu a lus vieyus nin a naide, claru que lus xoldiáus nun cheldaben tales baldrayáes, istis couxes tan entroyáes ya llimiagóuxas nun les faíen namái que lus namáus guardies d'axaltu, ya lus falanxistones del chugar dou les entamangaben, que yeren falanxistes namái que de nome perque un bon falanxista xamás faría lu qu'ístus caciecus d'aldea fixerun, que nun foi oitra couxa qu'afoinar lus escosáus interexes del vencíu anxín comu achuquinar per échus con xana de vengancia baldraya. Nus tempus d'endenantes cundu nus merquéus se mercaben les couxes un teñía que xaber rexistrales tóes, perque dalguna teñía la garantíe de güéi, anxina yera que disdi 'l pótchin fasta 'l mesmu guevu, nun dexandu de lláu la pita que lu puenxu, ya disdi les madreñes fasta 'l estil del gadañu, tou lu había que rexistrar ben, perqu'el pótchin podía tar estiráu pel trabayu ou lus malus tratus, ou tar amolexáu d'oitre faticáu de couxes, el guevu podíe tar empodrecíu, les madreñes podíen ser canices yal estíl tar fechu de maera ruina de frisnu ou sous maniétches ser propies de xiringaures. —L'únicu que nun rexistraben ben ya per aquél cheldar ya yera la guardia civil, yeren lus cabanus ou cortas de monti dou encobayáus ta se topaben dangunus gafuróuxus fugáus, perqu'el miéu ye propiu del que mái que xirva a la LLey nun espatuxe nel atayu de l'Umana xusticia, anxina yera, que cundu dalgún xoplón les falaba a l'uréa dou taben, lus condenáus guardies que martirizáben les xentes de mious aldines, diben catalus pal lláu contrariu, ya tou per mor de perder la peyeya nuna engarradiétcha de tirus. TRADUCCIÓN.—Cuando un paisano compraba alguna clase de ganado, lo primero que hacía era registrarlo antes de cerrar por completo el trato, si este paisano no entendía de estas delicadas cosas por ser torpe en estos menesteres, entonces llamaba alguno de sus vecinos que entendiese, o a cualquier honrado conocido que fuese ducho en estos complicados sucederes, porque hay que partir de la base, que pocos venden un animal que no tenga algún defecto, a no ser que la diosa necesidad le obligase con aguzante apremio. Cuando la Guerra también estaban todos los días registrando los fascistas en las casas de los Rojos, buscaban con rabiosa y asesinadora saña a los huidos por todos los lugares, desde debajo de la cama hasta el mismo tejado, y de camino todo lo que tuviese algún valor los condenados abierta y desafiantemente lo robaban, no respetando los ruegos de los viejos ni de nadie que se presentará. Claro que los soldados no hacían tales canallescas cobardías, pues estos hechos tan sumamente sucios e infinitamente despreciables y asquerosos no lo hacían nada más que los llamados guardias de asalto, y los falangistas del pueblo o aldea donde se llevaban a cabo. Estos despreciables individuos, no eran falangistas nada más que de nombre, porque un buen falangista jamás haría lo que estos infernales caciques de aldea han hecho. Que desde luego no ha sido otra cosa, que robar los menguados intereses del vencido, así como asesinarle con vengativa y cobardosa saña. —En los tiempos pasados, cuando en los mercados se compraban los ganados y las cosas, uno tenía que saber bien registrarlas todas, porque con ser todas naturales, ninguna tenía la garantía que todo tiene hoy, así era, que desde el pollino hasta el huevo, no dejando de lado la gallina que lo había puesto, y desde las almadreñas hasta un astil para la guadaña, todo lo había que registrar y muy bien, ya que el pollino podía estar arreventado por el trabajo, o los malos tratos que hubiera recibido, o tener muchos otros males, el huevo podía estar podre, y las almadrenas podían ser de madera de baja calidad, así como el astil, también podía estar hecho de mala madera de fresno y sus manecillas o agarraderas, ser propias de no estar bien ajustadas y al usarlas moverse continuamente. —Los únicos que no registraban bien ya por aquel suceder después de la guerra, eran los guardias civiles cuando buscaban por las cabañas o cuadras de monte a los huidos, que ya habían demostrado que para cogerles había que luchar, y todo porque el miedo es propio del que aunque sirve a la Ley, sabe muy bien que no camina en el atajo de la Humana Justicia. Así era, que cuando algún cobarde delator, les decía al oído donde los huidos escondidos estaban, los condenados guardias que en todo momento martirizaban las humildes gentes de mis aldeas, iban a buscarlos por el lado contrario donde se hallaban, y todo era por el temor de perder el pellejo en una lucha a tiro limpio.

    Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana > rexistrar

См. также в других словарях:

  • hijo de tigre tenía que salir rayado — hijo que se destaca en algo; hijo valioso; los hijos se parecen a sus padres; los rasgos fuertes se heredan; cf. de tal palo tal astilla; la hija de la Carmen salió peleadora igual que la madre: hija de tigre tenía que salir rayada …   Diccionario de chileno actual

  • ¿Qué apostamos? — Título ¿Qué apostamos? Género Entretenimiento TP Creado por Francesco Bosserman Presentado por Ramón García (1993 2000) Ana Obregón (1993 1998) Antonia Dell’Atte (1998 99) Raquel Navamuel (2000) Mónica Martínez (2000) Carlos Lo …   Wikipedia Español

  • Qué bello es vivir — It s a Wonderful Life 200px Título ¡Qué bello es vivir! Ficha técnica Dirección Frank Capra Producción Frank Capra …   Wikipedia Español

  • ténia — (té ni a) s. m. Genre d entozoaires cestoïdes, dont le corps, plat et composé d un grand nombre d anneaux articulés, a souvent plusieurs mètres de longueur.    Absolument, le ténia, le ver solitaire. •   Pline parle de ténia de trente pieds ; et… …   Dictionnaire de la Langue Française d'Émile Littré

  • que — deseo que; sea que; qué bueno sería si; cf. Dios quiera que, ojalá que; que se abran las puertas del espíritu dadivoso y que se acabe el hambre en el mundo , que los pobres coman pan y los ricos coman mierda , que regresen los paquidermos , que… …   Diccionario de chileno actual

  • Tenia — Ténia Pour les articles homonymes, voir Ténia (homonymie) …   Wikipédia en Français

  • Tenía tanto que darte — «Tenía tanto que darte» Sencillo de Nena Daconte del álbum Retales de carnaval Formato CD Maxi Single Descarga Digital Grabación 2008 Género(s) Pop Dur …   Wikipedia Español

  • ténia — [ tenja ] n. m. VAR. tænia • 1764; taenia 1872; toenia v. 1560; tynia XVe; lat. tænia, gr. tainia, proprt « bandelette » ♦ Ver plathelminthe (cestodes), parasite de l intestin des mammifères, au corps formé d un grand nombre d anneaux plats, muni …   Encyclopédie Universelle

  • que — Palabra átona, que debe escribirse sin tilde a diferencia del pronombre, adjetivo o adverbio interrogativo o exclamativo qué (→ qué). Puede ser pronombre relativo (→ 1) o conjunción (→ 2). 1. Pronombre relativo Encabeza oraciones subordinadas con …   Diccionario panhispánico de dudas

  • tenia — f. zool. Gusano parásito del intestino de muchos mamíferos del género Taenia. Es un gusano aplanado, formado por varios anillos, con una cabeza dotada de ventosas (para adherirse a la pared intestinal del hospedador) y con una longitud de entre… …   Diccionario médico

  • que — conjunción 1. Introduce una proposición subordinada sustantiva: 2. En función de sujeto o de complemento directo: Me alegra que hayas venido. Dicen que va a nevar. Observaciones: La conjunción que se antepone a oraciones interrogativas indirectas …   Diccionario Salamanca de la Lengua Española

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